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Preparado el plan, el joven guerrero, á quien se le llama hijo del sol, sale prometiendo honores y poder, de Pacaritambo, acompañado de su familia: tres hermanos y cuatro hermanas, sus parientes, en número considerable (25); sus servidores y los sacerdotes ó consejeros, llevando consigo cuanto poseían (26).

Su marcha hacia el valle del Cuzco no fué tan rápida: al contrario su avance á los nuevos territorios, su viaje de peregrinación ó apostolado, según el aspecto que le daban sus insinuadores y consejeros, duró algunos años. En este tiem. po, Manco y los sacerdotes que lo acompañaban, urdieron una leyenda maravillosa, para contar su origen á los pueblos donde llegaban en solicitud de hospedaje, contando á los que les interrogaban sobre su procedencia, hechos sobrenaturales y maravillosos. Pacaritambo era para los fantásti

aquellos bárbaros que el Sol había enviado á su hijo en figura de hombre" c. I.. p. 10.

Consúltese nuevamente, y á propósito de esta aserción, el estudio del señor Riva Agüero, "Examen de los Comentarios Reales". Revista Hist. t. I. p. 537 y sigs.

(25) Y consertado ésto entre los ocho comenzaron á moverse las gentes que en aquellas comarcas del cerro había, poniéndoles por premio que los harían ricos y les darían las tierras y haciendas de los que conquistasen y subjetasen. A lo cual por el interés se movieron diez parcialidades ó ayllos que quiere decir entre estos bárbaros, linaje ó bando, los nombres de los cuales son estos que se siguen:

Chauin Cuzco ayllo, del linaje de Ayar Cache. (algunos descendientes de este ayllo existían todavía en la época de la información).

Arayraca-Ayllo, Cuzco-callan.

Tarpuntay ayllo.

Guacaytaqui ayllo.

Yañoc-ayllo. (a)

(a) Las informaciones de Toledo nos han conservado el nombre de uno de los descendientes de Manco Cápac (el nombre del ayllo no se cita pero debió existir); el sobreviviente se llamaba Domingo Checo y era de 60 años en 1572.

Estos cinco bandos son Hanancuzcos, que quiere decir el bando de lo alto del Cuzco; Sútic-Toco-Ayllo, que es la generación que salió de una de las ventanas llamada Sútic-Toco.

Maras-ayllo; estos son los que dicen que salieron de la ventana de Ma

ras-Toco.

Cuycusa-ayllo.

Oro-ayllo.

Digo que de todos estos linajes se han conservado de tal manera que no se ha perdido la memoria de ellos. S. de Gamboa, ob. cit. c. II. p. 34.

(26) "Llevando consigo sus haciendas, servicios y armas en cantidad que hacían un buen escuadrón”. Gamboa ob. cit. p. 35.

cos narradores un lugar misterioso, de allí habían salido mandados por el dios supremo, por el Ticci-Viracocha; es decir el dios adorado en Tiahuanaco (27), habían sido mandados á poblar el mundo: la leyenda de los cuatro hermanos Ayar, quedaba, desde entonces, fundada (28). Manco, nombre del protagonista de la leyenda, era hijo del Sol, á él se le había encomendado la civilización y el gobierno de los hombres, sus hermanos habían de auxiliarle sometiéndosele, en la magna empresa.

La primera jornada de Manco, y sus compañeros parece fué hasta Guanacancha, “cuatro leguas del valle del Cuzco” donde estuvieron algun tiempo sembrando y buscando tierras fértiles. Aquí, Manco, para dar un común origen divino á su descendencia, tomó por mujer á su hermana Mama-Ocllo (29), pero sin fijar su residencia en Guanacancha avanzó hasta Tamboquiro, lugar donde nació el futuro Inca SincheRoca. Luego la cuadrilla pasó á Pallata, y más tarde á Haysquirro; aquí provocóse la primera reyerta entre los hermanos, de cuyas resultas desapareció Ayar-Cachi, talvez el más animoso. Luego, avanzando la invasión de aventureros, llegaron á Guanacaure; aquí una nueva fábula oculta la desaparición de otro hermano, de Ayar-Uchu. Ya en las cercanías del Cuzco, y despues de algunos años de peregrinación (30) desaparece Ayar-Auca. Manco, con sus sacerdotes aliados, hábil en la religión y en las costumbres de los abo

(27) El idolo que se halla grabado en la monolítica portada de Acapana en Tiahuanaco, ha sido estudiado por el Dr. Uhle, quien ha comprobado, que es el Viracocha de los quechuas. Léase discurso, en el Instituto Hist.. del Dr. Patrón, Revista Hist. t. I. p. 420. (b)

(b) El ídolo de Acapana se ve reproducido en las vasijas, telas y relieves simbolista-religiosos de casi todo el territorio del antiguo Perú.

(28) Muy pocos son los antiguos cronistas que al relatar el origen del imperio, no traigan esta relación ó leyenda que se vé con más detalles en Cieza. Betanzos y Gamboa.

