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del drama, y muy particularmente la propie- tretanto los poetas que seguian el uso moderdad y viveza del diálogo, por cuya razon es de no, no cesaban de trabajar en favor del triunfo creer que influyese no poco en los progresos del nuevo sistema, y abrian con sus obras el de nuestro teatro. Asi iba naciendo nuestra camino en que mas tarde cogieron tantos laupoesia dramática sin que influyera en ella el reles Lope de Vega y Calderon de la Barca. conocimiento de literaturas anteriores, y úni- Bartolomé Torres Naharro, escribió varias cocamente á impulso de la natural propension de medias españolas que hizo representar en Rolos hombres à las representaciones escénicas, ma é imprimió en Nápoles en 4547 con el tipropension que se manifiesta con breves y tos- tulo de Propaladias, y en las cuales ya se adcos ensayos aun en los pueblos menos civili- vierte el gérmen de lo que llegó á ser nuestro zados, pero que adelanta y llega con rapidez á teatro cuando en él encontraban los espectaperfeccionarse, cuando la civilizacion alcanza dores y el autor lances y enredos, lenguaje cierto grado de altura. Asi, pues, á las obras culto y una versificacion brillantísima, gran de que acabamos de hacer mencion, siguieron copia de chistes y la mezcla indistinta de lo sério otras muchas, dramáticas tambien, siendo no con lo jocoso. Este autor ofrece ya muestras pocos los ingenios que en el siglo XVI quisie- de las escenas que tan comunes fueron desron probar sus fuerzas en este dificil género, pues entre amo y criado, y que no parecen bien que guiados por muy diferentes ideas y sino puestas con el propósito de que estos habuscando la perfeccion por muy distintos ca- gan reir con sus chistes y sus gracias. minos.

Nada adelantó nuestra poesía dramática Nació esta divergencia de que los unos eran en los primeros años que siguieron á la época eruditos y los otros no; de que unos llenos de en que Torres Naharro publicó sus comedias, admiracion y entusiasmo por las grandes obras pues á mediados ya del siglo XVI encontró Loque en todo género habia dejado la literatura pe de Rueda la escena española no en el esantigua, querian aclimatar en España el teatro tado en que la dejó aquel, sino con muy notagriego, mientras los otros, porque les faltaba ble atraso, siendo por consiguiente necesario esta erudicion, y acaso porque columbraban su talento para darle nuevo impulso. No dimaque el drama español debia tener diferente for- nó de una causa sola esta que en cierto modo ma que el de los antiguos, procuraron ser ori- podemos llamar decadencia. En primer lugar, ginales y lo consiguieron, no sin cometer mu- las comedias de Torres Naharro no se imprichos y muy graves yerros, pero acercándose mieron en España como él las habia impreso mas cada dia á lo único que podia satisfacer las y hecho representar en Italia, sino harto munecesidades de la nacion española en las re- tiladas por mandado de la Inquisicion, viniendo presentaciones escénicas. Trabóse, pues, una por último á quedar prohibidas, asi como otras lucha literaria entre el uso antiguo y el uso que á imitacion suya se escribieron. Asi, pues, moderno, entre los hombres eruditos que no los esfuerzos de este insigne escritor no alensabian ser sino imitadores de la antigüedad taron á los ingenios españoles á ir mas adesin tener en cuenta la diferencia de tiempos, de lante en el camino que él habia emprendido. civilizacion y de costumbres, y los autores que Por otra parte, el espíritu dominante en la nano conocian el arte antiguo, pero que iban cion española en el reinado de Cárlos V, fué como por instinto por el único camino que po- guerrero mas bien que literario, pues aunque dia conducirnos a tener un teatro nacional. no puede negarse que entonces empezaron á Fueron traducidos el Amphitrion, el Milite glo- sobresalir los españoles en el cultivo de las lerioso y los Menechmos, de Plauto; las seis co-tras, ni que nuestra lengua llegó á un alto medias de Terencio; el Pluto, de Aristófanes, grado de perfeccion y de riqueza, ni que la y la Medea, de Eurípides. Compusiéronse tam- versificacion castellana debió grandes mejoras bien no pocas tragedias, ya tomando los argu-á Boscan, á Garcilaso, á Mendoza y á otros mentos de la antigüedad, ya buscándolos en la historia de la edad media, en prosa primero y en verso despues; pero á decir verdad ninguna de estas producciones, por mucho que sea su mérito, juzgándolas conforme á las reglas del arte antiguo, hizo grande efecto, siendo un hecho probado en nuestra historia literaria que aquellas que llegaron á ser representalas, jamás agradaron de manera que pudiesen ser tenidas por obras verdaderamente acomodadas al gusto y á las necesidades de la nacion para quien se escribian.

