historia de aquellos tiempos. Los analistas | mo siglo Gorm den Gamle, ó el Viejo, con- tablecieron los antiguos límites entre el imperio y aquel reino. Es probable que á instancias de Othon abrazaran el cristianismo los jutlandeses ó dinamarqueses que hasta entonces habian sido paganos. (1) Adan de Brema, lib. I, cap. 13, 30, y lib. II, cap. 39. K K. (Gramática.) «Esta letra, dice la Acade- El uso de la K es hoy comun en todas las mia española, que se ha contado hasta ahora lenguas germánicas, que la emplean en lugar como perteneciente á nuestro abecedario, solo de la C, sobre todo cuando por efecto de la vose usa en algunas voces tomadas de otros idio- cal que sigue inmediatamente, no podria conmas, y aun en estas se puede suplir con la C an- servar su valor gutural y tomaria contra la etites de las vocales A, O, U, y con la Q, interpo-mología el de silbante. Los eslavones, los runiéndose la U antes de la Ey de la L.» A pesar de esta doctrina que respetamos, como la K figura en multitud de inscripciones antiguas, cartas geográficas, etc., creemos conveniente dedicarle tambien un artículo en nuestra Enciclopedia. Su lugar en nuestro alfabeto es el onceno, es decir, el de la kaf, su análoga entre los hebreos y los fenicios, aunque la kappa, de donde mas inmediatamente se deriva, y cuya forma reproduce exactamente, ocupa entre los griegos el décimo. sos y servios la usan con tanta mas frecuencia cuanto que la C no tiene jamás entre ellos sino el valor de nuestra S, y por consecuencia no ofrece doble empleo con la K, como en tantas otras lenguas. Algunos filólogos han observado, que como inicial la letra K, no pertenece siempre á la raiz de la palabra; sino que las mas de las veces solo representa una simple aspiracion. En apoyo de esta opinion podemos citar el hecho de que la K es muda en todas las palabras inglesas que comienzan por esta letra seguida de una n, tales como knap, knit, knoll. En los antiguos escritos franceses se halla con frecuencia empleada la K por la C dura. Asi leemos en las cartas, kalendrier y karolus. Si en las monedas de Carlo-Magno vemos el nombre de este principe escrito casi siempre con una C. sus sucesores del nombre de Carlos, hasta Carlos VIII inclusive, se firmaron todos por el contrario con una K. Muchos paleógrafos consideran la K como formando parte de los alfabetos mas antiguos de los griegos y romanos; y otros dicen que no fué adoptada por estos últimos antes de Salustio; otros, en fin, atribuyen su introduccion en Roma, no al historiador de Yugurta, sino á un Salustio maestro de escuela. Tácito dice en sus Anales (XI, 14), que sus compatriotas es tuvieron mucho tiempo sin servirse de esta letra, y Quintiliano por su parte se niega á admitirla como propiamente fatina. Este último Nuestra ortografía moderna no admite la censura el uso que se habia establecido en su K sino en los nombres propios estrangeros y tiempo de emplearla siempre en lugar de la Cen en las palabras derivadas de las lenguas eslas palabras que comenzaban por ca, tales co-trangeras. mo calendæ, calumnia, etc., que se escribian entonces kalendæ, kalumnia, etc. Las dos palabras que citamos como ejemplos, son las que conservaron por mas tiempo esta ortografia. Tenemos por prueba en lo que concierne á la primera gran número de monumentos, y con respecto á la segunda la descripcion legal, segun la cual debia ser marcado el calumniador en la frente con un hierro encendido que tenia la letra K. Priciano queria que no se empleara esta letra sino en los derivados del griego. És de sentir que se haga tan poco uso de una letra cuyo valor es constante, mucho mas si se atiende al empleo frecuente que hacemos de otras letras de un valor variable y caprichoso, tales como la C, que no representa un papel en la ortografia, sino tomando unas veces el valor natural de la K y otras el de la S. En las medallas antiguas la letra K es la inicial de los nombres propios griegos: KAIEAP, César; KAATIO2, Člaudio; KAMILA NIA, la Campania; de los nombres comunes KOAONIA, colonia; KOPH, virgen; KOI NON, comunidad. La K es el signo caracterís-, el pico mas corto