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tubre 10 dias, á propósito que los solsticios y equinoccios volviesen á los asientos y dias donde antiguamente estaban. Demás desto, se quitó del Calendario el áureo número, que mostraba las conjunciones de la luna, y en su lugar fué puesto otro número ó ciclo mayor, que llamaron epactas; por el cual y con dejar los bisiestos á ciertas distancias y á cierto número de años, se mostrarán las conjunciones de la luna perpetuamente sin algun yerro ni mudanza, porque el áureo número de muchos años atrás no servia desto, dado que para esto le inventaron; correccion con que los tiempos correrán de aquí adelante mas enmendados y con mas puntualidad y acierto que hasta aquí.

La emperatriz doña María vino á España, y fué á Lisboa, donde el Rey, su hermano, estaba ocupado en asentar las cosas de Portugal, y en su compañía el cardenal Alberto, hijo de la Emperatriz, príncipe de grandes partes.

Don Antonio, que se llamaba rey de Portugal, despues de vencido, no paró hasta Francia; dende con una armada que juntó pasó á las islas Terceras, por otro nombre de los Azores, que se tenian por él. Fué vencido en batalla naval que le dió don Alvaro Bazan, marqués de Santacruz, junto á la isla de San Miguel. Los dos principales caudillos de la armada francesa Filipe Strozi fué muerto en la pelea, el señor de Brisac juntamente con el mismo don Antonio se salvó huyendo. Los cautivos franceses, que eran nobles, hasta ochenta, y otros muchos hizo justiciar el Marqués por órden que para ello tenia del mismo rey de Francia; sin embargo, los isleños no se quisieron rendir, digo los de la Tercera,

AÑO 1583.

Hasta que el año siguiente el mismo Marqués dió la vuelta contra ellos, y los sujetó á la jurisdiccion del rey don Filipe, con que quedaron del todo sosegados.

En el mismo año el duque de Alba don Fernando Alvarez de Toledo pasó desta vida en Lisboa en edad de setenta y cuatro años, maravilloso en sus cosas y digno de inmortal renombre. Salió vencedor en todas las guerras que hizo, que fueron muchas. Táchanle de severo y grave; lo cierto es que fué mas esclarecido en la guerra que despues de la victoria, mas recatado en el tiempo de la adversidad que de la prosperidad; sin duda gran personaje, honra de España. Fué hijo de don García, el cual antes de heredar fué muerto en los Gelves; nieto de don Fadrique, primo hermano del rey don Fernando, porque las madres de los dos fueron hermanas. El padre de don Fadrique se llamó don García, que fué el primero de aquella casa que tuvo título de duque, cuyo padre don Fernando Alvarez de Toledo fué el primer conde de Alba de Tormes. Poco despues del Duque falleció allí mismo Sancho de Avila de una coz de un caballo, á 8 de junio. Fué de la casa de Velada, natural de Avila.

Habia fallecido en Madrid el príncipe don Diego, hijo del rey don Filipe; por esto á 1.o del mes de hebrero todos los estados de Portugal juraron al príncipe don Filipe, su hermano, por heredero de aquella corona. Despedida esta junta y nombrado el príncipe cardenal Alberto, su sobrino, por gobernador de aquel reino, el

Rey dió la vuelta á Castilla para dar órden en negocios y necesidades que se ofrecian.

AÑO 1584.

El duque de Alanzon de Inglaterra, donde fué, y de Flandes volvió á Francia con perdon y licencia que para ello le dió el Rey, su hermano; pero como saliese de la corte, que estaba en Paris, falleció de su enfermedad, ó con yerbas que le dieron, como muchos pensaron, á 10 de junio; y con su muerte se desbarataron las esperanzas mal cimentadas de hacerse señor de Inglaterra, Flandes y Francia.

El príncipe de Oranges, á 10 de junio, fué muerto de un arcabuzazo por un mozo, llamado Baltasar, borgoñon de nacion, el cual con intento de hacer esto asentó por su criado poco antes. Tal fué la muerte del que causó tantos males, sin que los flamencos con todo esto se sosegasen.