Por no desviarnos demasiado del punto principal que pensamos tratar en este artícu lo, nos hemos contentado con apuntar muy ligeramente los esfuerzos hechos en el siglo XVI para aclimatar en España el teatro griego. En

insignes poetas, también es cierto que la literatura que se llevó la atenciou de tan privilegiados ingenios, fué solamente la erudita que ninguna relacion tenia con nuestro teatro. Los espectáculos favoritos del monarca español, asi como de los grandes y de todas las personas ricas y distinguidas, eran las justas y tornecs que aquel hacia celebrar con estraordinaria pompa: las representaciones escénicas eran la diversion del pueblo, que disfrutaba de ellas en humildes corrales ó en medio de las calles. Heredó el cetro de ambos mundos por muerte de Cárlos V su hijo Felipe II, y ya entonces, fija la córte en Madrid, se construyeron en esta villa los teatros de la Cruz y del Príncipe por los años de 4580: de dia en dia era mayor en el pueblo la aficion á los espectáculos escéni

tambien los papeles de rufian, de negro y de vizcaino, en que habia mayor cultura en el lenguaje, y en los chistes mas ingenio acaso y menos groseria: 2.a que si cuando el teatro se hallaba en este estado, no se encontraba en él la mezcla de lo jocoso con lo sério, porque los entremeses y los actos en que las farsas se repartian no podian considerarse como partes de una sola obra dramática, alternaban á lo me

siendo por consiguiente de inferir que con facilidad viniesen á mezclarse en producciones de mayor artificio. A decir verdad no pasó mucho tiempo sin que esto sucediera, y juzgamos que son prueba bastante para tenerlo por cierto las siguientes palabras con que el mismo Agustin prosigue dando noticia de los progre sos que hacia el arte dramático:

cos, multiplicábanse las compañías de cómicos | ciándose de estos en que se representaban y se ejecutaban farsas, de las cuales muchas eran compuestas por los mismos representantes; pero tanto se aumentó el número de estos, y estremada hubo de ser su licencia que el rey consultó á les teólogos si era ó no lícito el oficio de histrion, y por último prohibió las representaciones teatrales, que no volvieron á permitirse sino despues de su muerte. Todo esto era mas que bastante para que los buenos ingenios que entonces florecian no se ocupa-nos en todas las representacion es escénicas, sen en mejorar nuestra poesia dramática, y para que el arte escenico adquiriese los vicios de la plebe, á cuyo solaz y entretenimiento estaba solamente consagrado. No siendo capaz el vulgo de apreciar las bellezas puramente literarias, solo encontraba placer en las acciones novelescas que reproducian las aventuras é ideas de los libros de caballería, ó en fábulas ingeniosas que les entretuviesen con enredos y lances imprevistos, ó en farsas que escitasen su risa con bufonadas groseras y hasta con acciones y dichos indecentes. Cervantes, hablando en el prólogo de sus obras dramáti cas del teatro español tal como él lo habia visto en su niñez, dice entre otras cosas, que las comedias eran unos coloquios, como églogas entre dos ó tres pastores y alguna pastora, y que las aderezaban ó dilataban con dos o tres entremeses, ya de negro, ya de rufian, ya de bobo y ya de vizcaino; que todas estas cuatro figuras y otras muchas hacia Lope de Rueda con la mayor escelencia y propiedad que ¡ udiera imaginarse. Agustin de Rojas, represen tante y escritor, pone todavia mias claro en su Viage entretenido lo que eran los entremeses, y por lo tanto es digno de no olvidarse el trozo siguiente:

