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Latreille: Regne animal. Rambur: Histoire naturelle des neuropléres de las Suites à Buffon, de Rorel.

LIBERAL, LIBERALISMO. La palabra liberal, fuera del sentido que tiene en el uso comun como sinónimo de espléndido, dadivoso ó generoso, ha recibido de la política una sig nificacion especial que se aplica á las personas que son amantes de las instituciones que fa vorecen mas á las libertades de los pueblos, y les eximen de trabas y cortapisas en el ejercicio de sus derechos, o bien á estas mismas instituciones. Liberalismo es el sistema politico que representa estas ideas, el que lleva la libertad por bandera de sus doctrinas.

las reglas que prescriben estos deberes. Con esta base son buenas todas las instituciones y todos los sistemas de gobierno: sin ella no hay | nada que pueda durar, ni que pueda hacer la felicidad de un pais. Consignamos aqui una de esas volgaridades que á fuerza de repetidas y comunes, se cree que todo el mudo las conoce; pero que en realidad no están sino completamente olvidadas y desconocidas. Y, sin embargo, como en la realizacion de estas verdades estriba la única felicidad posible para los pueblos, por eso şu olvido es causa de que jamás llegue esta á conseguirse, porque mientras los hombres disputan con gran calor sobre la forma de las instituciones, descuidan lo que ha El liberalismo mas avanzado, supone algu- de asegurarlas y consolidarlas, haciéndolas nas instituciones que se reputan como favora- producir buenos frutes; descuidan el fomento bles á este órden de cosas, á saber: el jurado, de la religion, la enseñanza de la moral, y en no solo para los delitos de imprenta, sino para una palabra, todos los elementos de estabilidad todos en general; la milicia nacional, en que y todas las garantías de porvenir de que debieel ciudadano añade á su carácter de tal el de ran revestirlas. Asi que por sabidas que parezun soldado, y el consiguiente uso de armas y can estas verdades siempre es necesario repede uniforme de tal; el sufragio universal, ó | tirlas. El conocimiento y la práctica de ellas es sea aquel en que todos los ciudadanos tengan como la influencia del sol ó de las lluvias para el derecho de ser electores, concurriendo asi las producciones de la naturaleza. No se repaal nombramiento de los diputados á córtes, de ra en estos poderosos elementos de produe los provinciales y de los individuos de la mucion; pero en realidad son los que todos lo hanicipalidad; la eleccion popular para los al- cen: los trabajos del hombre no forman en escaldes, en vez del nombramiento de la corona, to sino la parte mas pequeña, y sin uno y otro y en fin, todas aquellas cosas que contribuyen elemento de vida y de vegetacion nada conseå disminuir la concentracion del poder y vie-guirian los mas hábiles inventos, ni los sistenen á depositarlo en manos del pueblo, porque en un órden de cosas como el que dejamos descrito, el ciudadano es á la vez miliciano armado, es elector, nombra las autoridades municipales y es juzgado por jueces salidos tambien de entre los ciudadanos, cuyo cargo es momentáneo, y de los cuales él puede escoger entre un gran número, los que reputare que han de ser mas favorables á su causa y á su persona. La historia nos enseña, en prueba de esto, No es este el lugar de apreciar la mayor que cuando las naciones regidas monárquicaventaja ó desventaja de este órden de cosas, mente, han tenido á su cabeza grandes reyes, ni nos parece la presente obra la mas á propo- han sido prósperas y florecientes y se han ensito para emprender esta tarea, tarea por otra grandecido de un modo estraordinario. Hable parte innecesaria de veinte años á esta parte, por nosotros la España de los monarcas Catóen que una porcion de hombres se ocupan dia- licos que es una verdadera epopeya en los anariamente de agitar estas cuestiones por medio les de la historia del mundo. Ella nos ofrece de la prensa, y de combatir en este terreno. asimismo ejemplos de repúblicas, que han creNo hay nadie que sobre este punto no tenga su cido y prosperado á la sombra de esta instituopinion formada, y no esté dispuesto á mante-cion, que aun en la época presente produce nerse en ella contra cuanto pudiera decirsele. Es verdad que las cuestiones de politica doctrinal han desaparecido hace algunos años de la arena para cèder su lugar á las cuestiones de personas, pero esto no nos pone en el deber de suplir el vacio que en otros notamos.

