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Las contracciones son en él mucho mas numerosas y mas completas las supresiones de flexiones; asi es que el kurdo se diferencia del persa mucho menos por el vocabulario que por la gramática. Hállanse en él cierto número de términos árabes, turcos, arameos, y aun griegos; pero estos elementos de importacion estrangera no pueden confundirse con el fondo de la lengua. Los términos árabes se introdujeron en el Kurdistan, como en Persia, con el islamismo; las palabras turcas vinieron en pos de las relaciones politicas. En cuanto á los términos arameos y griegos, la forma bajo la cual han sido admitidos estos últimos en el kurdo nos indica claramente que para llegar á él tuvieron que pasar por el árabe ó el turco; segun Mr. Rodiger, los primeros fueron tomados de los cristianos sirios ó caldeos. Esta mezcla de elementos arianos y semiticos no deja de dar al kurdo alguna relacion con el pehlvi.

La lengua que nos ocupa no tiene flexiones para indicar los números y los casos; carece igualmente del verbo sustantivo, y enuncia, como el hebreo, el sujeto y el atributo sin el auxilio de una cópula verbal. La conjugacion no presenta mas que dos tiempos, y para eso uno de ellos no es otra cosa que el infiuitivo precedido del pronombre personal. El otro tiempo corresponde al aonito persa.

La literatura kurda es nula, á no ser que se quiera dar este nombre á algunos cantos poplares. Los documentos públicos y aun la correspondencia particular se escriben en persa.

El P. Maur. Garzoni: Grammatica é vocabulario

della lingua kurda, Roma, 1786, en 8.0

el Journal asiatique allemand), tomos III y siguienE. Rodiger et A. F. Post: Kurdische studien (en tes; Bonn., 1840, etc.

L

L. (Gramática.) Esta letra es la duodécima | nomenclatura alfabética tradicional de Francia. del abecedario castellano y una de las conso-la mayor parte de las semivocales se distinguen nantes linguales; tambien es semivocal, y tie- de las consonantes puras en que el nombre de ne siempre por si sola, segun la clasificacion las primeras comienza por una vocal, como se de algunos gramáticos, un único sonido con la ve en effe, clle, etc. vocal que la siga ó preceda, como en lomo, lum- La L de los latinos, que es la nuestra, corbre, leve, alva, olmo, ultra, etc. Su pronuncia- responde al lambda (A) de los griegos, el cual cion es lingual por verificarse tocando la punta se deriva del lamed de los antiguos semitas. de la lengua á la parte anterior del paladar jun- En los alfabetos etrusco y celtibero, como tamto á los dientes, y arrojando el aliento al se- bien en el griego alcáico y fenicio, esta letra pararla. Se usa liquida despues de b, c, f, g, consta siempre de dos lineas que forman eny p, antes de vocal, como en blanco, clave, fle tre si un ángulo agudo. La direccion del remate co, glauco, pleno. Hay, sin embargo, voces es- de este ángulo ha variado, y solo despues de trangeras en que suena líquida con otras con- haberlo vuelto á la izquierda, á la derecha, hásonantes, como en hascaiteca. Los gramáticos cia abajo y hacia arriba, han concluido los grieingleses la colocan entre lo que llaman las se-gos por darle esclusivamente esta última dimivocales, es decir, entre las letras cuyo sonido, aunque menos ruidoso que el de las vocales, tiene, sin embargo, con este último la propiedad comun de poder ser prolongado indefinidamente, ó para hablar con mas exactitud, hasta los limites de la respiracion. En la

reccion. La modificacion que los latinos la han hecho sufrir al adoptarla, consiste en volver el remate del ángulo á la izquierda, en hacerlo recto de agudo que era, y en dar á uno de sus costados la direccion horizontal.

¿Cuál ha sido el origen de este carácter? Al

gunos creen que primitivamente representó una ala ó un brazo replegado y que servia de ala para correr mejor. Si poco satisfechos de esta esplicacion buscamos otra en el sentido de la palabra semítica lamed, hallaremos que siguilica el aguijon que sirve para conducir á los bueyes, sentido que concuerda medianamente con la forma de la letra. En fin, si con algunos lingüistas pedimos esta esplicacion á los geroglíficos, vemos que el que representa mas comunmente el sonido Les el perfil del cuerpo de un leon, ó, mas bien de una leona (en egipcio la-boy), figura que reducida á carácter semítico ó vulgar no deja de tener alguna rela- | cion con los lameds semiticos.