«Digo que Lope de Rueda
Gracioso representante,
Y en su tiempo gran poeta,
Empezó á poner la farsa
En buen uso y órden buena;
Porque la repartió en actos,
Haciendo introito en ella
Que ahora llamamos loa,
Y declaraban lo que era,
Las marañas, los amores,
Y entre los pasos de veras,
Mezclados otros de risa,
Que porque iban entre medias
De la farsa. los llamaron
Entremeses de comedia;
Y todo questo iba en prosa
Mas graciosa que discreta.»

Debemos hacer aqui dos observaciones importantes relativas á lo que acerca de los entremeses dijeron Cervantes y Agustin de Rojas: 4. que por estar destinados esclusivamente à hacer reir al auditorio, y por representarse en ellos algunas veces el papel del bobo, eran como los antiguos juegos de escarnio, diferen

«Despues como los ingenios
Se adelgazaron, empiezan
A dejar aqueste uso
Reduciendo los poetas
La mal ordenada prosa
En pastoriles endechas:
Hacian farsas de pastores
De seis jornadas compuestas,
Sin mas hato que un pellico,
Un laud y una vibuela,
Una barba de zamarro
Sin mas oro mi mas seda;
Y en efecto. poco a poco
á
Barbas y pellicos dejan,
Y empiezan á introducir
Amores en las comedias,
En las cuales ya habia dama
Y un padre que aquesta cela:
Habia galan desdeñado,
Y otro que querido era,
Un viejo que reprendia,
Un bobo que los acecha
Un vecino que los casa

Y otro que ordena las fiestas.»>

De esta manera, apartándose la farsa de su primitiva sencillez, empezó á interesar mas y á ser una obra de mayor artificio, tanto por la introduccion de los amorios en ellas como por haber mas enredo en su argumento; pero si el arte en esto y aun en otras cosas era innovador, nunca dejó de respetar lo que no hubiera podido suprimirse sin que el vulgo se divirtiera menos en aquellos espectá culos, y por eso el bobo, que antes había sido esclusivamente el personage de los entremeses, vino á tener parte en los lances y amoríos que en las comedias se representaban. Lo joco-sério existia ya en el drama español: antes alternaba lo uno con lo otro en los espectáculos; pero ahora se encontraban ya en una sola obra dramática, y no era fácil en verdad

que

sucediera otra cosa, siendo la comedia des- | ideas populares á despecho de los hombres de su principio una obra particularmente des- eruditos que hicieron vanos esfuerzos para que tinada, no al solaz y entretenimiento de las prevaleciese en España la imitacion del teatro clases privilegiadas de la sociedad, sino al de griego, y nuestros poetas, por consiguiente, la muchedumbre. no podian agradar á los espectadores para quienes escribian, á no reproducir en sus obras sus costumbres, sus inclinaciones, sus sentimientos, sus necesidades y sus creencias, condicion sin la cual jamás ha podido tener el cade nacional la poesia dramática. Lope de Vega conoció sin duda esta necesidad, y por eso el drama popular y grosero que existia antes que el suyo, tomó una parte muy esencial en su nueva creacion, como ha dicho el erudito don Agustin Duran, porque en él se hallaba el tipo característico del pueblo, bien que salió de sus manos libre de la bárbara corteza que lo cubria. Asi en los chistes y sales de las comedias de Lope no se nota la groseria que en los de las antiguas farsas, ni sus graciosos son bobos ó rufianes que hacen reir con ofensa de la moralidad y la decencia.

