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queles del Archivo de Indias. Acometer su publicación, junto con la de la correspondencia de los virreyes y gobernadores anteriores, convenientemente anotada toda, sería quizás, después de una reedición completada y comentada de Cieza de León, la mejor y la más práctica empresa á que podría dedicar su actividad nuestro Instituto Histórico.

Toledo cierra, en efecto, la época de agitaciones y de or ganización del Perú colonial, refrendando y consolidando la obra de la conquista; y apesar de su crueldad y sequedad, y de la estrechez y parcialidad de su criterio en ciertas materias, puede ser considerado,después de Gasca, como el más notable de los mandatarios que España nos envió, y no sólo como el principal legislador sino como el que,mal ó bien,más hizo por la historia y la geografía nacionales. La publicación de su correspondencia comprobaría ampliamente y con provecho este aserto De Toledo pudo en efecto decir con razón uno de sus allegados: "Varón digno por su valor y grandeza de ánimo y mucha prudencia y virtudes tan raras y benéficas, que tuviera por historiador uno de los más famosos del mundo, porque para muchas letras y habilidad había harta copiosa materia" (1) Este hombre espera, sin embargo, una biografía, porque la mejor que tiene dedicada, la de Mendiburu, aunque copiosa en datos, es deficiente y adolece de errores é inexactitudes.

LUIS ULLOA.

(1)-Baltazar Ramírez: Descripción del Reino del Perú.

Un manuscrito curioso

Quién fue su autor - Datos biográficos de êl-Idea de la obra

Hemos conocido á Toribio de Ortiguera y su Jornada al río Marañón por las buenas referencias que hacen del autor y su obra americanistas tan ilustres como Dr. M. Jiménez de la Espada, en las notas á las Relaciones Geográficas de Indias y en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Ma. drid (1); Federico González Suárez en su Historia General del Ecuador (págs. 20 á 27, capítulo x, tomo 4o Quito 1893) y José Toribio Medina, quien, entre los documentos con que ilustró y enriqueció la Relación del viage de Francisco de Orellana, escrita por el padre dominicano Fray Gaspar de Carvajal, reprodujo casi íntegramente la introducción de la obra inédita de Ortiguera y los capítulos 14 y 15 de la misma, en que narra la expedición de Gonzalo Pizarro al país de la Canela y el viaje fluvial de Orellana por el Amazonas. Excitada así nuestra curiosidad, hemos reduplicado investigaciones y encontrado después, entre los manuscritos curiosos de nuestra Biblioteca Nacional, cópia de la dicha obra, mandada sacar del manuscrito original é inédito que conserva la de igual clase de Madrid (Leva número 143), que consta de 270 págs. en folio, por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la que ingresó en el año de 1901, que ha venido á llenarla y satisfacerla por completo, permitiéndonos leerla y apreciarla en toda su plenitud.

(1) En él reprodujo el capítulo 62 y último de la obra inédita de Ortiguera; en el que describe el cráter del Picbincha, después de su tercera erupción verificada el 14 de junio de 1582.—Al presente, dicho volcán de fuego, se encuentra apagado.

Sabemos, también, que otra copia manuscrita de la obra en referencia mandó sacar el presbítero Federico González Suárez, distinguido historiágrafo de la vecina República del Norte, quien la conserva en su archivo particular, sirviéndole en mucho de consulta en las disquisiciones de este género, á las que lo mismo que al buen gobierno de su grei, se halla del todo consagrado.

La copia del manuscrito aludido se titula:- Jornada del río Marañón, con todo lo sucedido en ella, y otras cosas notables dignas de ser sabidas, acaecidas en las Indias Occidentales del Perú.-Consta de una advertencia al discreto lector, un proemio y 62 capítulos, distribuidos en 269 fojas en folio, ó sean 538 páginas.

Y como dicha obra fué dirigida al felicísimo príncipe don Felipe III, que floreció en España de 1598 á 1621, y el últi mo capítulo de ella, se contrae á darnos cuenta de la tercera erupción del volcán Pichincha, verificada el 14 de junio de 1582, cuyo cráter, en compañía de otros, examinó el autor el 28 de julio de dicho año, de estos antedentes podemos colegir que ella fué concluida en esta última data y dedicada en 1598, al iniciarse el reinado de Felipe III; habiendo per manecido inédita hasta hoy.

Tocante al autor, he aquí los datos que desplegando prolijidad suma y análisis reiterado, hemos podido acumular.