Lo esencial, cuando se trata de institucio nes liberales, como de cualesquiera otras, está en el fondo, no en la forma de las cosas. De poco sirven los sistemas mejor combinados, cuando falta lo que debe constituir su base y cimiento, esto es, las virtudes, la moralidad, el conocimiento de los deberes que cada cual está llamado á umplir, y la más fiel adhesion á

mas mejor combinados de agricultura. Del mismo modo, sin virtudes, sin moralidad, sin el convencimiento de los deberes, sin su práctica constante, sin el enfrenamiento de las pasiones y del celo que llevan en pos de si las cuestiones de intereses privados, no hay sistema polititico alguno que pueda producir resultados provechosos al pais en que está establecido.

saludables frutos en los Estados Unidos de América y en otros paises lejanos. Ella nos suministra tambien severas y elocuentes lecciones de los abusos á que se han dejado llevar los reyes y los pueblos, cuando unos ú otros han preponderado en el dominio de alguna nacion y no han respetado los derechos que ponian justos limites al ejercicio de su poder y autoridad. Ella, en fin, nos enseña boy mismo gobiernos representativos ó liberales, donde se respeta la ley, donde las instituciones se arraigan y consolidan, donde la moralidad impera y la libertad no reconoce otras trabas que las que impone á cada ciudadano el ejercicio

de los derechos de los demas: al paso que nos de ser libre por parte del hombre, es como pone de manifiesto otros gobiernos de esta es- pudiera hoy rendirse culto á esta especie de pecie, donde todo es farsa y apariencia, donde divinidad mitológica. Hoy, en efecto, son lila ley se barrena á cada paso ó se atenta contra bres todos los hombres: el cristianismo, que su inmutalidad de la manera mas capricho comenzó el primero la abolicion de la esclavisa, donde las instituciones no tienen estabili-tud y con ella cuantas reformas han cambiado dad ni arraigo, y donde la libertad no sirve pa-la faz de las sociedades modernas, ha acabado ra otra cosa que para que cada cual cometa sin de desterraria en los paises cultos, y trabaja restriccion alguna todo género de aberracio-cuanto puede para combatirla en las últimas nes y corra sin freno por el camino á donde le trincheras á donde se halla aun refugiada. Ya, conducen sus estravios. pues, no se discute con afan en los estados Asi, pues, como en gobiernos despóticos ó modernos sobre la libertad civil del hombre, monárquicos puros lo que importa es saber lo porque se le reconoce este derecho imprescripque debe ser un monarca, de cuya voluntad se tible como concesion del mismo Dios al forhallan pendientes los destinos de un pais, asi marlo. Solo se disputa sobre la libertad polien los gobiernos liberales lo que importa estica, aunque por lo general se asocian á esta saber lo que debe ser la libertad, que es el al- palabra una multitud de ideas agenas á su sigma de las instituciones, y el nombre que invo-nificacion, y de su conjunto forma la imagiuacan los poderes y los pueblos. De ella nos ocu-cion exaltada un idolo" á que no cesa de renparemos en el artículo siguiente. dir culto, siendo así que las mas veces no se da el hombre razon á si mismo de lo que significa la libertad, del uso que debe hacer de ella, y del objeto con que Dios se la ha concedido.

