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He aquí el documento:

EL ROBO DEL COPÓN DEL SAGRARIO EN 1711

En vn Manuscripto que se rotula diario Limano, clarín sonoro que se cree escrito por el Lizenciado Don Diego Luis de Aguirre Presbytero que principia el día 15 de Abril de 1709 y concluye el de 14 de halia á f...... la relación del tenor sigente:

Jueves 29 de Enero del año que corre de mil setecientos onze en que celebra nuestra Madre la Iglesia la fiesta del gloriosíssimo San Francisco Sales (1), dando el relox la hora diez y media de la mañana, estando solo el Sagrario Parroquial de esta Santa Iglesia Catedral se fue á su Baptisterio Fer. nando Hurtado de Chave alias Don Fernando, hijo natural del Conde de Cartago (quien siempre tenia hávito de jugar Naypes, y dados, como también en llevarse quanto hallaba á tino) y enseñoreado del lugar se puso á buscar vna fee de Baptismo, cuya partida no hallava hasta hallar la de su atrevimiento, arrojándose al Altar mayor en donde halló la llave del Sagrario puesta en él, y sus puertas juntas, abriolas, ó dolor! y lo primero que vió fué la Custodia, empesó á temblar (según su declaración) vió el Vaso del Santo oleo de los enfermos, el relicario de oro con su bolsa de ponerse apecho, vn Vaso grande, y otro pequeño con su capillo de tel la con su Coopertorio, que es vna corona, y en medio su cruz, con el qual cargó estando con ciento y cincuenta y tantas formas, hechóselo en la faltriquera, y salió por la puerta grande que mira á la Plaza mayor todo lleno de sustos, y confuciones, no acertando á caminar hasta que se paró en el Sementerio de la Santa Iglesia de Nuestra Señora de Desamparados, y pudiendo ampararse de esta Divina Señora conociendo su delito (como confiesa le instimulaba) dandole impulso de declararse con el Padre Antonio Mesia, y na

(1) Gobernando la Iglesia católica el Señor Clemente XI, y la Monarquía Española el Señor Felipe V, y estos Dominios del Perú el Excmo. y Ilmo. Señor Doctor Diego Ladrón de Guevara Obispo de Quito XXV Virrey, y vaca la Silla Arzobispal.

rrarle el suceso, quería entrar y se acobardava que de hacer manifestación, lo lastava su punto y honrra, y así fluctuante se arrojó entrando á la Iglesia á resar vna salve á la Santa Virgen á quien dice halló muy triste, y como llorosa, y que teniendo miedo se fué por el callegón que llaman de Romero, y que quiso votar las formas consagradas al río.

Empezó el cielo á mostrar su sentimiento enlobreguesiendo de sus negras obscnras sombras el radiante luminoso día retirando Febo sus fulgores, y condencidad de opacas Nubes transformó la luz, que al Aire de novedad, y rayos enrriqueze, á cuya admiración commovida esta Limana curia, notó, que después de procelosa tempestad que duró par te de media hora entre tanta sensible variación los célicos Astros culparon sus Sydereos Orbes que no enfrenaron las sacrílegas manos que introdujo desatento arrojo, y sacrílego Fernando Hurtado: Nómbrole desatento, y le noto de impúdico por que con sus impías pérfidas manos nos robó nuestro Augusto Sacramento; llamélo sacrilego por que al Sagrado de vna Magestad de Magestades se arrojó desvanecido de su codicia.

Triste y confuso vagueava las calles de Lima cuyos vigilantes Juezes, celosos de la paz, tranquilidad, y sosiego de la República andavan rondándola (como acostumbran) y sin ser todavía savedores del executado hecho, pues todavía no se había descubierto, he aquí encontrando Fernando con la ronda de los Sargentos, é Infantes de la Guardia del Callao que está de custodia de su Exca. en su Real Palacio, y su Cavo, quien luego que supo ser el reo mandó que le recogiesen en el cuerpo de su guardia para por la mañana entregársele á su Madre, que había días carecía de su ruín persona (por ignorarse el crimen en que había incurrido): Al llevarle como los infames conociéndole, fuesen parlando con él, les dixo: que llevava vn Almirés en la faltriquera. Pues habréis hurtadolo en vuestra Casa á la pobre de tu Madre? le preguntó vno de ellos. Pernoctó entre ella, y por ver si sacava lo otro le llevaron á jug ir diciéndole, siempre venderá vuestra merced el dicho Almirés, díjoles de esta suerte: Ni vuestrs mercedes tienen plata para comprarle por ser de valor infioito, ni yo le puedo vender. Anda pataratero le dixeron. Y

sin más que ésto sin picarles á estos la curiosidad de que lo mostrase, lo volvieron á poner en el Zepo, hasta que rayó el día, y le entregaron á su Madre.

Sávado treinta y vno á las ocho del día salió de su casa Maternal, y partió en busca de su gran amigo Don Diego Pita hijo de muy nobles Padres, y emparentado con lo mejor de esta ciudad, quien lo había enseñado á jugar, y como á Maestro iba á consultarle: Hallávase á dicho Pita en la Huerta de Nuestra Señora del remedio remediado, cultivando, y entresacando sus yerbas de los quarteles que caen á espaldas de la calle que mira á la cerca del Monasterio de Santa Clara, en donde estava muy á las claras Después de haberse recíproca, y cortesanamente saludado, según su tosco valadrón estilo, se contristó, et non fleuit amare al oir á..... Parda de buena vida; empapada, dedicada, y consagrada en cuidar del culto, y adorno de la Santíssima Imagen de Nuestra Señora del Remedio, quien como en la conversasión dixese, que estavan mui tristes de que se hubiesen hurtado el vaso donde se hallavan las formas de nuestro Amo y Señor, y estar todos desconsolados por no saver si se abrían arrojado al río: Dixo, hay semejante maldad! Quien tal haría? y prɔcurando se acavase esta conversación la interrumpió, llamando á solas á dicho Pita, á quien le dixo se hallava en gran manera aflixido, por haber sido él el que había hurtádose la Piride con las sagradas formas que actualmente traía en la faltriquera; Pita que tal oyó (según declaró ante la Justicia) le afeó el hecho amenazándole, que con el puñal que traía á la sinta le degollaría, sino iba donde el Padre Alonso Mesía, contándole el caso, no le entregaba el Sagrado Vaso. Esto no obstante le tubo en su huerta en vna calle de Limos más de cinco horas.

