su veracidad, Gonzalo de Illescas, en su obra impresa en 1565, nos da pormenores importantes (11). Helos aquí: "Un cierto marinero (cuyo nombre hasta ahora, no se sabe, ni de donde partió, ni tampoco que viaje llevaba, más de que andaba por el mar Oceáno de Poniente) tuvo un tiem po recio, y tormenta grandíssima, la cual le llevó perdido por la profundidad y anchura del mar, hasta ponerle fuera de toda conversación y noticia de lo que los marineros y pilotos sabían por sciencia y experiencia: Adonde vió por los ojos tierras nunca vistas ni oydas. La misma tormenta que le llevó á verlas, le bolvió hacia nuestra España, tan perdido y destruido, que dentro de pocos días vino á morir. Este desgraciado Piloto, por no tener otra posada mejor, vino acaso á posar en la isla de Madera, en casa de Cristóval Colón, genovés, nacido en Nervi, una aldea de pocas casas junto á Génova. Venía tan pobre y hambriento que, como dije. no pudo escapar; y no teniendo en la muerte otra cosa mejor que dejar á su huésped, en pago de la buena obra, dióle ciertos papeles y cartas de marear, y relación muy particular de lo que había visto en aquel naufragio. Recibió ésto Colón de muy buena gana, porque su principal oficio era marinero y hacía cartas de marear". Sostienen lo mismo otros autores (12) y algunos contradicen (13). Según Remón (14), el piloto aludido se llamaba Fabio de Melfa; y Malte-Brun dice, en su Historia de la Geografia, que Colón se valió, para descubrir la América, del Diario del veneciano Antonio Jeno, publicado por Marcolini en 1558. Federico Estuvenio atribuye el primer descubrimiento, anterior al de Colón, á Martín Bohemo, natural de Nurem berg. Feijóo lo cita, sin combatirlo. en el tomo IV de su Teatro Crítico Universal. Posible es que Colón aprovechara esos datos, junto con los trasmitidos por Alonso Sánchez, de quien se olvidó. Colón ha sido estudiado á la luz de la moderna crítica. por autores de diversos países y con distinto espíritu, como Jorriu, Avezac, Peschel, Varnhagen, Bossi, Rosselly de Lor gues, Bancroft, Tarducci, Perreti, Cronau, Buel..... ........Después de esto se puede ya juzgar hasta dónde iban en Colón su ciencia, y sus cálculos geográficos, náuticos y astronómicos; y cuánto debieron contribuir á sus descubrimientos, basados no obstante en noticias, en relaciones y derroteros de viajes. Así, pues, que aceptamos como cierto, ó verosímil, el relato de Alderete, Gómara, Illescas, etc.: que hubo un Piloto que, al morir en la isla de Madera, dió á Colón "ciertos papeles y cartas de marear, y relación de lo que había visto en su naufragio": naufragio al que no pudo sobrevivir, sino el tiempo indispensable para hacer á. Colón heredero de sus trabajos y del premio. Por más que Colón y su hijo callaran ú ocultaran esto,á la Historia, como juez recto é incorruptible, toca esclarecerlo y conservarlo, dando á cada uno lo que es suyo; siguiendo así la forma del juramento inglés, decir "la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad", y haciendo práctico el consejo de Lamartine-dad conciencia á la Historia”. La índole de este escrito, y las dimensiones que ya tiene, con daño acaso de la mayoría de los lectores de "El Comercio", me obligan á terminarlo. Pero creo dejar establecido: que Colón, el hombre de genio, el docto marino, el fervoroso y apasionado creyente, el inspirado por la Providencia para un altísimo designio, recibió testimonios irrecusables de la existencia de tierras desconocidas; los que lo decidieron y lo alentaron para buscarlas, y para trazar con sus carabelas la ruta á las naciones. La historia nos enseña, en todo orden de hechos, que no se llega de golpe por completo á la verdad, sino gradualmente; así como no se logra andar y correr sin hacer antes pinicos; y así como el ojo no puede soportar la transición violenta de la oscuridad á una luz intensa. Copio, para concluir, la plegaria de Colón á Dios, al tomar posesión del Nuevo Mundo, en nombre de los Reyes Católicos; porque en ella se muestran su grandeza de alma, su fe de Cruzado, y el concepto que formó de la tierra por él descubierta...... "Dios eterno y todopoderoso! Bendito y alabado sea tu nombre en todas partes y exaltada tu majestad, que se ha dignado permitir, que por mí, tu humilde siervo, se conozca é invoque tu sagrado nombre en esta parte del mundo” (15). Lima, 4 de octubre de 1911. JOSÉ TORIBIO POLO. (1) Historiarum Indicarum- Romae, 1588. (2) Hist. nat. y moral de las Indias.