LIBERTAD. La palabra libertad, que significa en el hombre el estado en que usa á discrecion suya de sus medios y facultades ya fisicas ya morales, es precisamente el antitesis de la palabra esclavitud, y se concibe fácil- Probemos á sentar sobre este punto algumente la importancia que aquella idea ha de-nas observaciones, tomadas de un precioso libido tener en los tiempos y paises en que se bro que hemos citado ya otra vez en esta obra, ha reconocido el imperio de la servidumbre. y que ha tenido la singular habilidad de forPara el esclavo la libertad es el bello ideal de milar sobre las ideas mas importantes al homtodas sus ilusiones, y la grandiosa realizacion bre las doctrinas de esa pura y santa filosofia, de todas sus esperanzas. Es como para el que descansa en las inalterables máximas del ciego la luz, como para el mendigo la riqueza, cristianismo. como para el enfermo la salud, como para el «El hombre, dice, es libre precisamente. afligido la alegría y el consuelo. Concíbese fa-porque tiene deberes que cumplir: el animal cilmente que al nombre de libertad deban es- no lo es, porque no tiene sino instintos que tremecerse y latir los corazones de los que con seguir ciega y servilmente. Dios ha criado al manitiesta violacion de la ley de amor y de hombre libre, para que usando de esta liberfraternidad que nos dejó en el mundo nuestro tad, pueda cumplir meritoriamente los debedivino Redentor, yacen sometidos à una dura res que le ha impuesto, y cuyo número é servidumbre de parte de sus mismos semejan-importancia creceu à medida que su posicion tes y hermanos.

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es mas elevada: de suerte que su libertad se A esto debemos atribuir principalmente la ensancha á medida que su condicion se eleva, importancia que se ha dado á la palabra li- porque para cada nuevo deber que surge de bertad y el cuito que se ha rendido y se rinde ella, necesita un nuevo grado de libertad. La todavía á la idea que representa. Cuando una libertad no es un objeto ó un fin, sino un meparte de la humanidad se ha formado de libres dio para conseguir este fia, una vez propuesy otra de esclavos: feuando los primeros han to: no debe deseársela por sí misma, sino por sido los únicos que han disfrutado los goces y el objeto á que conduce: si este objeto es sanla existencia que Dios dió de la misma mane-to, la libertad es buena: y por el contrario es ra á todos, y los segundos se han visto redu-mála desde que se la invoca como medio de cidos á la dura condicion de bestias de car- hacer el mal. ga y de trabajo, es imposible que la libertad no » La libertad no es un derecho sino para fuese el objeto predilecto de las tendencias y hacer el bien: respecto del mal, no puede ser de los pensamientos del hombre, porque era nunca sino una concesion ó una tolerancia, tambien el único medio de conquistar la posi-porque el mal no tiene derecho de producircion á que estaba llamado por la Providencia y de libertarse de las penalidades y de los crueles trabajos de la esclavitud.

se antes que el bien. Sucede á veces, sin embargo, que en interés del bien ó de la verdad, se deja al mal ó á la mentira desplegar su poPero desde que la servidumbre ha sido der, porque si se quisiera comprimirlos, se auabolida y universalmente anatematizada por la mentarian con toda la magnitud de los obstárazon humana y por las leyes de los paises culos que se les opusiesen, y volverian en secultos, la libertad ha dejado de tener el verda-guida contra el bien la fuerza que se habiera dero interés é importancia que tuvo en otro empleado para contenerlos: á la manera de tiempo, y solo tomando otra tendencia el deseo esos torrentes, cuyas aguas se van aglome

rando junto á los diques que se les oponen, y causan destrozos tanto mias terribles cuanto mayor ha sido el tiempo en que han permaneeido en aquel violento reposo.

sociedad entera. La primera es inherente á la naturaleza humana é igual en todos los hombres; principia con el desarrollo de la voluntad, y no termina sino en el momento en que esta cesa para nosotros. La segunda es histórica: se adquiere por la lucha, se conserva y se desarrolia por la energia, por el valor, y se pierde por la negligencia, la corrupcion ó la cobardia. Forma parte de la historia de una nacion, de su vida y de su gloria. Tiene su base en lo pasado, y crece perpétuamente à medida que los siglos van sucediéndose á los siglos.