El gramático Priciano, apoyado en la autoridad de Plinio, dice que los latinos tenian tres maneras diferentes de pronunciar la letra L, una llena, otra fina y otra mediana; pero hoy seria dificil determinar esta variedad de articulaciones. Lo que parece mas positivo es que al principio los latinos no doblaban la consonante L, y que escribian Macelum y no Macellum, Polucere y no Pollucere. Trascribian por 1 el doble lambda de los griegos, como en alius y folium, que derivaban de λos y de pulou. Los franceses ven en este último hecho el origen de su L, llamada mouillée.

Algunos pueblos, principalmente los chinos en Asia y los indios illineses en América, que no pueden pronunciar la R, la sustituyen con la 1; esto es lo que hacen en Francia los niños, que pronuncian a veces blas por brás, glos por grós.

Los latinos habian hecho una sustitucion semejante cuando formaron balathro de Bapa@pov. Los franceses han hecho lo mismo escribiendo pelerin de peregrinus; pero en cambio han hecho la sustitucion inversa formando orme de ulmus. Los ingleses hacen frecuentemente esta letra muda, como en could, half, salmon. Como letra numeral, la L. valía treinta entre los griegos; entre los romanos su valor era cincuenta, segun este verso:

Quinquies L denos numero designat habendos.

compuesto de plata. Finalmente, como signo de órden, L indica el duodécimo objeto de una serie,,ó la duodécima parte de un todo.

LABARO. Enseña que los emperadores romanos hacian llevar ante ellos en las batallas. San Gregorio de Nazianzo, San Ambrosio y Prudencio le llaman tambien laborum y San Juan Crisóstomo laburum. (V. 4.a Epist. á Timotheo.) Esta palabra es una de aquellas cuyo origen y etimologia han provocado mas controversias entre los eruditos. Unos, con San Gregorio de Nazianzo, lo hacen salir del latin labor, porque el lábaro anunciaba el fin de los trabajos; otros le hacen derivar del griego labein (tomar), ó de eulabeia, que significa piedad: Fullero, en fin, cree que viene de laphurum (despojo), no siendo en el principio el labaro mas que un despojo del enemigo. Mas los romanos, que habian tomado ese estandarte á los sármatas, á los panonios y á los dacios, prueban que debe buscarse en otra parte su origen antes que en las fuentes griega ó latina. Aunque alguna version generalmente propagada designa à Constantino como que fué el que dió primero esa enseña á sus tropas, con ocasion de la cruz milagrosa que se le apareció en los aires con sus palabras griegas: en touto nika y en latin hoc signo vincis, vencerás con este signo; séanos lícito el mostrarnos algo escépticos en esta cuestion. Los numismáticos han observado que el lábaro aparece ya sobre las medallas de Augusto y de los emperadores anteriores á Constantino. Lease ademas en el Apologético de Tertuliano, que antes de este príncipe las enseñas militares parecian á una cruz, de la cual pendia un pedazo de rica tela: y entre estas enseñas y el lábaro hay una completa identidad; por lo cual Constantino no hizo mas que sustituir al águila de oro que adornaba en tiempo de sus predecesores el velo del lábaro, una corona con el monógrama de Cristo.

Los griegos usaron ya un estandarte de una figura parecida al lábaro ó vexillum. Despues de Constantino, fué el estandarte imperial, aunque muchos, como hemos dicho, aseguran que se usó durante todos los emperadores romanos. El lábero en tiempo de Constantino pero con una rayita horizontal encima valia constaba de una larga lanza ó pica, cuyo as50,000. En numismática la L sirve para desig- til era dorado, atravesado en lo alto de un palo nar muchos nombres de regiones y ciudades an- formando á manera de cruz. A la parte supetiguas, como Locrida, Laconia, Lacedemonia, rior, que se elevaba sobre el travesaño, habia Laodicea, etc., etc. En las medallas griegas, una corona brillante de oro y de piedras preen los papiros, etc., L es la abreviacion de la ciosas, en medio de la cual se veia el monopalabra «Lucabas» (año), y precede á las letras grama de Cristo, formado por las dos letras numerales. En las medallas y monumentos ro- iniciales griegas X. P. puesta esta última en manos, la L indica los nombres propios Lucio, medio de la primera. Al mismo tiempo solia Lépido, Lelio, Latino, y tambien la usaron co-haber en cada lado las dos letras Alfa y Omemo abreviatura de las palabras latum, legavit, legis, lenea, libens, liber, libera, libertus, libertus, libra, locavit, locus, lector, longus, lustrum, lyciorum. Tambien sirve para estas abreviaciones L. L. S. (sextercio); T. S. T. L. (séate la tierra ligera); L. S. T. (libra esterlina.) En el antiguo alfabeto químico L significaba un

