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por escrito en la oficina de sanidad su informe | ventilacion en piezas separadas y dispuestas al sobre el estado del enfermo. Sin perjuicio de efecto bajo la vigilancia de los guardas. esto la administracion enviará de cuando en cuando á su propio médico para que se entere de la naturaleza de la enfermedad.

»Art. 84. A las personas cuyo estado de pobreza sea notorio á la autoridad sanitaria, no solo se las admitirá, sino que tambien se las alimentará y tratará gratuitamente en los lazaretos.

»Art. 85. En cada lazareto habrá un arancel establecido por la autoridad y revisado cada tres meses, tasándose los víveres al precio mas moderado posible.

»Art. 86. Los muebles y los efectos de primera necesidad para uso de los cuarentenarios, serán proporcionados gratis por la administracion inmediatamente despues de entrados en el lazareto.

»Art. 87. Las visitas sanitarias del médico serán gratuitas. Los cuarentenarios pagarán tan solo la asistencia independiente del servicio sanitario.

»Art. 88. Ademas de estas reglas generales, la autoridad sanitaria estará obligada á adoptar, sin dejar de atenderá la preservacion de la salud pública, por medio de reglamentos especiales y segun las diferentes localidades, todas cuantas medidas sean convenientes para asegurar del mejor modo posible la comodidad de los cuarentenarios.

»Art. 89. Las mercancías se depositarán en almacenes espaciosos y perfectamente secos, sometiéndolas en ellos à la libre circulacion del aire, y removiéndolas de cuando en euando.

»Se abrirán los fardos y bultos, á fin de que penetre en ellos el aire.

>>Esta aireacion será contínua durante toda la cuarentena.

»Art. 90. Las mercancías que correspondan á cuarentenas diferentes estarán separadas unas de otras, y depositadas, si es posible, en distintos almacenes.

»Art. 94. Las pieles, los cueros, el pelo y pelote, los trapos y papel viejos, los restos de animales, las lanas y materias de seda, serán colocadas en sitios apartados de los cuartos que ocupan los cuarentenarios, como igualmente de las habitaciones de los empleados.

>>En caso de infeccion notoria, de suciedad ó de alteracion, se podrá en general someter dichas materias y mercancías a los medios de purificacion y espurgo que la autoridad sanitaria juzgue necesarios.

»Art. 92. Las sustancias animales y vegetales en putrefaccion no serán nunca recibidas en los lazaretos, sino que se quemarán ó arrojarán al mar conforme á las disposiciones del artículo 64 del presente reglamento.

»Art. 93. Habrá en cada lazareto almacenes para depositar las mercancías espurgadas. »Art. 94. Los equipages de los viageros se espondrán, 'durante toda la cuarentena, á la

»La autoridad sanitaria vigilará para que en ningun caso se prescinda de esta operacion. »Art. 95. La ropa de porte, la blanca y todo lo que haya servido á las personas fallecidas ó atacadas de peste, quedarán sujetas á espurgos mas severos, á las fumigaciones de cloro, á la inmersion en agua de mar, y á la accion del calor segun las circunstancias y la naturaleza de los objetos. Lo mismo se hará en caso de cualquiera otra enfermedad contagiosa.

»Art. 96. Se purificarán las cartas y los pliegos de modo que no se altere el escrito. »Art. 97. Esta operacion se verificará delante del director del lazareto.

>> Art. 98. Se reserva á los cónsules ó representantes de las potencias estrangeras el derecho de asistir á la apertura y espurgo de las cartas y despachos que vayan dirigidos á ellos, ó á sus nacionales.

>> Igual derecho se concede á la administracion de correos,»

Bajo estas bases generales debe formularse ahora el reglamento particular y de gobierno interior de cada lazareto.

