Imágenes de página
PDF
ePub

III

SERVICIOS Y MÉRITOS DEL CONQUISTADOR DEL PERÚ DON JUAN ROLDÁN DE ÁVILA (EL VIEJO).

De las ejecutorias que hemos tenido á la vista aparece que Juan Roldán de Avila, llamado el Viejo, fué hijo legítimo de Don Francisco Roldán Jiménez y de su legítima mujer Doña Juana de Avila. Nació Don Juan en la villa de Moguer, y siendo aún niño pasó de allí á la isla Española con su pa. dre, Don Francisco, que, como dejamos dicho, fué el primer encomendero de esa isla y de Indias. Cuando su edad se lo permitió, se alistó en la empresa de la conquista del Mar del Norte y fué uno de los que acompañaron á Basco Núñez de Balboa en sus descabrimientos de la provincia del Darién y reino de Tierra Firme y en todas sus couquistas. Al lado de aquel célebre capitán estaba cuando descubrió y tomó posesión del Mar del Sur á nombre de la corona de Castilla, en 1513. Dos años después, en 1515, se halló en el descubrimiento y conquista de las islas de las Perlas con Gaspar de Morales y Francisco Pizarro, y acabada esta empresa, pasó con Pedro Arias Dávila, Gobernador de Tiera Firme, al castigo del cacique de Pacorosa, que se había sublevado; terminada la empresa, pasó con el Gobernador á la fundación del puerto y villa de Acla, y prosiguiendo los descubrimientos pasaron grandes trabajos y tuvieron reñidos encuentros con los indios, en los cuales Roldán hizo inauditos actos de valor, hasta lograr su sometimiento incondicional. Terminada la conquista de Chagres, el Gobernador Arias Dávila des. pachó á Roldán en 1517 para que, en compañía de Francisco Pizarro, prendiese á Basco Núñez de Balboa, comisión que desempeñó á satisfacción de aquél. El año siguiente pasó Roldán con el mismo Gobernador Dávila á la fundación de la ciudad de Panamá, de donde tuvieron que regresar á dominar la sublevación del cacique Urraca é indios circunveci

nos. No se había ganado hasta entonces un palmo de tietra en aquellas provincias en donde no se hubiese hecho nobable Juan Roldán por su esfuerzo y valor. Era el primero en los combates y el último que se retiraba cuando era preciso. sin reparar jamás en los peligros. Arias Dávila, que era su pariente y que apreciaba justamente su valor y aptitudes, le llevaba siempre en su compañía, moderando cuanto le era posible el ardoroso espíritu del joven. que sin reparo se arrojaba á todos los peligros. Fué esta la causa porque el prudente Gobernador no le quiso dar nunca el mando de la gente, como con frecuencia se lo decía.

También acompañó Roldán al Gobernador Pedrarias al descubrimiento y conquista de Nicaragua, conquista llena de interés y llena de hechos heroicos, hasta que de vuelta á Panamá, siguiendo su natural inclinación, se alistó en la empresa que preparaba Don Francisco Pizarro para sus descubrimientos en el Mar del Sur. Arreglada la expedición, se equiparon dos navíos, uno al mando de Pizarro y otro al mando de Diego de Almagro; en éste último (por la est recha amistad que le tenía y por haber militado juntos muchas veces), se embarcó Roldán de Avila como maestre de campo de la gente que iba en él. Separándose de la nave de Pizarro, la que mandaba Almagro aportó á la costa de la Gorgona, tierra del cacique de las "Piedras," en donde Pizarro había sido rechazado poco antes con daño considerable; desembarcó allí Almagro, ignorando el fracaso de compañero, y fué recibido con iguales manifestaciones de hostilidad, en que quedaron los españoles casi desbaratados y el mismo Almagro derribado del caballo y en peligro de muerte, de la que escapó debido á la valiente intervención de su maestre de campo, Juan Roldán, quien, acompañado de su negro esclavo Francisco, acudió á prestar auxilio á su jefe. Con riesgo de la suya, mediante inauditos esfuerzos de valor, salvó Roldán la vida á Almagro, no sin que el célebre conquistador hubiese perdido un ojo en la refriega con los indios.

su

Reembarcados luego para proseguir sus descubrimientos y reunidos nuevamente con Pizarro, continuaron juntos su viaje hasta llegar á la isla del Gallo, en donde estuvieron

[ocr errors][ocr errors]

más de seis meses pasando increíbles trabajos, hambres y necesidades, hasta que el Gobernador de Panamá, Don Pedro de los Ríos, envió dos navíos para que recogiesen á esos des venturados y los regresasen á Panamá. En uno de esos navíos volvió Roldán á Panamá, de orden de Pizarro, á solicitar gente y las demás cosas necesarias para proseguir la conquista comenzada, comisión que llenó á satisfacción de Pizarro, y acompañándole después á explorar la costa hasta el valle de Santa, de donde regresaron á Panamá á esperar allí queel conquistador fuese á España á obtener la conquista del Perú.

Cuando Pizarro, después de ajustadas las capitulaciones de Toledo, regresó á Panamá, Juan Roldán de Avila fué uno de los primeros que se embarcaron con él para acometer la magna empresa de la conquista, y se halló en la fundación de la ciudad de San Miguel de Piura, en donde quedó de Teniente Gobernador y Maestre de Campo cuando Pizarro salió el año 1532 para Cajamarca en busca del Inca. Esperó allí hasta la llegada de Almagro, y cuando éste se puso en marcha para ir en socorro del conquistador, Roldán le acom pañó hasta Cajamarca, en donde entraron á 20 de febrero

de 1533.