A Lope de Rueda, que habia hecho grandes mejoras en el teatro español, siguieron otros poetas de escelente ingenio que tambien se dedicaron á mejorarlo y enriquecerlo; señalándose entre todos Juan de la Cueva, poeta sevi-rácter llano, cuyas obras dramáticas fueron representadas en Sevilla en la huerta que llamaban de doña Elvira, donde despues se edificó la iglesia de los Venerables. A él se debió la introduccion de reyes y grandes personages en el tea tro, y él fué el inventor de la comedia histórica, que, á juicio de algunos críticos debiera haber descartado de la mezcla inoportuna de lo jocoso con lo sério, ya que no acertara á combinar estos dos géneros de manera que se dieren ayuda en vez de perjudicarse. Pero Juan de la Cueva estaba sin duda muy lejos de creer que pudiera tenerse por un defecto la mezcla de lo jocoso y lo sério, á juzgar por estos versos que encontramos en su ejemplar poético:

«Mas la invencion, la gracia y traza es propia De la ingeniosa fábula de España, No, cual dicen sus émulos, impropia.

Escenas y actos suple la maraña
Tan intrincada y la soltura de ella
Inimitable de ninguna estraña.

Es la mas abundante y la mas bella
En facetos enredos y en jocosas
Burlas que darle igual es ofendella.»>

| Hemos visto como vino á ser lo joco-sério propio de nuestra poesía dramática; y por lo tanto, solo nos resta tratar de los casos en que puede considerarse como vicioso y contrario á los preceptos de la razon y del buen gusto. Con esto damos á entender bien claramente que en nuestro concepto no siempre debe tenerse por un defecto la mezcla de lo jocoso con lo sério. Para que la union de uno y otro género pudiera reprobarse con razon de un modo absoluto, seria necesario que nunca produjera buen efecto ó que no se encontrara ejemplo de ella en la vida de los hombres; pero á decir verdad, ni sucede lo uno ni lo otro. Algo hemos de decir mas adelante sobre Si quisiéramos estendernos mucho, podríamos la cuestion de si ha debido considerarse abso- demostrar con ejemplos de todos los tiempos, lutamente como un vicio de nuestra poesía que siempre hubo circunstancias y sucesos en dramática la mezcla de lo jocoso con lo sério, que al lado de lo sério se encontraba lo que pero ahora nos contentamos con decir que si podia mover á risa. Diógenes, en quien era razon hubo para tenerla por un defecto, fue muy fuerte la propension à ridiculizar, hizo ciertamente de aquellos que no quisieron des- reir con su respuesta á unos atenienses que le terrar ni aun los mas esclarecidos poetas, ó por preguntaron por qué causa iba preso un homcreerlo muy del gusto de la gente de su épo- bre á quien se habia privado de la libertad por ca ó porque pensasen sobre esto como Juan haber cometido un robo. En una ocasion en de la Cueva, que es lo mas probable. Encuén que los atenienses se hallaban reunidos para trase lo jocoso combinado con lo sério en los saber lo que opinaban sus oradores sobre la dramas de Lope de Vega, cuyo portentoso in- conducta del ambicioso rey de Macedonia, sugenio llevó a cabo la revolucion que otros bió á la tribuna uno llamado Philócrates, con habian empezado, fijó las reglas de nuestro el propósito de impugnar lo que poco antes haarte dramático y dejó perfectamente señalado bia dicho Demóstenes, y aun cuando el asunto el rumbo que en adelante habia de seguirse; de que se trataba no podia ser mas sério ni encuéntrase tambien no solo en las comedias de muchos de los contemporáneos é imitadores de este príncipe del teatro español, sino hasta en las de muchos que florecieron despues de él, y alcanzaron no pequeña celebridad como Tirso, Alarcon, Moreto y Calderon, que no merece menos que Lope de Vega el título de principe de los poetas dramáticos españoles. La causa de esto ya hemos indicado cual fue. Nuestro drama se formó bajo la influencia de las costumbres, de los sentimientos y de las 4643 BIBLIOTECA POPULAR.

