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na, y que era buena.

Entonces me enfadé y le dije: pues si es tan buena ¿por qué vd. la otra vez rajó tanto contra ella en el púlpito, dijo que toda era un hato de heregías, y aun no ha ocho dias que pensaba contra de ella? ¿Con que vd. hoy dice una cosa y mañana otra? ¿Hoy alaba lo que ayer reprobaba? Vamos, compadre, que es inenester no tener ni pizca de verguenza para perju. rarse tan seguido.

હૈ

Mi buen compadre sé encogió de hombros, y no tuvo mas remedio que confesármela redonda.

Es cierto, compadre, me decia: la Constitucion es endiablada, todo cuanto vd. dice es la purísima verdad: yo no la puedo ver, porque dentro de pocos años es regular que se pongan los curatos á dotacion...... Aquí le interrumpi; preguntándole: ¿que qué era eso de dotacion? ¿Cómo qué, compadre? decia él: poner á los curas asalariados por el gobierno, y entonces nos vamos á freir chongos Pues qué ya no habrá emo. i lumentos, ni derechos de arancel ?= ¿Qué diablos ha de haber? El cura ha de bautizar, casar, enterrar, predi car y todo sin mas premio que la dotacion que tenga. Eso será mucho beneficio para los pueblos, es pecialmente, le dije para los pobres. Y qué tenemos con eso? me respondió mi compadre el cura, poniéndose colorado como una grana. ¿Qué beneficio me re sultará á mí ni á otros infelices curas como 'yo, á quie nes si hoy les rinden sus curatos, cuatro, seis, ocho y diez mil pesos anuales, mañana les cercenan las tres partes? ¿Qué esperanza nos queda á mas de cuatro de ser canónigos si nos quitan los pies con que deberíamos andar ese camino? y por último, ¿qué provecho me resulta de que los pueblos se beneficien? No otro que muchísimo daño.

¡ Vea vd. y qué contento estaré yó con la mal

dita "Constitucion! Sí, maldita, excomulgada y heréti ca en todas sus partes, pues por ella se prepara el mo.. do para atacar á los sacerdotes del Señor.=

Pero, señor cura, como con esos conocimientos la juró vd, y nos predicó que era muy buena, y que estuvieranios todos obedientes á ella porque este era el voto general de la Nacion y la voluntad del Rey.

De fuerza la habia de jurar si me lo manda mi superior, y la misma Constitucion manda que el inme diato domingo a la jura exhorte el cura despues del ofertorio de la misa al Pueblo á su observancia brevemente.= En verdad, compadre, que la exhortacion de vd. fué tan entre dientes que apenas la cimos los que está bamos mas cerca, y tan breve que no duró cuatro minutos. Bien se conoce que lo hizo vd. de mala gana,=

¿ Pues no lo habia de hacer, si me coje el da ño tan de cerca? Le aseguro á vd. compadre, que si cogiera á Ballesteros, á Quiroga, á Ezpoz y Mina y á todo cuanto zaragate tuvo parte en trastornarie la cabeza á nuestro Soberano, los habia de descuartizar y hacer cenizas.=

¿Pero, compadre: sabiendo vd. como andaba la bolada, para qué juró?=¿ Cemo para qué, compadre? ¿Ya no dije que me lo mandó el arzobispo ? Eso es no tener caracter. Yo, á ser vd. no juro, aunque me lo mande el Papa. Vea vd. quien jura una heregía tan clara solo porque le dicen que jure en medio pliego de papel. ¿Con que si mañana le mandan á yd. jurar el Alcorán, lo jurará con la misma facilidad que la Cons titucion y nos exhortará á su observancia?=

¿Y que queria vd. que hiciera, cuando por ahí anda un run, run, de no sé que decreto del Rey por el que manda que todo español que se resista à ju rar la Constitucion, ó al jurarla use de protestas, reser vas ó indicaciones contrarias al espíritu de la misma, sea indigno de la consideracion de español, desterrado

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de los dominios de España, y sites eclesiástico ocu padas sus temporalidades, que es lo que yo mas de fiendo.=

¿Y qué son temporalidades, compadre? =

¿Como quét mi curato nada menos

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Pues cierto que la Constitucion es endiablada. De. los demopios. Yo no la puedo ver, y hay infini tos que la detestan más que sus pecados; pero es menester ver como se habla de esto, porque sus apasio nados, que son muchísimos y se llaman liberales, casi todos son entusiastas de la Constitucion, y es menes ter refrenarse delante de ellos, aunque se nos rebanen las tripas.

