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ha mucho le pusieron la estrañó. No se le halló despues de muerto cosa alguna curiosa ni relicario ni cosa que pudiera otro apetecer sino summa pobreza. Quando estaba en la fuerza de estimacion tenia aposento inferior y bien pobre para huir de gente que impertinentemente le buscaba y acudir mejor a sus estudiantes. "

"Era obedientissimo y tanto que en las mayores difficul. tades y repugnancias que sentia en su enfermedad, ó en otros cosas en mandándole el Superior lo contrario lo hazia con grandísimo gusto y presteza: y assi jusgando la obediencia. que aunque estaba enfermo para cobrar salud era necessario salir a alguna parte fuera del lugar iva. Una vez fue a Quito que son mas de 300 leguas, y otras a Guamanga y otras partes, aunque pareciéndole impossible subir a caballo lo facilitaba todo la obediencia. En salud siguió la comunidad con notable puntualidad: solo tenia de exempcion el comer á la segunda messa por tener algun tiempo mas con que satisfacer á sus muchas ocupaciones, y jamas dejó de yr de noche y de dia al Refectorio, contentándose con ser un hombre de tan gran cuerpo con solo lo que davan á la comunidad: y todo el tiempo que estubo enfermo siempre que pudo iba al Refectorio a comer.

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"Y como el estaba tan sujeto a sus superiores en todo, se le sujetaban sus passiones tanto que parecía un hombre en quien Adam no avia peccado por la uniformidad de su semblante, y apacibilidad que con todos mostrava, teniendo siempre tanta paz con todos en todas las occasiones que jamas se vió que la perdiesse, y esto se puede testificar. En trecosas es adonde los que mas blasonan la suelen perder. La 1a es en el trato de pretendientes, que como los mueve tanto el interés importunan y affligen a aquellos de quien dependen, y como se sabia la mano que el P. tenia con los Virreyes y personas graves, todos acudian a el oyendoles con grande paz, procurándolos ayudar y remediar en sus dificultades y negocios, sin que jamás se notasse que ninguno de quantos trató uviese perdido su paz exterior. Y quanto mas pobres eran tanto mas los ayudava. Y assí quando algunos le vían tan flaco, y le topavan por la casa dezian: P. mio, yo soy aquel Pobre que oy come por su mano, y por lo que V. P. le

dió; mire en q. quiere que le sirva. Y se sabe repartió el S. D. Luis de Velasco por mano del Padre ochenta y quatro mil pesos de renta, tan justificadamente que fué con aplauso de todos. La 2a cosa en que mostró su paz es que ni en conferencias ni en lición ni en las dudas que se le preguntavan por sus estudiantes le vió hombre alguno impaciente o menos compuesto, antes con una serenidad de semblante que capti. vava y componía a todos. Y acudia con tanta puntualidad al officio de maestro que dejava las mas graves occupaciones por occupar el tiempo en repasar á algun discípulo sus questiones para algún acto, ó instruirle para algún argumentoY nunca por negocios que tuviesse y occupaciones mudó la hora de su licion previniendo no le llamassen a semejante hora, porque era su principal officio. La 33 cosa en que más mostró su paciencia fué en la larga y grave enfer medad de más de quinze años que padeció. Originose de una cayda que dió huyendo de un grande temblor que en esta ciudad ubo por Octubre del año de 1609, y a ella le fueron recreciendo tantos achaques que le vinieron a impedir de tal manera el uso de sus miembros que era fuerza para todo ayudarse de manos agenas, y solía algunas veces dezir que no avia miembro en todo su cuerpo que no le doliesse gravissimamente. Y en el era todo de mayor consideración porque con la enfermedad se havia privado del ejercicio del talento de las letras que Dios le havia dado. Tenía un notable deseo de vivir, y Dios le mortificaba con acrecentamiento de achaques, de suerte que en lugar de dar la vida le daba una muerte continuada. Y cuando vía á otros affligidos y a su misma madre que con el affecto de tal le lloraba, decia: Dios lo quiere assí, haré su sancta voluntad. Muchos actos de paciencia se pudieran contar con tan larga enfermedad adonde no faltan occasiones ya de soledad, ya de dolores, ya de falta de muchas cosas de gusto, pero en todas estuvo tan constante el Padre Menacho que solo decía: Dios lo quiere hágase su voluntad. En la última calentura de que murió se hizo llevar a la enfermería, y allí estuvo quinze días con tal paz, con tan gran silencio, tan puesto su corazón en Dios que no parecía possible que un cuerpo humano alcanzase tan gran constancia, y paciencia en sufrir tanto dolor, y

enfermedad. Era notablemente caritativo, y compasivo, el refugio de todos los affligidos de Casa: consolávalos aprovechávase de la mano que tenia con los superiores para ayu. darles. Una vez entre otras llegó á él uno de la Casa affligido con muchos escrúpulos, y viendo que no bastaban los medios que tomaba para quitárselos se le hincó de rodillas y llorando le pidió que por la sangre de Jesu-Xpo. que le creyesse y se quietasse. Siempre que le llamaba el portero para algun pobre ó muger necesitada salía con grande gusto a la sala del trato á consolarlos, y aunque fuesen indios o negros o otra gente humilde iva por lexos que fuesse la casa sin reparar en alguna difficultad, o trabajo. Y con estar retirado en esta enfermedad de todo trato de gente no excluia a la pobre y desconsolada para responder á sus dudas y consolarlos. "