Quedaron al rey don Filipe de la reina Isabel, su mujer, dos hijas, la infanta doña Isabel y doña Catalina. Decíase que la mayor se guardaba para casar con su primo el emperador Rodolfo; la menor estaba concertada con Cárlos, duque de Saboya. Para celebrar estas bodas pareció á propósito la ciudad de Zaragoza, cabeza que es de Aragon.

Pero antes que el Rey con sus hijos se pusiese en camino, los tres estados de Castilla juraron en Madrid al príncipe don Filipe como á heredero destos reinos. Hizose la ceremonia á 11 de noviembre, que fué domingo y dia de San Martin, en el monasterio de San Jerónimo, que está junto á aquella villa; dijo la misa el cardenal de Toledo Quiroga.

AÑO 1585.

Acabada esta solemnidad y auto, se partió el Rey para Zaragoza en tiempo muy áspero y que todavía duraban los frios del invierno. Vino allí otrosí por mar el duque de Saboya; fué grande la honra que el Rey, su suegro, le hizo, los juegos y aparatos y gastos, con que las bodas, á 18 de marzo, se celebraron con grande regocijo y concurso de grandes.

Al mismo tiempo vino nueva de Roma que el pontífice Gregorio, cargado de años, muy esclarecido por las cosas que hizo, por su prudencia y piedad, falleció á 12 de abril. Pusieron en su lugar el mes luego siguiente al cardenal Félix Montalto, que fué primero general de los franciscos claustrales, despues obispo, y últimamente cardenal. Tomó nombre de Sixto V. Gobernó la Iglesia cinco años y cuatro meses; tenia muchas partes; pero como no hay persona sin tacha, muchos le reprehenden de severo y de grande diligencia que puso en allegar dinero y acrecentar y enriquecer á sus deudos, dado que los hechos de los príncipes es justo echallos á la mejor parte, principalmente de los que son ya muertos.

Canonizó á san Diego, fraile de San Francisco, cuyo cuerpo se guarda y honra en Alcalá de Henares en el monasterio de su órden de San Francisco.

El príncipe de Parma hacia la guerra contra los rcbeldes en Flandes, y recobrada Gante con otras ciuda des que estaban alzadas los meses pasados, este año

con un largo y estrecho cerco que tuvo sobre Anvers la cansó y redujo á necesidad de rendirse por el mes de agosto. Grandes fueron los pertrechos, grandes los ingenios de que usaron, grande la obstinacion de los cercados; pero todo lo vencieron los españoles con su valor y constancia.

Acompañó el rey don Filipe á sus hijos los nuevos casados hasta Barcelona, donde se hicieron á la vela para pasar en Italia. A la vuelta en Monzon se tuvieron Cortes de Aragon que duraron mucho tiempo; ofreciéronse grandes dificultades. Con los calores del estío y el otoño, que fué malsano, fallecieron muchos en aquel lugar, especial de los forasteros y cortesanos. En estas Cortes últimamente juraron al príncipe dón Filipe por heredero de aquella corona de Aragon y de aquellos estados.

El pontifice Sixto al principio de su pontificado, á 9 de setiembre, expidió una bula contra Enrique, duque de Vandoma, en la cual le declaró por hereje y por descomulgado y le privó del derecho de la sucesion del reino de Francia, así á él como al príncipe de Condé, su primo ú hermano, llamado tambien Enrique, para que no pudiesen suceder en aquella corona en caso que el rey Enrique, cuñado de Vandoma, falleciese sin hijos, cosa que parecia muy probable por no haberse hasta entonces la Reina hecho preñada.

AÑO 1586.