LAZARISTAS.(Historia.) Los cruzados habian formado en Palestina á principios del siglo XII, una órden religiosa militar bajo la adVocacion de San Lázaro para asistir á los enfermos de lepra, que hacia entonces terribles estragos en Oriente y Occidente. Obligados á dejar la Tierra Santa estos religiosos, fueron acogidos por Luis VII, que los dió cerca de Paris una casa, que convirtieron en hospital ó enfermeria de leprosos. No fué este el único hospital, pues la cristiandad contaba á la sazon hasta 49,000, y mas adelante la tierra de Boignyles-Orleans llegó á ser capital de la órden. Despues de la desaparicion de la lepra, el lazareto de Paris se trasformó en hospital, y entonces fué cuando la encomienda de Boigny se separó para ser una órden puramente civii y abandonó enteramente el cuidado de los enfermos. La casa de San Lázaro continuó siendo administrada por los religiosos, que siguieron sometidos á los primeros estatutos de la órden en todo aquello que la diferencia de los tiempos no habia modificado. Ocho canónigos regulares representaban las ocho encomiendas eclesiásticas. Pero habiéndose acrecentado las riquezas de la comunidad con los bienes de los enfermos, que adquirian por derecho despues de la muerte de aquellos, sc introdujo poco á poco la relajacion de las reglas, en términos que el prior Adrian el Bueno se retiró, cediendo la casa de San Lázaro á San Vicente de Paul, que estableció en ella á los sacerdotes de la mision, de que acababa de fundar una cofradía. Asi desapareció lo que tenia de monástica la órden de San Lázaro, cuya verdadera mision se habia cumplido en su tiempo, y á la que reemplazaban entonces á la cabecera de los en

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fermos las hermanas de la Caridad. Los nuevos habitantes de la casa de San Lázaro tomaron el nombre de lazaristas, y han permanecido encargados de velar por la conservacion de todas las fundaciones de San Vicente de Paul. No forman ya una órden monástica, sino solamente una congregacion semejante á lade los eudistas y sacerdotes de San Sulpicio. Con el nombre de misioneros recorren los paises estraños todavia al cristianismo, para llevar á ellos su alta civilizacion religiosa y revelar á aquellos pueblos, todavia asentados en las tinieblas, como dice la Escritura, las maravillas y los misterios de la fé.

cicatrizar sus heridas y buscar un alivio á sus males. ¡Pero, triste patrimonio de las cosas de este mundo! Aquel asilo de virtud se ha trasformado en morada del vicio: á los piadosos cánticos de los hijos de Vicente de Paul han sucedido las blasfemias de la iniquidad. La casa de los lazaristas encierra la hez del populacho, la zúpia de la sociedad, las mugeres mundanas....

Aquella congregacion no se ilustró, como tantas otras, en la literatura, porque no era este el objeto de su fundador; pensaba que la piedad es preferible á la ciencia; pero en cambio sus compañeros servian útilmente á la Iglesia, Los lazaristas son la gloria del clero fran- haciendo oir desde lo alto del púlpito santas cés, como las hermanas de la Caridad, llamadas predicaciones; la servian sobre todo en los hijas de San Vicente, son el honor de su sexo. seminarios, y las diócesis de Francia, donde la Débese la primera idea de esta institucion á educacion y la direccion de los jóvenes que se Mad. de Gondy, esposa del general de las ga- dedican a la carrera eclesiástica está confiada leras, donde San Francisco de Sales habia he- á sus cuidados, son las que pueden presentar cho que entrase Vicente en calidad de precep- al clero como modelo y admiracion de las detor. La cuna de la órden fué el colegio de mas. Una de las mejores pruebas del bien que los Buenos Niños, donde Vicente comenzó á hacian los lazaristas es el odio que les tuvo aglomerar á su alrededor á ese puñado de san- siempre la impiedad. Ellos fueron los primeros tos sacerdotes que participaban de su celo señalados á los golpes de la revolucion, y su y de sus sentimientos por los pobres; desde general fué una de las primeras victimas. Disalli partian en familia para volar al socorro de persados en el reinado del terror, no abandolos habitantes de los campos. Si se quiere com- naron, sin embargo, el suelo de la Francia; en prender toda la importancia de aquellas santas París y en las provincias circunvecinas tenian misiones, es preciso remontarse á aquellos amigos seguros y fieles, en cuyas casas fueron tiempos feudales en que, gimiendo bajo el yu-á ocultar sus virtudes, esperando tiempos me go de señores duros y altaneros, los pobres jores. Estos tiempos llegaron. Durante el Imsiervos no tenian siquiera la facultad de que-perio pudieron mostrarse de nuevo sin temor, y jarse. ¿Quién, en efecto, los hubiera sooorrido? la Restauracion les permitió reunirse en comu¿Los señores mas poderosos? Pero si todos se ligaban contra el hombre sujeto á la servidumbre y á la miseria. ¿Sus propios pastores? Eran insuficientes ó no tenian poder: la autoridad señorial absorbia hasta el humilde presbiterio. Asi pues ¿cuál no seria su alegria y su felicidad á la llegada de San Vicente y sus compañeros? Eran estos verdaderos padres que les llevaban el pan material con la palabra de vida; eran defensores intrépidos que, armándose de la espada de Dios, lanzaban el anatema sobre los opresores y levantaban á los oprimidos. El número de estos obreros evangélicos, creciendo de dia en dia, fué pronto bastante grande para formar una congregacion que en 1632 aprobó el papa Urbano VIII, asi como las constituciones admirables de su fundador. Al año siguiente para escitar todavía mas y recompensar la abnegacion de los misioneros, los canónigos regulares de San Victor, les cedieron el priorato de San Lázaro, en el arrabal de San Dionisio, que llegó á ser cabeza de la congregacion, y por cuyo motivo se les dió el nombre de lazaristas. Aquel vasto establecimiento se ha visto cambiado sucesivamente bajo su direccion en inmensos graneros de abundancia, donde los pobres de la capital, y aun los de las provincias mas lejanas, hallaron siempre amplio alimento, y una casa de retiro abierta á todos los corazones penitentes que querian

