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Sigue un poeta cristiano, el superior á todos en esta época, Aurelio Prudencio (2), que nació en 348 y escribió sobre el alma humana contra las sectas heréticas y contra Symmaco, uno de los mas ardientes propagadores del paganismo. Autor tambien de poemas líricos y elegiacos, no le faltaban ni gracia, ni fuerza; pero se acordó demasiado de los poetas paganos, y quedó comunmente inferior á ellos al imitarlos. San Paulino de Nola, que nació en 353 en Gaula, fué discípulo de Ausonio, escribió 58 poemas, cuya mayor parte son cristianos, y fué el primer poeta despues de Prudencio.

mente graciosos, mas á menudo desprovistos | traducidasó imitadas de Babrio. Otro poeta dide la finura y precision necesarias en el estilo dáctico, Severo Santo (4), que vivió bajo Teodognómico, atribuidos à Dionisio Caton (4), que sio, escribió sobre la muerte de los bueyes, verse cree vivió en tiempo de los Antoninos, am- sos en que se halla con sorpresa un elogio del bos pueden agregarse al precedente poema por cristianismo. la brevedad, medianía y oscuridad, que oculta su origen. Un contemporáneo de Septimio Severo, Serenus Sammónicus (2), esclarecido médico y bibliófilo, ha dejado un poema oscuro sobre las enfermedades y sus remedios, que no es mas que una continuacion de recetas versificadas. Un cartaginés nemesiano (3) que vivió en 284, escribió tres poemas, cuyos cantos eran la caza, la pesca y el arte náutico. Las Cynegélicas solamente, lo que se refiere a la caza, es cuanto nos ha quedado, con dos fragmentos de las otras dos. Aun se atribuyen otros poemas menores al mismo autor, pero sin certeza. Calpurnio, que sin duda fué secretario del emperador Caro, escribió églogas y bucólicas, algunas de las cuales son atribuidas á Nemesiano. Virgilio y Teócrito, han sido los príncipales modelos que han servido para estas composiciones bastardas, frias y elegantes, aunque desprovistas de originalidad.

Ausonio (4), natural de Bordeaux, en 309, fué profesor de elocuencia, preceptor del emperador Graciano, conde, cuestor, prefecto del pretorio, cónsul y procónsul; ha escrito en verso epigramas, una efemèride, parentalias, epitafios, un poema sobre los doce Césares, una especie de comedia ó Ludus septem Sapientum, idilios y una descripcion del Mosela. Estas poesías, que son mas bien de un polígrafo que de un poeta inspirado, contienen ingenio y ciencia, pero descubren poco gusto. Festo Avieno (5), que murió antes del quinto siglo, fué poeta geográfico y didáctico. Una Descripcion del mundo, copia de Dionisio de Charan, un poema titulado Ora maritima, elegías, epistolas, y tal vez un resumen de la Iliada, componen los títulos mas numerosos que célebres de las obras de este poeta, que no debe confundirse con el fabulista contemporáneo Aviano (6), autor de cuarenta y dos fábulas

(1) Dionysii Catonis Disticha de Maribus ad fil.; recens., var. lecit. alia opuscula indicemque adj. J. M. Bernhold, Schweinfurti, 1784, in 8.o

(2) Q. Sereni Sammonicí, De medicina precapta saluberrima, Text. rec., lectionis varietatem, notas interpretum selectiores suasque adj. J. Chr. G. Ackermann, Lipsiæ, 1786, en 8.0

(3) M. Aurelii Olimpii Nemesiani, Eclogo IV, et T. Calpurnii Siculi Ecloga VII ad Nemesianum Carthag. cum notis sel. Titii, Martelli Ulitii et P. Burmanni integris, cur. J. P. Schmid, Mitav. 1774, en 8. (4) Dec. Ausonnii Magni, Opera, ad optimas edit. collata. Præmittitur notitia litteraria, studio Societ. Bipontine. Biponti, 1785, en 8°

(5) Rufi Festi Avieni. Descriptio, orbis terræ, cum conjecturis monnullis Clar. Schræderi nunc primum editis ac textui subjectis. Acc. Nic. Heinsii, Casp. Barthii, Cl. Salmasii aliorumque adnotat, in Avienum impensis et curis H. Frie semanni, qui hic illic sua addidit, Amstelodami, 1786, en 8.-Véase Wernsdorf, Poetæ latini minores, t. V.