Las siete de la mañana poco más ó menos eran quando se ofreció llamar al cura para el Viático, y á estas horas se hechó de ver el hurto habiéndoselo llevado el Jueves á las diez y media de la mañana, como dige arriva, procurando los curas hacer dilegencias secretas, las quales al instante se publicaron por casi toda la ciudad.

Savedores de ésto los Señores Canónigos, y el Benerable Deán sede vacante se juntaron á Cavildo, y en él determi

naron varias cosas, entre las quales fué vna la de mandar tocar plegarias en todas las Iglesias, que no se pulsasen los Organos, y las funciones de música se hiciesen sin ella, vsando solo canto llano.

Amaneció el Domingo primero de Febrero en que esta Santa Iglesia Catedral hizo fiesta de renovación mensual al Divino Sacramento, cuya Misa se cantó en canto llano sin instrumento alguno, Tocando plegaria á que siguieron los demás Conventos y Monasterios, saliendo los Señores Canó. nigos de dos en dos revestidos de Luto con las Mucetas negras rebueltas sobre la Caveza el Bonete calado á la Caveza, arrastrando lobas, en sentimiento de dolor de no saver en qué parte estaría nuestro Amo, y Señor discurriendo variantemente si acaso le abría consumido el agresor? Si lo abría arrojado a! Río? O si algún Judio ó Hereje se valdría dél para alguna irrissión?

Con este gran desconsuelo estáva toda la ciudad y con tal tristeza que se aumentó más con lugubre demostración que hizo esta Santa Iglesia Catedral enlutando con Baye. tas, y Paños negros todas sus Torres, y Portadas, las quales estuvieron, y permanecieron hasta el día dos en que fué hallado el Divino Pan Eucarístico.

Estando el dorado Febo en su Zenid no con aquellos rubicundinos explendores, antes sí macilentos, y marchitos, de orden del Señor Obispo Virrey Doctor Don Diego Ladrón de Guevara se publicó bando en las quatro Esquinas de esta Plaza mayor (aún siendo día festivo) al son de caxas destempladas, y cubiertas de Luto, y Bucinas, y Pífanos roncos los Cavos, y milites con las armas vocabajo, prometiendo vn mil pesos de buena moneda, los quales estavan en depósito en Tienda señalada para el que declarase, y manifestase la parte en que estuviesen ocultas las sagradas for

mas.

La Santa Iglesia Congregación del Oratorio de San Fe lipe Neri tuvo vn Entierro de vna Doncella, la qual se sepultó sin música cantando solamente en canto llano el Cura, y Sacristán de la Parroquial de mi Señora Santa Anna.

Dada la oración siguiendo su carrera la obscura noche salió de dicha Iglesia de San Felipe Neri el Rosario de la San

tísima Virgen de la Aurora, (el qual en tiempos pasados salía al Alva) resando muy devotamente diez y ocho misterios á coros, con su Capellán Lizenciado Don Diego Luis de Aguirre, [el autor] quien reparó la gran mosión que causó en ternura, y llanto de ver que siendo víspera de la Santísima Virgen de la Candelaria, y saliendo el trono muy compuesto y música muy especial, con cohetes que habían de peinar la región aérea, todo esto fu con clamores á esta Divina Angélica Señora la qual pasando por las gradas de la Santa Iglesia Catedral las halló llenas de funestas sombras, todas enlutadas, y llenas de muchíssima gente, la qual casi toda dió limosna á esta Soberana Antorcha para que alcanzase de su Santísimo hijo se descubriese el lugar donde el perfido agresor le había ocultado.

Nuestro Fernando que había estado oculto, y quizás oyendo las Aves Marías, que se resaron á la Emperatriz Celestial, partió por verse redeado por la Justicia que cercó la Casa de vn deud suyo muy cercano, la qual fué rexistrada, y como lo hubiesen escapado por los techos, aun las Arcas, y escaparates se trabucaron. Estando él ya auxiliado del Convento Seráfico, á cuyas puertas llegó con gran priesa, y hechándole mano su portero principal, le dejó el capote, corriendo en cuerpo por su claustro del Jardín sin parar hasta llegar á la Escalera que está ante la Sacristía devajo de quien se adora vna pintura de vn Santo Cruzifixo, á cuyos piez puso la Pixide con solo vna partícula bien grande. No la hubo bien puesto quando ascendió por sus escaleras á visitar al Reberendo Padre Lector Jubilado Fray Josef Palos, Guardían de dicho Convento, aquien con gran asseso, y susto, dixo: Padre yo fuí el Ladrón de la Pixide, hay la acabo de poner en el Altar del Santo Cristo. Respóndio e. Ea, pues vayase de aquí, y procure no le pesquen, pues nos pueden cercar el Convento. Salióse, y fuése por la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad.

A este tiempo con mucho concurso de gente de ambos sexos, predicó en esta plaza mayor el Pe Misionero Presentado Fray Antonio Viraure del Real orden de nuestra Señora de las Mercedes redempción de captivos, y con su fervoroso espíritu, fué el asunto de su Sermón sobre aquellas pa

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