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resultan mares de amargura. No digo mas particulares, porque así de los dichos como de los que quedan por decir se tratará adelante mas por menudo. Solo pretendo probar que en el gobierno puede haber causas de la desunion que vemos y de los disgustos que se experi

mentan.

CAPITULO IV.

De las revueltas entre los nuestros.

22. Otro indicio de que el gobierno no está bien templado son las muchas revueltas que, mal pecado, estos años se han visto en la Compañía y que juntamente han sido ocasion en gran parte de grandes y largos disgustos. No diré cosas secretas, que son muchas, y seria contra la caridad y aun contra la prudencia publicallas á quien las ignora, ni trataré otras menudas, que las llamo así, no por ser ellas en sí pequeñas, sino por ser las personas de no mucha cuenta. Tampoco pretendo hacer registro de todas las provincias, que ni sé lo que allí ha pasado, ni aunque lo supiera me embarazara en escritura tan larga; por lo que aquí se dijere se podrá entender lo demás y por la uña, como dice el refran, se conocerá al leon.

23. La primera ocasion de revueltas fué la eleccion del primer provincial de Andalucía, que envió nuestro padre general desde Roma luego al principio de su generalato; era persona muy impropria, y siempre los que le conocimos temimos los daños que resultaron. Este inconveniente tienen las elecciones que se hacen sin informacion, ó por la de uno, ó por la de pocos; debióle de aprobar el asistente, á quien succedia en el provincialato y con quien tenia amistad, manera ocasionada á ficciones y engaños. Resultó que los padres mas graves de la provincia no debieron de aprobar sus cosas; acusólos al general y hízolos desterrar á todos, entre ellos á algunos de los provinciales pasados, y todos á una mano los mas buenos y mejores de la provincia.

24. No es buen gobierno que se tenga por inquieto el que no aprueba todo lo que el superior hace y que se tenga por desunion el no decir que es blanco lo que es negro, porque la verdad y virtud han de andar sobre todo. Bien se puede entender el disgusto que esta resoJucion causó en todos los que lo supieron. Poco adelante sucedió en Salamanca cierta diferencia entre el rector y un padre que habia sido provincial y por su persona y canas muy grave; llegó la pesadumbre á que aquel padre escribió al rector una carta sin firma con alguna libertad y que parece tocaba algo en el linaje, lenguaje muy fuera de nuestra profesion y de gente espiritual. De la ocasion que el rector dió no se sabe mas que de muchos años hubo gran mano en aquella provincia, que es persona muy conocida por de no mucha prudencia y que á título de espiritual tiene dictámenes extravagantes. Paréceles á esta gente que todo lo que conciben se puede y debe ejecutar, sin mirar la diferencia que hay entre la especuJacion y la práctica.

25. Resultó que nuestro padre general hizo prender aquel padre y le tuvo preso por mas de un año. Esta resolucion hinchó de amargura el pecho de muchos, en

especial de aquella provincia y de esta, porque le tenian en buena figura y tenia muchos amigos, y la resolucion de Roma se tuvo por rigurosa, daño que hasta hoy no está reparado, antes las revueltas de aquella provincia han siempre crecido.

26. Animado nuestro padre general con que se ejecutó en las dos provincias lo que ordenó en los dos casos ya dichos y ayudado de su natural y del favor de Gregorio XIII, que se entiende que hizo mucho daño, determinó de chocar con los padres antiguos de esta provincia de Toledo, y comenzó por dos padres de esta casa profesa. Toda la ocasion fué que avisaron al general de algunas faltas, que debió ser con alguna libertad ; quiso, á lo que pareció, vengarse por este camino y enviarlos desterrados, al uno de esta provincia, y al otro de esta casa; nole salió bien, porque el cardenal Quiroga defendió al uno, avisado no sé por quién, de lo que pasaba y de la intencion de nuestro padre general. El otro salió á Castilla y ya se sabe lo que pasó en el camino. Allá se juntó con otros disgustados, que pusieron á la Compañía en harto aprieto, tanto que para aplacarle fué necesario hacerle rector de Segovia por todo el tiempo que él lo quiso ser y restituirle á esta provincia y á esta casa, adonde murió, sin reconocer jamás en vida ni en muerte su yerro, creo por entender habia procedido debidamente.