Sin embargo, el rey de Francia pretendió dejar por sucesor á Vandoma, sin hacer caso del peligro en que ponia la religion y cosas de Francia; muchos señores franceses se concertaron entre sí de tomar las armas en defensa de la antigua religion. El principal de todos fué el duque de Guisa, de que el Rey recibió mucha pesadumbre portemer nuevas disensiones y guerras que resultarian de aquella liga, y que los males y estragos se aumentarian con ser ya tres las parcialidades, dado que al principio dió muestra de estar aplacado y favorecer los intentos de los conjurados, tanto, que no solo ofrecia de ayudallos, sino ser tambien su capitan y cabeza; pero duró poco esta máscara.

El Pontífice, como al principio por favorecer á estos señores hubiese condenado al de Vandoma, poco despues como arrepentido de lo hecho dió muestra de aborrecer los intentos de aquellos señores y de no estar tan indignado con el de Vandoma, tanto, que comunmente se decia que pretendia emparentar con él, lo que sin duda tengo por falso; lo cierto es que al embajador de Vandoma daba mas grata audiencia de lo que los cardenales quisieran y el estado de las cosas parece pedia; pero las cosas y intentos de los papas pocos los entienden.

AÑO 1587.

Maria Stuarda, reina de Escocia, en el castillo de Fodringhaye, donde estaba presa, fué justiciada ; cortúronle en una sala de aquel castillo la cabeza á 17 de hebrero. Pronunció la sentencia en Londres contra ella la reina Isabel de Inglaterra, su tia, prima hermana de su padre. Habíase esta señora por las revueltas de Escocia, á persuasion de la Inglesa, debajo de su palabra,

retirado á Inglaterra el año vigésimo antes deste, y sin embargo, la hizo entonces prender, y al presente la privó de la vida; ¡ cruel carnicería! ¡ En una maldad cuántos delitos se encierran! Achacábanle que habia conjurado contra la Reina y tratado de huir de la prision; á la muerte confesó esto segundo, pero negó lo de la muerte de la Reina. Lo que parece mas verisimil es que los herejes tenian por entendido que su secta no podria pasar adelante, si ella vivia, por ser la mas cercana en deudo y que mas derecho tenia á la sucesion de aquel reino, y estaban persuadidos que defenderia con todas sus fuerzas la religion católica y castigaria la herejía.

Para vengar esta muerte parecia era justo que los príncipes tomasen las armas, y que lo habian de hacer, lo cual no ignoraba aquella hembra desapoderada y cruel; pero el Francés estaba embarazado con los alborotos de su reino para no poder acudir á esta venganza, dado que la injuria tocaba principalmente á su corona á causa que la Reina muerta fué mujer del rey Francisco, su hermano. El rey don Filipe se aprestaba al mismo tiempo que Francisco Draques, cosario inglés, el cual los años pasados habia acometido y trabajado las marinas de las Indias de la parte del mar del Sur y del mar del Norte por tres ó mas veces, y robado y llevado á Inglaterra grande cantidad de oro. Pasó tan adelante, que se atrevió esta primavera de acometer la isla de Cádiz con esperanza cierta que llevaba de apoderarse de aquella ciudad por estar sin guarnicion y los moradores descuidados; y saliera con su intento, si dos galeras que estaban en aquel puerto no le entretuvieran algun tanto y los comarcanos no acudieran al socorro, y entre todos el principal don Alonso de Guzman, duque de Medina Sidonia.

Estaba á la sazon el Rey en Toledo para celebrar la entrada del cuerpo de santa Leocadia, vírgen y mártir, que por muchos siglos estuvo en Flandes cerca de Mons de Henao en un monasterio de benitos, llamado San Gislen. Fué grande la fiesta que en aquella ciudad se hizo, y la procesion muy solemne á 26 del mes de abril. Halláronse presentes demás del Rey su hermana la emperatriz doña María y su hijo el príncipe don Filipe, que ayudó á llevar las andas en que venian las reliquias.

