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como hay pocos países en la tierra cuyas relaciones no sean mutuas con algún otro, así también el Perú ha recibido mucho de sus vecinos-sea por medio de relaciones comerciales. emigraciones ó de otra manera-;no hay duda que un país. una vez civilizado, ejerce más influencias sobre países habitados por salvajes, que las que éstos puedan ejercer sobre aquél. En los primeros tiempos, antes de que se desarrollase alguna civilización en el Perú, todos los países del Continente. han de haber estado al mismo nivel de cultura, y por lo tanto, la cantidad de las influencias que ha recibido el Perú ha sido idéntica á la que él ha ejercido.

Yo comprendo con el nombre de país de los Incas todo el Perú y la antigua Bolivia, desde la costa hasta la cordillera oriental, y además la altiplanicie del Ecuador, incorporada firmemente en el Perú en tiempo de los Incas. Excluyo de este nombre la zona tropical del Oeste del Ecuador, que según parece, nunca fué ocupada por los Incas debido á las dificultades que se ofrecían para su conquista; toda la zona tropical del Este del Perú y de Bolivia, porque también ésta presentaba condiciones diferentes y los Incas han llegado á cada una de sus partes tarde, y la región argentina y todo Chile al Sur del desierto de Atacama, porque también éstas han sido zonas separadas, que fueron solamente objeto de las conquistas de los Incas, y aun después de efectuadas éstas, nunca llegaron á tal grado de relaciones mutuas con el Perú central, como sucedió, por ejemplo, con el Ecuador.

Aparte de esto, tengo que decir que todo lo que voy á tratar en seguida, no reviste sino un carácter sintético, un esbozo, por decirlo así; porque el problema es demasiado vasto y para tratarlo ampliamente faltan trabajos preliminares; y más quiero indicar el camino que hay que recorrer. marcar las orientaciones que hay que seguir para aumentar las observaciones respectivas, que dar una solución definitiva y completa, lo cual no es posible todavía.

No será fuera de lugar dar principio con un cuadro ge. neral del desarrollo de las civilizaciones en el Perú.

Ya dije que el nivel de la civilización primordial en el Perú antiguo no habrá sido, no puede haber sido un nivel su

perior al de los países vecinos. Encontramos la curva de este nivel antiguo todavía en las tumbas de los pescadores más antiguos de Ancón y Supe, y si se desea, en la Sierra, entre la tribu de los Uros en Bolivia. No existía en ese tiempo alfarería pintada ni industria textil de cierta extensión, ni agricultura desarrollada; un estado de cosas exactamente tal cual existe todavía en el interior del Brasil.

Muchas de las tribus que en el período primordial habitaron el Perú deben haber tenido relaciones de parentezco cercano con las tribus del Este, tanto en raza como en lenguas y costumbres características. De ésto hay muchas pruebas. Es un caso muy significativo que entre las lenguas más de. sarrolladas de la Sierra, encontremos todavía las mismas consonantes que sirven á la determinación de los pronombres personales, como en un numeroso grupo de lenguas del Este. La lengua de los Uros tiene no solamente un cierto número de palabras idénticas con las de varias lenguas de la Montaña y del Sur (Argentina y Chile), sino que en su sistema aglutinativo hay algunas semejanzas sorprendentes con ciertas lenguas primitivas de los aborígenas del Brasil, distintiva en ésto de una manera fundamental de otras lenguas de la Sierra, como el kechua y el aimará.

Para dar una idea de cuáles habrán sido las relaciones primordiales en las costumbres entre las tribus andinas y las del Este de Sud América, haré mención de aquella de absorber rapé por la nariz, usada desde el lago Titicaca (Tiahuanaco) hasta las Antillas (1), y la de las tembetas encontrada desde la costa del Perú y Tiahuanaco por todo el continente en dirección del Este (2), ambas de carácter verdaderamente panamericano; más la gran semejanza en la forma entre las estólicas encontradas en tumbas antiquísimas del valle de Lima con las que se usan todavía en el interior del Brasil (3), y la costumbre de introducirse discos á

(1) Comp. Bulletin of the Museum of Sc and Art, Philadelphia 1898, 1, No 4: M. Uhle, A. Snuffing Tube from Tiahuanaco.

(2) Veröffentl aus dem K. Museum f. Völkerk: Berlin, 1889, I, Hefi 1: M. Uhle, Ausgewählte Stücke Zur Archæol. Amerika, pag. 6 y 28 y sig. (3) Revista Histórica, 1907, II pág. 118

manera de adornos en el pallar de la oreja, que existe todavía entre muchas tribus del Oriente y ha perdurado en el Perú hasta los Incas, quienes la autorizaron para distintivo de una orden de caballería: los orejones del Cuzco.

Vino después la civilización que encontramos en una de sus formas más antiguas en tumbas de Ica y Nazca. Su área geográfica se extendía, por lo que hasta ahora conocemos, desde el valle de Acarí hasta Pacasmayo, al norte de Truji llo. La piedra de Chavín de Huantar del Museo Nacional de Lima, ha sido, como ahora sabemos, obra de este período. Semejante civilización tan antigua y tan perfecta, tenía entonces el pie firmemente asentado en la Sierra. De una manera parecida encontramos sus huellas en Huamachuco, en el sur en la quebrada de Pisco hasta Huaitará (2900 M. sobre el nivel del mar) y en el valle de Lima, por ahora hasta Chosica.