de mayor importancia para la Grecia en general, ni tampoco podia haber cosa mas dificil para un hombre que hablase en público que una impugnacion de esta especie, el oradorantagonista de Demóstenes, comenzó su arenga diciendo: que no debia estrañarse que pensasen de diferente manera porque él bebia vino y el otro no bebia mas que agua. Sabido es cuanta pompa y magnificencia usaban los romanos en el triunfo, que era la mas alta recompensa que se concedia á los generales venᎢ. XXV. 16

El grupo meridional se compone de Cérigo, Cerigoto y algunas otras islas pequeñas. Este Estado, despues de haber formado parte de la Grecia y del imperio de Oriente, en la autigüedad; de haber pertenecido á la república de Venecia en los tiempos de la edad media, y despues de haber pasado posteriormente por muchas vicisitudes y no pocos años de anarquía, de que hablaremos despues mas largamente, se constituyó finalmente en república aristocrática representativa, bajo el protectorado de Inglaterra. Los ingleses guarnecen sus plazas fuertes y concentran todo el poder militar. El protectorado se ejerce por medio de un lord alto comisario, que con el presidente del senado, representa el poder ejecutivo de la isla. El senado se renueva cada cinco años, y se compone de un presidente, un secretario de Estado, nombrado por el lord alto comisario, y de cinco senadores, nombrados por los electores que se reunen en Corfú en los periodos determinados por la constitucion. La poblacion de toda la república no pasa de 176,000 almas. Es puramente griega en origen, idioma, religion, temple y costumbres.

cedores. Formaban la comitiva del triunfador | Mauro, Theaki, Cefalonia y Zante, ademas de no solo los que con él habian peleado en favor algunos islotes y escollos de poca importancia. de la república, sino tambien los prisioneros de guerra, entre los cuales iban á veces reyes destronados atados con cadenas al carro triunfal, pero en esta ceremonia tan estraordinaria y tan á propósito para inflamar el espíritu guerrero del pueblo vencedor, no dejaban de oirse bufonadas; porque era costumbre que cerca de! triunfador fuese un bufon, que con licencia solo permitida en aquellos momentos, podia decirle cuantas gracias se le ocurriesen y hacer reir á los demas con sus groseras burlas. Viniendo ya á lo que sucedia en tiempos mucho menos distantes que aquellos de los nuestros, diremos que sin ignorar de todo punto cuales eran entonces las costumbres españolas, no se puede negar que en los lances, en los amorios y en los enredos, que tan frecuentes eran, ocurrian mas de una vez incidentes bastante á propósito para provocar á risa, y que en ellos tenian participacion personas de humilde clase dedicadas al servicio de otras muy superiores, cuya benevolencia lograban conquistar á veces con las agudezas de su ingenio. Sabido es, por otra parte, cuanto aprecio se hacia en algun tiempo de los bufones, y que no fué uno solo el que llegó á influir en asuntos de la mas alta importancia, y que algunos hasta lograron ser dueños de la confianza de los reyes. Basta esto para no tener duda de que lo joco-sério en nuestra poesía dramática está reflejando una particularidad de nuestras costumbres, lejos de ser una invencion caprichosa de los poetas.

La capital de la república es Corfu, ciudad pequeña situada en un promontorio de la costa oriental de la isla del mismo nombre, residencia del lord alto comisario, del presidente del senado, de un metropolitano griego y de un arzobispo católico. Esta magnificamente fortificada, y contiene el palacio del gobierno, algunas buenas iglesias, una universidad, un coEn cuanto á sus efectos, es indudable que legio y dos bibliotecas, una pública y otra para no siempre han acertado nuestros escritores á la guarnicion. A la entrad del puerto, que es producir lo que querian, siendo no pocas las seguro y cómodo, hay un islote llamado Vivo, veces en que con razon se ha creido que en en que los franceses labraron en la piedra viva algunas composiciones hubiera sido mejor su- una fortificacion que ha sido el asombro de primir lo jocoso. No siempre puede esto com- los viageros. Ahora se halla destruida en parbinarse con lo sério de manera que se ayuden te. La poblacion de Cortú, inclusos los arraen vez de perjudicarse, aun cuando la combi-bales, se calcula en 22,000 almas. El comernacion no pueda ser tachada de inverosimilitud; porque hay escenas y situaciones drámáticas y aun argumentos en que el poeta no debe proponerse producir efectos de distinta naturaleza; siendo una verdad y acaso la única regla general que puede establecerse sobre este punto, que nuestras impresiones se debilitan å medida de la oposicion que hay en ellas.