La Francia estaba dividida en tres parcialidades por la ocasion que queda dicha, cuando treinta mil alemanes entraron en ella en favor del príncipe de Baerne debajo la conducta del duque de Bullon. Fué grande el espanto y cuidado en que pusieron. Saliéronles al encuentro, por una parte el rey de Francia, por otra el duque de Guisa; como les fuese siempre á la cola y en todas partes los apretase, demás desto por la aspereza del invierno que se siguió, muerta una gran parte desta gente, todos los demás se desbarataron. Falleció otrosí poco despues el duque de Bullon; con esto los católicos cobraron algun aliento. La misma España estaba en cuidado no pasase aquella peste, ayudada de tantos socorros, los montes Pirineos y diese que hacer en estas partes.

No solo fué trabajada la Francia por esta gente, sino afligida con hambre y peste muy grave. Hacíanse grandes procesiones para aplacar la ira del cielo. Los pueblos enteros salian vestidos de blanco con cruces y pendones

y vista miserable, y con voces llorosas cantaban himnos en alabanza de Dios.

AÑO 1588.

El rey don Filipe tenia en Lisboa una muy grande y fuerte armada aprestada para vengar la muerte de aquella Reina inocente y castigar los muy ordinarios desacatos y atrevimientos contra su majestad. Era caudillo de la armada el marqués de Santacruz; mas como falleciese en medio destos apercebimientos, el duque de Medina Sidonia, nombrado en su lugar, por el mes de julio se hizo á la vela con medianos temporales, dobló el cabo de Finisterre, y llegado á la Coruña, con una tempestad que de repente sobrevino la armada se desbarató de tal manera, que apenas por el mes de setiembre pudo tornar á la navegacion. Llegó á las marinas de Flandes con la armada inglesa por las espaldas; con cuya artillería y por los muchos bajíos que tiene aquella mar, se vieron los nuestros en grande peligro. Algunas naves fueron presas por los enemigos, la mayor parte maltratada con las balas que sobre ellas llovian; por lo cual y porque para dar la vuelta á España rodearon toda aquella isla por la parte de setentrion, fué la navegacion tan larga, que gran número de naves se anegaron y fueron á fondo, y con la fuerza del frio y falta de bastimentos perecieron muchos soldados, tanto, que muy pocas naves y pequeño número de soldados al principio del invierno llegaron y surgieron en diversos puertos de España; desta suerte los intentos de los hombres se desbaratan por fuerza mas alta. Sin duda la flor de la milicia de España pereció en esta empresa, y con este desastre castigó Dios muchos y muy graves pecados de nuestra gente.

No paró en España este daño, antes llegó á otras provincias, en especial en Francia el rey Enrique pretendia castigar al duque de Guisa, como el principal autor de la liga hecha entre los católicos, y junto con esto reprimir á los de Paris, que estaban mucho de su parte. Con este intento hizo venir á aquella ciudad sobre cuatro mil soldados extranjeros. Vino tambien el de Guisa, llamado por el Rey ó por los ciudadanos, pero sin gente, asegurado de su conciencia; y si algun engaño ó peligro resultase, pensaba que la aficion de los ciudadanos no le podria faltar. Fué así, que con su venida el pueblo tomó las armas y hizo salir de aquella ciudad los soldados extranjeros. El mismo Rey fué forzado á retirarse; poco despues fingió querer tomar mejor camino y juntar los estados del reino para tomar acuerdo sobre lo que se debia hacer. Expidió un edicto en este propósito, donde, entre otras cosas, decia tener muy averiguado que todo lo que el de Guisa y el cardenal de Borbon habian hecho fué con buen ánimo. Poco adelante por otro edicto convocó los estados del reino para la ciudad de Bles. Acudieron gran número de señores; comenzáronse las juntas á 16 de setiembre. Tratóse de nombrar sucesor para la corona; fueron de parecer que el cardenal de Borbon, tio de Vandoma, era el que tenia mejor derecho, y así le nombraron en caso que el Rey muriese sin hijos, por estar en grado mas cercano que sus sobrinos y por ser gran defensor de la religion católica. El Rey, sin embargo de la segu

ridad que dió para venir á los estados y de la que semejantes juntas suelen traer consigo, en su casa real mató al de Guisa, 23 de diciembre, dia viérnes, y al cardenal de Lorena, su hermano, el dia siguiente en la cárcel donde le puso. Prendió juntamente al hijo mayor del duque de Guisa, al duque de Nemurs, al cardenal de Borbon y al arzobispo de Leon por haberle hecho rostro y resistido á sus intentos en los estados.