(6) Flavii Aviani, Fabule; ed Cannegiete, Amstelodami, 1731, en 8.-Fabula. Car. Lachmannus recensuit et emendavit, Berolini, 1845, en 8.°

El quinto siglo se inaugura con el nombre de Claudiano (3). Unido sobre todo á Estilicon, ministro de Honorio, y colmado de honores, ejercitó este poeta todos los géneros, desde la epopeya hasta la sátira, desde el rapto de Proserpina, v. gr. hasta sus invectivas contra Rufino y Eutropio: fué pintor algo de mas complaciente para con sus protectores, escritor de dudoso gusto, pero de un talento que se eleva algunas veces. Rutilio Numanciano (4) escribió con mas sensibilidad y no menos elegancia un poema de viage: Itinerarium, seu de reditu, el cual no nos ha quedado completo. Sidonio Apolinar (5), que fué un sacerdote cristiano, publicó 24 poemas, en que predomina el gusto del panegirico, y que se hallan mezclados con rasgos y pasages mas llenos de ambicion que verdaderamente bellos. Final mente, ciérrase este siglo con el nombre de Alcimo Ecdicio Avito (6), arzobispo de Viena en el Delfinado, y el cual, en un poema en cinco cantos, de Mosaicæ historiæ gestis, atestigua un conocimiento bastante feliz de los modelos de la antigüedad.

Entre otros poetas menores del siglo VI vemos á Prisciano de Cesarea (7), contemporá neo de los emperadores Cenon, Anastasio, y

(1) Véase Wernsdorf, Poeta Latini min., t. II.

(2) Aurelii Clementis Prudentii Opera, cum notis ed. Heinsius; Francofurti ad. M. 1701, en 8.°-Carmina. Recens. et explicavit Theod. Obbarius, Tubingæ, 1845, en 8.

(3) Claud. Claudiani, Quæ exstant, varietate lectionis et perpetua adnotatione iliustrata a J. M. Gessnero, Lipsia, 1759, 2 vol. en 8."

(4) Claud. Rutillii Numatiani Galli Itinerarium, sive de Reditu quæ supersunt, ed J. S. Gruber., Norimberg, 1804, en 8.-De reditu. Recens. et illustr. A. G. Zumptius, Berolini, 1840, en 4.o

(5) C. Solii Apollinaris Sidonii, Opera, cum notis Jac. Sirmondi, ed Ph. Labbe, Parisiis, 1652, en 8.o (6) S. Aviti, archiep. Viennensis Opera, cura et studio Jac. Sirmondi; edita Parisiis, 1643, en 8.*

(7) Prisciani Cæsariensis, Opera. Ad Vetustiss. codd. nunc primum collatorum fidem recens., emaculavit, lect. varietate notavit et ind. adjecit A. Krehl, Lipsiæ, 1819-1820, 2 vol. en 8.0-De Laude imp. Anastasii et de Ponderibus et Mensuris Carmina; alterum nunc primum, alterum plenius ed. et illustr. Endlicher; Vindobonæ, 1823, en 8.o

Juliano, y profesor de gramática, asi como á | cial de Floro en un libro De regnorum et temtodos los poetas de esta época, escribir como porum successione, y en su historia De Rebus Avieno una Descripcion del universo, un poe- Geticis compendiador estéril de la de Cassioma sobre los pesos y medidas y un Elogio de doro (1), Historia de los godos. Este hombre, Anastasio, piezas bastante medianas, en que sabio honrado por la confianza de Teodorico, la ciencia técnica ocupa mas lugar que el es- nos ha dejado rescriptos y ordenanzas redactilo, y que parecen, esceptuando, no obstante, tadas en nombre de los reyes ostrogodos, bajo la última, haber sido compuestas por los dis- el título de Variarum, libri XII, y una Crócípulos del poeta. Eucheria (1), aunque mu-nica de los sucesos, que han llenado el mundo ger, es autora de un poema de 32 versos muy desde su origen hasta 520: obras curiosas las infames contra un esclavo demasiado audaz. de este autor por la ciencia, el órden y la noFortunato (2), poeta cristiano, tuvo los mis- vedad de las instrucciones; finalmente, Sulpimos defectos que todos los poetas cortesanos cio Severo (2), autor de una Historia sagrada, de su tiempo. Fué en sus versos cortesano y cuyo estilo, de una notable pureza, le ha mepagano, pues obtuvo en ellos lugar por demas recido el nombre de Salustio cristiano. el mal gusto. Santa Rodegunda de Poitiers, en cuya compañía vivió luengo tiempo, le dió una educación superior á la mediocridad de su capacidad.