27. Demás de esto, la eleccion del padre Antonio Marcen en provincial de esta provincia fué uno de los mayores yerros que jamás en la Compañía se hicieron; era provincial de Castilla y estaba á la sazon denunciado á la Inquisicion por haberse entremetido en cosas que tocaban á aquel santo tribunal. No fué esto tan secreto que no se supiese; para reparar el riesgo determinaron mudalle y houralle; mas bien se mostró que sabian poco de los humores de acá y que confiaban demasiado en el favor de allá, que no les valió; hiciéronlo con tanta resolucion y secreto, que nadie lo supo hasta que le vimos entrar por nuestras puertas ; temian que aquella resolucion pareciera mal y que si daban lugar replicarian; resultó que prendió la Inquisicion al dicho padre provincial y á fotros tres, uno de los cuales fué aquel padre rector de Salamanca, en que se entendió quisieron los hombres ó Dios vengar el rigor de que usó contra aquel padre su encontrado. Fué esta prision muy nueva y muy grave, tanto mas de sentir, que se encaminó, á lo que se dijo, por los mismos de la Compañía y que entraron á la parte los dos padres desabridos, el preso de Salamanca el echado de Toledo.

28. Lo que mas hay aquí que advertir es que aquella eleccion tan errada del padre Marcen siempre los de Roma la quisieron apoyar, y si alguno los contradecia, se volvian contra él como leones. Como se ven cerca del general, en son de volver por su autoridad, atrévense á todos, aunque sean unos gusanos salidos de la tierra; todo es cebo de disgustos y echar leña al fuego que ardia y arde y privarse de la lástima que les tuvieran si se conocieran.

29. De aquí resultó otra revuelta, la mayor de todas. Los descontentos, demás de lo hecho, por vengar mas

y

mejantes caminos. Así, la libertad de opinar, sin embargo, se ha quedado y está en su punto, de que han resultado muchas y ordinarias revueltas con los padres dominicos, á quien debiamos antes reconocer por maestros.

su saña, acudieron al Rey y al Papa con sus memoriales dieron tal informacion del desórden que decian andaba en nuestro gobierno, que se resolvieron en hacer visita á la Compañía por personas de afuera; tuvieron sacada bula y llamaron á Madrid el visitador : la mayor befa que se pudiera hacer y que fué menester grande ayuda de Dios y de la gente para atajar los daños ; que forzosamente aquella traza traia consigo grandes inconvenientes, y el mayor de todos tener la gente desabrida, que el poder del general es muy flaco, y si le pierden el respeto, le pueden contaminar en muchas maneras.

30. ¿Qué diré de las revueltas del padre Abreu, ocasionadas de su mala condicion y del no dalle la profesion, pero que se pudieron atajar con tiempo? Mas el gobierno desde tan lejos tiene este inconveniente, que en dos ó tres réplicas se pasan años, y el mal olor se continúa, cual fué de esta persona que, entre otras cosas, por largo tiempo, estando en la Compañía, abogó en la corte y otros lugares á mas caro precio y salarios que los abogados cosarios, y al fin salió con cuanto quiso y aun dicen dejó robada la Compañía.

31. La revuelta del padre Enriquez se armó sobre cosa bien ligera de no sé qué palabras que dijo en una profesion de dos de los nuestros, que ni ellos se debieran sentir tanto, ni el general hacer caso de ello. Sobre esta niñería se armó el pelotero que vimos, y puso en necesidad á la Compañía de hacer lo que con él se hizo y del ruido que intervino tantos años en el Consejo Real con la Inquisicion y con el Papa. Sospecho que si se procediera con mas caridad y con mas tiento, que el escándalo o fuera tan adelante; mas los yerros pasados mal se pueden remediar.

32. ¿Qué es lo que hizo el padre Bartolomé de Sicilia y por qué tantos años trajo al retortero á la Compañía, ya en hábito de seglar, ya de clérigo, ya con estruendo de criados para buscar dineros para el Rey, ya fuera de la Compañía, ya dentro? Hombre era de buena ley y honesto; pero sus cosas y ocupaciones muy fuera de nuestro instituto. Creo se pudiera todo atajar al principio si la codicia de algunos no le hiciera espaldas con informaciones en su favor.