AÑO 1589.

Pareció esta gran maldad: el odio que se despertó contra el Rey fué grande; la Reina, su madre, por la pena que recibió de aquel caso y por estar cargada de años y trabajos, dentro de pocos dias rindió el alma, doce dias despues de la muerte del duque de Guisa, con pronosticar á su hijo las revueltas y males que por aquella ocasion resultarian. Las mas de las ciudades por aborrecimiento de una cosa tan fea se apartaron del servicio de su Rey. La primera y que mas se señaló fué Paris, ciudad á la cual ninguna otra se iguala en grandeza, muchedumbre de gente, riquezas y estudios de todas las ciencias. Pasados algunos meses y desbaratados los estados de Bles, el Rey pretendia apoderarse de Paris. Puso sitio sobre ella, cuando fray Jaques Clemente, de la órden de Santo Domingo, mozo de veinte y cuatro años, natural de Borgoña, nacido en una aldea llamada Sarbona, salió de la ciudad con color que queria dar aviso de algunos secretos de los ciudadanos. Con esto, alcanzada audiencia, á 1.o de agosto metió al Rey por las tripas sobre la vejiga un cuchillo que traia emponzoñado. Fué este atrevimiento muy grande, dado que sin tardanza fué él muerto y despedazado por la gente de palacio. Estaba presente Enrique de Borbon, príncipe de Bearne, rey que se decia de Navarra; así sin dilacion se llamó rey de Francia, pero las mas de las ciudades no le querian reconocer. Muchas batallas se han dado, ora venciendo los unos, ora venciendo los otros; muchas ciudades han sido tomadas, saqueadas y cercadas. La principal de todas Paris el año siguiente se vió en grande peligro de ser tomada, del cual el duque de Parma con las fuerzas del rey don Filipe II la libró y sacó de la garganta de los contrarios. Juntáronse en aquella ciudad los estados para nombrar rey; el concurso fué grande, muchas ficciones y engaños. Este año en que vamos de 89 las cosas de Portugal estuvieron en peligro á causa de la armada inglesa que vino sobre aquel reino con voz de restituir y poner en posesion á don Antonio, que muchos dias estuvo desterrado en Inglaterra, en el reino de sus antepasados. Venia en persona, y se adelantó tanto, que con buen número de gente llegó á ponerse sobre la misma ciudad de Lisboa; ; pero como los de dentro no se rebullesen por la diligencia y valor del príncipe Cardenal y del conde de Fuentes, fué forzado por falta de bastimentos de volver atrás; y poco adelante toda la armada, habiendo recebido mayor daño que hecho, se hizo á la vela la vuelta de Inglaterra. Con su ida España se libró de gran miedo y cuidado. Descubrióse en Lisboa que ciertos ciudadanos estaban conjurados en favor de don Antonio; fueron algunos pocos justiciados; castigo con que los demás desistieron de desear y intentar cosas

nuevas; principalmente la nobleza se mostró constante y leal, porque á la verdad si el reino se alteraba, corria mayor peligro de perder sus haciendas y estados.

En aquella ciudad cierta monja con muestras falsas de santidad tenia ganado gran renombre y burládose, no solamente del pueblo, sino de personas de letras y autoridad; mas descubierto por los inquisidores el engaño, fué castigada con pena que le impusieron muy menor que su delito. Dióse la sentencia por el mes de de

dentro de pocos meses, de otra que le sobrevino falleció en Toledo; varon sin duda pio y modesto, decliado de la antigua simplicidad y gravedad. En su sepulcro hicimos entallar un letrero muy verdadero para memoria de su mucha bondad y de la amistad que teníamos muy grande.