que la cabeza, recto, poco tico de la moneda francesa que se acuña en comprimido, nada hinchado y con la mandíbuBurdeos y el de la abreviacion del kilógramo. la superior ligeramente arqueada; las ventanas Como letra numeral, la K valia entre los de la nariz ovaladas y situadas hacia el medio griegos 20, entre los latinos 250, y con una del pico; dos espolones en cada ala, y los derayita horizontal encima 250,000. dos separados, fuertes, con uñas robustas, sobre todo la del pulgar, que es largo y recto. Los antiguos solian marcar con una K, inicial de keraunos, nombre griego del rayo, los vestidos rozados por aquella exhalacion, para indicar que eran impuros y funestos. Entre los químicos antiguos, K designaba un compuesto de oro. En el dia esta letra representa el potasio como inicial de la palabra kalcium, nombre antiguo de aquella sustancia. En fin, como signo de órden, la K indica el undécimo objeto de una serie, ó la undécima parte de un todo. KALEIDOSCOPIO. (Fisica.) El kaleidoscopio es un juguete de óptica, inventado en 1844 por Brewster, fisico de Edimburgo. Tal como lo ideó su inventor, se compone de dos espejos largos y estrechos, que forman entre sí un ángulo | de 60°, colocados dentro de un tubo, de modo que la línea de interseccion coincida con una generatriz del cilindro. Una de las estremidades se halla terminada por dos cristales, estando esmerilado el de la parte esterior; entre dichos cristales se echan pedacitos de talco y vidrio de color de diferentes formas y tamaños, cuentas, etc. Mirando por la otra estremidad del cilindro, se ve una figura simétrica, producida por las diferentes imágenes de los objetos colocados entre los dos espejos, que cambia de aspecto á cada instante, produciendo dibujos caprichosos y simétricos, y siempre diferentes al hacer girar el tubo, en razon á que los objetos contenidos en él cambian sin cesar de posicion por efecto de dicho movimiento. En la actualidad los kaleidoscopios mas comunes tienen en vez de dos espejos tres láminas de cristal negro unidas en forma de prisma, con lo que en vez de las seis imágenes que se ven con el kaleidoscopio anterior se ven una infinidad de ellas. En los dos espejos se pueden obtener 4, 6, 8, 10, 12, 30 imágenes, segun que los ángulos que formen entre si dichos espejos sean de 90, 60, 45, 36, 30, 12o y en general serán tantas las imágenes, cuantas sean las veces que el ángulo que formen los espejos quepa en la circunferencia. El kaleidoscopio no solo sirve para proporcionar á los niños un agradable pasatiempo, sino que sirve tambien para suministrar á los adornistas y á los fabricantes de telas y papel pintado modelos de rosetones caprichosos, y para inspirarles la idea de graciosas combinaciones. El principio en que se funda la construccion de este instrumento es en el de las leyes de reflexion de la luz entre espejos planos y no paralelos. KAMICHI. (Historia natural.) Género del órden de las zancudas, caracterizado por tener Los autores no están acordes sobre el lugar que deben ocupar los kamichis, pues unos los colocan entre las zancudas, y otros, aunque pocos, entre las gallináceas. Tambien disienten sobre si el chauna ó chavaria debe colocarse con el kamichí ó formar un género aparte. Vieillot é Illiger siguen esta última opinion; Lathan, Gmelin y Cuvier están por la opinion contraria. Mr. Temming, al reproducir el genero chavaria dice: que se debia, segun la descripcion que Azara da del ave que ha servido para fundar esta division, hacer de ella una segunda division del género palamédea. Los métodos modernos concilian estas diferentes opiniones haciendo del antiguo género palamédea la familia ó subfamilia de los palamedideos. De este modo, aunque separados genéricamente los chavarias y los kamichis quedan perteneciendo á la misma division. Si la historia natural de los kamichis y chavarias no se ha enriquecido con nuevos hechos desde que la escribieron los primeros autores, al menos se ha conseguido despojarla de los errores que en ella se habian deslizado; asi es que ya no se les atribuyen á estas aves los hábitos de las rapaces ni se dice que