>>La libertad es la facultad de elegir, y presupone la obligacion de elegir el bien. Sin esto seria un don funesto, que se convertiria en la ruina de les mismos á quienes se hubiese hecho. La libertad, pues, habita en la voluntad: alli está su asilo y su santuario, y no hay otros hombres verdaderamente libres sino aquellos á quienes nada estorba querer el bien que deben escoger: asi como no hay otros »>Para que la libertad sea útil, es necesario verdaderos esclavos sino aquellos, cuya vo- que tenga sus raices en la constitucion moral luntad oscurecida por alguna preocupacion, ó del pueblo cuya felicidad se desea, y que esté supeditada por alguna pasion, no pueden di- en armonia con sus hábitos y costumbres. Derigirse sino con gran trabajo en busca del bien beser á la vez efecto y causa, obrando sobre su que Dios les propone. Asi, pues, los verdaderos principio, al propio tiempo que se deja modiobstáculos de la libertad están en nosotros mis- ficar por sus resultados. Si viene antes de tiemmos: nuestros errores son los lazos que nos po, es un obstáculo y una traba para un pueoprimen, y nuestros vicios son nuestras cade-blo; no se la comprende, no se la aprecia en su nas. Ninguna ley humana podrá hacer que el justo valor, y descuidada y abandonada, cede hombre que es esclavo de sus pasiones seaai menor esfuerzo que se hace para destruirla. verdaderamente libre.

Si viene demasiado tarde, no encuentra si no corazones cansados por una larga espectativa y desanimados por una resistencia sostenida; y en muchos casos no produce por esta razca todos los resultados que debian seguirle necesariamente. Son, pues, culpables, asi los que quieren dar á un pueblo mas libertad de la que puede disfrutar, como los que le niegan la que merece. Unos y otros provocan, aunque por medios opuestos, esas revoluciones que trastornan el mundo y que retardan la obra de la Providencia.

>>Estas verdades son hoy muy poco comprendidas. En lugar de esta libertad positiva y clara, cuyo objeto es cierto, cuyas vias son manifiestas, se ha imaginado una libertad abstracta en su nocion, oscura es sus principios, vaga en sus formas, indeterminada en su fin, y tan genérica en su dominacion, que no se sabe á qué aplicarla, y que el nombre que la espresa se presta á todas las significaciones que quiera dársele. Este nombre no se encontraba solo y aislado en otro tiempo, sino que iba acompañado siempre de otra palabra, que espresaba >>>Solo tienen un verdadero derecho á desear á la vez su naturaleza, su forma y su objeto, y á pedir la libertad los que quieren servirse y que le quitaba ese carácter de vaguedad pa- de ella para hacer el bien. Los que, por el conra darle un sentido positivo y determinado. trario, quieren convertirla en un medio de enHoy dia, arrancado violentamente en cierto sanché para ellos y de opresion para los demodo de entre las demas palabras de la len-mas, no tienen derecho á pedirla ni á quejarse gua, no es ya en su aislamiento sino un ídolo mudo, una especie de geroglífico que nadie comprende, y cuyo sentido es tan movible y ligero, que nadie puede apreciarlo. Engañados por la significacion demasiado genérica de esta palabra, algunos han creido que la libertad consiste en el derecho de hacerlo y de decirlo todo: no han comprendido que semejante libertad haria imposible la sociedad, porque teniendo todos el mismo derecho, resultaria una guerra necesaria y continua del choque de eslos derechos, tan opuestos y encontrados entre si,

»No se confunda la libertad de elegir entre el bien y el mal, que constituye propiamente el libre albedrio del hombre, con la que consiste en la exencion de ciertas trabas y cortapisas, que impiden ó retardan uuestras acciones. La primera es moral, y no puede ser nunca otra cosa que una simple facultad del hombre: la segunda es politica y social, y constituye un verdadero poder y un derecho real de un individuo ó de una clase respecto de la

cuando se les niega. Adenias los mayores enemigos de la libertad son siempre los que exageran su poder y sus ventajas, y la presentan como el objeto á que deben encaminarse todos los esfuerzos de una nacion, y como el término de todos los acontecimientos que forman su historia, en lugar de proponerla á los pueblos como el medio de adquirir virtudes y gloria justamente merecida.