Después de la captura del Inca, Roldán se unió á la expedición de Sebastián de Benalcázar para la conquista de Quito y provincias de Popayán, empresa en la cual se distinguió notablemente Roldán. Después de la fundación de San Francisco de Quito, que tuvo lugar el 15 de agosto de 1534, y de las capitulaciones de Alvarado en Ríobamba, el 26 del mismo mes y año, Roldán de Avila, con otros muchos compañeros, emprendió marcha al Perú en busca de Don Francisco. Pizarro, que había demandado los servicios de su antiguo camarada. A su paso por los pueblos de la costa se halló en la fundación de Trujillo por Don Diego de Almagro, el 6 de diciembre de 1534, y allí esperó órdenes de Pizarro, quien le encomendó la defensa de los valles y nombró Teniente de Capitán general, mientras se daba tiempo de venir en perso na á realizar la solemne fundación de Trujillo, lo que verificó el 3 de febrero de 1535; recibiendo Roldán en pago de sus servicios la valiosa encomienda de indios del valle de Tucu

me con sus pueblos, caciques y principales, como consta del despacho que se le otorgó, fechado en esa villa, á 3 de tebrero de 1536, firmado por el Adelantado y Gobernador Pizarro; siendo éstas de las primeras encomiendas que se dieron en el Perú. Reza en la provisión que se le encomendaba el repartimiento sólo en depósito, hasta tanto que se hiciese el repartimiento general de toda la tierra.

Fundada la ciudad de Trujillo y elegido el Cabildo de ella, Pizarro designó á Roldán como Regidor de él, merecien do al año siguiente el puesto de Alcalde de primera nominación. Ocurrió en ese tiempo una sublevación de indios de los pueblos inmediatos á Trujillo, y habiendo acudido á so focarla Roldán de Avila, fué mortalmente herido en un encuentro, quedando por muerto en el campo de la lucha, pero merced á los prolijos cuidados de los suyos, sobrevivió á sus heridas; y murió el 20 de junio de 1538, bajo disposición tes tamentaria, otorgada en esa ciudad en 15 de octubre de 1538 ante el Escribano público Pedro González. Así terminó sus días don Juan Roldán de Avila el Viejo, que tan brillantemente se distinguió en el descubrimiento y conquista de estos países, prestando sus servicios como lo hacían la mayor parte de los nobles que concurieron á esas empresas, esto es, "á su propia costa y minción, con sus armas, caballos y criados", en que invirtió gran parte de su hacienda, por lo que sus hijos quedaron á su muerte sumidos en la mayor pobreza; motivos que tuvo presente el Gobernador don Francisco Pizarro para dar á la viuda y menores hijos del insigne conquistador la misma encomienda de Tucume, como aparecé del despacho en que les hacía esta merced, fe chado en el valle de Yucay á 5 de octubre de 1539. El Rey don Felipe II hace mención de los servicios de Roldán en dos reales cédulas: la una de 18 de mayo de 1565, dirigida al Gobernador Licenciado Castro, y la otra de 17 de diciembre de 1578, dirigida al Virrey Toledo, en que recomienda á los hijos del conquistador Juan Roldán de Avila con las siguientes palabras: "De que á Juan Roldán, Gabriel de la Reguera y á Luis Roldán, todos tres hermanos hijos legítimos de Juan Roldán, uno de los primeros conquistadores de las provincias del Perú, y de los que mejor habían servido á su Majes

!

tad en ellas, en todas las conquistas y descubrimientos queen ellas había habido, etc".

La esposa del conquistador don Juan Roldán de Avila, respondía al nombre de doña Leonor Fernández de la Reguera, natural de la ciudad de Córdoba, é hija legítima de don Francisco Fernández de la Reguera y de doña María Jiménez de Godoy, naturales y vecinos de la ciudad de Córdoba en España.

IV

RELACIÓN DE LOS MÉRITOS Y SERVICIOS DEL CONQUISTADOR DON JUAN ROLDÁN DE AVILA QUE PRESENTA Á LA JUSTICIA ORDINARIA ANDRES CHACÓN TUTOR Y CURADOR DE su meNOR HIJO JUAN ROLDÁN Y de la reguera.

Presentación.-En la ciudad de Trujillo, provincia del Perú, en 2 días del mes de noviembre de 1557 años, ante el muy magnífico señor don Pedro Pacheco, Corregidor y Justicia mayor de esta ciudad y su partido por su Majestad y en presencia de mí Juan López de Córdoba, Escribano de S. M. y del número de ella, se presentó la siguiente petición.

Andres Chacón tutor y curador de los hijos menores de Juan Roldán de Avila, difunto, conquistador destos reinos y provincias del Perú, etc, digo: que al derecho de mis partes y en particular al de Juan Roldán de Avila, el hijo mayor del dicho difunto, conviene se reciba información ad perpetuam y para presentarse en el pleito que el dicho menar trata con Franciseo de Zamudio, vecino de esta ciudad, sobre el derecho que se le hizo del repartimento de Tucume, que heredó de su padre Juan Roldán de Avila, por las preguntas siguientes, ó como mejor ha lugar en derecho:

1 Primeramente, si conocen al dicho Andrés Chacón tutor del dicho menor que se llama Juan Roldán Dávila, y que es hijo de Juan Roldán, conquistador, y de Leonor de la Reguera, su legítima mujer, y agora lo es de Francisco de Za. mudio; é si conocieron á Juan Roldán, padre del dicho menor.

« AnteriorContinuar »