ga, primera y última del alfabeto griego. Del travesaño colgaba un paño cuadrado de púrpura bordado de oro y adornado de piedras preciosas, en medio del cual habia un águila bordada de oro, en lugar de la que Constantino mandó poner el monógrama de Cristo. En el intermedio que habia entre la banderola y la

corona, el emperador hizo colocar su busto de | tandartes la cruz, distintivo de aquellas espeoro y los de sus hijos; pero esta última circunstancia no la hallamos en las medallas que tenemos de aquellos tiempos.

Para la guardia de este estandarte imperial eligió el emperador diez hombres, como dice Eusebio, la flor y nata de todas sus tropas, á quienes llamó prepositi labarorum; los cuales estaban encargados de llevarle uno despues de otro delante del principe en la guerra y en todos aquellos actos en los que el emperador se presentaba con toda la pompa imperial.

diciones, acaso en recuerdo del sagrado estandarte de Constantino, ó de la aparicion que tuvo y de que hemos hecho mencion. Añaden algunos que habia en medio de él estas cuatro letras X. P. M. S., que querrian decir Christus, pasus, mortuus, sepultus. En la primitiva iglesia se llevaba en algunas procesiones un pendon igual al lábaro, y estas mismas letras se esculpian en la piedra que servia de llave en la portada ó en medio de la pared de algunos templos, como se veia antiguamente en la iglesia metropolitana de Zaragoza.

bres, de los cuales vamos á dar una ligera idea.

Algunos historiadores creen que Constantino mandó hacer otros estandartes á imitacion de este, si bien que con menos magnificencia, LABERINTO. (Historia antigua.) Llámase para servir de insignias militares á todas las asi á un lugar dispuesto con tal artificio, que el legiones. que entra en él una vez se estravía y no puede Se ha supuesto tambien con poco ó ningun salir sino con gran dificultad. La historia antifundamento, que los romanos tomaron la figu-gua hace mencion de varios laberintos célera del lábaro de los estandartes de los galos y demas pueblos bárbaros que dominaron. Sin embargo, no seria tan estraño que la figura y nombre del lábaro la hubiesen tomado del lau-buru, estandarte usado por nuestros cántabros; suponiendo, como creen algunos autores, que no habiendo podido Augusto acabar de sojuzgarlos, hizo las paces con ellos poniendo el lau-buru, que él llamó lábaro, entre sus trofeos.

Debemos mencionar en primer lugar el laberinto de Egipto, del que hablan los historiadores con grande elogio. Estaba situado en la parte media de esta region, sobre el lago Meris, cerca de Cocodrilópolis, ó sea de la ciudad de los cocodrilos, en la region que se designa hoy con el nombre de Fejum. Conócesele tambien con el nombre de laberinto de Arsinoe, por hallarse cerca de esta ciudad, y los habitantes Eusebio y otros autores dicen, que yendo á del pais le dan el nombre de Palacio de Cacombatir Constantino contra Maxencio, se le ron. Herodoto fué el primero que dió una desapareció sobre el medio dia en el centro del sol, cripcion bastante detallada del mismo, aseguuna cruz de luz con esta inscripcion: Hoc sig- rando que las demas obras y edificios de los no vinces «con esta señal vencerás» y que en- griegos no podian comparársele ni en la delitonces fué cuando mandó poner en el lábaro la cadeza de su trabajo, ni en su coste material, señal de la cruz con el monograma de Cristo. suponiendo que este fué aun mayor que el de Juliano el Apóstata restableció el lábaro á su las Pirámides. Este vasto monumento se comprimera forma, poniendo en él el águila y las ponia, segun el espresado historiador, de doce iniciales S. P. Q. R. senatus populusque roma- palacios, cada uno de los cuales tenia doce nus: disponiendo que en las otras insignias puertas que se hallaban en oposicion unas de menores se pusieran las figuras de alguna di- otras, seis al Norte y seis al Sur, circunvalando vinidad del paganismo; pero esta innovacion un mismo muro todos estos edificios. Sus habino fué duradera, pues à poco de su muerte taciones eran duplicadas: habia mil quinientas volvió á usarse el labaro de Constantino. El lá- bajo de tierra, é igual número sobre cimientos, baro, llamado tambien labarum en el bajo im- componiendo un total de tres mil piezas. Pareperio, se llevaba en los ejércitos por un oficial ce que no fué permitido al historiador ver las İlamado labarifero, que correspondia á nues-habitaciones subterráneas, que se cree servian tros abanderados, y tambien delante de las procesiones que hacian los primeros fieles; y a imitacion de aquel, se cree que se introdujo la costumbre de llevar los estandartes ó pendones cuadrados que aun en el dia usamos, llamados confalone por los italianos y ganfarons en catalan.