acometen á los reptiles como se habia escrito. Los kamichis y los chavarias, que tanto se parecen en sus caractéres, hasta el punto de que los autores duden si deben ó no constituir dos géneros separados, son mas semejantes aun en sus costumbres. Tienen casi el mismo tamaño que las pavas. Su paso es grave; llevan el cuello derecho y la cabeza alta, rara vez se posan sobre los árboles, su vida se pasa lejos de las selvas y de los grandes bosques; no frecuentan sino los sitios descubiertos y húmedos, los pantanos, las orillas poco profundas de los rios caudalosos y las sábanas medio anegadas. Pero á pesar de sus costumbres acuáticas, ni los kamichis ni las chavarias son aves nadadoras; y sin embargo, entran en el agua lo mismo que las garzas. Su voz es fuerte y retumbante; la del kamichi, segun Marcgrave, tiene algo de terrible, pues dice de él: «Terribilem clamorem edit vyhu vyhu vociferando.» La del chavaria es menos atronadora. Uno y otro hacen oir sus gritos, no solamente de dia, sino tambien durante la noche en cuanto sienten el mas mínimo ruido, y uno y otro tienen nombres vulgares, que hacen relacion á dichos gritos. Los indios de las orillas del rio de las Amazonas llaman á la primera de estas aves cakuitau, y los naturales del Paraguay dan á la segunda los nombres de chaja y chajali. Hállanse los kamichís y los chavarias ó solos ó apareados como en el tiempo de la La otra no tiene cuerno, pero en el occipucio tiene un copete de plumas y es el chavaria fiel (opistolophus fidelis, Vieill.) Tiene la cabeza y lo alto del cuello cubiertos de plumas cortas y algodonosas cenicientas claras; dos collares, el superior blanco y el otro negro; la capa y las partes inferiores plomizas claras. Encuéntranse algunos individuos con plumage negro matizado de gris. Hállase en el Paraguay y en el Brasil. reproduccion, y despues de la postura suele vérseles reunidos en gran número. Al verlos tan cargados de armas pudiera creerse que son animales feroces y que deben buscar los combates; pero no hay nada de esto: son mansos y apacibles, viviendo sosegados lo mismo entre sus semejantes que al lado de los demas animales. Sin embargo, hay una época del año en que cambia su carácter, y es la de los amores; entonces los machos se acometen furiosos y disputan encarnizadamente la posesion de las hembras. La union que contraen estas aves es indisoluble; la muerte de uno de los contrayen-gurus de Et. Geoffroy, Saint-Hilaire) á un gétes puede únicamente romperla. Los kamichis y los chavarias anidan en tierra al pie de un árbol ó en las malezas y juncos rodeados de agua. La postura no se verifica mas que una vez al año por enero ó febrero, y es de dos huevos del tamaño de los de la oca. Los polluelos al nacer están cubiertos de una simple borra é inmediatamente siguen á sus padres. Cuando están ya vestidos de pluma, su carne es buena de comer, pero la de los adultos es coriácea é insípida. KANGURO. (Historia natural.) Se da el nombre de kanguro (macropus de Shaw, kan nero muy numeroso de mamíferos del órden de los didelfos, que comprende animales cuyos caractéres mas salientes son: hocico prolongado, orejas grandes, y sobre todo, el tener los miembros posteriores mucho mas largos que los anteriores, y una cola tambien muy larga y muy robusta. Las hembras, como las de todos los marsupiales, tienen una bolsa formada por la piel de la region abdominal, y en la cual guardan á sus pequeñuelos. Tanto por su modo de estar como por su El régimen alimenticio de los kamichis y forma, se parecen mucho los kanguros á los chavarias es esclusivamente vegetal, consis-gerbos. Son animales bastante grandes: el tiendo su alimento ordinario en yerbas que pacen como las ocas ó en semillas de plantas acuáticas. El chavaria es susceptible de educacion. El viagero Jacquin refiere curiosos pormenores acerca de esta ave ya domesticada. «Si se la tiene en esclavitud, dice, pronto se familiariza con el hombre, é investida, digámoslo asi, de su confianza, llega á ser un criado fiel, activo é inteligente y un centinela vigilante incorruptible. Alimentado en los corrales es el amigo y