En la elocuencia, despues de Cornelio Frontino (3), que consignó algunos preceptos en su libro De differentiis vocabulorum, se distingue Apuleyo (4), el cual respondió á una acuEn la prosa cuenta la historia con una com- sacion de magia con una Apología llena de pilacion hecha sin talento, la cual bajo el epí-animacion y sátiras finas, publicando al prografe de Victoria Augusta (3), trata de la vida pio tiempo la Florida, declamacion retórica de los emperadores Adriano, Antonino Pio, eminente. Los panegiricos se habian hecho de Marco Aurelio, y de los que le siguieron hasta moda desde Plínio el jóven, lo cual descendia Carino. Seis compiladores, el mas veridico de de una desgraciada necesidad en la literatura; los cuales es Vopisco, dejaron sus nombres á el número de prosistas y poetas que se consaestas biografias, que quedan muy inferiores graron á este género parcial é indigno de un á las que habia compuesto Suetonio sobre los gran escritor, creció considerablemente en esprimeros emperadores romanos. Sexto Aurelio te período (5). Entre ellos el poeta EnnóniVictor (4), autor del tratado De viris illustri-co (6) pronunció en 508 el fastuoso elogio de bus Roma y de una Vida de los Césares, desde Octavio hasta Constancio, es un abreviador conciso y fácil, de mas útil lectura que Eutropio (5), contemporáneo suyo sin duda, autor tambien de un Breviarium historia ro-y manc, que llega hasta la muerte de Joviano. Finalmente, Amiano Marcelino (6), de nacion griego, que habia servido en los ejércitos romanos hasta el tiempo de Valentiniano II, com-J. puso una historia, que alcanza hasta 578 de Jesucristo, bajo este titulo: Rerum gestarum, libri XXXI, cuyos trece primeros libros nos faltan, y en que la imparcialidad y la exactitud no necesitarían mas que manifestarse bajo de una forma mas elegante y menos hinchada. Despues de estos historiadores debemos limi-lii tarnos á citar á Jornandes (7), abreviador par

(1) Véase Meyer: Anthologi veterum lat, epigr. (2) Venantii Honorii Clementiani Fortunati: Opera poetica, Maguntie, 1630, en 4.°

Teodorico, como Ausonio el del emperador Graciano en un panegírico demasiado artificioso para ser laudable.

Entre los epistolares, despues de Frontino Marco Aurelio, cuyas Cartas se han hallado

(4) Magai Aurelii Cassiodori, Opera omnia, in duos tomos distributa. Ad fidem mss. codd. emend. Garetii, Rothomagi, 1679, en fol. et auct. notis et observatt. illustr. cum indice; opera

(2) Sulpicii Severi, Opera, ed. Hieronymo de Prato, Veronæ, 1741-1754, 2 vol. en 4.°

primum editæ. Meliorem in ordinem digestas suisque (3) M. Cornelii Frontonis, Reliquiæ ab Ang. Maio et Ph. Buttmanni, L. F. Heidorfii ac selectis Ang. Maii animadversionibus instructas, iterum ed. Bened, G. Niebuhr. Acc. liber De differentiis vocabulo

rum, et ab eodem Ang. Maio primum edita Q. AureSymmachi VIII Orat. fragmenta. Berolini, 1816, en 8.-M. Cornelii Frontonis: Opera inedita, cum epistolis item ined. Antonini Pii, M. Aurelii, L. Veri, etc. Celiæ, 1832, en 8.°

