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mar y de todos los lugares marítimos del imperio. Y D. Berenguer y sus ilustres compañeros correspondieron á ésta honra y confianza con muchas victorias que ganaron á los enemigos del Emperador, las cuales le concitaron con la emulación, el odio de los Griegos. El Emperador hizo á traición quitar la vida á D. Roxer de Brindís, compañero de Berenguer, á quien Andrónico habia nombrado césar v casado con su sobrina, y reservaba igual muerte á D. Berenguer; pero éste se previno, alistó sus tropas y eligió doce de los principales caballeros de su compañía que fuesen de igual valor y juicio para consejeros en las determinaciones, y uno de los doce fué el Capitán D. Pedro Jiménez Roldán, portándose D. Berenguer con tal valor que después de repetidos combates alcanzó al fin una gloriosa victoria, derrotando á Carlo Juan, hijo de Andrónico, haciendo estre. mecer las murallas de Constantinopla, á donde partió luego; y estando para entrar en su puerto y quemar sus atarasanas, sobrevino una armada de Génova, cuyo General Eduardo de Oria, envió á suplicar á D. Berenguer lo fuese á ver con salvo-conducto de la señoría y ejecutándolo fué allí preso con engaño y llevado á Génova, dejando con este suceso suspensas las conquistas de Grecia. Los ricos hombres y caballeros del ejército que se hallaban en Macedonia despacharon ante D. Jaime II de Aragón á tres caballeros, siendo uno de ellos D. Pedro Jiménez Roldán, por ser persona de las que intervenian en el consejo, y de mucha auautoridad, para que suplicasen al rey se interpusiese con la República de Génova sobre la libertad de D. Berenguer, víctima de tan negra traición, debajo del seguro y de la alianza que tenía D. Jaime con la República de Genova. D. Jaime los recibió con gran cariño y les respondió:-que por dar gusto á tan buenos vasallos pondría su autoridad y sus armas, si el caso lo requiriere, por tratarse de D. Berenguer de Entensa, uno de sus mayores vasallos etc. portándose Roldán con tal empeño que consiguió la libertad de D. Berenguer, y después pasó á Roma á representar al Pontífice, la ocasión que se presentaba de reducir al Imperio Griego á la obediencia de la Iglesia romana, concediéndole al Rey de Sicilia D. Fadrique de Aragón la investidura para que pasase á la empresa con un legado de la Santa Sede, y se pr

blicase la cruzada en favor de los que quisiesen ir, ó ayudasen con su limosna. Pero el soberano Pontífice no recibió bien esta embajada, por temer que la casa de Aragón no exaltase más su poderío, frustrándose el motivo de la embajada. Entonces Jiménez de Roldán salió de Roma en busca de su deudo Berenguer de Estanza, con quien pasó á Grecia por segunda vez, hasta que Benardo de Rocafort y Dalmas de San Martín, quitándole la vida á D. Berenguer, terminaron las gloriosas empresas de este gran capitán aragonés, quien con pocos y escojidos caballeros aragones y catalanes llevó sus conquistas hasta los confines de Armenia, subyugando la mayor parte de las provincias de Asia, y vueltos de Europa, á pesar de todo el imperio Griego, destruyendo grán parte de sus dominios, y finalmente se apoderarón en Atenas, en la que ellos y sus sucesores perdonaron muchos años. Pero después de la muerte de D. Berenguer de Entenza, habiendo quedado Bernardo de Rocafort por General del Ejército, empezó á ensañarse contra los amigos de su víctima, y como Jiménez Roldán hubiese sido uno de los principales de ellos, se vió precisado á volverse á Aragón con otros muchos caballeros que hicieron lo mismo.