Antonio Perez, secretario que fué del Rey, y que en algun tiempo tuvo mano y cabida en la casa real, despues que estuvo preso por espacio de mas de doce años, se huyó de la cárcel, donde le tenian en Madrid por el mes de abril del año pasado. Pasó á Aragon para

marzo. Siguióse la muerte de fray Luis de Granada, presentarse delante el justicia de Aragon y dar razon

Ja órden de Santo Domingo, persona muy señalada en letras y devocion, cuyo contemporáneo fué el maestro Juan Dávila, predicador muy señalado y de los mas celosos de su edad. El uno y el otro dejaron escritos `iibros muy provechosos en su lenguaje vulgar.

En Barcelona hubo grande peste; de la causa deste mal se dijeron muchas cosas, pero ninguna se averiguó que sepamos.

En el reino de Toledo se concluyó por este tiempo la fábrica de San Lorenzo el Real, al cabo de poco menos de treinta años, que por mandado del rey don Filipe, junto al Escorial, tierra de Segovia, se comenzó con grande majestad y pertrechos. Hay en ella un monasterio de San Jerónimo con un colegio para estudiar y una casa real para pasar los reyes los calores del verano. El gasto ha sido tan grande, que apenas lo creerán los que vinieren, y los que hoy viven con dificultad; obra que se iguala con los antiguos milagros y edificios soberbios por su hermosura, grandeza, ornamentos, fortaJeza y por el culto divino que se hace con gran majestad. Las rentas son conforme al edificio. No hay para qué pasar en esto adelante; la traza desta obra y sus partes describimos bastantemente en otro lugar.

AÑO 1590.

Este año fué señalado por la muerte de dos pontífices: de Sixto, que sucedió por el mes de agosto, á los 28, dia mártes; y de Urbano VII, cuya eleccion fué á 15 de setiembre; llamóse antes de ser papa Juan Bautista Castaño. Fué arzobispo, primero de Rosano y nuncio de España, despues cardenal, y finalmente llegó á ser sumo pontifice, pero vivió solos doce dias; ni aun los pontificados de Gregorio XIV y Inocencio IX, que fueron puestos en la silla de san Pedro, pasaron de pocos meses, hasta tanto que el cardenal Hipólito Aldobrandino fué adelante elegido por pontifice con nombre de Clemente VIII, natural de Roma, aunque su orígen de Florencia; sus costumbres sin reprehension, su edad entera, la salud y fuerzas de cuerpo no muy grandes.

y

El otoño deste año fué muy enfermo; mucha gente pereció en España. El mal cargó mas en las aldeas en los campos, sea por falta de medicinas y de regalos, sea porque el aire corrupto tenia menos reparos. Entre los demás el doctor Juan Calderon, insigne teólogo, y que por sus letras fué canónigo de Toledo, enfermó en un sitio muy fresco, donde estaba retirado para pasar los calores del verano, que se llama el Piélago.

AÑO 1591.