-Sevilla, 1590: I. I. c. 11. pág. 45(3) Antigüedades de España y América. Amberes, 1614: I. IV. e* XVII. fol. 517.-ib. I. I. c. III (4) Historia citada: 1. I. c. IV. (5) Comentarios reales: I. I. e. III. (6) Hist. delas Indias: I. II, c. II. (7) Tomo I, c. XIV, pág. 103.-Véase "La América", periódico de Madrid de 1857, número XIII: el artículo "Colón y Alonso Sánchez” (8) Varones ilustres: elegía 1a canto 1°. (9) Historia, cap. XIII. En el tomo 20. de Barcia. primitivos." (10) Historia General de España. I. XXVI. "Historiadores (11) Historia Pontifical.-Salamanca, 3a. ed. 1572: t. II. fol. 174. Torquemada.-Monarquía Indiana: I. I., c. VII; y I. XVIII, c. I. Ulloa.-Memorias concernientes al descubrimiento de América: tomo II. pág. 795. Otto.-Memoria dirigida á Franklin. 1781. (13) Hornio.-De orig. Amer. I. I. c. II.-lb. I. II. c. I. Laet.-Dissert. contra Grot. fol. I. (14) De vero Novi Orbis inventore-1714. (15) Tablas cronológicas de Claudio Clemente: tomo I. I. II. (De El Comercio de 6 de octubre de 1911, edición de la tarde número 32,846). EL TESTAMENTO DE D. PEDRO PERALTA Deseoso de completar con mayores datos mi estudio biográfico sobre don Pedro Peralta, y habiendo visto en un apunte de los papeles de don Félix C. Coronel Zegarra, la fecha de la última disposición testamentaria de aquél, anterior en diez y nueve días á su fallecimiento, y el paradero de ella, que es la notaría de don Adolfo Prieto, en la que se encuentran los protocolos de Gregorio González de Mendoza, hice sacar una copia, que publico, porque apesar de la brevedad del documento, que ha defraudado en mucha parte mis esperanzas de detalladas noticias, hay en él la referente al matrimonio de Peralta con doña Juana Fernández de Rueda, del que hasta ahora nada se sabía, y la comprobación de la estrecha amistad que lo ligaba con el Marqués de Casa Calderón, á quien confiere en primer término el poder para testar é instituye albacea y heredero. A continuación va otro poder para testar que en favor de don Pedro Peralta hizo el 5 de febrero de 1728 una cierta doña Petronila de Peralta, al parecer hermana ilegítima del mismo don Pedro. J. DE LA RIVA AGÜERO. PODER PARA TESTAR El Dr. Dn. pedro de Peralta y Barnuebo, al Señor Marque de Casa Calderon, del orden de Santiago en primer lugar y á otro en 20 En el nombre de Dios nuestro Señor amen. Con cuyo principio todas las cosas tienen buen medio loable y dichoso fin. Sepan cuantos esta carta de poder para testar vieren, como mo yo el Dr. Dn. Pedro de peralta Barnuevo y Roch a Catedratico de prima de Matematica en esta Real Universidad, Cosmografo mayor de estos Reynos, Contador de cuentas y particiones de esta Real Audiencia y demás Tribunales por su Magestad, y Contador de la Mesa Capitular de esta Santa Iglesia Metropolitana, natural que declaro ser de esta ciudad de los Reyes, hijo legitimo de Dn. Francisco de Peralta y Barnuebo, y de Doña Magdalena de la Rocha y Benavides ya difuntos que santa gloria hayan, estando enfermo en cama de la enfermedad que Dios nuestro señor ha sido servido de mandar, pero en mi entero juicio memoria y entendimiento natural, creyendo como firme y verdaderamente creo, en el altisimo misterio de la Santisima Trinidad, padre, hijo y Espiritu Santo, tres personas realmente distintas y un só. lo Dios verdadero, y en todos los demas misterios que tiene. cree, confiesa y enseña nuestra Santa Madre Iglesia Catolica Romana, bajo de cuya fe, y creencia he vivido y protesto vivir y morir, como catolico y fiel cristiano, elijiendo como elijo por mi abogada é intercesora a la serenisima Reyna de los Angeles Maria Santisima Madre de Dios, y Señora Nuestra, para que interceda con su divina Magestad, perdone mis pecados, lleve mi alma á carrera de Salvacion, y temiendome de la muerte que es cosa natural á toda criatura humana, digo: que por cuanto la gravedad de mi enfermedad no me da lugar á hacer mi testamento con el espacio que quisiera, y porque, la forma del descargo de mi conciencia, y bien de mi alma lo tengo tratado y comunicado con el señor Mar |