En 1323 fué Jiménez Roldán uno de los caballeros que acompañaron al Infante D. Alonso, que después fué rey de Aragón á la expedición de Cerdeña y se halló en la coronación el 2 de Abril de 1328. es donde Jiménez Roldán fué armado caballero entre otros ricos-homes del reino. En 1333 pasó á España Ay Bourelid, hijo del Bey de Marruecos con un gran ejército en socorro de Mahomat, Rey de Granada, y puesto cerco á Gibraltar, D. Alonso el Onceno de Cas tilla y de León pidió auxilio á su cuñado D. Alonso IV de Aragón, el que hallándose muy enfermo mandó á D. Jaime, señor de Xerica, su primo, que con la mayor gente que pudiese pasase en auxilio del rey castellano; y el Príncipe D. Jaime, al frente de un gran cuerpo de caballería llevó por su Alférez Mayor á D Pedro Jiménez Roldán, pero más prisa que se dieron para llegar al socorro, no consiguieron impedir que los moros se adueñaran de la plaza fuerte de Gibraltar, que se perdió en Junio de dicho año. Con el auxilio aragonés el rey de Castilla, puso sitio de nuevo á Gibraltar, en cuyo si

tio se hizo notar por su sereno valor Jiménez Roldán, y ha. brían los aliados restaurado la plaza á no ser porque el Rey Alfonso tuvo que abandonar'os llamado por sus fieles para poner en orden las grandes disensiones de algunos ricos homes de Castilla, que pusierón en peligro su corona; pero precisado del mayor peligro, hizo treguas con los reyes moros por cuatro años y volvió á pacificar su reino, agradeciendo muchísimo el señor de Xerica el auxilio que le había dado, con grandes demostraciones de honor y de cariño, casando á su hija Doña Beatriz de Xerica, con el rico-home D. Pedro Ponce de León, señor de Marchena, pariente de D. Pedro Jiménez Roldán por ser ambos nietos por la línea de vaión del Conde D. Pedro Ponce de Minerva, 1o de este nombre, de quien ya hemos hablado en el curso de esta monografía. Con tal motivo, Jiménez Roldán quedó en Castilla con su pariente, que mucho lo estimó y favoreció, y D. Alonso el Onceno, en reconocimiento de lo bien que le había servido en el sitio de Gibraltar, le nombró alcaide de la fortaleza de Morón, para que quedase en guarda de la frontera de los moros en la Andalucía, en donde se necesitaban personas de reconocida fidelidad y valor; portándose en dicho empleo como tenía por costumbre, diestro y esforzado capitán, haciendo muchas cabalgadas en tierra de moros, hasta que murió. La esposa del Capitán D. Pedro Jiménez Roldán respondía al nombre de Doña Aldonza López de Narváez, y de ese matrimonio nacieron:

D. Alonso Pérez Roldán, que sucedió en la casa y empleos de su padre, y á D. fray Cristóbal Pérez Roldán, comendar dor de Castellanos en la orden de Calatrava, que falleció después del año de 1383.

D. Alonso Pérez Roldán y Narváez, fué alcaide de Tarifa y caballero de la orden de Santiago, pariente mayor de la casa y linage de los Roldán en la villa de Moguer y uno de los más esforzados caballeros de su tiempo; se dedicó desde niño al ejercicio de las armas bajo las banderas de su padre con quien se halló en las guerras de Algeciras en 1343, y después en todas las que se ofrecieron en su tiempo, en las que hizo hechos famosos de armas, en guerras contra moros, por lo que don Alonso el Onceno, atendiendo á los grandes méritos y servicios de su padre y suyos, le honró

nombrándole alcaide de Tarifa, plaza entonces de las más importantes y de más peligro en el reino de Castilla, en la frontera de moros. y que solo se fiaba á personas de reconocida lealtad y valor; el cual empleo supo desempeñar, sirviendo con mucho valor y defendiendo la plaza de las continuas invasiones de moros, que la cercaron repetidas veces, principalmente en una ocasión en que se presentaron con un ejército numeroso. Viendo Alonso Pérez Roldán el peligro tan grande en que se hallaba, trató de hacer escapar á su esposa, doña Juana Ibero, de la fortaleza de Tarifa, en una barca, por el río, con destino á Moguer, en cuya barca se salvó también la madre de doña Juana, que respondía al nombre de doña Mariana de Cueto, y él que dó defendiendo Tarifa, con tan valeroso esfuerzo, que sin auxilio alguno obligó á levantar el sitio á los moros, poniéndolos en vergonzosa fuga y tomándoles prisioneros y par que de guerra.