(4) Luc. Apuleii Madaurensis, Opera, vol. I, cont. Metamorphoseon, libri XI, cum notis; ed. Dav. Rubnkenius; Lugd. Batav., 1786, en 4.°-Vol. 11, cont. Florida et Opera philosophica. Acc. Apologia et fragmenta; ed. J. Bosscha-Vol. III, cont. apparat. crit. et exeget.; ibid., 1823, en 4.o—Opera. Rec., notas Oudendorpii integras ac ceterorum excerptas ad., perpetuo comment. illustravit G. F. Hildebrand, Lip

(3) Scriptores Historia Augustæ VI: El Spartianus Jul. Capitolinus, Æl. Lampridius, Vulc. Gallicanus, Trebell. Pollio, Flav. Vopiscus, cum præf. J. L. E. Puttmann; ed. J. P. Schmidt Lipsia, 1774, en 8.° (4) Sexti Aurelii Victoris: Historia romana, ex recens, et cum animadv. crit. atque hist. J. Fr. Gru-siæ, 1842, 2 vol. in 8.o neri, Coburgæ, 1754, en 8.9-Quæ vulgo habentur (5) Panegyrici veteres; ed. W. Jæger; Norimberscripta historica; ed. Frid. Schroeter, Lipsia, 1829-ga, 1779, 2 vol. en 8.-Esta coleccion contiene doce 4831, 2 vol. en 8.o panegiricos, á saber: tres de Claudius Mamertinus, cuatro de Eumenius, uno de Mazarius, uno de Latinus Pacatus Drepanius, uno de Flavius Crescenius Corippus y dos de otros desconocidos. Todos estos autores, escepto el último, eran galos: sus discursos, sobre todo los de Eumenio, son documentos preciosos para la historia de nuestro país.

(5) Flavii Eutropii, Breviarium Historiæ Romana; ed. C. H. Tzschucke, Lipsiæ, 1796, en 8." (6) Ammiani Marcellini, Quæ supersunt; ed. J. A. Wagner. et Erfurdt, Lipsia, 1808, 3 vol. in 8."

(7) Jornandes, episcopus Ravennus: De Getarum sive Gothorum origine et rebus gestis. Access. et ejusdem De regnorum et lemporum succesione, omnia ex recognitione et cum notis Bon. Vulcanii Brugensis, Lug. Bat., 4897, en 12.o

(6) Magni Felicis Ennodii, Panegyricus Theodorico, regi Ostrogothorum, dictus. Ed. C. Fr. Manso; Vratilaviæ, 1822, en 4.o

recientemente, debe hacer mencion de Sim- escritos son mas interesantes bajo el aspecto maco (1), famoso prefecto de Roma, que luchó eclesiástico y teológico que como monumentos en vano, con su elocuencia y conviccion en literarios; Arnobio (1), autor de una obra conpro del restablecimiento del altar de la Victo- tra los paganos, al cual se inculpa una esceria y de los ritos paganos. Sus Cartas, publi- siva afectacion de elegancia; Lactancio (2), cucadas en diez libros, contienen curiosas ins- yes Instituciones divinas son miradas con ratrucciones sobre el movimiento de los espíri-zon como uno de los monumentos mas notatus por entonces, y sobre las pasiones paga-bles de la antigüedad cristiana; San Hilario (3), nas, interesadas en combatir la invasion de obispo de Poitiers, que se hizo notar por las ideas cristianas. su talento para la controversia; San Ambrosio (4), obispo de Milan, y finalmente, San Gerónimo (5), padre de la crítica y erudicion cristianas.

