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naron varias cosas, entre las quales fué vna la de mandar tocar plegarias en todas las Iglesias, que no se pulsasen los Organos, y las funciones de música se hiciesen sin ella, vsando solo canto llano.

Amaneció el Domingo primero de Febrero en que esta Santa Iglesia Catedral hizo fiesta de renovación mensual al Divino Sacramento, cuya Misa se cantó en canto llano sin instrumento alguno, Tocando plegaria á que siguieron los demás Conventos y Monasterios, saliendo los Señores Canó. nigos de dos en dos revestidos de Luto con las Mucetas negras rebueltas sobre la Caveza el Bonete calado á la Caveza, arrastrando lobas, en sentimiento de dolor de no saver en qué parte estaría nuestro Amo, y Señor discurriendo variantemente si acaso le abría consumido el agresor? Silo abría arrojado a! Río? O si algún Judio ó Hereje se valdría dél para alguna irrissión?

Con este gran desconsuelo estáva toda la ciudad y con tal tristeza que se aumentó más con lugubre demostración que hizo esta Santa Iglesia Catedral enlutando con Baye tas, y Paños negros todas sus Torres, y Portadas, las quales estuvieron, y permanecieron hasta el día dos en que fué hallado el Divino Pan Eucarístico.

Estando el dorado Febo en su Zenid no con aquellos rubicundinos explendores, antes sí macilentos, y marchitos, de orden del Señor Obispo Virrey Doctor Don Diego Ladrón de Guevara se publicó bando en las quatro Esquinas de esta Plaza mayor (aún siendo día festivo) al son de caxas destempladas, y cubiertas de Luto, y Bucinas, y Pifanos roncos los Cavos, y milites con las armas vocabajo, prometiendo vn mil pesos de buena moneda, los quales estavan en depósito en Tienda señalada para el que declarase, y manifestase la parte en que estuviesen ocultas las sagradas for

mas.

La Santa Iglesia Congregación del Oratorio de San Fe lipe Neri tuvo vn Entierro de vna Doncella, la qual se sepultó sin música cantando solamente en canto llano el Cura, y Sacristán de la Parroquial de mi Señora Santa Anna.

Dada la oración siguiendo su carrera la obscura noche salió de dicha Iglesia de San Felipe Neri el Rosario de la San

tísima Virgen de la Aurora, (el qual en tiempos pasados salía al Alva) resando muy devotamente diez y ocho misterios á coros, con su Capellán Lizenciado Don Diego Luis de Aguirre, [el autor] quien reparó la gran mosión que causó en ternura, y llanto de ver que siendo víspera de la Santísima Virgen de la Candelaria, y saliendo el trono muy compuesto y música muy especial, con cohetes que habían de peinar la región aérea, todo esto fu con clamores á esta Divina Angélica Señora la qual pasando por las gradas de la Santa Iglesia Catedral las halló llenas de funestas sombras, todas enlutadas, y llenas de muchíssima gente, la qual casi toda dió limosna á esta Soberana Antorcha para que alcanzase de su Santísimo hijo se descubriese el lugar donde el perfido agresor le había ocultado.

Nuestro Fernando que había estado oculto, y quizás oyendo las Aves Marías, que se resaron á la Emperatriz Celestial, partió por verse redeado por la Justicia que cercó la Casa de vn deud suyo muy cercano, la qual fué rexistrada, y como lo hubiesen escapado por los techos, aun las Arcas, y escaparates se trabucaron. Estando él ya auxiliado del Convento Seráfico, á cuyas puertas llegó con gran priesa, y hechándole mano su portero principal, le dejó el capote, corriendo en cuerpo por su claustro del Jardín sin parar hasta llegar á la Escalera que está ante la Sacristía devajo de quien se adora vna pintura de vn Santo Cruzifixo, á cuyos piez puso la Pixide con solo vna partícula bien grande. No la hubo bien puesto quando ascendió por sus escaleras á visitar al Reberendo Padre Lector Jubilado Fray Josef Palos, Guardían de dicho Convento, aquien con gran asseso, y susto, dixo: Padre yo fuí el Ladrón de la Pixide, hay la acabo de poner en el Altar del Santo Cristo. Respóndio e. Ea, pues vayase de aquí, y procure no le pesquen, pues nos pueden cercar el Convento. Salióse, y fuése por Capilla de Nuestra Señora de la Soledad.