de sepultura á los reyes y cocodrilos; pero nos habla de las otras como testigo ocular, y celebra el gusto é ingenio con que estaban construidas. El techo de todas las piezas era de piedra, lo mismo que sus paredes, adornadas de figuras de bajo relieve, con un sin número de columnas de mármol blanco. A un estremo del laberinto habia una pirámide de 300 pies de elevacion, cubierta tambien de hermosos bajos relieves que representaban animales.

La diferencia que habia entre el lábaro y el vexillum es que aquel estaba tendido y conservaba su forma cuadrada, segun se ve en las medallas de Teodosio y otras; y el vexi- Otro escritor no menos célebre nos describe llum, que se ve con mucha frecuencia en la co- magnificamente este laberinto; pero como en lumna Trajana no estaba asegurado sino en la su relacion no hace mas que referirse á lo que parte superior. Segun muchos autores, la pa- habia oido contar, no puede dársele el crédito labra labarum no es sino del bajo imperio. que á Herodoto. Dice, pues, el famoso Plinio En tiempo de las cruzadas todos los pue-entre otras cosas, que es imposible hacer una blos que iban á la Palestina ponian en sus es- descripcion detallada del laberinto, por hallar

se dividido en diversos cuarteles, y en muchos | soro público, reuniéndose en el mismo los prinomas ó gobiernos, en número de diez y seis, meros magistrados para tratar los asuntos gucada uno de los cuales tiene un palacio muy bernativos. Entre los autores modernos, unos vasto y lleva un nombre particular. A esto, con- suponen que este edificio era un lugar en que tinúa, deben añadirse los templos para todas se enseñaban los misterios del Egipto, y otros las divinidades egipcias, y particularmente uno que era una especie de observatorio astronósituado en medio y dedicado á Nemesis, á mas mico, ó un laboratorio secreto, en que los sade muchas pirámides de 40 codos de elevacion. cerdotes egipcios se dedicaban á buscar la pieDespues de haber pasado con bastante dificul- dra filosofal. Un autor de nota opina que el latad por todos estos y muchos otros edificios, berinto era un edificio dedicado al sol, y todo era, segun el escritor, cuando se llegaba al la- él una representacion simbólica del zodiaco, berinto propiamente dicho, compuesto de una del curso del sol y de los otros planetas. Todo infinidad de bóvedas, salas, galerías y pasadi- esto prueba la incertidumbre en que hoy dia se zos, que hacian difícil la salida para el que en- está acerca de la época de su creacion y del traba una vez en él. Encontrábanse primero al- objeto con que se construyó este edificio. gunos salones de techos muy elevados, con soberbios pórticos, á los cuales se subia por escaleras de noventa gradas. Dentro de estas salas se veian columnas de pórfido, simulacros de divinidades, estátuas de reyes y efigies monstruosas. Algunas de estas piezas, añade, estaban construidas de modo que no podian abrirse sus puertas sin hacerse un ruido terrible y espantoso, á la manera de un trueno. La mayor parte de dichas salas tenian que atravesarse en medio de una completa oscuridad. Por último, otros dos escritores no menos notables, Estrabon y Pomponio Mela, convienen bastante en sus descripciones con Herodoto, con la diferencia que Estrabon habla de veinte y siete palacios, en lugar de los doce que men-diaciones de esta ciudad, donde descubrieron ciona este escritor.