nidad. Merced á diferentes legados piadosos, se proporcionaron el nuevo establecimiento que ocupan en París. Una capilla tan humilde como la persona en cuyo honor ha sido edificada, indica que Vicente de Paul es patrono de ella: está abierta todos los dias à los fieles; pero cuando llegan las solemnidades, cuando la multitud se precipita alli para orar á los pies de los restos de San Vicente, encerrados en un magnífico relicario de plata sobredorada, obra maestra de la platería moderna, ¡oh! entonces el templo es demasiado estrecho, y la multitud se agolpa inútilmente á sus puertas. Los lazaristas celebran en esa capilla el oficio de Semana Santa á la romana, y se ocupan siempre, segun el objeto de su instituto, de misiones y seminarios; en París está su casa matriz, y en ella se instruyen jóvenes alumnos que, despues de recibir las órdenes sagradas, son enviados por el general á los paises lejanos todavía sumidos en la idolatría. Recientemente el gobierno francés ha querido confiarles laadministracion espiritual de la colonia de Argel; si la aceptan, la Iglesia, la Francia y la colonia no tendrán sino motivos de alabanza y de agradecimiento.

LAZZARONI. Asi se llaman en Nápoles los individuos de cierta clase del pueblo, cuya miseria y pereza han sido siempre proverbiales. A fines del siglo último se contaban hasta cua

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LAZZARONI-LECCION

LEALTAD. Es la mas preciosa garantía de todas las relaciones que existen entre los hombres: es la fidelidad una vez comprometida, que produce, respecto de una tercera persona, una certeza y una confianza indestructible. Se descansa, pues, tranquilamente sobre la lealtad del hombre; lo que ella jura ó promete lo ejecutará, á menos que no se interpongan obstáculos insuperables, y aun en este caso no es vencida sino con gran dificultad y á pesar suyo. La lealtad, imprimiendo al hombre una gran fuerza de abnegacion, lo lleva al mas alto grado de elevacion moral.

Si consideramos la lealtad en los negocios de la vida ordinaria, veremos que no podria subsistir mucho tiempo sin ella. Hay en los asuntos privados una multitud de detalles en que todo se hace de buena fé; si para ellos hubiera de exigirse promesas escritas, nunca se terminarian, y asi es que se deja mucho á la palabra del que afirma o promete una cosa.