El período inmediato es el caracterizado por los monumentos de Tiahuanaco, como su obra principal. Esta civilización abrazaba ya todo el Perú antiguo desde Tiahuanaco y Moquegua hasta muy al Norte, tanto en la Costa como en la Sierra. Sus huellas en el Ecuador son visibles en un vaso de la colección Deville excavado en Chordeleg, cerca de Cuenca (1), que no difiere en su carácter de los mejores encontrados en el Sur del Perú. Varias civilizaciones locales hasta Lambayeque, hacia el Norte, se desarrollaban hasta la llegada de los Incas, que iniciaron la tercera de las civiliza. ciones principales del Perú, tan bruscamente interrumpida con la aparición de los españoles en el siglo XVI. A juzgar por varios indicios, como el grado de conservación en que se han hallado los objetos en las tumbas más antiguas, el estado de conservación de las ruinas, el estado geológico de los valles de la costa en el período de los pescadores primitivos, y el número y variedad de los períodos estilísticos en el antiguo Perú, resulta que todo el desarrollo de civilizaciones peruanas, no puede haberse efectuado en menos de dos milenios. Al mismo tiempo podemos observar que el área

(1) Congr. des Améric, Bruxelles, 1879, Vol II, y Atlas, pl. 4. fig. 7.

donde se han desarrollado esas civilizaciones, ha ido constantemente creciendo hasta que alcanzó sus términos máximos durante el período de los Incas.

Período primordial antes de toda civilización. Los pescadores primitivos de la Costa.

Sorprende saber que desde ese remoto tiempo, existían ya relaciones comerciales entre los habitantes de las poblaciones de la costa peruana y tribus trasandings. Pruebas dan de ello una manta hecha de plumas largas, coloradas y azules de Ara Macao, excavada en Supe y que en la actualidad se conserva en el Museo de San Francisco de California, y algún palo de chonta encontrado en los mismos entierros. Los materiales de ambos objetos no existen en la Costa y por lo tanto deben haber sido traídos del otro lado de los Andes por medio del tráfico. Véase pues que ni en el estado de salvajismo faltaban relaciones lejanas con gentes del otro lado de la Sierra, y si esto es así, de suponerse es que esas relaciones habrán aumentado á proporción que se desarrollaban con el grado de civilización el deseo de obtener tales artícu los tropicales y los medios para conseguirlos.

Primer período de la civilización de Ica y Nazca.

A mi juicio, la existencia de esta civilización constituye una prueba de relaciones con otro país, á las cuales se debe ella misma. Porque es de saber que esta civilización aparece de golpe en el escenario de la cultura del Perú, como un "deus ex machina", en medio del salvajismo que la precedió, pues en ninguna parte del Perú hay vestigios de una civilización que pudiera haberla precedido y de la cual se pudiera haber desarrollado; tan perfectos como son los vasos de este período en forma, pintura, dibujos y técnica de colores, nada había en este país, ni parecido siquiera, antes que ellos, y así puede decirse casi con seguridad apodíctica que esta civilización en tal grado de perfección, ha debido ser importada de países extrangeros. Y no es difícil saber cuáles pueden haber sido aquellos países, porque sólo en la América Central se

han descubierto civilizaciones de perfección parecida, y aunque no nos es posible fijar la antigüedad de ellas con exactitud es probable que por lo menos algunas de ellas sean de una antigüedad no menor que las peruanas. La importación ha debido venir por mar, sin que sea un argumento en contra el que no se hallen vestigios de ella en las costas intermedias, porque ó bien los inmigrantes no tocaron en ellas durante su viaje, ó bien sus huellas se han borrado, lo enal puede suceder fácilmente con reliquias de antigüedad tan remota. Respecto á relaciones de esta civilización con otros países no nos es posible decir más, porque todos nuestros conocimientos sobre ellas están basados en su alfarería; pero es digno de hacer mención lo que se refiere á las cabezas humanas que hay pintadas como trofeos en los vasos, que manifiestan una costumbre de cerrar la boca por medio de costuras, tal cual hasta ahora está en uso en las cabezas reducidas de producción jívara. Por eso puede haber existido alguna relación entre tribus del Este y del Oeste de los Andes que haya dado origen á esta semejanza de costumbres.

Con el desarrollo y fin de este período vemos un gran adelanto en las relaciones con el exterior. En este tiempo-el de los vasos pintados de carácter pre-chimu-aparecen en las tumbas de Trujillo junto con los vasos las primeras piezas de spondylus labradas y muchos pedazos de caracoles grandes blancos, conns Fergusoni,como objetos de aprecio, labrados é incrustados con piedras para collares. Ambas espe cies, spondylus pictorum y conus Fergusoni, productos de mares tropicales, no existen en los mares fríos de la costa del Perú, y por eso su presencia en las tumbas es prueba suficiente de relaciones remotas con mares y costas del Norte donde aquellos se encuentran. Hay criaderos de estos caracoles y conchas en los mares de la Baja California y en los de todas las costas del lado del Pacífico de Centro América; si los hay más hacia el Sur, no se ha comprobado todavía. Pero hay que tomar nota de un indicio revelador para determinar la procedencia en general de estas conchas, y es que iguales á las halladas en el Perú se han encontrado en un

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