la

A este tiempo con mucho concurso de gente de ambos sexos, predicó en esta plaza mayor el Pe Misionero Presentado Fray Antonio Viraure del Real orden de nuestra Señora de las Mercedes redempción de captivos, y con su fervoroso espíritu, fué el asunto de su Sermón sobre aquellas pa

labras Joann 20.6 Mulier, quid plóras? Quia tulerunt Dominuz meum, et nefcio, vbi pafsuerunt eum; lo qual acabó con mucho aplauso de todos.

Iba ya Fernando como fuera de sí, y al pasar la Calle de la Iglesia, del Monasterio Concevido, fué conocido por el pulpero de enfrente de su portería falsa, el qual por ser las diez y media de la noche estava paseando cogiendo fresco en la Calle, y como le viese envocar á la Calle de Puno gritó, diciendo, vé ay vá el Ladrón de las Santas formas. No lo hubo bien pronunciado salió una Muger tirándole tan fuerte pedrada que casi dá con él en el suelo. Hísosele encontradiso vn oficial de Carpintero, quien le dió tan sófera cuchillada, que lo atrolondó, dando con su cuerpo en la pared, tira á embarazarlo otro, y lo hubiera hecho, á no obiarlo Nicolás de Figueroa Escrivano público de su Magestad; quien le batió la espada, y casi se la introduce, rompiéndole el Capote, y diciéndole, Qué haze vuestra merced que estamos perdidos? pues con su muerte no se remedia el que manifies te la parte ó lugar donde tiene escondido nuestro Amo, y Señor.

A este tiempo llegó, juntábase gente, quando he aquí á este agresor de la fee le prende en la Plazuela de la fee Don Lorenzo Pollatos, Alcayde de las Cárceles secretas del Santo Tribunal, (1) y sin faltar á la caridad el Boticario, del Real Hospital de Nuestra Señora de la Caridad Juan de Gadea, sin vsar de remedio, ni vnguentos de su Botica, le aplica sin necesidad de Espatulas sus ligeras manos, abrasándose con él, y introduciéndolo en la casa Inquisitoria, en cuyo Saguán le reguardó de más de dos mil Almas que que rían matarle por su hecho.

La Justicia de los Señores de la Real Sala del Crímen que estavan accidentalmente cercando el Colegio de la Caridad, quien le tocó á Don Bartolomé Munarris la Plazuela, al Doctor Don Juan Pérez de Urquizu (quien en ocupar su puesto estuvo tardío). El Colegio Real á su protector Don Juan Calderón de la Barca del orden de Calatrava;

(1) En 27 de Febrero los Señores Inquisidores separaron al Alcayde por haber entregado al agresor sin dar parte al Tribunal.

apenas pues corrió la voz quando cargaron todos con sus soldados infantes, y cavallos, con gran caterva de sargen. tos, quienes liaron á Fernando, y llevaron á la Cárcel de Corte sin dejarle poner piez en tierra.

Antes de la prisión se descubrió ser Fernando el Ladrón por haber ido á la Platería á mandar pesar la Corona del Vaso, y el primero á quien llegó le negó ei peso, reconociendo, y tanteándole por entonces. Fué á otro, quien se lo pesó, y también le conoció, y declaró, mas estuvo ya para ser preso por no haberle hechado garra, respondiendo no haberlo executado temeroso no le matase. De aquí visitó algunas Tavaquerías y en ninguna pudo pegar su in

tento.