33. ¿Qué diré del libro de Ratione studiorum, con que nuestro padre general, al principio de su generalato, pretendió, no solo dar órden en la policía de nuestras escuelas, sino tambien reglas de doctrina para todos? Veia que la libertad en opinar se entraba mucho entre los nuestros, y parecióle que por este medio se podia alajar este daño; fué bueno el celo, la traza la mas nueva que jamás se haya intentado en congregacion alguna. Es muy dificultoso sujetar los ingenios, especialmente que de los cuatro que para esto se escogieron los tres eran poco á propósito. Lo que resultó fué que las provincias se resintieron, la Inquisicion se interpuso y vedó el libro, y sin embargo, la porfia pasó muy adelante, en que intervinieron cosas muy indignas de personas tan prudentes y que no son para ponerlas por escrito. Todo fué falta de saber y de prudencia para conocer los pechos de los hombres doctos y cuán malos son de domeñar y mas por se

34. No dejaré de confesar que aquellos padres pudieran templar su rigor, ni que los nuestros les han dado algunas ocasiones, que todo se pudiera excusar, ni quiero hacer memoria de todas estas diferencias, que han sido muchas y en materias de doctrinas muy graves; solo diré que con ocasion de un libro que imprimió el padre Luis de Molina sobre la Gracia y libre albedrio, aquellos padres se alteraron grandemente, acudieron á la Inquisicion y de allí á Roma, donde todavía anda el pleito y se trata con grande porfía; y cuando se saliese con la victoria, que todavía está en duda, habria costado muchos millares, trabajos y inquietudes de muchos años.

35. Acuérdome que persona que tenia muchas noticias de estas cosas avisó á los nuestros con tiempo no se embarazasen ni empeñasen mucho en este negocio, por temer lo que ha sucedido. No prestó nada, porque el general se hallaba empeñado, prendado digo, de la licencia que dió para imprimir aquel libro, y de acá gente moza lo allanaba todo. Quiso la desgracia que así el asistente en Roma como el provincial acá, por quien todo pasaba, eran personas sin letras ; calzáronselos la gente de humor y brio; ha resultado lo que se ha visto y lo que resultará siempre que por este camino se proceda de gente briosa y superiores sin letras.

36. Dejo lo del padre Alonso Sanchez, que fueron cosas para avergonzarnos, y lo del padre Josef Acosta por no alargar, no porque no fueron las revueltas memorables; solo una diré, que es la última revuelta que tenemos entre manos y es la mas grave de todas.

37. Nuestro padre general quiso descomponer á cierto padre, primero en Nápoles, y despues en España, con informaciones que tuvo. Revolvió aquel padre, y con el favor que tenia en la corte de España y en Roma hizo echar de Valladolid varios padres y aun penitenciar á algunos de ellos gravemente. No paró en esto la tragedia, sino que con color que nuestro padre general no conoce la gente y que le engañan, su Santidad le mandó venir á España á visitar, que es la mayor befa que á todos se nos pudiera hacer. No trato si nos conviene que el general visite, que esto antes parece muy expediente, pero que á contemplacion de uno y porque le mandó salir de Valladolid en trueco le hagan salir de Roma, es traza que hace maravillar y que nos afrenta á todos. Los cuatro provinciales de España con los procuradores que fueron á Roma han acudido á la corte para atajar esto; no sé en qué parará. Dios, nuestro señor, lo encamine todo á su servicio, que sin duda las revueltas de estos años han sido muchas y graves, como se ve de lo dicho, y muestra que el gobierno tiene puntos que reformar.

CAPITULO V.

De la crianza de los novicios.