La importancia de la lealtad se aumenta aun mucho mas en politica; ella es el cimiento que une y enlaza entre si todas las partes del cuerpo social. Cuando sobreviene una crisis es cuando se comprende toda la importancia de la lealtad. Sin ella todo el mundo abandona sus deberes para buscar lo que conviene á sus intereses, y de aqui esas continuas revoluciones que tarde o temprano conducen á un pueblo á la pérdida de su nacionalidad. No hay resistencia posible desde el momento en que un gobierno no puede contar con sus defensores; y como un gobierno civilizado no puede menos de distribuir una porcion de libertad que da armas á las pasiones malévolas, es indispensable que tenga siempre á sus órdenes un número de agentes leales que le ayuden á hacerse obedecer.

renta mil de ambos sexos, que vestidos muy ligeramente, vivian en hediondas covachas, de donde no salian sino para admirar el sol ó para trabajar algunos raros instantes en el dia: machos de ellos, despreciando la molicie de las covachas, se acostaban sobre las losas de la calle de Toledo; casi todos ejercian el oficio bastante lucrativo y poco molesto de mandadero, y algunos, agregados al servicio de las casas mas principales de Nápoles, eran los instrumentos ciegos de los odios y venganzas de sus poderoses señores. Habia tambien otra clase de lazzaroni que, habitando en los barrios muy inmediatos al mar, vivian del producto de su pesca. El vestido de los primeros consistia en una camisa, calzoncillos de lienzo crudo y sombrero de paja. A este trage debian el nombre de lazzaroni, dado en su origen á los individuos que salian vestidos de esta suerte del hospital de San Lázaro. Los lazzaroni pescadores estaban ordinariamente desnudos. Unos y otros olvidaban fácilmente lo pasado, y poco cuidadosos del porvenir, no pensaban mas que en satisfacer las necesidades del momento. La facilidad de proveer á ellas, la dulzura del clima, la fertilidad del suelo, la pereza y la sobriedad propias de los meridionales, y por último, la negligencia del gobierno, eran las fuentes de aquella apatía. Hombres bien formados y dotados de inteligencia, vivian como brutos en medio de la civilizacion. Hubieran podido pasar por los seres mas pacíficos, al verlos soportar con paciencia las burlas y los equivocos de sus compatriotas. Sin embargo, esos mismos hombres se exaltaban algunas veces y se hacian arrojados y hasta crueles. Ellos tambien amaban á su patria; ellos tambien vertieron su sangre por salvarla. Campeones de la libertad, En todas las grandes revoluciones hay siematacaron á don Pedro de Toledo, que queria establecer la Inquisicion española en Nápoles, y se armaron en favor de Masaniello, que era pre un partido de hombres leales enfrente de igualmente lazzaroni y predicaba la indepen- otro de descontentos ó ambiciosos. Los primedencia de Nápoles. Lucharon, no sin gloria, ros suelen padecer mucho en estas crisis viocontra Championet. Seducidos y arrastrados lentas, porque la mayoría de los hombres prepor el cardenal Ruffo, degollaron á los patrio- fiere lo que les tiene cuenta ó lo que les bontas. Este fué el último momento de la existen-ra y enaltece. Los leales suelen por lo mismo cia de aquella clase de hombres. Los gobiernos que se han sucedido desde aquella época, han tratado de despertar en ellos el instinto de la propiedad y el de la necesidad del trabajo, y fuerza es convenir que sus esfuerzos han sido coronados de un éxito feliz, pues los verdaderos lazzaroni han desaparecido, existiendo solo actualmente en Nápoles hombres pobres mal vestidos, ignorantes y embrutecidos, que vienen á ser lo que los chiffonniers y los boneurs en Paris ó los mab en Londres. Acaso tambien porque la miseria es mayor en Nápoles, abunda alli mas que en otras partes esta clase de desgraciados. Esta es la razon que nos hace creer todavía en la existencia de una poblacion que no tiene nombre, ni familia ni propiedad, y que no conserva de la humanidad otra cosa que bellas formas y magníficas cabezas.

verse agobiados por el número de sus contrarios; pero la estimacion de la posteridad los indemniza de los males que les hacen sufrir sus contemporáneos, y al cabo de algun tiempo sus derrotas aparecen mas gloriosas que los triunfos de los adversarios. Sucede en esto lo que generalmente acontece en todo con los hombres de bien respecto de los malos. El testimonio de su conciencia, desde luego, y la opinion pública, con el tiempo, se encargan de darles ese brillante premio, que no alcanza jamás el que falta á sus deberes religiosos y sociales.