Valióle solamente este hurto quatro onzas i medio en que vendió á N. N. (alias el Frayle) Meztizo pulpero, y honrado la Cruzesita; satisfiso á la Justicia, con decir que quién no tiene una Cruz, ya fuese de oro, ya de plata.

Puesto invinculis, in ergastulis et in Cenfesó falsamente haber arrojado al río las sagradas formas, quanto al parecer dél eran ciquenta y que viendo que apenas se vmedecieron se fueron á pique, se descalzó junto al Tajamar que está hacia el callejón de Romero, y que con su capote purificó el vaso. Creyeron esto los Juezes por todas estas circunstancias vertidas de su malicia. Preguntáronle por la Pixide; y dixo estar en el Altar del Santo Christo en la Iglesia Seráfica.

Los Curas Rectores de esta Santa Iglesia Catedral Doctor Don Alonso de Rozas, y el Maestro Don Dionisio Granados fueron con el Padre Guardián Seráfico á las onze y media de la noche, buscando el Altar del Santo Christo de la Capilla de los Viscaynos, y como no hailasen nada pasaron al de la Cofradía de los Indios que está devajo del coro, y no pareciendo: Dixo el padre guardián Sin duda alguna lo pondría aquí, y como los indios han tenido Vísperas de Nuestra Señora de la Candelaria le verían, y le habrán llevado. Rearguyósele, que los indios si le hubieran visto son tan ceremoniáticos y alborotadores, amigos de novedad, que al instante hubieran procurado manifestarie, y más saviendo ellos el caso. Vístose ya perdidos fueron á la Ca

pilla de Nuestra Señora del Milagro, y buscaron el Altar del Santo Christo en donde no hubo nada. Ofrécesele al Padre Guardián ir al Altar del Santo Christo, que está devajo de la Escalera, que sube delante de la Sacristía; y en vn hueco de la mesa del Altar estava la pixide con una partícula bien grande, la cual se llevó al Altar mayor, y en su Sagario se colocó.

Diósele parte al Juez, quien pasó á avisar á su Excelencia é Ilustrísima quien embió su Mayordomo, Capellanes, y sus Familiares, á que fuesen, y mandasen, le tuviesen en dicho Sagrario hasta la mañana del día siguiente en que provisionalmente se había de traer á la Santa Iglesia Catedral.

Apretaron al Agresor sobre que declarase en qué parte había hechado las Formas, y varió diciendo en la Toma de Santo Domingo. Argüíale el Fiscal de la Real Sala diciendo que mentía, que cómo había dicho, había arrojado el Vaso al Río, habiendo ya parecido en San Francisco y que cómo había declarado en su confesión haber purificado el Vaso, pues si tal hubiera hecho, no se hubiera quedado la partícula que se halló. Respondío que la partícula se le había caído al sacar la tapadera del Vaso, que entró á la faltriquera, la cual halló en el doblés de uno de los muchos taba. cos, que tenía hechos en sus papeles. No obstante ésto se le siguió bastantemente y él estavo pertinaz.

Apuntó el claro Febo el día dos de Febrero, y antes de la bendición de las candelas de Nuestra Señora y su prosesión se pulsaron las campanas tocando rogativas sin repicar á la Santísima Virgen, á cuya bendición de sus Velas había de asistir su Excelencia é Ilustrísima quien luego que supo haberse hallado la pixide con la ya dicha partícula, fué á pié con los Señores de esta Real Audiencia, y los Tribunales al convento Seráfico, causando ternura ver á nuestro Príncipe calsando el suelo aún en su penoso accidente, que actualmente le molestava, á cuyo exemplo siguieron los cortezanos, no rodando calezas, ni coches, al ver que su Excelen cia no vsaba de su carroza, aun acordándose de la Ley vni. ca Cod de honorator Vehiculibi Carrucis semper vsantur. Siendo insignia que deben vsar por palabras de los Emperadores Valentiniano y Teodosio

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