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cución de esta sentencia y fábrica de la dicha fortaleza". El mismo Toledo, defendiéndose más tarde de las acusaciones de la Audiencia de los Reyes, decía al Rey que la fortaleza había sido "un odioso freno a los vecinos del Cuzco" y que él no conocía "que el Emperador de gloriosa memoria, como tengo escrito tomase otro medio para enfrenar rebeliones, sino sacando del cuero de ellas las correas de guarniciones y fortalezas para asegurallas para adelante".

Fué el Colcampata, la antigua casa solariega de Don Carlos, el lugar elegido para levantar la fortaleza, la cual, siguiendo la tradición españolizante de su primitivo dueño el Inca Paullu, serviría de reducto para contener las veleidades de rebelión de los indios. Allí ordenó Toledo que se levantaran aljibes y se pusieran guardias de soldados, artillería e indios, guardándose en todo las costumbres de las fortalezas castellanas. Por alcaide de ella nombró al Dr. Loarte el cual ejerció el cargo hasta que fué residenciado. El castellano de la fortaleza era el deudo del Virrey, el caballero D. Luis de Toledo quien fué recibido por el Cabildo el 29 de julio de 1575; y teniente de Castellano, el valido del Virrey, D. Alonso de Carvajal. Toledo dictó minuciosas disposiciones sobre la guarda y mantenimiento de la fortaleza, obra que lo obsesionó algunos años tal vez porque guardaba tan adecuada relación con su rígida mentalidad y formación de tan acusados rasgos medioevales. Entre otras providencias, ordenó que los indios cañaris y chachapoyas, que vivían en el Cuzco, habitasen en la parroquia de San Cristóbal en el barrio de Colcampata y debajo de la fortaleza de Sacsahuamán. A estos indios, que habían sido fieles auxiliares de Paullu y que como dice Garcilaso se caracterizaron por seguir una política de doblez con los opuestos bandos castellanos en las guerras civiles, rumbo que tal vez les había sido impuesto por el propio acomodaticio D. Cristóbal, se les había concedido una serie de privilegios en los primeros tiempos de la conquista. Toledo accedió a reconocérselos y los declaró además, por provisión dada en las Charcas, exentos de tributos, quedando en cam

bio encargados de la custodia y guarda de la fortaleza; provisión a la cual prestó acatamiento el alcaide Loarte, a pedimento de Felipe Chumisaña, cacique de los cañaris. Algunos años más tarde, cuando se hizo a Don Carlos devolución de todos sus bienes, no se le entregó el Colcampata que sólo regresaría a su mayorazgo por gestiones posteriores de su heredero Don Melchor Carlos Inca. (36).

(Continuará).

Ella Dunbar Temple.

(36) Carta del Virrey Toledo del 20 de Marzo de 1572. Cf. Gobernantes del Perú. Cartas y Papeles. Siglo XVI. T. IV. Madrid, 1924. p. 342 (Col. Levillier): "..quedarán ellos y los españoles enfrenados con la fortaleza y guarnición que se les deja.."

Id. Id. Carta de Toledo del 8 de Mayo de 1572. Cf. Col. Levillier t. IV, pág. 366: ".. cabe la fortaleza antigua della y de los yngas que heran las casas destos yngas que an quedado y no puede dejar de ser culpable el auellos dejado allí en el señorío de sitio que tenían que esto bastaua a leuantallos humos aunque no los tuvieran los quales yo e mandado agora tomar a don Carlos y a su hermano después que les mande prender y donde tiene el mayor y mejor sitio que se podía pensar para tener sujeto este lugar y cada casa del con cualquiera fuerza de artillería..''

Id. Id. Carta de Toledo de 1 de Marzo de 1572 Col. cit. t. IV, pág. 305. "..importante y necesaria cosa para la seguridad deste reyno rredificarse la fortaleza deste lugar o algo más baxo en las casas de don Carlos Ynga para estar más a cavallero de toda la cibdad que a mi parecer se haría a muy poca costa, por aver tanta y tan hermosa piedra labrada en la dicha fortaleza, en la qual si la uviera no tengo dubda............”

Id. Id. Carta de Toledo del 20 de Marzo de 1573. Col. cit. t. V,... pág. 17.: "Aunque está señalado el sitio y hecho la planta y traca hize fortaleza con el artillería y municiones referida en los despachos pasados en las casas de D. Carlos que era el sitio más fuerte y que más enseñoreava la cibdad con algunos remiendos con que se fortificó".

Id. Id. Corta de Toledo del 20 de Marzo de 1574. Col. cit. t. V. pág. 415: "La fortaleza de la ciudad del Cuzco por aver puesto los del Audiencia de Lima los estorvos que an puesto a las condenaciones de

donde se avia de hazer la obra principal para que no se hiziese y rretenido los mismos Ingas como lo an hecho asta oy día se a ydo acabando la fortaleza de emprestado que se hazia en las casas del mismo don Carlos por la orden y traca que les dije y acabado su aljive”.

Carta de Toledo al Presidente del Consejo de Indias del 8 de Noviembre de 1574, Col. cit. t. V, pág. 444: "..sino que como la fortaleza de aquella cibdad a sido tan odioso freno a los vezinos della y no pudieron dezir que se gastava enesto de las cajas de S. M. para estorvallo buscaron estotro medio, yo no se ni vi que el Emperador de gloriosa memoria como tengo escrito tomase otro medio para enfrenar rebeliones sino sacando del cuero dellas las correas de guarniciones y fortalezas para asegurallas para adelante".