(29) Mama-Ocllo debió ser el verdadero nombre de la mujer de Manco. y aquí seguimos la información más antigua y probablemente más verídica dada por los quipocamayos á Vaca de Castro. Véase Una Antigualla Perua na. 7 y 8; lo mismo Betanzos. p. Gamboa la llama Mama-Cuaco.

(30) Supuesto que durante todo el tiempo del viaje Sinchi Roca había llegado á la mayor edad, pues nacido en Tambo-quiro, á la segunda jornada, pudo casarse en Guanaypata,con la hija del Sinchi Sític-Huaman. ob. cit. pp. 35 y 39.

rígenes del valle, lanza á los viejos hechiceros á la propaganda de su misión, y él queda en las cercanías de la ciudad es perando los resultados (31).

Los pueblos del valle, timoratos, acuden donde se les dice que se halla el hijo del Sol, y hallan á Manco acondicionado para hacerse admirar (32) de todo ese pueblo de gentes sencillas y tímidas. La soberanía sobre los pocos aborigenes de este centro, que probablemente fué el pueblo de Huanay. pata, le dió un poderoso refuerzo. Manco amalgamó su gente á la que así se le sometía, y principió á inaugurar un poder cada vez más creciente.

El valle del Cuzco se hallaba entonces poblado por varios curacazgos minúsculos, pero, como hemos dicho, confederados, que á veces reconocían un jefe en el peligro común (33).

Además de los Guanaypatas habían los Huallas ó Guallas, los Sausaseras, los Alcahuizas y Anta-Sayas (34).

A creer á los quipocamayos que informaron á Gamboa fueron tres reinos aborígenes, los que se estendían en el valle: Sauaseras, Antasayas y Guallas, á los cuales se unieron después ó se confederaron otros tres grupos, capitaneados por Alcauiza (Alcaviza) Copalimayta y Culumehima (35).

(31) Una Antigualla Peruana. p. 10.

(32) Una Antigualla Peruana Manco Capac aquella mañana que los del valle del Cuzco habían ir á le adorar, vistióse de buenas vestiduras que de Pacaritambo había llevado: una camiseta argentada de almejas, y púsose una patena de oro en el pecho, y una medalla de oro grande en la cabeza que ellos llaman canipo, y unos brazaletes de plata en los brazos, y mucha plumería de colores en la cabeza y en el traje, y el rostro muy embijado de colores y al salir el Sol púsose hacia el reverbero y resplandor del Sol, al tiempo que los indios del valle caminaban para él....... El embustero que ya sabía y tenía noticia de los nombres de los curacas é principales. llegados que fueron á él, comenzóles á llamar por sus nombres, de lo cual los indios se admiraban......&. Pags. 11 y 12.

(33) Asi se colije de los relatos muy dignos de fe de Gamboa, ob. cit. p. 9 y 10 p. 30 á 33. Una Antigulla Peruana, p. 7 y 8. Cabello Balboa, c. I. p. 13, 17. Para Balboa fué Copalimaita el que encabezó la resistencia contra la invasión; ob. cit. En Las Casas, Antiguas Gentes del Perú, hallamos también este aserto; c. XVI, p. 130, y es muy probable, como se ha sospechado, que la relación de Las Casas sea una trascripción de la valiosa y verídica del padre Molina.

(34) Quizá si Anti-Suyos de los Andes, tanto más se afirma nuestra sospecha, cuanto que los quipocamayos informantes de Gamboa declararon que este nombre estaba errado. Véase la nota de Gamboa, c. 9. p. 30.

(35) Manco Cápac y Mama Huaco, comensaron á poblar y tomarles

Manco con su banda, catequizando á los huallas, primero, y dominado sus recelos después, por el rigor y hasta por la crueldad (36), los sometió, y reforzándose, atacó á los Sauaseras obligándolos, después de un lijero revés que sufrió, á cederle sus tierras, haciendo huir á Copalimayta, su jefe.

Vencidos los Sauaseras se alió con los Alcabuizas (37) y por el matrimonio de Sinchi-Roca con la hija del curaca ó sinche de Saño, (llamado Sinti-Huaman), Manco se vió due ño y señor de un extenso señorío, y pudiendo dar á sus compañeros tierras fértiles, se dedicó á una administración sabia y regular, dividiendo la ciudad en barrios (38), construyendo adoratorios, estableciendo fuertes y asegurando, por medio de prudentes disposiciones, la sucesión de su hijo al poder. Reinó por muchos años seguramente, y al morir quedó Sinchi-Roca dueño de un señorio ya respetable, con una extensión de 30 leguas de contorno. El elemento sacerdotal que lo afirmó en el poder se amalgamó con el civil, y la sobe

las tierras y aguas contra su voluntad de los Guallas á estos les hacían muchos males y fuerza, y como los Guallas por ésto se pusieron en defensa por sus vidas y tierras, Mama Huaco y Manco Cápac hicieron en ellas muchas crueldades. Y cuentan que Mama-Huaco era tan feroz que matando un indio gualla le hizo pedazos, le sacó el azadura y tomó el corazón y bofes en la boca y con un aibinto, que es una piedra atada en una soga...... se fue contra los guallas con diabólica determinación. & S. de Gamboa, ob. cit. p. 39 v.