Convaleció muy fácilmente desta enfermedad, pero

de la muerte que hizo dar al secretario Escobedo una noche al salir de palacio, junto con otras cosas que le achacaban. La alegría que con su llegada y huida recibieron algunos inquietos, en breve la trocaron en tristeza y en lágrimas. Tales son las cosas humanas. Fué así, que á 24 de mayo deste año de 91 de la cárcel del justicia de Aragon pasaron el preso á la de los inquisidores. El pueblo tomando las armas y apellidando libertad acometieron las casas donde estaba don Iñigo de Mendoza, marqués de Almenara, ministro por el Rey; teníanle antes desto sobre ojos, y así no pararon hasta que le dieron la muerte. Despues desto, con el mismo furor y rabia acudieron á la Inquisicion con intento de quebrantar aquella cárcel, sin desistir hasta tanto que Antonio Perez fué vuelto á la primera donde estaba. Lo que resultó fué que á 24 de setiembre se levantó otra vez el pueblo porque querian volver el preso á la Inquisicion, y quebrantada la cárcel de la manifestacion, le pusieron en libertad; hubo en esta revuelta algunos muertos y huidos. Antonio Perez poco despues se huyó á Francia, donde murió pasados algunos años. Aquellos ciudadanos revoltosos en breve pagaron el alboroto que levantaron, porque un buen ejército fué á Zaragoza, por general don Alonso de Vargas, soldado viejo y de muy gran valor, muy ejercitado en las guerras de Flandes y de gran renombre, por cuya diligencia el atrevimiento de aquellos ciudadanos fué reprimido; muchos perdieron las vidas; entre otros el mismo justicia de Aragon don Juan de Lanuza fué el primero que pagó con la cabeza por salir, como salió, con gente contra el estandarte real. Tambien cortaron las cabezas á don Diego de Heredia y don Juan de Luna, que fueron los principales atizadores de aquel alboroto, sin otro buen número de personas justiciadas. El duque de Villahermosa y el conde de Aranda fueron presos y enviados á Castilla, donde en breve fallecieron en la prision; mas despues los dieron por libres de traicion. Para asentar las cosas de aquel reino se juntaron Cortes en la ciudad de Tarazona, y por presidente don Andrés de Bovadilla, arzobispo de Zaragoza. El mismo Rey, tomando el camino de Valladolid, de Búrgos y de Pamplona, últimamente al fin del año 1592 Ilegó á la dicha ciudad; iban en su compañía la infanta doña Isabel y su hermano el príncipe don Filipe, al cual en Pamplona y Tarazona juraron por heredero de aquellos estados. Por esta manera, casi pasados dos años despues que las revueltas de Aragon comenzaron, castigados los culpados y puestas guarniciones en Zaragoza y en otros lugares, concluidas las Cortes de Tarazona, los alboro

tados últimamente se sosegaron, avisados por la experiencia y por su daño, que si los ímpetus de la muchedumbre son grandes, las fuerzas del Rey son mayores; que el atrevimiento sin fuerzas es vano, y las mas veces el pueblo se alborota para su mal.

AÑO 1593.

El papa Clemente VIII este año entre cuatro cardenales que crió fué uno el doctor Francisco de Toledo, de la compañía de Jesus; fué natural de Córdoba, de grande ingenio y letras, prudente en los negocios, en que sirvió mucho á la Sede Apostólica; murió en Roma tres años adelante; sepultáronle en la iglesia de Santa María la Mayor.

Enrique, que se decia rey de Navarra, 'por este tiempo daba muestra de católico, y pretendia ser absuelto de las censuras.

El duque de Nevers, enviado por él á Roma para suplicar que el Papa le absolviese, hacia para ello grandes diligencias; mas el Padre Santo se mostraba muy severo, y reprehendia al arzobispo de Bourges, porque sin órden de su Santidad le absolvió de las censuras en Francia, y aun muchos sospechaban que en esta pretension no habia llaneza, mas el tiempo los desengañó.

AÑO 1594.

En Roma, á 17 de abril, canonizó el pontífice á san Jacinto, polaco, de la órden de los Predicadores.

En Madrid, á 22 de noviembre, dia mártes, falleció el cardenal y arzobispo de Toledo don Gaspar de Quiroga, en edad de ochenta y tres años. Enterróse en un monasterio de agustinos de la villa de Madrigal, de donde era natural. Tuvo partes aventajadas de prudencia y rectitud; nadie vive sin tachas. Llegó mucho dinero por ser las rentas gruesas y el gasto moderado. No hizo testamento; por mandado del Padre Santo la hacienda se repartió por partes iguales en obras pias y cámaras apostólica y real. Sucedió en el arzobispado el cardenal y archiduque Alberto, que adelante con licencia del Papa y por órden de su tio el rey Católico mudó estado.

Este año en Hungría se perdió Javarino, plaza importante; rindióse á los turcos que la tenian cercada.

AÑO 1595.