38. Dice un sabio: Senectus me amariorem [facit

omni stomacho (1). No hay punto en que los mas de la Compañía piensen que va tan acertado nuestro gobierno como en la crianza de los novicios: yo tengo el juicio tan extravagante, debe de causallo la vejez, que en ninguna cosa entiendo vaya mas errado y fuera de toda razon; daño, que dado fuera muy pequeño, era de grande consideracion, por ser en los principios, de que depende todo lo restante. No hay duda sino que los de la Compañía se crian para soldados, para andar por las plazas, mesones y hospitales, vivir entre soldados, herejes y gentiles. Para este fin es por ventura á propósito criallos tan encerrados y retirados como cartujos, que no vean ni aun los vean los de su misma religion? ¿ Cómo se acostumbrarán á los soles y á los frios, á andar á pié ó á mal pasar los que en tiempo de sus fervores se acostumbran al regalo que sabemos y á tantas comodidades? Los puercos que se matan para regalallos, las frutas escogidas y para todos tiempos, ¿cómo será posible que sin sentirlo no crien unos espíritus amigos del regalo y enemigos del trabajo? Lo cual se experimenta en gran número de ellos la edad adelante. Yo no soy de parecer - que los traten miserablemente, y en particular en sus enfermedades es justo no sientan la falta del regalo de sus casas; y en la salud, que en el vestido interior y comida se le provea con liberalidad; mas el regalo en aquella edad y en aquellos principios siempre es dañoso.

39. Sobre todo se yerra en criar los novicios en casas aparte, que llamamos casas de probacion. Es averiguado que esta manera de casas fué una muy nueva introduccion y muy fuera de lo que nuestro Fundador dejó trazado, y que en tanto que él vivió, nunca se fundó casa semejante; antes en el Examen, cap. 2.o, dice: Hujusmodi domus probationis velut membra sunt collegiorum. Cierto la casa de Villarejo y la nueva que se fundó en Madrid, de ningun colegio son miembros, ni como miembro, si no, digan en qué : si en el gobierno, si en la renta, si en el edificio, que todo es distinto. Si alguno dice que la constitucion declara puedan estas casas tener sus rentas, digo, que no para hacer rancho aparte, sino como la sacristía; la librería, etc., de manera que estas casas son, no solo fuera, sino contra las constituciones, que es una razon muy fuerte, y mas para los que sienten no se debe alterar cosa alguna en el Instituto y siempre apellidan esto.

40. Otra razon, y á mi ver de mucho peso, es que todas las religiones han experimentado y experimentan los inconvenientes que hay en criar los novicios en los conventos; sin embargo, todas, sin faltar ninguna, los crian en ellos, y ninguna ha seguido este nuestro camino; y si alguna le probó, todas le han dejado y seguido el contrario.

41. Lo tercero, que es gran prudencia trazar las cosas de suerte, que los que están en la Compañía como comen vayan sirviendo, para que el que muere, el que

(1) Senectus secum portat, et facit omnia stomacho amara. Así en el MS. Vaticano, núm. 6344, fol. 118. El MS. de Vargas trae en el cuerpo de la obra las mismas palabras latinas que el mio, y por adicion interlincal pone las del Vaticano.

sale, el que envian á las Indias no deje con su gasto y poco servicio hecho grande hoyo; que de estos particulares y de otros se forjan las deudas que nos atierran. Esto tiene mas fuerza en la Compañía, por ser el tiempo de las probaciones mas largo, y larguísimo el de la profesion; y así se debe procurar que si gastan, sirvan; que así se practicaba en tiempo de nuestro padre Ignacio, y así lo sentia él mismo que se debia hacer.

42. Lo cuarto, que por falta de servicio se multiplica en gran manera el número de religiosos legos, que es otro daño asaz grave, y que en gran parte se atajaria si en los servicios de casa se ayudasen de los novicios; mas de este daño se tratará en otra parte en particular.

43. La quinta razon, que con esta manera de vida y crianza no se cumple con las probaciones que se ponen en el cap. 4.o del Examen : lo de los hospitales, peregrinaciones y oficios de casa, que ó se dejan ó se hacen de paso ó por cumplimiento. Donde hay cincuenta novicios, ¿cómo puede haber oficios para todos? Especialmente que no se contentan con ser tantos, sino que tienen buen número de legos antiguos para los oficios de mas trabajo.

44. Dirá alguno que si el trabajo no es muy medido enfermarán y morirán; digo que en buena demanda les faltará la salud. Fuera de que mas quita la salud el regalo y mas mueren por esta causa; y aun yo creo que las mas de nuestras enfermedades vienen de mucho comer, mas que de trabajo; y llamo mucho, respecto el poco ejercicio corporal que se hace.