(36) Más bien informados al respecto parecen Betanzos y Cieza, pues sería demasiada labor de conquista y adhesión las realizadas por Manco. Los Alcahuizas llegarían á formar la confederación cuzqueña, quizá si en tiempo de Sinchi-Roca, cuando el rompimiento con los aliados quechuas se realizó en tiempo de Mayta Cápac, IV inca de la dinastía Tahuantinsuyo.

(37) Gamboa, ob, cit. c. 14 p. 59 y también en Cabello Balboa, ob. cit. c. I., p. 12.

(38) Manco es seguro que distribuyó á sus compañeros y aliados en grupos que los obligó á fijarse en distinto lugar de la ciudad, formando así los barrios ó vecindades “á la una llamaron Quinti-Cancha; á la 2a CumbíCancha; á la 3 Sayri-Cancha; á la 4a Yarambuy-Cancha", como esto lo hiciera en compañía de su hijo Sinchi-Roca, de su mujer Mama-Oello, y de su segundo hijo, Mango-Sapaca, y como después, Sinchi Roca, siguiendo la política y sabia administración de su padre obligara á los suyos ó parcialidades adventicias, á fijarse en los cuatro barrios fundados yá, y, que es seguro estaban en dirección á los cuatro caminos que conducían á las regiones del sur, este, oeste y norte del imperio (a). Como todo esto fué ya obra del 2.o Inca, á él se le atribuyó la división del imperio en cuatro partes. Anti, Colla. Chincha y Contisuyo.

(a) B. Cobo Hist. del Nuevo Mundo, c. XXII p. 218. del t. III.

ranía teocrática quedó fundada. Parece que una alianza conveniente á los intereses se estableció en el gobierno, y el elemento sacerdotal ejerció el alto rango de consejero del soberano; por eso encontramos al Sumo Sacerdote, al Víllac-Umo, saliendo de la familia imperial y ejerciendo funciones de capital importancia cerca del Inca, y éste, rodeado siempre por un consejo de orejones viejos, de quienes escucha su dictado (39). El soberano, que se le apodó Intip-Churi (Hijo dei Sol) debía tener por esposa á su propia hermana. quedando así formada la casta y la nobleza de sangre real. Sinchi-Roca, aliado al pueblo de Saño, por su matrimonio con Mama-Coca (40), gobernó como su padre, luchando con unos, aliándose con otros, y si bien apenas aumentó sus conquistas, logró sujetar á su dominio á los pueblos, que, á la muerte de Manco, se sublevaron (41).

Su hijo Loque-Yupanqui, parece fué el primero en violar la ley de sucesión, puesto que el mayor de sus hermanos, Manco Sapana fué excluído del trono, haciéndose Lloque fuerte en él. Su gobierno se distinguió por sus alianzas con los de Guaro, Guamay-Samo, Pachachulla-Viracocha, los Ayarmancas de Tambocunca y los de Quilliscaches (42). Su matrimonio con Mama-Cava, hija del señor de Oma, pueblo cercano al valle del Cuzco, le dió probablemente la alianza, y quizá la soberanía sobre los omas. El hijo que tuvo en esta mujer se llamó Mayta, y tiene su vida envuelta en levendas (43). Tuvo un nacimiento prematuro, se distinguió des.

(39) "El gran sacerdote, llamado Villaoma era tan estimado, que competía con razanes con el Inca, y tenía poder sobre todos los oráculos y templos y quitaba y ponía sacerdotes. El Inca y él...... eran de gran linaje y de parientes poderosos, y no daban la tal dignidad á hombres bajos ni oscuros, aunque tuviesen mucho merecimiento". Cieza,-Señorío de los Incas, c. XXVII, p. 107. c. XXX p. 123.

Sobre el consejo de estado véase la afirmación categórica de Cieza en el c. XXXII p. 126. Y las aseveraciones fundadas de Max Uble en sus artículos en la Revista Histórica (b)

(b) Véase también la Relación Anónima, p. 156.

(40) S. de Gamboa, ob. cit, c. 15, p. 43.

(41) Gamboa c. 14 p. 43. Una Antigualla Peruana, p. 13. Balboa, c. II

p. 20.

(42) Gamboa, ob. cit. c. 16 p. 44.

(43) En todos los cronistas y en todas las relaciones de antigüedades se halla así narrada la vida de Mayta y con marcada insistencia, sus hazañas maravillosas en A. Oliva ob. cit. Lib. I. c. II. p. 42.

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