Ya conozco que por acá los mas son liberales, y así me guardo de hablar sino con el subdelegado, alcabalero y comandante, pues estos si son fieles al Rey como yo y vd.—

Pues y qué no son Constitucionales? No, compadre: realistas, realistas; y lo cierto es que no solo el subdelegado, el comandante y el receptor de aquí son enemigos de la Constitucion, sino que seguramen te lo serán todos los subdelegados y alcabaleros del mundo, pues tambien les alcanzará el ramalazo lo mismo que á los curas.—

Pero ¿cómo, compadre ? Muy bien. Se han de quitar los jueces legos y se han de poner en su lugar jueces letrados: asimismo se dice que con la reforma ó disminucion que habrá de alcabalas en lo interior del reino, deben quedar suprimidos estos destinos, y ya verá vd. que en no teniendo los subdelegados y alcabaleros otro arbitrio, habilidad ó destino con que buscar el pan, se verán en precision de arar la tierra. ¡Qué dice vd. compadre, y cuanto trastorno nos ha causa do esta maldita Constitucion!

Mucho efectivamente, señor cura, le contesté á mi compadre. Yo luego dije que era endiantrada en

euanto vi que quitaron el santo tribunal, pues es co mo de necesidad que faltando este escudo de la reli gion, falte la fe.

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· Así seguimos lamentándonos del nuevo gobierno, y yó salí mas confundido al ver que un santo sacerdote apoyaba mi modo de pensar; y por acabarme de cerciorar de si mis temores son fundados, le escribo á vd esta, suplicándole se sirva decirme su parecer con la ingenuidad que acostumbra, pues si piensa lo mismo que yo y mi compadre el señor cura, desde luego que juro por los huesos de mi madre ser enemigo de la Constitucion hasta la muerte, pues yo he de morir como dicen las espadas: por mi Ley y por mi Rey.

Suplico á vd. tambien que si se digna de responderme, sea clarito, clarito, porque acá los payos no entendemos de gorigoris, ni de estilos figurados, sublimes y elocuentes, y con esto y ofrecerme á su disposicion, concluyo como su afectísimo que b. s. m. — Marcos Martin Moreno.

CONTESTACION.

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Muy señor mio: con mucha complacencia tome esta vez la pluma para manifestarle mi opinion y la de todo buen español á cerca del nuevo Código que he mos jurado, así para que vd. se aquiete, como para que se desengañen cuantos pensaren como vd. y ese párros eo. Esto lo haré en pocas palabras y con la claridad que vd. me pide y exige la materia.

La Constitucion, amigo mio, es un conjunto de los fundamentos sobre que se han de sancionar las leyes mas bastantes para constituir feliz la Monarquía Española.a

El objeto con que se hizo y el que se tendrá al establecer las leyes, ni fué ni será otro que hacer feliz á la nacion en todos y en cada uno de sus in

divíduos, pues este objeto tan sagrado es la ley supre. ma en todo gobierno bien dirigido.

Sin embargo de las prontas y visibles ventajas que este Código nos ofrece, hay algunos y mejor di ré, hay muchos que ó por ignorancia ó por malicia, é por ambas cosas, no solo no son adictos á la Constitucion, sino que la procuran malquistar entre la gente sencilla, sembrando unas opiniones subersivas y calumniantes, denigrándola de cuantos modos pueden, y ha ciendo una guerra sorda, pero activa á este precioso sistema de gobierno: siendo lo peor, y siento decirlo, que los confesorarios son unos teatros muy apropósito para desfigurarla enteramente, y hacer pasar sus santos principios por erroneos y escandalosos. Tengo infinitas y evidentes pruebas con que sostener esta verdad en . caso necesario; y si no se ocuparan las temporalidades, ya se hubiera profanado la cátedra del Espíritu Santo por muchos que piensan como el cura de Tontona. tepeque.

No lo dude vd. amigo: se hubieran dicho blas femias y heregías en los púlpitos, como se han dicho en nuestros dias en asuntos de insurreccion; pues no hay cosa mas comun que volver causas de religion las del estado, y entonces se blasfema y se delira libre-. mente cuando el egoismo aconseja que conviene.

Por tanto, esté vd. sobre aviso en esta materia, que es harto delicada, y haga que lo esté, su buena esposa y sus inocentes hijos.

Prevengales vd. que la Constitucion fué hecha por hombres muy sabios de acreditada justificacion, de sididos amantes de su Religion católica, de su Rey y de su patria, y elegidos entre millares de sujetos reco mendables, así de la Península como de este continen. te, y por una regla de justa crítica debemos persuadir nos á que sin disputa, es bueno lo que hacen muchos buenos.

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