Al laberinto de Egipto, colocado en el número de las maravillas del mundo, sigue en importancia el de Creta, como el mas célebre de la antigüedad despues de aquel. Segun Apolodoro y otros autores, lo construyó Dédalo unos ciento treinta años antes de Jesucristo, queriendo imitar el laberinto egipcio, del que, sin embargo, no representó sino una muy pequeña parte. Algunos historiadores suponen que no era mas que una vasta caverna con muchas tortuosidades, cuya salida era por consiguiente muy difícil: este laberinto estaba situado cerca de la ciudad de Conosse. Es de advertir que Tournefort y Pocoche nada hallaron que diese indicio de su existencia en las inme

una gruta espaciosa que al principio creyeron Los viageros modernos nos han dado muy pudiese ser el indicado laberinto. Añadiremos pocas noticias de este estraordinario edificio, y que en opinion de Plutarco, servia de prision pocos convienen entre sí, ni aun acerca del si- para retener á los criminales, y que en tiemtio que ocupaba: tal es su estado de destruccion,po de Plinio y de Diodoro de Sicilia no existia que no han quedado ruinas bastantes para po- ya este famoso laberinto. derlo determinar.

No son tampoco mas seguras nuestras noticias acerca de la época, del autor y del objeto que éste se propuso al erigirlo. Herodoto asegura positivamente que fué obra de doce reyes que reinaron juntos. Diodoro de Sicilia lo atribuye á Faraon Mendés, y Estrabon á Faraon Ismandés, que dice fué enterrado en la famosa pirámide de que antes hemos hablado. Plinio supone que 3,600 años antes del tiempo en que él mismo vivia, fué construido el laberinto por disposicion de Petesucco ó Tilhoé. Pomponio Mela atribuye toda la gloria de su construccion á Pasameticho, que reinaba solo despues de la muerte de once reyes, con quienes habia partido la corona. Por último segun Lico, autor antiguo citado por Plinio, lo construyó Motherud ó Moris, sirviéndole luego de sepultura.

Herodoto y con él los sacerdotes egipcios, suponen que sirvió para enterrar á los reyes del pais y á ciertos animales que reputaban sagrados, opinion que han seguido despues la mayor parte de los historiadores. Otros consideran el laberinto como una especie de panteon, en el cual se tributaba un culto particular, y se sacrificaba á todas las divinidades egipcias. Piensan algunos que en él se custodiaba el te4 664

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Supónese que su construccion, hecha por Dédalo de órden de Minos, tuvo por objeto encerrar en él al Minotauro; pero que luego sirvió de prision al mismo constructor.

Encerrado en él con su hijo Icaro, parece que fabricó unas alas muy ingeniosas, por medio de las cuales lograron escaparse de la prision, cuyas alas las consideran algunos como un emblema de las velas de los barcos, cuya invencion le atribuyen. Este es tambien el famoso laberinto que visitó Teseo, y en que se hubiera perdido si la apasionada Ariadna no le hubiera dado el ovillo para buscar la salida.

Fué tambien célebre en la antigüedad el laberinto de Porsenna cerca de Clusium, en la Etruria, que sirvió de sepultura á este príncipe, el cual vivía por los últimos años del siglo VÍ antes de Cristo. Segun Plinio, era un edificio cuadrado, de piedra, adornado con cinco pirámides, una en cada ángulo y otra en medio, de 150 pies de elevacion sobre 75 de base, en cuyos remates habia un círculo de bronce y una especie de casco, del que pendian muchas campanillas, que sonaban con un pequeño impulso de viento, y se oian de mucha distancia.

No eran estos los únicos, si bien han sido

T. XXV. 34

los mas célebres y conocidos de los laberintos | de las demas familias. Solo se conocen dos antiguos. Plinio hace mencion de uno que se veia que al parecer se les aproximan bastante, y todavia en su tiempo en la isla de Lemnos, y son las verbenáceas y las borragineas; pero del que se dice que tenia 450 columnas ingenio- basta examinar con alguna atencion las plansamente colocadas; pero Pocoche no pudo ha- tas de estas diversas familias para distinguirllar ningun vestigio de él. Los arquitectos que las perfectamente. Si esta distincion es fácil, trabajaron con él, fueron Smilus, Rolus y Theo- no sucede lo mismo con los caractéres prodoro. Asegura Estrabon que cerca de Nauplia, pios á cada género en particular, pues toen la Argólida, se veian dos cavernas en las das las labiadas se asemejan hasta tal punto cuales habia un laberinto llamado Cyclopea. que casi podria decirse que todas ellas parteAdemas menciona otro laberinto en Creta, aun- necen á un mismo género, susceptible de dique menos famoso que el anteriormente des- vidirse en especies cuyos caractéres, distintivos crito, el cual no era mas que un camino sub- son casi insignificantes. terráneo de prodigiosa longitud que atravesaba el monte de Ida y terminaba á ires millas de Gortyna.