protector de las demas aves; siempre está en medio de ellas, las sigue en sus escursiones diarias, les impide el que se estravien y las recoge cuidadosamente al acercarse la noche. Ningun ave de rapiña puede aproximarse al pequeño rebaño que está encomendado al celo del chavaria; y si alguna se acerca demasiado, el vigilante guarda se lanza á ella y desplegando sus largas y fuertes alas le descarga los mas duros golpes y le obliga á emprender la fuga.» Es mas que probable que del kamichi domesticado pueda decirse lo mismo que el viagero refiere del chavaria, pues son demasiado parecidos los hábitos de estas aves para que no suceda asi. El género, ó si se quiere la subfamilia de los kamichís no se compone al presente si no de dos especies pertenecientes á los paises salvages y casi desiertos de la América Meridional. La una se distingue por un apéndice córneo, redondeado y móvil colocado sobre la frente, y es el kamichi cornudo (palamedea cornuta, Lin.) Tiene la capa gris-pizarra, el abdómen blanquizco, la cabeza cubierta de un plumon variado de blanco y negro y sobre el ala una mancha roja. Hállase en el Brasil y la Guyana. kanguro gigante, por ejemplo, tiene mas de dos metros desde la punta del hocico hasta el remate de la cola; sin embargo, la mayor parte de las especies están lejos de tener tanto tamaño. Son frugivoros ó herbivoros, y en el estado salvage viven en los bosques en rebaños de diez ó doce individuos. Tienen dos especies de progresion, al salto y al paso. Esta última la hacen arrastrando y con bastante incomodidad: estando á cuatro pies levantan la parte posterior del cuerpo ayudándose de su cola, que fija en el suelo, les sirve como de palanca y asi acercan las patas de detrás hácia las de delante, despues adelantan estas, y repitiendo este ejercicio caminan con bastante velocidad. Otras veces dan saltos de siete hasta diez metros de largo, y de dos ó tres de altura, sirviéndose tambien de su cola como de un fuerte muelle de resorte. Por lo demas, segun afirman los viageros, siempre empleau el primer modo de progresion, y aun cuando se vean perseguidos no saltan sino cuando se les presenta algun obstáculo. Su cola les sirve de arma contra sus enemigos; y dícese además que el dedo anular de su pata posterior, el cual es muy fuerte y está muy desarrollado, les sirve para despedazar á los que les atacan. Los kanguros se domestican con facilidad, y no dejan de ser comunes en las casas de fieras de Europa: hasta se ha tratado de aclimatarlos en Inglaterra. Su carne es un bocado esquisito, que segun algunos, tiene el sabor de la del ciervo, y segun otros el de la del conejo. Su piel es muy buscada por los habitantes de los paises en que vive dicho animal; asi es que se les caza con empeño y se adiestran perros para estas cacerías. Como se consigue cogerlos con facilidad, es probable que dentro de pocos años desaparezcan estos animales, como ha sucedido ya con otras especies de que apenas encontramos ni aun vestigios en la actualidad. Los kanguros no se encuentran sino en la Oceanía; son los mayores mamíferos que alli se hallan, y habitan especialmente en la Nueva Holanda, la tierra de Van-Diemen y las grandes islas próximas. El número de especies de kanguros que se conocen es considerable, y por esto los naturalistas han juzgado conveniente dividir este gran género natural en muchas secciones, de las que solo mencionaremos los potorus, los kanguros propiamente dichos, y los halmaturos, que son las mas importantes. KANT. (FILOSOFIA DE) (Filosofia.) Al principio del siglo presente, cuando los amantes de la filosofia iban penetrándose de la insuficiencia del sensualismo de Locke y Condillac para esplicar los fenómenos del alma y para dirigir sus operaciones, se presentó en el mundo cientifico un genio osado y original, con la pretension de fundar un sistema filosófico, tan nuevo aparentemente en sus doctrinas, como lo era realmente en su lenguaje, y cuyas hipóte§1. Potoru de A. G. Desmarest (hypsi- sis y teorias parecian destinadas á destruir toprymnus de Illiger.) Molares en número de do lo que la ciencia habia creido descubrir