Fr. Reginaldo de Lizárraga, Descripción breve de toda la tierra del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile, ob. cit. Cf. en Nueva Biblioteca de Autores españoles, bajo la dirección de M. Menéndez y Pelayo. Historiadores de Indias T. II, por M. Serrano y Sanz, Madrid, 1909. Cap. XXVI. p. 598: y en particular contra don Carlos, casado con una española, de la cual tenía entonces un hijo niño, llamado don Melchor; decían que los Ingas de los Andes y los demás del Cuzco le habían jurado por rey destos reynos, por lo cual se procedió contra D. Carlos. quibóle el visorrey la casa y puso en ella guarnición de soldados, lanzas y alguna artillería, e indios cañares, en la cual se guardaban las costumbres que en las fortalezas, y por castellano a D. Luis de Toledo, caballero muy principal y deudo suyo".

Gabriel de Oviedo, Relación cit. pág. 71: "..los quales llevaron a la fortaleza que su excelencia mandó hacer en las casas de donC arlos ynga".

Libro de Provisiones reales de los Virreyes D. Francisco de Toledo y D. Martin Henríquez de Almanza. Cf. Rev. de Arc. y bib. Nacionales. Año I. Vol I.-19 Ent., Lima, Set. de 1898. p. 14: "Provisión para que se acuda con la comida y leña que está aplicada para la fortaleza a la persona que nombrare el Castellano". Id. Id. pág. 108; "Título de Tiniente de Castellano de la fortaleza del Cuzco a Alonso de Carvajal'. 22 de Junio, 1575.

-2 Ent.,

Id. Id. Rev. de Arc. y Bib. Nacionales. Año 1. Vol I Lima, Dic. 31 de 1898. pág. 357:" Título de castellano de la fortaleza del Cuzco dado por Toledo a Diego de Frías Trejo".: "Por cuanto habiendo entendido cuán importante cosa era para proveer el remedio de la dubda que se ha tenido de la fidelidad de los indios naturales deste reyno como yo lo ví y experimenté en la correcopoción que tenian con los Ingas é indios que estaban rebelados en la provincia de Vilcabamba, Don Carlos y los demás indios de la ciudad del Cuzco; y lo que importaba e

importa a su quietud y sociego e xpiandad que tengan temor a los españoles que están en estos reinos, y de cuanta importancia hubiera sido para los españoles del en los levantamientos y alteraciones pasadas que los fieles y leales y los dudosos hubieran tenido lugar cierto y seguro donde acudir al servicio de Su Magestad; y visto que la ciudad del Cuzco, como más principal cabeza de todo este dicho reino, era donde más convenía ponerse este seguro cuanto está en mejor sitio y medio deste reino y como en el corazón de los ingas tiranos, para tenerles más subjeto habían fortificado y hecho fortalezas y defensas; y cuando estuve presencialmente en la dicha ciudad del Cuzco prosiguiendo la visita general con muy maduro consejo, después de estar resuelto en que era cosa muy conveniente al servicio de Su Magestad, acordé de hacer en ella una fortaleza en el sitio que antiguamente la solían tener los ingas, y que entretanto se fortificasen las casas que fueron de D. Carlos, donde con seguro pudiesen estar el artillería y municiones que resultaron de la guerra de Vilcabamba y se hicieron para este efetto y para la dicha fortaleza. Y habiéndose dado la traza de como todo se había de hacer y fortificar para efettos tan importantes al servicio de Su Magestad y del dicho seguro, dí cuenta a Su Magestad y lo aprobó y tuvo contento dello, y me envió a mandar que para el dicho efetto no consintiese bajar ni que nadie tocase en la piedra labrada que estaba en el sitio antiguo de la dicha fortaleza que hicieron los ingas, y por entender que convenía proveer persona de mucha confianza por Castellano de la dicha fortaleza proveí a D. Luis de Toledo por Castellano della, el cual ha estado usando el dicho oficio. Y porque por ofrecérsele negocios forzosos y de importancia que vá a los reinos de España y está en esta ciudad de los Reyes para hacer el dicho viaje......y atendiendo a que vos Diego de Frías Trejo...... 6, Dic. 1578.

Noticias Cronológicas del Cuzco. ob. cit. pág. 221. Consta allí el recibimiento en el Cabildo del Cuzco del 1 de Enero de 1575, de D. Luis de Toledo "por castellano y alcaide de la fortaleza del Cuzco y Teniente de Capitán General en virtud de la provisión de Don Francisco de Toledo".

La Visita del Colegio de San Carlos por Don Manuel Pardo (1815-1817) y su clausura de orden del Virrey Pezuela (1817)`

Uno de los sucesos de más resonancia en la historia cultural del Perú y de mayor trascendencia en el proceso ideológico de la revolución, fué la célebre visita de don Manuel Pardo al Convictorio Carolino para detener el influjo de las nuevas ideas que encarnaba su famoso Rector y maestro de toda la generación revolucionaria, don Toribio Rodríguez de Mendoza.

El hecho de la clausura y la coacción moral ejercida sobre el ilustre mentor de la juventud americana que se educaba en San Carlos, quedó grabado en la memoria de los contemporáneos y de ella lo recogieron, con la vaguedad característica de la tradición oral, los historiadores inmediatos de la independencia, como Vicuña Mackenna, y Mendiburu y los biógrafos posteriores de Rodriguez de Mendoza, José Toribio Polo y Jorge Guillermo Leguía. Pero, ninguno de ellos pudo precisar la ocasión ni las circunstancias que determinaron el acto de fuerza del Virrey. Vicuña Mackenna, que dedica un exaltado elogio a Rodríguez de Mendoza, en cuyas manos dice que nació la revolución peruana, habla de una visita destinada a suprimir los textos de Heinecio y el Curso de Derecho Natural, en 1814, la que habría sido practicada y frustrada por don Manuel Tudela, y de otra visita, verificada a principios de 1818

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