LECCION. Instruccion de un maestro á sus discipulos; redaccion ó discurso hecho para enseñar é instruir. «Tal profesor, se dice, da lecciones de latin.» La Harpe leia en el Liceo lecciones de crítica que le han valido el sobre

nombre de Aristarco francés. Todos los hombres de gusto y de ciencia han apreciado en nuestro tiempo las lecciones improvisadas de Mrs. Cousin y Villemain, y las lecciones escritas de Mrs. Guizot, Fauriel, etc. En los colegios la palabra clase es sinónima de leccion, y por esto se dice ir á clase, lo que es lo mismo que ir á dar la leccion.

Los profesores del Colegio de Francia, fundado por Francisco I, tenian, y tienen aun, el titulo de lectores reales, porque en su origen todos leian una leccion escrita de antemano. En las comunidades religiosas se llamaban lectores en teología, en filosofia ó moral, los profesores encargados de enseñar estas ciencias, titulos que se conservan todavía, especialmente en los seminarios, y antiguamente eran lectores todos los catedráticos que enseñaban cualquiera ciencia, y los clérigos encargados de instruir á los catecúmenos en los rudimentos de la religion cristiana.

Hoy el profesorado de las altas cátedras está dividido entre improvisadores y modestos lectores. Las lecciones de los primeros son, por regla general, mas atractivas y mas escuchadas; las de los otros son realmente mas instructivas, pero suelen carecer de oyentes ó tenerlos distraidos.

moria y regocijase su imaginacion; todas estas lecciones comenzaban por alguna grande máxima de moral y política, y terminaban en alguna historia en que se le hacia notar lo que habia de mas laudable en las acciones de los grandes principes. A pesar de todos los cuidados de los jesuitas, el rey don Sebastian, no dejó de ser un triste príncipe. No se puede negar, sin embargo, que estos buenos padres han tenido el talento de educar bien à la juventud, y, sobre todo, de hacer amables sus lecciones y sus personas á sus discipulos: testigo el padre Porée, que agradó al mismo Voltaire.

En los tiempos actuales los profesores franceses no solo procuran amenizar sus lecciones, sino que hasta en sus libros erigen este hecho en práctica, lo cual es muy digno de imitacion, porque nada obstruye las fuentes del saber como la aridez de los estudios. Inútil es añadir que las lecciones de un maestro sirven de muy poco sin el trabajo del estudiante. Con razon ha dicho el abate Girard en sus Sinónimos. «Parece que se aprende de un maestro escuchando sus lecciones, y que se instruye uno por sí mismo haciendo investigaciones.>>

nos. Dicese de un mal predicador que relata su sermon como una leccion sabida de coro. No hace mucho que un respetable miembro de la cámara de diputados de Francia, habiendo aprendido su discurso como una leccion, tuvo la desgracia de ser interrumpido, y se vió en la precision de abandonar la tribuna, sin haber podido siquiera responder á la interpelacion ni volver á coger el hilo de su arenga.

Leccion se llama tambien un trozo de pro sa o verso que un profesor da á sus discipulos para que lo aprendan. En las clases, los jóveLlámase tambien leccion á cualquiera ense- nes que aprenden mejor sus lecciones no son ñanza particular, ó conjunto de conocimientos siempre los de inteligencia mas despejada: con que en cada vez da un maestro á un discipulo, frecuencia los premios de memoria se distrió á varios de ellos, aunque sea en corto núme-buyen para recompensar á los talentos mediaro, y en cualquier género de instruccion, desde el mas elevado hasta el mas trivial. Asi es que la palabra leccion se emplea lo mismo tratándose del baile, de la esgrima, y hasta del arte culinario, que siendo objeto de la filosofía, la retórica ó la historia. Maestro hay que va de puerta en puerta sudando el quilo, y embarrizado hasta los hombros, á enseñar á leer y escribir á sus discípulos, y da lecciones lo mismo que Bossuet cuando, llamándose Mr. Condom, enseñaba al gran delfin, hijo de Luis XIV. Sabido es cuan poco se aprovechó este principe de aquellas lecciones que, sin embargo, produjeron una de las obras maestras de la literatura francesa, los Discursos sobre la historia universal. Saint-Simon en sus Memorias, espresa el motivo de aquel triste resultado. Bossuet no sabia dar atractivo á sus lecciones, y todos sus esfuerzos no sirvieron mas que para hacer insoportable el estudio á su discípulò, el cual juró, á fé de príncipe, no volver á tocar un libro apenas se terminase su educacion, y cumplió su palabra. Fenelon fué mas afortunado en sus lecciones al duque de Borgoña. El autor del Telemaco y de los Diálogos de los muertos, tenia seguramente el arte de disfrazar sus lecciones con los hechizos del placer. La historia refiere que el padre Gonzalez de Comara, jesuita, preceptor del rey de Portugal, don Sebastian, mezclaba, en todas las lecciones, que le daba dos veces al dia, algo que escitase su curiosidad, que ayudase á su me