Al principio deste año murió en Flándes el archiduque Arnesto, que por el Rey, su tio, gobernaba aquellos estados. El archiduque Alberto, su hermano, á los 3 de abril tomó posesion del arzobispado de Toledo. Nunca vino á su iglesia ni se consagró, á causa que el Rey, su tio, le encargó el gobierno de Flandes, para donde partió de Madrid por fin de agosto. Quedó por gobernador del arzobispado García de Loaisa, que por su renunciacion tres años adelante le sucedió en aquella dignidad. Los estados de Flandes por la muerte de Arnesto quedaron por un tiempo á cargo de don Pedro Enriquez de Toledo, conde de Fuentes, gran soldado.

El duque de Vandoma, que se decia rey de Navarra y pretendia la corona de Francia, acudió como católico y como se dijo al Papa por absolucion. Ventilóse mucho la causa; finalmente, el Padre Santo se resolvió, y

á 17 de setiembre le absolvió y habilitó para aquella corona, con que todo aquel reino se le allanó. Item, á 23 deste mes don Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, en la Morea tomó y saqueó la ciudad de Patras; partió de Mecina con veinte galeras para esta empresa.

A 3 de octubre el conde de Fuentes con un largo cerco ganó á Cambray, que se tenia por Francia; tres veces acudió gente de Francia para hacer alzar el cerco, y otras tantas vencidos volvieron atrás.

A 25 del mes de noviembre el Papa hizo catedral la iglesia de Valladolid, y poco adelante el Rey hizo ciudad aquella villa; su primer obispo fué el doctor Bartolomé de la Plaza. Al fin deste año cargaron mucho las aguas, hincháronse los rios; en Sevilla aquel rio entró en la ciudad y hizo gran daño en la aduana.

AÑO 1596.

Francisco Draques, cosario inglés, echó gente en tierra en el Nombre de Dios con intento, pasado el Estrecho, de saquear á Panamá; apellidáronse los españoles, cargaron sobre él, y le forzaron á volver á sus naves al principio de enero. Otras veces dió pesadumbre por aquellas partes, y al cabo murió en Portovelo, y su armada se retiró destrozada, forzándola á dejar las Indias don Bernardino de Avellaneda.

Por el contrario, el archiduque Alberto, á 17 de abril, se apoderó de Cales y la quitó á los franceses; pero poco despues por concierto se restituyó. Estaba á este mismo tiempo el Rey en Azeca, cerca de Toledo, muy apretado de dolencia, que le tuvieron por muerto; pasó á Toledo, donde vino nueva que la armada inglesa, á 1.o de julio, tomó y saqueó la isla y ciudad de Cádiz, quemó la flota que allí estaba á la cola para ir á Méjico, que fué gran daño, y muchos mercaderes por todo el reino padecieron y quebraron.

AÑO 1597.

Sigismundo Batori, príncipe de Transilvania, por este tiempo con gran valor hacia la guerra contra turcos y herejes. Vino á Viena á verse con el Emperador; ayudóle con dineros, lo mismo hicieron el Papa y rey Católico; mas las esperanzas que dél se tenian se trocaron por cierta enfermedad que le sobrevino, quién dice que fueron hechizos, por la cual dejó las armas y la mujer, hija que era del archiduque Carolo, y renunciados sus estados en el Emperador, pasó la vida en Praga como particular, y allí falleció de apoplejía los años

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Este año, á 6 de mayo, renunció el Rey en favor de su hija mayor la infanta doña Isabel los estados de Flandes con intento de casalla, como se hizo, con su primo el archiduque Alberto, que para esto renunció el capelo y el arzobispado de Toledo, y se dió á García de Loaisa, maestro que era del príncipe don Filipe. Ordenó que aquellos estados fuesen feudo de Castilla, y reservóse la órden del Tuson y nombrar castellanos en algunas fortalezas, como la de Anvers, la de Gante y la de Cambray. Poco adelante concertó paces con Francia, en que el Papa puso grande diligencia ; agrá

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