Imágenes de páginas
PDF
EPUB

y futura de las dos Españas constituía un estado distinto en el carácter, en los sentimientos y pasiones de sus respectivos naturales; y los que las representaban en las Córtes estraordinarias no podían ménos de ofrecer al observador atento y penetrante, el mismo fenómeno en la conducta parlamentaria que seguían.

La diputacion de Ultramar se componía de los 30 diputados suplentes, nombrados en Cádiz, y de los propietarios que llegaban sucesivamente de las provincias de América. Los suplentes, en el mayor número, habían venido á Europa ántes de la insurreccion, y así pudieron penetrar desde su origen el espíritu y tendencia de este gran movimiento, seguir sus progresos y vicisitudes, y conocer correctamente el estado de la opinion peninsular, con respecto á la lucha y á los fundamentos en que una y otra se apoyaban. Este conocimiento práctico de los sucesos, la autoridad y peso que daba á su dictámen para con sus colegas recien-llegados, su anterior residencia en la metrópoli los hacían naturalmente gefes y directores de la diputacion americana.

Examinada esta con atencion en su conducta, aparecía que, aunqué un pequeño número de sus miembros solía desavenirse en las doctrinas libe

rales, y en algunas cuestiones de naturaleza indefinida, procedía con la mas estrecha union y el mayor acuerdo en los asuntos que tocaban directamente á la América. En los principios y resoluciones generales que favorecían abstractamente la libertad, los diputados liberales de Ultramar no se separaban de los de Europa. En este punto los intereses eran uniformes. Pero en su aplicacion práctica é inmediata á todos los casos en que se intentaba conservar ilesa la autoridad suprema del estado, dar fuerza y vigor al gobierno en la madre patria, para sostener la union y coherencia de provincias tan distantes y dilatadas, se echaba de ver en los diputados de América cierta reserva, ó desvío, se advertía una como cautela, en suma, no era posible desconocer, que se dirigían hacia otro fin, que se guiaban por reglas diferentes, si no contrarias á las que servían de norma á los diputados peninsulares. La supresion de los vireyes, y de facultades estraordinarias á gefes superiores de provincias tan remotas, solicitada con tanto empeño, á pesar de la alteracion tan considerable que hacía por sí sola en la naturaleza de estos cargos la forma del gobierno representativo; el empeño en destruir el equilibrio é influencia de

la metrópoli con una aplicacion estricta y poco meditada del principio abstracto de igualdad á la representacion de la América en las Córtes; el desacuerdo con los diputados liberales de Europa en la eleccion de regentes y consejeros de estado, todos estos incidentes, y muchos otros de la misma clase descubrían el verdadero espíritu y tendencia de la diputacion de Ultramar.

Era ademas una fatalidad inseparable de las circunstancias que acompañaron á la insurreccion de la península, el que la independencia de América se presentase á la imaginacion de sus diputados no como un suceso eventual y remoto, sinó como próximo é inevitable. Para muchos de ellos el triunfo de la metrópoli era una quimera; para los demas rayaba en lo imposible. Toda circunspeccion, toda prudencia, todo disimulo de su parte no podía alcanzar á encubrir en este punto su opinion, y sus sentimientos á la penetracion de sus colegas peninsulares. En una célebre discusion, en que las Córtes desplegaron su acostumbrado vigor y energía, el diputado por la Puebla de los Angeles, no obstante que era considerado como el ménos favorable á la independencia de América entre todos sus paisanos, no se detuvo en revelar públicamente

TOM. II.

D

la persuasion con que había venido á Europa de la próxima subyugacion de la metrópoli, y que segun apareció, en nada había alterado desde su llegada á Cádiz.

66

Despues de un preámbulo triste y ominoso, dijo resueltamente: "En adelante no hay que esperar un peso de América si permanecemos "en la antigua España. Es menester que desde "ahora se nombre una comision que podrá "Ilamarse de transmigracion para que sosegada"mente trabaje y presente un plan para saber "los medios de nuestra comunicacion, de nues"tras deliberaciones, del modo de circularlas y "hacerlas obedecer, porqué en este caso seremos "acechados y perseguidos, no tendremos un punto en que nos podamos congregar. Si nos "hemos de trasladar á otro punto, el gobierno "tiene ofrecido que en sus estremos apuros lo “hará gustosamente al reino de Méjico. Pero 66 una resolucion como esta ha de ser obra de i

66

[ocr errors]

pocos instantes? ¡Se ha de esperar á los "últimos apuros? ¿No puede esto estar medi"tado con tiempo? ¿No se ha de dar parte de "esto á Inglaterra y Portugal para saber de que ❝modo hemos de salir del negocio ? Finalmente, "reconozcase desde ahora nuestra marina:

"sépase los buques estrangeros y nacionales con

66

que podemos contar para aquel caso: Ponga"mos en salvo todos los archivos y todo lo que

66

convenga salvar, y tomemos todas las precau“ciones que no se tomaron en Sevilla, por cuyo "motivo se perdieron inmensos tesoros. Siento "que la primera vez que tengo que abrir mis "labios sea con un objeto tan funesto; pero "siendo como es el idioma de la verdad, declaro "á V. M. que no hago ánimo de variarlo." Esta singular manifestacion, verdad es, que no fué apoyada por sus colegas de América; pero no porqué confiasen mas en el triunfo de la madre patria, sinó porqué resaltaba demasiado la incongruencia de revelar sentimientos semejantes de aquel modo, porqué era una indiscrecion insigne toda aquella peroracion suasoria, disculpable solo en un disputado nuevo en el congreso, inesperto y sin conocimiento práctico de las circunstancias de la época, y del espíritu perseverante y patriótico que tanto predominaba entónces en la metrópoli.

Los diputados peninsulares ciertamente no desconocían las causas que podían consumar algun dia la separacion absoluta de la América, y las que conspiraban ahora á acelerarla. Las

« AnteriorContinuar »