Habíase introducido tambien en las mate

Entre los romanceros, Apuleyo, ya citado, escribió su famosa Metamorfosis del asno de oro, en la cual se ha creido hallar algunos de los misterios de la alquimia, y que no es mas que el cuadro alegórico de los desórdenes mo-máticas Boecio, y despues de sus obras en esrales y de las supersticiones de su época. Los te género, se citan las de Julio Firmico Materamores de Psyché, episodio el mas encantador no (6), mas curiosas por los estraños caprichos de este libro, es un modelo de gracia y de una que encierran, que por las discusiones de la naturaleza esquisita, sin que le falte mas que ciencia pura. Frontino (7), que mandó bajo la naturalidad del estilo. Semejante escritor, Domiciano los ejércitos romanos en Bretaña, y imbuido él mismo de todas las creencias, de estuvo encargado bajo Neron de la inspeccion todas las supersticiones de su siglo, debia pre- de los acueductos de Roma, nos ha dejado una sentarlas hasta en sus obras filosóficas. Se las descripcion de los mismos, escrita sin preencuentra efectivamente en su Liber de Mun- tensiones, y sin embargo, preciosa por las nudo, en su disertacion del Dios de Sócrates, en merosas instrucciones arqueológicas que consus ensayos de imitacion é introduccion de los tiene. Sus estratagemas, que suelen colocarse libros de Platon. entre los escritos militares, no son sino un La filosofía, destinada á sostener no vanas repertorio ó reunion de anécdotas, en que quimeras, sino el cristianismo puramente, ha- prueba á menudo su escasa critica. Un tratalló sus mas sabios intérpretes en San Agus-do de arte militar, mucho mas importante es tin (2), obispo de Hipona, que nació en 354, el que Vegecio (8) dedicó á Valentiniano II ó autor de la Ciudad de Dios y de las Confesio-á Teodosio. Es la obra mas interesante de su nes, y en Boecio (3), consejero de Teodorico, que escribió en la cárcel su admirable libro, el Consuelo de la filosofia, sentida y elevada protesta contra las persecuciones, tal vez injustas, cuyo objeto era el autor por entonces. Habia hallado la religion cristiana en el número de sus primeros y mas elocuentes defensores, el talento algo áspero, si bien vehemente y fuerte de Tertuliano (4); la elegancia pura y de buen gusto de Minucio Felix (5). Despues de estos dos escritores, que señalan de un modo brillante los primeros pasos de los cristianos en la carrera de las letras latinas, debe mencionarse á San Cipriano (6), cuyos

(1) Q. Aurelii Symmachi, Epistolarum, libri X. cum Ambrosii nonnulis, Lugduni Batav., 1653, en 12° -Octo orationum ineditarum putes. Invenit notis que declaravit Ang. Maius. Acc. additamenta quædam, Francof ad M., 1816, en 8.o

(2) S. Aurelii Augustini, Opera, emendata, studio monachorum ordinis Sancti-Benedicti (F. Delfau; T. Blampin, P. Coutant et C. Guesnie) publicata, Parisiis, 1679-1701, 8 vol, en fol.

(3) Anicii Manlii Torquati Severini Bothii, D consolutione philosophiæ, libri V, cum præfat. P. Bertii, Lipsia, 1753, en 8°-De Conso at one philosophic, libri V, optimor. libr. mss. nundum collatorum fidem recens. et prolegomenis instruxit Theod. Obbarius, Jenæ, 1843, en 8.o

(4) Q. Septimii Florentis Tertulianis, Opera, ed. Semlier, Halæ, 1770-1773, 6 vol. en 8."

(5) M. Minucii Felicis, Octavius, cum observ. Rigaltii; rec. J. Davisius, Cantabriyæ, 1707, en 12.°

(6) S. Cypriani, Opera ex recognitione Steph. BaJussi, cum præfatione et vita Cyprian. (per Prud. Maran, Benedictinum) Parisiis, 1782, en fol.

género, y la mas completa que alcanzamos de la antigüedad. La medicina valió á la escuela de Salerno, dirigida por los monges del Monte Casino, una celebridad que no se ha borrado. La economia agricola halló en Palladio (9) un interprete, que, para su libro De Re rústica tomó mucho al de Columela. Como quiera, es mas completo que su modelo, pero

(1) Arnobii: Disputationum adversus gentes, libri IV. Rec. et notis illustravit J. C. Ore.fi, Lipsiæ, 1816-1817. 2 vol. en 8. cum supplem. Editio novissima, cui manum primam adhibuid J. B. (2) L. Cæcilii Lactantii Firmiani, Opera Omnit, Lebrum, Rothomagensis, extreman imposui N. Lenglet du Fresnoy, Parisiis, 1748, 2 vol. en 4.

(3) S. Hilarii, Opera, ed. Constant, Parisiis., 1693, en fol.