>>En las manos de un pueblo ignorante y corrompido, la libertad puede ser tan funesta como lo seria un arma puesta en las manos de un homicida ó de un loco. Y en efecto, ella es el arma con que los pueblos avasallan y destruyen los obstáculos que se oponen al cumplimiento del bien: y para que les sea útil, es necesario que hayan aprendido á servirse de ella, á fin de que no se vean espueslos á convertirla contra sí mismos y á destruirse asi con sus propias manos. Ahora bien: la fé y la caridad son las únicas que pueden enseñar esta dificilísima ciencia. Cuando los pueblos incrédulos y viciosos quieren ser li

bres, se hacen bárbaros, violentos y salvages, y pueden seguirse sus pasos por las huellas de sangre que dejan en pos de sí y por el terror que difunden por todas partes.

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paises, que no en balde se ha apellidado cuarto poder del Estado á la prensa, representada por los periódicos, como la que mas descuella por su importancia entre todas las producciones de la imprenta.

»Al paso que hay hombres que solo desean la libertad como medio de ser virtuosos y de Y en efecto: bien puede asegurarse sin resistir á los esfuerzos del mal y del error, co- peligro de errar, que la prensa periódica es el mo un deber, en fin, mas bien que como un inas firme baluarte de las libertades de un pais, derecho, hay otros que solo la reclaman como y que las asegura y protege contra los gobierun privilegio, y que no consienten que se con- nos invasores, aun mucho mas que la misma cedan á lo demas las ventajas que para ellos representacion nacional. La razon de esto, que pretendeu. Piden que se les deje en libertad de no necesita demostrarse, porque es un hecho ascciarse, para conspirar ó destruirse mútua- que pasa á la vista de todos, es bien sencilla. mente; pero quieren al mismo tiempo que se Al paso que el gobierno puede poner en juego impida por todos los medios á los hombres re- muchos medios para atraer á sí una gran parte ligiosos y á los discipulos de Jesucristo aso-de la representacion nacional, hasta obtener ciarse para practicar sus consejos de comun acuerdo. Quieren que se les conceda la mas ámplia libertad para enseñar sus opiniones y predicar sus errores por todas partes, pero no pueden permitir que se conceda esta misma libertad á los ministros de la religion, cuyo celo y piedad les es tan temible. Piden la libertad de comercio, porque quieren ser libres para enriquecerse y dar alas á su orgullo ó á su ambicion; pero si algunos cristianos reclaman la libertad de ser pobres, pequeños, humildes y obedientes, al instante levantan la voz contra ellos, diciendo que esta libertad no es mas que un pretesto y un velo bajo el cual esconden su malicia y su orgullo.

con sus esfuerzos una mayoría en el congreso de los diputados, la duracion de las legislaturas es tan corta que la oposicion, poco fuerte y numerosa en los casos ordinarios, apenas ha tenido tiempo de armonizarse y formar su plan de ataque, cuando ya puede verse disuelta por la prerogativa que compete á la corona, y de que generalmente usa el gobierno por principio de conservacion cuando se encuentra en discordancia con las cámaras. Esta institucion por lo mismo, puede ser falseada, y lo es con frecuencia en muchos paises: al paso que la prensa periódica, cuyos esfuerzos son incesantes y de cada dia, y están dirigidos por partidos ó parcialidades superiores á la voluntad del gobierno, no puede ser fácilmente sofocada, y es por lo mismo un eco temible y poderoso de la opinion, contra el que mas de una vez se han estrellado los gobiernos.