Resulta de lo dicho, que á escepcion del laberinto de Egipto y el de Porsenna, los otros no eran mas que grutas subterráneas, con mas ó menos sinuosidades.

Con el nombre de laberinto se conoce tambien hoy dia una isla, que fué descubierta en el año 1772 por Roggeween.

Los laberintos que nosotros conocemos en la actualidad, son los que con este nombre se hacen en algunos jardines, donde se compli can los paseos y calles, de modo que sea fácil confundirlos unos con otros, no habiendo mas que uno que dé salida afuera del mismo. Eu los jardines de la Granja, por ejemplo, hay uno, en que la calle de entrada de forma curva, para que no pueda verse la salida desde lo interior, conduce à un semicirculo, á donde van á parar otras siete calles iguales, todas las cuales van á parar adentro del laberinto, que está perfectamente cerrado. Aun cuando desde este pueda volverse al semicírculo, como las ocho calles que á él van á parar, son exactamente iguales, y siendo curvas, no se ve su salida, es difícil tomar la única que la tiene, y eligiendo cualquiera de las otras, se pierde el que lo recorre en nuevos laberintos. Como este hay otros en varios parages, y su belleza depende ordinariamente de la mayor ó menor feracidad del terreno, que hace mas frondoso y espeso el ramage de que se construyen.

LABIADAS. (Botánica.) Nombre de una familia muy natural de plantas herbáceas, que constituyen, en el sistema sexual, la primera seccion de la clase 44.a bajo el título de didinamia gymnospermia.

Esta familia es una de las mas importantes del reino vegetal, en primer lugar, porque segun todos los botánicos, es una de las que mas fácilmente se prestan á una clasificacion metódica, y en segundo, por los numerosos productos que suministra á las artes y á la medicina. Con efecto, las labiadas son las que dan la mayor parte de esos aceites volátiles que tanto y con tanta abundancia se usan en perfumería. Las plantas de esta familia presentan en su organizacion caractéres tales que no permiten se las confunda con las otras plantas

Las labiadas que han suministrado á Mr Mirbel el asunto de una memoria muy interesante, son herbáceas, pocas veces subleñosas; con flores desnudas, comunmente acompañadas de brácteas: solitarias unas veces, y otras dispuestas en espiga, en corimbo ó en panicula, suelen tambien alguna que otra vez formar anillos. Estas flores son generalmente superiores, ó están colocadas en los sobacos de las hojas; su cáliz es monopétalo y está dividido por su cima en cinco partes, tan pronto iguales como desiguales, que forman dos labios opuestos; su corola, frecuentemente es bilabiada, rara vez unila biada: á esta particular disposicion del limbo de su flor es á lo que debe esta familia el nombre que lleva. Los estambres son en número de cuatro, de los cuales dos son mas cortos y muy susceptibles de abortar. El ovario está libre, y es de cuatro lóbulos; el estilo es sencillo y el estigma bifido. Las flores se convierten en cuatro cápsulas indehiscentes monospermas, en las cuales se hallan las semillas adheridas contra la base del estilo. Las hojas comunmente opuestas, y alguna vez verticiladas, tienen acanalado el pezon. El tallo es cuadrangular y de ramas opuestas; las raices rectas y profundizantes, y las semillas dicotiledóneas. Los géneros que componen esta familia son muy numerosos, por cuya razon se ha juzgado conveniente separarlas por secciones, distinguiéndolas por caractéres tomados de la flor.

La primera seccion contiene los géneros cuyas especies tienen dos estambres; los principales son los géneros amethysa, ros marinus, salvia, etc. La segunda comprende los géneros de cuatro estambres: esta seccion se ha subdividido en dos grupos, de los cuales el uno está caracterizado por una corola unilabiada; en este grupo se hallan los géneros teucrium, etc.; el otro, cuya corola es bilabiada, contiene los géneros hyssopus, menthe, etc. En algunos géneros, los estambres están reunidos por debajo del labio superior, y tienen un cáliz regular con cinco ó diez dientes: estos son principalmente los géneros lavandula, lamium, betonica, marubium, isanthus, etc.: otros tienen un cáliz bilabiado: tales son los géneros thymus origanum, melisa, etc.: por último, los hay tambien que tienen estambres declinados, como en el género

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