cio es muy activo y estendido, y se hace en gran parte en buques nacionales.

Aun es mas importante Zante, en la costa oriental de la isla del mismo nombre, y situada en el borde de una bahía pequeña pero segura. Es uno de los mercados mas frecuentados y ricos de aquellas regiones; su marina mercantil es muy numerosa y sus marineros JÓNICAS. (ISLAS) (Geografia é historia.) los mas diestros y emprendedores del archiEste archipiélago se compone de siete islas piélago. Está bien edificada, con casas grandes principales, situadas todas, escepto la llamada y elegantes, un teatro, una bolsa, un liceo, una Cérigo, en la mar de Jonia, enfrente de las aduana, y dos bellos palacios, uno para el costas en que florecieron, durante los buenos obispo católico, y otro para el arzobispo grietiempos de Grecia, las magníficas colonias que go. Balbi cuenta algunas otras ciudades notatan eficazmente contribuyeron á la propaga-bles, como son Anaxichi, capital de la isla de cion del comercio, de la civilizacion y de las Santo Mauro, cerca de la cual se halla el cabo artes en aquella hermosa parte del mundo. El Ducato, célebre en la antigüedad con el nomarchipiélago se divide en tres grupos distintos.bre de salto de Leucate, de donde se precipitaEl grupo del Norte comprende las islas de Cor-ban al mar los amantes desgraciados, persua fú y Paro, y los islotes de Antipaxo y Fano. En didos de que este asalto los curaria de su pael grupo de en medio están las islas de Santosion. Aunque siempre habia en la playa barcos

dispuestos á socorrerlos y preservarlos de las | cos. En las instrucciones que daba el gobierno olas, lo regular era que llegasen tarde. Entre á estos funciouarios, se hallan las siguientes: las víctimas de esta supersticion, se nombran «Acordarse que no hay nada mas variable que á Deucalion, el poeta Nicostrate, Artemisa, la fé de los griegos; que no tendrian inconvereina de Caria, y sobre todo, la célebre poetisa niente en pasar al yugo de los turcos, como Safo. Fué aboliéndose poco a poco este uso lo ha hecho el resto de su nacion en el contibárbaro, y los enfermos de amor se contenta- nente. Tratarles como animales feroces; limarban con arrojar una cantidad de dinero desde les los dientes y las uñas; humillarlos con frela roca al mar. Tambien sirvió la roca á los ar- cuencia, y sobre todo apartarlos de las ocacanianos, para precipitar á las olas, durante siones de guerrear. Pan y palo: esto es lo que las fiestas de Apolo, un reo condenado á muer- necesitan. Guardemos la humanidad para mete, creyendo que el dios descargaria en aque-jor ocasion.» Conforme á esta politica implalla victima todos los males destinados á la nacion. Vathi, capital de la isla de Itaca, tan célebre en la antigüedad, y tan asociada con las aventuras de Ulises y de Telemaco, posee el hermoso puerto de mar de Skinasa. Han llamado mucho la atencion en estos últimos tiempos, los doscientos sepulcros descubiertos en la isla, por el capitan Guitera, su comandante, en los cuales encontró gran número de objetos de oro, como brazaletes, anillos, figurines, y muchas monedas y medallas griegas y ro

manas.