"En materia de honestidad, y pureza fue tan raro como en todo lo demás y se tiene por cierto fué virgen hasta la muerte y asi assentó tan bien en su alma tan grande sabiduría. A todas estas virtudes daba aliento su oración y devoción, y trato familiar con ntro. Señor. Tenía todos los días su ora de oración con grandissima puntualidad guardándola en levantándose tan luego que oía la campanilla; y a la noche daba largo espacio á ella, y los días de fiesta muchos ratos. Y en esta enfermedad se sabe gastaba larguíssimos ratos en oración preparándose para morir: cada año se retiraba ocho ó diez días a hazer ejercicios espirituales que hazia con notable devocion, y en los ordinarios de cada día era tan exacto que si alguna vez dexaba de hacer el examen de a medio dia por estar ocupado Inego lo suplia. Era devotissimo y con ser un hombre tan grande en todo era menudissimo en devociones, tanto que parecia un novissio recién entrado en la Compañía. Contaré algo de lo que en esta materia hazia. Luego que se levantaba reçaba el officio quotidiano, y por tener tiempo para tantas occupaciones antes de oración tenía rezada 13 y 3a y después 6o y 9. Luego iva a decir su missa la cual dijo todo el tiempo que fué Maestro un cuarto despues de aver salido de oración: deziala con tanta devoción, tan puntual a su media ora, la acción de gracias tan devota que ponía a todos devoción. Después de comer

visitaba el Señor, y algunos altares, de la iglesia y inmediatamente rezaba sus vísperas y completas, y en el tiempo que otros gastan en reposar la siesta el lo empleaba en rezar el rosario de ñtra. Señora y en visitar estaciones en su misma celda en algunas estampas de papel que en ella tenía puestas a trecho. Rezaba el officio divino con exacción en todo y tal pronunciación que era gusto oyrle. Era devotissimo de Ntra. Señora, principalmente del misterio de su Concepción, y aunque algunas vezes entre año salia con muchos discípulos suyos á tomar disciplina en el Refitorio la vispera de la Concepción no la perdía. Era muy devoto del Bienaventurado. Sto. Thomas de Aquino muy affecto á su Doctrina apoyando siempre a sus discípulos su devoción, y el estudio en sus partes y escritos. Y en materia de opiniones jamás fué parcial y con gran facilidad se acommodaba a la interpretación que los auctores daban ser mas approposito de lo que el sancto dezia. Quando explicavan en el aula algún articulo del sancto en que tocasse algún misterio de Xpto. nro. señor lo dezía con tal affecto, y devoción que enseñando al entendimiento inflamaba las voluntades de los que le oían. Era mui leído en libros místicos y espirituales. y assi era gran maestro de espíritu, y tan entendido en todo género de punctos de esta materia que assombraba a los hombres espirituales que lo trataban. Leia cada dia su lección espiritual, y en esta enfermedad ya que no podía leer mucho, por lo menos nunca dejó de leer por si un capítulo de Contemptus mundi, y no pudiendo passar las ojas por estar impedido de las manos, se ayudaba de quien le tubiesse el libro y se las volviesse. Rezaba tambien la letanía de los santos encomen, dándose a ellos muy affectuosamente. Una de las cosas que él mas sentía era averse imposibilitado de dezir misa, y assi suplia esto con oirla cada dia y comulgar cada tercer día confessándose antes con tal distinción y tal modo que dijo una vez un padre q. le confessaba, que por solo aprender como se avia uno de confessar se podía ordenar de sacerdote para aprenderlo del Padre Menacho: era hombre espiritual y tan compuesto que solia decir el P. Juan Sebastián con ser tan espiritual, que quando sin cansarse quería traer presencia de nro. Sr. por alguna cosa exterior ponía los ojos

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de su consideración en el Padre Menacho, en su modestia y compostura, como decia y con esto se encendia en su amor. Juntó la oración con mucha penitencia: todos los días hazia disciplina, y muchos traia silicio; muchissimos años su dormir apenas fué 4 horas, acostándose a las doze, y vestido sin desnudarse, levantándose con mucha puntualidad a las quatro. Estas y otras muchas virtudes tenía este sancto varón, y el señor le dió el premio dellas con una muy buena muerte, en su juicio y sentido hasta la hora de la muerte, con grande conformidad con la divina voluntad, recevidos todos los sacramentos de la Iglessia y presentes los de casa que todos con lágrimas lloraban pérdida de tan grande subjeto. Llegándole a dezir se moria y que era necesario recevir el viático, y pidiendo se confessase, dijo no tenia de que, ya lo havia hecho antes: tanta era la paz y pureza de alma que tenía. Murió como á las 7 de la noche el dia de san Fabián y Sebastián y luego que se hizo señal en ñra. cassa dobló la Iglesia mayor solemnemente con doble de cabildo, a la qual siguió sancto Domingo y otros conventos de religiosos y monjas. El día siguiente por la tarde concurrieron á su entierro las Religiones, y a canto de órgano le dijeron su responso: los caballeros de la ciudad y el cabildo seglar, la Real audiencia, el señor Arzobispo y otra mucha gente. Hizo el officio el cabildo de esta catedral viniendo desde su Iglessia con cruz alta, y sobrepellices acompañado de mucha clerecía: enterrose el cuerpo en nuestra Bóbeda. El día siguiente le dijo misa cantada en nuestra casa el cabildo con la música de la catedral, y quien mas se esmeró en hazerle merced fue el Convento de S. Francisco, acudiendo a decir su missa y vigilia. Y aunque murió este insigne varón su memoria queda muy vi va en los corazones de todos, y quedará en los muchos escritos que deja dispuestos para imprimir. Y aunque espero en nuestro señor que está gozando de su divina magestad, con todo por razón de mi officio pido a Va Ra se le hagan en ese Colegio los suffragios acostumbrados de la compañía. En los sanctos sacrificios y oraciones de Va Ra mucho me encomiendo. "

"Lima.......

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