hascinco á cada lado y en cada mandíbula, y ofre- ta entonces en el estudio del hombre interior. ciendo caracteres particulares; cola larga y ro- Tal fué el célebre filósofo de Konisberg, Mabusta; animales de poco tamaño. Por el con-nuel Kant, reconocido en el dia por gefe de junto de sus caractéres, y particularmente por una escuela numerosa, cuyos discipulos se halos de su sistema dentario, los potorus esta- llan esparcidos en toda Europa, y especialmenblecen el tránsito de los falangistas á los kan-te en Alemania. La filosofia que esta escuela guros propiamente dichos. Hay descritas muchas especies, la mas conocida es: profesa, se llama filosofia critica ó crítica de la razon pura. Nosotros nos proponemos trazar un bosquejo de esta doctrina. El kanguro raton (hypsiprymnus marinus de G. Cuvier), que no tiene mas que pie y me- Segun Kant, la filosofía puede ser considedio de largo desde la punta del hocico hasta el rada bajo de tres puntos de vista, en relacion nacimiento de la cola, la cual tiene cerca de á los procedimientos de que hace uso. Es dogun pie; su color es uniforme y de un color ro-mática cuando se funda en principios que sujizo, con las partes inferiores de un blanco sucio. Habita la Nueva Holanda. § II. Kanguro propiamente dicho (macropus de Fr. Cuvier.) Molares en número de cuatro á cada lado y en cada mandibula; cola enteramente cubierta de pelo; generalmente animales de gran tamaño. Entre las veinte especies colocadas en este grupo, citaremos: pone y reconoce como verdaderos; escéptica cuando descubre la insuficiencia de los principios que el dogmatista adopta; critica, cuando despues de haber adoptado las objeciones del escéptico, y no satisfaciéndole el estado de duda, procede á investigar cuales son los principios de la naturaleza humana que dan origen á las ilusiones del dogmático, y por El kanguro-gigante (macropus giganteus una analisis escrupulosa de las potencias que de Shaw); del porte de un carnero; color aca- llama cognitivas (4), traza todo el sistema de nelado, mas oscuro por encima, y mas claro los conocimientos humanos en todas las mopor debajo; la punta del hocico, la parte pos-dificaciones de sus elementos originales, con terior de las orejas, los pies y manos, el codo, la ayuda de las formas independientes y funel talon, la punta de la cola y toda ella por en-damentales del pensamiento. Este analisis es cima, de un pardo negruzco muy oscuro, y la garganta cenicienta. Se halla en las cerca nias de Bahía-Botánica. § III. Halmatura (halmaturus de Fr. Cuvier.) Molares en número de cinco á cada lado y en cada mandíbula; la cola en parte pelada; animales de mediano porte. Se citan cinco especies de este grupo; nosotros solo cita remos: lo que constituye el espíritu de la filosofía critica. Segun Kant, en la investigacion de estos principios, es necesario no perder de vista las dos clases de leyes de que dependen la naturaleza del objeto y la del sugeto. Todo lo que entra en el entendimiento, es un compuesto, y sus partes componentes ó elementales son: la influencia de lo que se percibe, y las capacidades, ó como dice el filósofo, las susceptiEl kanguro listado (halmaturus fasciatus, bilidades del que percibe, esto es, lo percibide Peron y Lesueur.) Muy pequeño; general-do y el percipiente. Este compuesto de lo obmente de un gris rojizo, con la mitad inferior del cuerpo rayada trasversalmente por encima (1) La gran dificultad del sistema filosófico de de encarnado y negro. Habita en la isla Ber-Kant, consiste en la singularidad, v si se quiere, estravagancia de la nomenclatura que invento, y que nier. por proceder del aleman, idioma que admite tanta latitud en el uso de las palabras compuestas, llega a ser intraducible en castellano. Nosotros procuraremos acercarnos lo mas posible á su significacion, emplean Al terminar este artículo, diremos que los autores ingleses indican recientemente bajo el nombre de hypsiprymnus de Wellington's Vado las voces de nuestra lengua que mas analogía prelley, una especie fósil de este mismo grupo. senten con las de la filosofia critica. 4658 BIBLIOTECA POPULAR. T. XXV. 34 |