cable, los jónicos gemian bajo el peso de exhorbitantes contribuciones; la justicia se vendia públicamente; los cobradores de impuestos los decuplaban con sus exacciones; los caudales públicos estaban entregados al saqueo; en fin, el gobierno veneciano y sus empleados no omitian medio alguno pora borrar en las islas todo recuerdo, todo vestigio, todo sentimiento de nacionalidad. Bajo el influjo de este régimen opresor y tiránico, degeneró la lengua griega convirtiéndose en una lengua franca, mezcla incoherente de todos los idiomas que se hablaban en las costas del Mediterráneo, y los ritos de la iglesia de Oriente no se admitieron por el clero latino, sino en calidad de una disidencia tolerada. Tal era el yugo veneciano. Los jónicos descontentos del dia, por medio de su órgano y representante Mustoxidi, ponderan los tiempos, llamados por ellos felices, en que su pais pertenecia á la serenisima república. Sin duda, ó han olvidado estos hombres la historia, ó estas quejas revelan el antiguo carácter sedicioso y turbulento de los naturales de Corcira, que es el nombre antiguo de Corfu. No han bastado veinte y tres siglos á trasformar la indole de aquellos insulares. En los tiempos antiguos se echaron en brazos de los atenienses, para remediar los

Estas islas, colocadas á diez dias de distancia de Inglaterra, notables por la fecundidad de su suelo, y por la belleza de su aspecto, inmortalizadas por la poesía y por la historia de los siglos antiguos, llenas de recuerdos históricos, poéticos y caballerescos, ofrecen un interesante objeto de estudio al artista, al anticuario, al literato y al analista. Presentan al hombre de Estado y al especulador graves problemas relativos á los recursos, el sistema de gobierno, y el estado social de uno de los paises mas notables de Europa. Sin embargo, con la escepcion de algunas discusiones pasageras en el parlamento, de algunas recriminaciones vagas en los periódicos, y de algunos folletos provocados por intereses personales, las islas Jónicas no han despertado la curiosi-males que con sus propias disensiones se hadad del público, ni han merecido un exámen detenido y profundo de sus peculiaridades.

bian atraido. Por semejantes motivos se entregaron á los venecianos en la edad media, y, en nuestros dias, emancipados de la sujecion á Venecia por la destruccion de esta república, los hemos visto trocar gustosos su reciente independencia, de que no sabian hacer uso, por el cetro de hierro de Rusia y de Francia. Verdaderamente hay pueblos que parecen destinados por la suerte á vivir en eterno pupilage.

Ya hemos dicho que estas islas pertenecie ron algun tiempo á Venecia. Cansadas de los males que sucesivamente las habian afligido, bajo el dominio de los cruzados y de los turcos, se entregaron espontáneamente á la república el año de 1386. Capitaneó Corfú este movimiento, y pronto siguieron su ejemplo las otras islas. Todos saben cuan deplorable es en general la suerte de los pueblos sometidos á Por el tratado de Campo-Formio, en 1797, una república, y nadie que haya leido la his- quedó estinguida la república veneciana, y la toria ignora cuán duro era el yugo de la seño- Francia heredó sus posesiones maritimas. Inria de San Marcos. Los habitantes de las pose-mediatamente pasó el general Gentili á ocupar siones maritimas de Venecia fueron constan- las islas Jónicas con un cuerpo de tropas. El temente sacrificados á los de las provincias de pueblo recibió con entusiasmo á los franceses; italia, y los insulares griegos del mar de Jonia se plantó el árbol de la libertad en las plazas, vivian condenados al mas humillante abati- y se organizaron municipalidades en las ciumiento. En cada isla mandaba un proveditor dades y villas. Las nuevas autoridades hiciehambriento y codicioso, nombrado con el úni- ron respetar las leyes, y el sistema adminisco objeto de enriquecerse á costa de los infe- trativo francés formó la base del gobierno ciices isleños, siguiendo en esto la antigua tác- vil, con gran satisfaccion de los habitantes. ica de los romanos, y la moderna de los tur- Al año siguiente, las islas y sus dependencias,

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