(4) S. Ambrosii, Opera, ex recognitione monachorum ordinis Sancti Benedicti (J. du Frische et N. Le Nourri), Parisis, 1688–1690, 2 vol. en fol.

(5) S. Hieronymi, Opera, ad vetustissimas codd. mss. nec non. ad editt. Vett. emendata, studio et labore monachorum S. Benedicti (J. Martiany et Art. Pouget, Parisiis, 4693-1706, 5 vol. en fol.

(6) Julii Firmici Materni, Astronomicon, libri VII, Basile, 1533, en fol.

(7) Sexti Julii Frontini, Opera, ad optim. editt. collat.; Biponti, 1788, en 8.°-De aquæductibus Urbis Romæ commentarius, adspersis J. Poteni aliorumque notis una cum suis editus a G. C. Adler, Altonæ, 1792, en 8."-Strategematicon, libri IV, eur. Oudendorpio. Ed. II, auctior et emendatior, Lugduni Batav, 4779, en 8.°

(8) Flavi Vegetii Renati, Institutionum rei militaris, libri V, ex recen. Stewebelli, cum integris ejusd. et selectis G. Stewechii, P. Scriverii, Fr. Oudendorpii et Besselii notis, Argentorati, 1806, en 8.* (9) Véase Schneider, Scriptores rei rustica.

C

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LATINA-LATITUD

está estropeado por su estilo jactancioso, sembrado de incorrecciones y palabras nuevas.

Lo que constituye la gloria de esta época, lo que principalmente la caracteriza en medio de la decadencia de los géneros mas literarios, han sido los estudios de geografía, y especialmente de derecho. Entre los primeros los itinerarios de todo género, la cosmografía, bajo todas sus formas, y los escritores Solino Publio Victor (1), y Vibio Secuester (2), se hicieron fácilmente populares. En los últimos, las obras mas estensas, los mas sérios trabajos, al paso que los mas profundos, se intentaron y quedaron como producto de una esperiencia consumada, asi como código de la razon misma.

Adriano fué quien tuvo primeramente la iniciativa en la revolucion habida en el derecho romano, como promotor del Edicto perpétuo, que sustituia una marcha uniforme de procedimiento á los edictos anuales que anteriormente pronunciaban los pretores; Salvio Juliano fué su redactor. Bajo Septimio-Severo floreció Ulpiano, célebre por su desgraciado fin y numerosos trabajos sobre derecho, de que solo hemos conocido una corta parte. Valentiniano III hizo decidir en el senado cuáles habian de ser los rescriptos de los principes y los jurisconsultos, cuyas luces y rectitud habian de constituir autoridad en materias judiciales. El código Teodosiano, recopilacion de las constituciones de los principes, trabajado por ocho jurisconsultos, se siguió muy luego. El derecho civil, el público, el eclesiástico, todo ocupa alli su lugar. Por desgracia no nos ha llegado completo.

critos de Nonio Marcelo (1), autor del libro De
proprietate sermonum; de Festo (2), de Dona-
io (3) y de Macrobio (4), contemporáneo este
último de Teodosio el Jóven, y que escribió
unas Saturnales, compilacion en forma de diá-
logo de mesa, y tambien un Comentario al
sueño de Escipion, obra cuya conservacion es
debida á él mismo, y Estudios sobre la dife-
rencia de las palabras griegas y latinas. Ser-
vio (5), Diomedes, Prisciano Carisio, Isidoro de
Sevilla (6) cierran esta lista de gramáticos co-
mentaristas, que suceden siempre á las litera-
turas en su fenecimiento, como para criticarlas,
escritores de esta época, que vió perecer todo
analizarlas y sepultarlas. Tales son los últimos
á su vista, á escepcion de los estudios positi-
vos y de la ciencia del derecho.

LATINO. (Marina.) Aplícase esta denomi-
nacion al buque y al aparejo que lleva velas
triangulares envergadas en entenas, y en ge-
neral á esta clase ó figura de velas.