45. La sexta razon es porque nuestras virtudes mas deben de ser prácticas que especulativas, quiero decir, que para la humildad es mas á propósito humillarse que hacer actos y especulaciones sobre la humildad; para aumentar la caridad, hacerla y ejercitarla con los enfermos y con los sanos; para la paciencia los trabajos. De lo cual todo hay tan poca comodidad y ejercicio en vida tan regalada y retirada, como es en la que nuestros novicios al presente se crian; pues los ejercicios corporales eu que los ocupan dicen son muy improprios. ¿Cuánto fuera mejor imponerlos en remendarse, aderezar una comida, curar una bestia, que son cosas que pueden servir toda la vida, y se excusarian gastos grandes que se hacen en servirlos toda la vida, porque nunca aprendieron á ser hombres?

46. La postrera razon sea que los que alcanzamos los primeros tiempos de la Compañía, en que se rigieron acerca de los nuevos del modo dicho, sabemos muy bien que hoy los novicios con tantas contemplaciones y retiramientos no salen mejores que entonces salian cuando sus probaciones eran con los oficios de casa y por los caminos y hospitales. Verdad es que el fervor de entonces hacia mucho al caso para que el aprovechamiento fuese mayor; pero puédese pensar que no sea esta la causa principal, sino que los novicios no están bien tratados. Yo seria de parecer que con algunos se probase otra vez á traellos y reducillos en los colegios, como se hacia al principio, y conforme à las constitu

ciones, y ver si salian tan aprobados y aprovechados como los retirados para escoger lo mejor. Hace para esto que cuando estas cosas se pusieron en su punto se ordenó que, no solo los estudiantes, sino los legos, se criasen en ellas; viéronse al cabo de poco tiempo notables daños, y algunos pasaron por mis manos, que despues de aquel ocio no los podian volver al trabajo; y así acordaron que los legos no los probasen de aquella suerte. Podria ser que en los estudiantes hiciese lo mismo algun daño que no se echase de ver tan presto; y tornar á probar lo que se hizo al principio no veo que seria yerro, sino grande prudencia, para con humildad escoger lo mejor.

CAPITULO VI.

De los estudiantes.

47. En los estudios de la Compañía considero tambien muchos yerros y algunas faltas notables. Diré primero de los de humanidad, despues de los de artes y teología. Hanse encargado los nuestros de enseñar las letras de humanidad en los mas principales pueblos de España; asunto sin duda de consideracion, porque con ellas la tierna edad de los mozos se encamina á toda virtud y devocion para que no se estrague con vicios en los primeros años, pero de grandes dificultades, por no ser los de nuestra nacion muy inclinados á estos estudios y por la falta que de ordinario tenemos de buenos maestros. Leen de ordinario dos ó tres años los que no saben ni quieren aprender, propria condicion de necios. Enseñan á los oyentes impropriedades y barbarismos, que nunca pueden olvidar, como lo demás que se les imprime en esta tierna edad. No hay duda sino que hoy en España se sabe menos latin que ahora cincuenta años.

48. Creo yo, y aun antes lo tengo por muy cierto, que una de las causas mas principales de este daño es estar encargada la Compañía de estos estudios; que si la gente entendiese bien el daño que por este camino se hace, no dudo sino que por decreto público nos quitarian estas escuelas, como se ha empezado á tratar. Veamos si seria buen gobierno que en los otros oficios se permitiese los enseñasen remendones, con color de que son hombres de bien y enseñarán virtud á sus aprendices. No es la Compañía la primera religion que se ha encargado de esto. Antes en la de San Benito los monasterios eran las escuelas públicas, como se ve de la corónica de Tritemio. Temo yo que como aquellos padres se las quitaron ó las dejaron, lo mismo habrá de ser de las nuestras. Es sin duda carga intolerable, y como los colegios son tantos, no se puede llevar. Antiguamente los preceptores de gramática seglares, como gastaban toda la vida en aquel oficio, unos sabian preceptos, otros poesía, otros erudicion, entre los nuestros apenas hay quien sepa de esto. Los seglares, por ver los puestos ocupados, no se dan á estas letras y profesion. Y así, si alguna dificultad se ofrece, no se halla apenas en España quien sepa cuatro palabras en latin.