Después sirvió á don Pedro I el Justiciero, y murió durante este reinado. Su esposa doña Juana de Ibero y Cueto, fué hija legítima de don García de Ibero, alcaide de Cenil y de Jimeno, y de doña María de Cueto, que era hija legítima de don Alvar Rodríguez Cueto, vasallo del rey, de su Consejo, Adelantado Mayor de Castilla y Alcalde entregador mayor del Consejo de la Mesta.

Del matrimonio anterior nacieron, entre otros, don Juan Alonso Roldán ibero y Cueto, señor de esta casa en Moguer, esposo de doña Juana Muñoz; y de ellos nació en Moguer:

Don Alonso Pérez Roldán y Muñoz, esposo de doña Isabel Benites, padres que fueron de

Don Pedro Benites i Roldán, esposo de doña Mariana Rodríguez de Neira, de cuyo matrimonio nacieron entre otros hijos:

Don Pedro Benites Roldán y Neira, que sucedió en la casa de Roldán de Moguer, y

Don Francisco Roldán Jiménez, compañero de Colón en el descubrimiento del Nuevo Mundo, como pasaremos á demostrarlo, dejando antes constancia de las fuentes de donde hemos sacado estos apuntes históricos, asegurando á nuestros lectores haber visto y reconocido varios instrumentos

de la ilustre familia de Roldán, y entre ellos ciertas informaciones y probanzas hechas á pedimento del Maestre de Campo Andrés Chaeva, testor y curador de los hijos menores del conquistador del Perú, Capitán don Juan Roldán de Avila el Viejo, en el pleito que siguió sobre la encomienda de indios de Tucume contra Francisco Zamudio, ante la Real Audiencia de los Reyes, y de su mandato hechas también en la ciudad de Trujillo del Perú ante Juan López de Córdoba, Escribano público y del número, y por ante el muy magnífico señor Pedro Pacheco, Corregidor y Justicia mayor de dicha ciudad, el año de 1557; y así mismo ie reconocido otras probanzas hechas durante dicho pleito, así en Trujillo como en Lima, por los años de 1550. También he reconocido las informaciones y probanzas de méritos y servicios hechas en la ciudad de Sto. Domingo de la isla Española á pedimento de su Alcalde mayor D. Francisco Roldán Jiménez, por ante Gómez de Ribera, Escribano público de ella y por ante el Licenciado Alonso Maldonado, Alcalde mayor de dicha Isla. También he reconocido el testimonio de la ejecutoria de nobleza de los caballeros Roldán, litigada por don Luis García Roldán, vecino y Regidor de la ciudad de Moguer en los reinos de España ante la Real Chancillería, autorizada y refrendada por Blas de Valero, Escribano mayor de los hijos-dalgo de di. cha Real Chancillería, la cual ejecutoria fué obedecida por el Cabildo, Consejo, Justicia y Regimiento de la dicha ciudad de Moguer el 7 de abril de 1597, y de la que se dió testimonio al dicho García Roldán, por Juan de la Guerra, Escribano público de Moguer. Así mismo he visto y reconodo el testimonio en relación de los méritos y servicios del Gobernador Juan Roldán de Avila "el Mozo" y los de su padre el conquistador del Perú don Juan Roldán de Avila "el Viejo" y los de su abuelo don Francisco Jiménez Roldán, dado por Antonio Rodríguez Galindo, Escribano público y de registros de la ciudad de Trujillo, por mandato de la justicia ordinaria de ella, y á pedimento de don Juan Roldán de Avila hijo legítimo y el mayor del Gobernador Juan Roldán de Avila "el Mozo" su fecha en la ciudad de Trujillo, á 10 de julio de 1612; he leído y reconocido otro testimonio en relación como el antecedente, de los méritos y servicio del conquistador Juan Roldán de Avila el Viejo, y de los del gober

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