LATITUD. (Marina, Astronomía.) El arco del círculo de longitud comprendido entre el centro de un planeta y la ecliptica. En término de geografía o pilotage, la latitud de un lugar es el arco del meridiano comprendido entre este lugar y el ecuador terrestre. Es igual á la altura del polo elevado sobre el horizonte, y se denomina Norte ó Sur, ó boreal ó austral, segun el hemisferio en que se cuenta. A veces se significa con la voz altura de polo, ó simplemente altura, como equivalente; en lo antiguo se decia tambien altitud, y es uno de meridiana del sol provee un medio bien simple los cuatro términos de navegación. La altura Justiniano hizo aun mas; revisando de ór-para determinar la latitud, combinando esta den suya su canciller Triboniano, los trabajos altura con la declinacion del astro. La obserde sus antecesores, las Novelas, las Institu- vacion de esta misma altura se obtiene en la ciones de Gayo, las Sentencias de Paulo, los mar fácilmente por medio de un octante, y sirLibros de Papiniano, formó un cuerpo comple-ve ademas para arreglar los relojes de la emLatitud de estima ó estimada, es la que se to de derecho, de que resultaron las Pandec- barcacion. tas (el Digesto), a las cuales se añadieron los elementos de todo el derecho romano bajo el título de Instituciones de Justiniano.

(1) Nonius Marcellus, De proprielale sermonis. Finalmente, los compiladores y gramáticos debian encontrar naturalmente lugar y favor Additus est Fulgentius Plantiades, De prisco sermojunto á estos emperadores de espíritu positivis-ne. Ex rec. et cum not. Jos. Merceri. ad ed. parinotitia literaria, Lipsia, 1825, en 8."-De compendiota, y de gustos sérios y enciclopédicos. Des- siens. anni 1614 quam fidelissim, repræsentat. Acc. pues de Sulpicio Apolinar, profesor de gramá-sa doctrina per leltras ad filium; et Fab. Planciadis tica, del cual nada conservamos, debe citarse Fulgentii Expositio sermonum antiquorum. Ad fid. cesque adjecerunt F. D. Gerlach et C. L. Roth., Bauno de sus discípulos, Aulo-Gelio (3), autor de vett. codd ediderunt et apparatum criticum indilas Noches Aticas, obra que contiene estractos sileæ, 1842, en 8." de todas clases llenos de instruccion para los modernos. Puede decirse otro tanto de los es

(1) Publii Victoris, De regionibus urbis Romæ, inter Scrip. historia romana latin vell., in unum redact. corp. a B. C. Haurisio, Heidelbergæ, 1743– 1748, 3 vol. en fol.

(2) Vibius Sequester, De fluminibus, fontibus, lacubus, nemoribus, paludibus, montibus, gentibus, quorum apud poetas mentio fit. Lect. var. et integr. docl. commentatt. adj. et. suas J. J. Oberlinus. Argentorati, 1778, en 8.0

(3) Auli Gellii, Noctium Allicorum libri XX, ed. Alb. Lyon, Gottinga, 1824, 2 vol. en 8.o

(2) Sexti Pompeii Festi De verborum significatione qua supersunt, cum Pauli Epitome; emend. et annot. a C. Od Mueller, Lipsiæ, 1839, en 4."

(3) Vease Fr. Lindemann. Corpus grammaticorum latinorum (Lipsiæ, 1831-4840, 4 vol. en 4.o) t. I. (4) Ambrosii Aurelii Theodosii Macrobii Opera; ed. Zuenius, Lipsia, 1774, en 8.o

(5) Commentarii in Virgilium Serviani, sive comentarii in Virgilium, qui Mauro Servio Honorato tribuuntur; ed. 11. Alb. Lion, Gottinga, 1826, 2 vol. en 8.0

(6) Isidori Hispalensis Opera omnia, denuo cor1797-1803, 7 vol. en 4.° recta et aucta recensente Faustino Arevalo, Romæ,

Por Diomede y Charisius, Véase Lindemann, repertorio citado, t. IV.

deduce inmediatamente de la cuenta ó cálculo de la estima.

Latitud observada: la obtenida por la observacion de los astros. Cuando tiene diferencias con la de estima, y esta queda enmendada con la correccion de dichas diferencias, se denomina tambien latitud corregida.

Latitud marcada ó de marcacion: la que resulta de marcaciones hechas á puntos de la

costa.