49. Algunos medios se han intentado en la Compa

ñía para acudir á estos daños. Uno de ellos es el de los seminarios de humanidad; no sé si el provecho es bastante, por ocuparse los estudiantes muy de paso en esto y poner la mira de ordinario en el púlpito ó en los estudios escolásticos. El remedio seria que los colegios de estas lecturas fuesen menos y honrar los que profesan estas letras, que como vean á los que menos de esto saben estimados y puestos en oficios, todos ó casi todos dejan este camino y toman el mas acreditado, que es el de la ignorancia. Punto es este de los mas dificultosos que hay, templar estos estudios de manera que se cumpla y no se perjudique á las otras letras y profesiones que la Compañía tiene á su cargo.

50. Los estudios mas altos se tratan con mas cuidado, si bien el número de los que se adelantan es pequeño para tan buenos ingenios como entran en la Compañía y para la quietud de que gozan todo el tiempo de los estudios. La causa debe de ser verse tan falta de puestos en que se ejerciten los sugetos y aun el poco fundamento que tienen en las letras de humanidad. Los estudios escolásticos son secos y no para toda la vida; y como no entienden los santos, ni tienen lenguas para entrar en la Escritura, deságuanse por los sermones ó danse á la ociosidad.

51. Hay otro daño en estos estudios, que es la poca union; quiere cada cual ir por su camino, y se salen con ello sin remedio, en que hay dos inconvenientes, que se experimentan cada dia. El primero, que en los puntos no se pasa adelante ni se pueden enriquecer; lo que uno dice, el otro lo desdice; lo que uno tiene por claro, otro dice que no es verdad. Con que la doctrina de los nuestros viene á ser semejante á la tela de Penélope, que lo que se teje de dia, se desteje de noche. El segundo, que en pocos años todo se muda, no solo las opiniones, sino la manera de hablar, en tanto grado, que á cabo de seis años los tinos no entienden á los otros, no solamente los que dejaron las escuelas y despues vuelven á ellas, sino los que las han continuado y nunca dejan los estudios de la mano, que no entienden los que vienen de otro colegio do han estudiado ó leido algun nuevo curso de artes ó de teología.

52. Algunos son de parecer que para evitar estos y otros inconvenientes seria único remedio señalar á los maestros, así artistas como teólogos, un autor que declarasen á sus discípulos, sin poder salir de él, á lo menos hasta haberle leido algunos años. Las razones que hay para hacer esto quiero poner aquí, por ser uno de los puntos mas importantes para encaminar nuestros estudios como conviene.

53. La primera de todas, que por este camino se unirian los nuestros en una misina doctrina y opiniones, cosa de grande importancia para quitar disensiones y aun bandos, que comienzan ya. Mandallos pues que en la teología sigan á santo Tomás, como se manda en la constitucion y se aprieta mas en el decreto en la quinta congregacion y en el libro de Ratione studiorum, no basta, porque cada cual, aunque sea apospelo, quiere traer á santo Tomás á su opinion, en que gastau gran

con los mismos términos, sin que cada dia se inventasen nuevas cuestiones y en las antiguas, nuevas y peregrinas maneras de hablar, todo por dejar libres los ingenios y no atallos á una manera de doctrina.

parte de sus lecturas, que es otro nuevo daño, demás de las muchas cuestiones que hoy se ventilan, y no en tiempo de santo Tomás. Forzoso será pasar adelante en la cura y probar si se podrian unir con señalarles un intérprete de santo Tomás, del cual no salgan de ordinario ni se aparten por lo menos por su juicio particular.

54. La segunda, que por este camino irian con seguridad sin tropezar en novedades, que a veces son perjudiciales y peligrosas; que por ser los ingenios lozanos y amigos de señalarse, siempre buscan por lo menos algunas nuevas sendas, en que se despeñan si no les quitan de todo punto esta libertad de leer cosas suyas y nuevas. Si no, mírense las alarmas que cada dia nos dan por esta causa y los tragos que nos hacen beber.

55. La tercera razon es que los estudiantes, fuera de seguir por este camino doctrina segura y sendereada de muchos, sabrian con mas fundamento, pues de ordinario el que imprime sabe mas que el que comienza á leer, mira mejor las cosas y las traba unas con otras, que es el todo en la teología escolástica y en las artes.