Ortiguera fué oriundo de España, á lo que parece, de Burgos ó Santander, que son las dos provincias más montañosas de la Península. Decimos esto por que Jiménez de la Espada, en una de sus notas á las Relaciones Geográficas de Indias, ya citada, y refiriéndose al alzamiento de los indios Quijos y muertes de españoles encomenderos, manifiesta que, la primera causa y principal de él fueron las violencias de éstos y los enormes abusos y escandalosas exacciones del oidor Diego de Ortegón, que practicó, con motivo de la visita de aquella Provincia. Descríbelo extensa y minuciosamente, agrega dicho comentador, el montañez Toribio de Ortiguesu Jornada al 1ío Marañón, epiteto que solo se aplica á los que son hijos de las referidas provincias.

ra, en

Vino á América durante el año de 1,561 (1) á la ciudad del Nombre de Dios de Tierra Firme, Provincia de Durango, Estado de México; pasó después á la de Quito y permaneció en el Perú hasta 1585, fecha en que regresó á la madre patria, tres años después de la tercera erupción del Pichincha, cuyo cráter y vestigios describió en su obra; retirándose del continente de Colón al cabo de una permanencia de veinticuatro años.

Ortiguera fué vecino de Quito durante algunos años, en cuyo ayuntamiento, que así se llamaba entonces á las Municipalidades, desempeñó varios cargos importantes, desde el de Regidor hasta el de Alcalde ordinario (2).

Así vemos que, en 1582, Ortiguera ejercía el puesto de Alcalde de la mencionada ciudad con cuyo carácter y en unión del Licenciado Francisco de Uncibay, oidor de esa Real Audiencia, de don Alonso de Agui ar, cura de esa catedral; de Juan Sánchez Miño, clérigo beneficiado de Riobamba y de los capitanes Juan de Galarza, Alguacil mayor de Corte y Juan de Ordoño, visitó el cráter del volcán Pichincha, después de su tercera erupción, el 28 de julio del expresado año; cuya descripción contiene el último capítulo de su obra, que es muy interesante, así por la prolijidad de detalles que trae, como por su exactitud; y también, por haber sido la que nos ocupa la primera expedición histórica para explorar el aludido cráter-para valernos del propio lenguaje de González Suárez.

Ignoramos cuál haya sido la fecha de su fallecimiento, si bien colegimos que murió de avanzada edad, y si ha escrito y publicado algunas otras obras más.

La circunstancia de que su nombre no figure en las Bibliotecas de León Pinelo y Barcia; ni en las bibliografías de J. T. Medina, M. V. Ballivián, René Moreno, Mendiburu, y M. F. Paz-Soldán, ni en los Diccionarios geográficos-históricos de Coletti y Alcedo; ni en los diccionarios enciclopédi

(1) M. Jiménez de la Espada dice que fué en 1562 (pág. cxxxv del último apéndice del 4.° tomo de las Relaciones Geográficas de Indias, Madria 1891.

(2) F. González Suárez – tomo VI de la Historia General del Ecuador — (Quito 1,901 pág. 15).

cos españoles de Mellado y Montaner y Simón, autoriza á presumir que Ortiguera no publicó ninguna obra, durante su larga existencia; siendo, por lo mismo, muy de lamentar el que haya permanecido hasta ahora inédita, la que nos ocupa, que es á la par que bien extensa, de suyo interesante.

Por lo demás, ni Mendiburu en el tomo vi de su Diccio nario histórico geográfico del Perú (Lima 1885); ni José T. Polo en la crítica que hizo de él, reparando las omisiones de que dicha obra adolece (1), citan á Ortiguera, ni le consagran siquiera una línea; regocijándonos, por lo mismo, de subsanar ahora, tan completo y silencio.

Entrando, ahora, al análisis mismo de la obra, diremos que de los 62 capítulos de que ella consta, 51 están consagrados á referir la exploración de Pedro de Ursúa al país de los Omagnas y río Amazonas, desde que salió de esta Ciudad de los Reyes, en demanda del Dorado y conquista del Marañón, cuya gobernación le había otorgado el Marqués de Cañete, Virrey del Perú, con todas las viscitudes que le sobrevinieron en tan dilatado como ocurrido viaje hasta su muerte, acaecida en el puerto de Machifaro el i de enero de 1561; lo mismo que la rebelión, crímenes y aventuras de don Fernando de Guzmán y Lope de Aguirre, hasta la toma de la isla de la Margarita y muerte de este último, verificada el 27 de octubre de 1561, después de victimar á su propia hija.

Como asuntos de todo inconexos ó extraños á esta narración, que es lo principal, si bien son del mismo ciclo,'se hallan los siguientes:

a.- El capítulo II, que trata de cómo salió Vigrazzú del Brasil, con grande armada de indios aborígenes á descu

(1) Lima—1891; ni José D. Cortés en su Diccionario biográfico ameri cano; ni Ramón Aspurua en Biografías de hombres notables de HispanoAmérica (4 volúmenes-Caracas 1877); ni Camilo Destruge en su Album biográfico ecuatoriano (2 volúmenes, Guayaquil 1903); ni Carlos Prince en los Peruanófilos anticuarios (Lima, 1908); ni Odriozola en los veintiun tomos de sus documentos históricos y literarios; ni Ternaux Compans en los 21 idem de su importante colección de obras raras concernientes á la Historia de América.

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