Latitud salida: la del punto de donde el buque ha partido al principiar su navegacion, ó la de aquel en que se comienza una nueva cuenta de estima.

Latitud llegada: la del punto á que ha llegado una embarcacion al concluirse una SINGLADURA (véase esta palabra), ó al cerrar la cuenta de estima para saber la situacion en el momento que conviene conocerla.

Altas latitudes: aquellas que mas se aproximan al polo que al ecuador, ó pasan de 45° 6 la mitad del cuadrante, y por lo tanto se de nominan bajas latitudes las mas inmediatas al ecuador, ó que bajan de la mitad del cuadrante, y aun del tercio.

Ascender, subir, montar ó remontar, elevarse, ganar, crecer y aumentar en latitud: es navegar ó avanzar en distancia desde el ecuador hacia los polos, lo que tambien espresan las frases de ganar al Norte ó al Sur en

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ocupan; pero en alta mar se ven precisados á acudir á los astros para conocer exactamente la longitud y latitud.

Para obtener la latitud en el mar se emplean tres métodos diferentes:

1. Se observa la altura del sol sobre el horizonte, cuando este astro se balla en el meridiano del lugar de observacion, es decir, al medio dia verdadero. Para conocer el instante de paso por el meridiano, basta observar continuamente la altura del sol, cuando los cronómetros marcan la aproximacion del medio dia. Despues de haber visto crecer el ángulo, llega un momento en que disminuye y entonces queda terminada la operacion: la altura mayor observada es la que sirve para el cálculo de la latitud.

2.0 Cuando algun obstáculo, tal como una nube impide observar el sol en el momento de su paso por el meridiano, los marinos toman su altura sobre el horizonte varias veces antes 6 despues de su paso, procurando anotar la hora precisa de la observacion por medio de un buen cronómetro.

3. Dos observaciones de la altura del sol sobre el horizonte, separadas por un intervalo medido con el cronómetro, bastan para el cálculo de la latitud. Son, sin embargo, distintos los cálculos, seguo sea grande o pequeño el espacio trascurrido entre ambas observacio

nes.

El primero de estos tres métodos es el mas fácil y exacto, y no se recurre al segundo sino cuando no puede hacerse otra cosa. Tambien es bastante complicado el cálculo por el tercer método, por lo cual solo se usa en circunstancias urgentes.

Pueden tambien los marinos determinar la latitud ó bien por las alturas lunares, ó bien por las alturas simultáneas de dos astros; pero van estas operaciones acompañadas de tantas dificultades que ya se usan muy poco. Es raro, en efecto, que el horizonte del mar esté bastante alumbrado por la noche para que se obtenga la altura de los astros con la exactitud suficiente. Cuando de dia se ve el disco lunar, entonces en general es posible hacer observaciones sobre el sol, las cuales son prefe

Antiguamente los navegantes tomaban siempre como primer meridiano el que pasa por la isla de Hierro, la mas occidental de las Canarias. En el dia, los ingleses cuentan las longi-ribles. tudes desde el meridiano de Greenwich, los franceses desde el de Paris, los españoles desde el de Madrid, etc. La reduccion de todas estas longitudes á un mismo meridiano es muy fácil cuando es conocida la diferencia de los dos meridianos que han servido de punto de partida.

La posicion de cualquiera punto del globo se conoce perfectamente, cuando son sabidas su longitud y latitud. Asi es que cuando los navegantes quieren conocer su posicion en el mar, tienen que calcular ambas ordenadas. A la vista de la costa y con buenas cartas, los marinos toman puntos con la brújula sobre la playa, y asi determinan fácilmente la posicion que

El sol, en su movimiento aparente alrededor de la tierra, pasa momentáneamente por todos los meridianos, y marca en ellos el medio dia, de lo cual resulta que la diferencia de tiempo entre el medio dia de dos puntos situados en meridianos distintos, representa tambien la diferencia de las longitudes, convirtiendo cada hora de tiempo en 15.°

Para haller longitud de un punto, basta, pues, medir la diferencia en tiempo de dos meridianos que pasen uno por el lugar de observacion y otro por un parage cuya longitud es conocida. Los marinos lo consiguen de dos maneras:

4. Con la traslacion directa del tiempo,

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