56. La cuarta, que por este camino las opiniones que parecieran á propósito y convenientes á la Compañía se introducirian con mucha suavidad y sin las violencias que en el libro de Ratione studiorum y en su ejecucion se experimentaron al principio. Cada dia se enriquecerian mas, porque uno hallara una razon para defendella y otro hallara otra, adonde al presente lo que uno hace, otro lo deshace, y ninguna opinion medra ni reluce; todo es tejer y destejer, y yo veo muchas opiniones válidas en las escuelas al presente por esta causa que antiguamente se tuvieron por extravagantes y por falsas.

57. La quinta, que por este camino se leeria al doblado de lo que hoy se lee; podríanse acabar las partes de santo Tomás en cuatro años, como se desea, y correr el número de cuestiones que el libro de Ratione studiorum señala á cada lector, lo que de la manera que hoy va se tiene por imposible.

58. Item, que por este modo se excusaria el dictar, con que se miraria por la salud de los oyentes, que la pierden muchos con tanto escribir, y excusaríanse gastos en escribientes y en portes cuando llevan sus escritos; que ya no hay mozuelo que no tenga para hinchir baul ó arca, con que sin sentir se nos entra la propriedad en casa. El tiempo que gastan en escribir y copiar le gastarian en leer los autores, con que se varian mas doctos que por via de los escritos que dictan los maestros.

59. La séptima razon, que los maestros trabajarian menos y se harian mas doctos; porque el tiempo que hoy gastan en juntar sus lecturas y en escribillas le podrian gastar en estudios mayores de Escritura, con erudicion eclesiástica y en lenguas; á lo menos podrian ocupar en esto muchos ratos, con que se despojarian de la barbarie que comunmente reina hoy en España.

60. La octava, que unos á otros se entenderian, dado que estudiasen en diversos pueblos ó provincias, y los que hoy estudian con los que estudiaron veinte y treinta años antes verian tratadas las mismas opiniones

61. La nona razon sea que por este camino se han unido las otras religiones: los dominicos en la doctrina de santo Tomás, los franciscanos en la de Escoto; los carmelitas en la de Bacon, que debieron al principio de experimentar las dificultades en que nosotros nos halla-. mos de presente; y no hallaron mejor camino que señalarles un autor de quien no se pudiesen apartar, que debieron ejecutar al principio con mayor rigor que al presente, cuando todavía les permiten dictar sus escritos, á tal que no se aparten del autor que abrazaron.

62. La postrera sea las cátedras que en las universidades se instituyeron de Santo Tomás, de Escoto, de Durando, sin duda enderezadas á que los maestros solamente leyesen aquellos autores, por excusar las extravagancias que hoy andan, que las debieron experimentar tambien en aquel tiempo. En la universidad de Salamanca hay constitucion antigua, que los maestros no dicten; así lo refiere Antonio de Nebrija en una de sus repeticiones. La confusion de escritos que hoy vemos les debió de mover á hacer aquella constitucion', con que pretendieron atajar aquel daño. Finalmente, el rey don Felipe II, despues de grandes consultas y acuerdos, resolvió que los maestros del Escurial no dictasen, sino que leyesen por un libro, y ansí entiendo que se guarda.

CAPITULO VII.

De los coadjutores temporales.

63. En ninguna cosa se echa mas de ver que este gobierno va errado en algunos principios prudenciales que en este punto de los coadjutores temporales. Uno de los muchos grados que tiene la Compañía son los hermanos coadjutores, ó legos y el mas bajo de todos, los cuales, segun las constituciones, quedaron fundados en tanta humildad, que, segun ellas, habian de traer hábito de seglar, y nunca los admiten á votos solemnes, sino que en cualquier tiempo los pueden despedir, y ellos despedidos, se pueden casar.

64. Sin embargo, en ninguna religion están hoy tan subidos, porque en el hábito no se diferencian de los demás, por cuanto se alteró esta constitucion años ha, no sé con qué autoridad. El tratamiento es el mismo, y aun quieren decir que mejor, por estar en su poder todo el vestido y toda la provision. En las conversaciones, recreaciones y todo lo demás corren á las parejas con todos. Todo lo cual se pudiera llevar bien, pero la mucha igualdad no lo es, sino desorden y demasía.

65. El mayor daño es que el número se ha multiplicado mucho. En esta provincia por las listas se halla que de quinientos y cuarenta que somos, los doscientos y treinta son coadjutores, que si á este número añadimos mozos y pretendientes, pasarán de trescientos. Esto es muy grande inconveniente por la costa, que es grande;

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