>>No hay otra libertad verdadera que la que procede de las máximas santas é inmutables del cristianismo, y la que se funda en los principios eternos de la verdad y de la moral evangélica: todas las demas libertades son falsas y mentirosas, y en vez de aligerar, hacen por el contrario mas pesado el yugo que preten-ced den quitar.»>

Encomendamos estas breves reflexiones á la atencion de nuestros lectores. Bien estudiadas y desenvueltas, formarian el sistema de libertad mas admirable que el mundo hubiese visto jamás. Por otra parte, las palabras de su autor no deben ser sospechosas á los verdaderos liberales. La importancia que atribuye á la libertad politica manifiesta que su autor lo es de todo corazon, puesto que cree y proclama en voz alta que la libertad forma parte de la vida y de la gloria de las naciones, y crece perpétuamente á medida que los siglos van sucediéndose a los siglos.

La libertad de la prensa ha producido y está produciendo cada dia buenos resultados. Mer

á ella se descubren muchos escesos y abusos que pasarian impunes, si guardase silencio, al paso que por respeto á ella dejan de cometerse muchos otros. Las indicaciones de la prensa, acogidas mas de una vez por el gobierno, por las autoridades, las cinpresas ó los particulares, han traido consigo la adopcion de algunas medidas y reformas útiles y necesarias. Y es innegable que si no dirigiesen mas de una vez sus escritos el espíritu de partido y los resentimientos personales, y no se llevase en muchos casos la censura mas allá de lo que prescriben ciertos respetos y conveniencias sociales, seria un medio eficacísimo de avanzar en la carrera de la civilizacion y del proLIBERTAD DE IMPRENTA. Uno de los de- greso, y de asegurar la moralidad y el órden rechos políticos mas importante, que tienen los público. Pero sucede con esta utilisima insticiudadanos en los paises regidos por gobiernos tucion lo que con otras muchas: buenas en su constitucionales. La facultad de publicar cada origen y llamadas á producir ventajosos resulcual sus ideas y doctrinas por medio de libros, tados, se desnaturalizan y pervierten en manos folletos y periódicos, es tan interesante y de del hombre, y se convierten con harta fretanta trascendencia en la opinion pública, in- cuencia en instrumento para la satisfaccion de fluye tanto en los destinos del poder, en el gi- ruines odios y venganzas, y lo que es mas senro y tendencia que toman las ideas, en los pro-sible aun, para la difusion de injurias y calumgresos de la civilizacion, en los adelantos de las ciencias y de las artes, en las mejoras materiales, y aun en la buena gobernacion de los

nias, tanto mas peligrosas y trascendentales cuanto es mayor la publicidad que por este medio se les da. Por eso las leyes no han podido

4. De las faltas é intervencion de la autoridad gubernativa.

A continuacion daremos á conocer las dis

menos de fijar reglas y poner cortapisas al libre 3. De los tribunales y funcionarios que uso de la facultad de escribir y publicar ideas conocen de los delitos de imprenta y el métopor medio de la prensa, cuyas cortapisas son do de enjuiciamiento para su reprension y casmayores o menores á medida que aumenta ó tigo. disminuye el peligro en el uso que de esta facultad puede hacerse. Hay, por ejemplo, mas peligro en la publicacion de un periódico politico, que en la de uno que es meramente literario, jurídico, ó administrativo: hay mas esposicion de errar gravemente en la publicación de obras religiosas que en la de escritos sobre las ciencias, las artes ó las letras. De aqui las disposiciones reguladoras sobre el ejercicio de la libertad de imprenta.

posiciones generales con que termina el dereto á que nos referimos.

Ocupémonos de cada uno de estos puntos con la separacion debida.

4.0 Diversas clases de publicaciones, ya en escritos, ya en grabados; su espendicion y personas responsables de los impresos. Los impresos que s publiquen en el reino se dividen en libros, folletos y hojas sueltas y periódicos.

entrega contenga veinte ó mas pliegos de impresion del tamaño del papel sellado. Por periódico toda publicacion que, con un titulo fijo ó variado, sale á luz en periodos, ora determicados, ora inciertos, no escediendo de ocho pliegos del tamaño espresado. Y por folleto toda publicacion no periódica que, sin ser libro, ocupe mas de dos pliegos del mismo papel, y hoja suelta la que no pase de este número.

Entre nosotros, desde nueve años á esta parte, ó sea desde 1844, está regida la imprenta por reales decretos. El de 40 de abril de di-Se entiende por libro todo impreso que en una cho año fue el primero y el mas importante entre cuantos se han publicado en esta materia, y desde entonces acá muchos ministerios de los que se han sucedido en el gobierno de la nación, hau creido necesario adoptar medidas mas o menos severas para repriniir los abusos de la libertad de escribir. En el referido decreto se estableció el jurado para los delitos de imprenta, que habiendo desaparecido de la ley fundamental en 4845 por creerse en desacuer- Las publicaciones, para no considerarse do con nuestras costumbres y con el modo de clandestinas, deben estar impresas en estableenjuiciar de nuestros tribunales, se restablecimiento aprobado, y espresar el nombre y ció de nuevo para la imprenta por decreto de 2 de abril de 1852, habiendo sido otra vez abolido por el de enero de 4853, hoy vigente. Y es indudable que á pesar de que el decreto de 4844 habia dado al jurado una forma mucho mas restrictiva de la que habia tenido en años anteriores, la cual estaba ajustada á principios mas democráticos que los de nuestras instituciones «en el estado actual de nuestras costum- Para que una imprenta se entienda aprobabres, como dice el preámbulo del decreto hoy da es necesario: que se haya establecido con vigente, inspira mas confianza en el acierto licencia del gobernador de la provincia, en cude sus providencias, un tribunal compuesto de ya oficina se llevará un registro especial deesjueces inamovibles é independientes.» Por esta clase de establecimientos; que en la parte tas consideraciones la última reforma de este esterior del edificio haya un rótulo con el nomramo de nuestra legislacion, hecha como aca-bre y apellido del impresor, ó con la designabamos de decir en enero de 1853, restablece en mucha parte el decreto de julio de 4845 en que fué abolido el jurado.

apellido del impresor, ó el nombre legal de la imprenta, y el pueblo y año en que se hace la impresion. En los periódicos políticos y religiosos es ademas necesario que aparezca impreso el nombre y apellido de un editor responsable, de cuya formalidad se esceptúa á la Gaceta de Madrid, como periódico oficial del gobierno.

cion legal de la imprenta y que pague la contribucion impuesta á esta clase de industria.

Antes de procederse á la espendicion de cualquier impreso, se entregará un ejemplar al gobernador civil, ó si no le hubiere al alcalde, y otro al fiscal de imprenta, firmados ambos por el editor responsable, si la publicacion fuèse de las que con arreglo al presente decreto lo necesitan. El editor o impresor que faltare á esta disposicion, será castigado con una multa de 500 à 2,000 rs.

Aunque la legislacion de imprenta está sujeta á muchas alternativas y vicisitudes, no nos podemos dispensar de dar á conocer aqui la que hoy rige. Para esto nada nos parece mas seguro ni mas á propósito que consultar al real decreto antes citado de 2 de enero del presente año de 4853, cuya materia, aunque repartida en diez titulos podemos aqui distribuirla en cuatro secciones, esponiéndola tal No puede publicarse, venderse, ni espocomo se encuentra en el referido decreto. Nos nerse al público sin autorizacion del gobernaocuparemos, pues, en este articulo de los cua-dor, ningun dibujo, grabado, tilografia, estro puntos principales que siguen:

4.° De las varias clases de publicaciones, ya en escritos, ya en grabados, su espendicion y personas responsables de los impresos.

2. De los delitos que se cometieren en este concepto y sus diversas penas.

tampa, medalla ó emblema, de cualquiera clase y especie que sea. Lo mismo sucederá respecto á las viñetas que se hayan de estampar en el cuerpo de cualquiera impreso, y para fijar al público carteles manuscritos, impresos, litografiados, ó de cualquiera otra forma, bajo

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