Se emplea la palabra leccion para espresar toda advertencia, instruccion ó discurso que tiene por objeto enseñarnos y corregirnos: «No vayamos á aplicarnos los tiros de una censura general, dice Moliere, y aprovechemos la leccion, sin dar á entender que se habla de nosotros.» Los apólogos de Esopo, Fedro, la Fontaine, Iriarte, etc., son una serie de lecciones disfrazadas con el encanto del estilo y de la narracion; y tanto mas útiles, cuanto que segun el fabulista griego, «la moral desnuda fastidia, y sus preceptos se insinuan dulcemente entre los embelesos de un cuento.>>

Massillon osó decir en la córte. «El silencio de los pueblos es la leccion de los reyes.» Pero predicaba en presencia de un rey niño, y bajo là administracion de un buen regente, que permitia se dijese casi todo, con tal que se le dejase hacer casi todo lo que quisiese.

Háse dicho proverbialmente dar á uno una leccion, en el sentido de reprenderle ó mostrarle por sus actos que se ha equivocado. Toda la braveza romana está compendiada en

estas palabras de Sertorio, que hablando de Pompeyo, dijo: «Yo hubiera dado una leccion á ese estudiante.» Los que en el mundo tienen la mania de dar lecciones á los demas, suelen tener que recibirlas á su turno, sin poder contestar á ellas. Los jóvenes bien criados se guardan de rechazar cara á cara las lecciones de los ancianos: los dejan hablar, pero no hacen ni mas ni menos, de donde viene aquella frase tan vulgar: «Por un oido le entra y por otro le sale.»

Leccion se dice tambien á los diversos accidentes de la vida, y á los escarmientos que nos enseñan á vivir con prudencia. Para las almas piadosas y devotas, las muertes repentinas son lecciones patentes. Nuestros padres vivian persuadidos de que el aparato del tormento, los suplicios selectos y las ejecuciones públicas, eran una útil leccion para la juventud estragada. Hoy que la muerte en patíbulo es tan rápida, no se puede decir que haya mas criminales que en otros tiempos; pero tambien es verdad que el aparato de la justicia actual con todas sus contemplaciones, asusta poco á las naturalezas bastante malas para lanzarse al crímen.

La desgracia es una escelente leccion de paciencia. Los espartanos pretendian dar á sus hijos una leccion de sobriedad, esponiendo á su vista sus desdichados esclavos embriagados por fuerza. Los disgustos consiguientes à un matrimonio desigual son tambien lecciones que han aprovechado mas que nadie los poetas cómicos. La desgracia es là leccion de los reyes, que no la aprovechan, como tampoco la que les dan las faltas y desventuras de sus predecesores.

Los críticos llaman tambien lecciones (variæ lectiones) á las diversas maneras de leer el texto de los autores en los manuscritos antiguos. Esta diversidad proviene de las faltas de los copistas. Hay además lecciones de la Biblia, de los poetas y prosistas griegos y latinos. Se buscan las antiguas ediciones donde estas diversas lecciones se encuentran, pero los criticos han ido muy allá en la correccion de los manuscritos, y hay que volver muchas veces á la leccion primitiva.

Leccion, en términos de breviario, significa una breve lectura que se hace en cada nocturno de los maitines, tomada de algunos estractos de la Biblia, de los padres, ó de la leyenda del santo del dia.

LECHE. (Fisiologia é higiene.) Todo el mundo conoce este importante liquido que segregan las hembras de las especies animales superiores, y en la especie humana la muger. Veamos ante todas cosas el cómo se segrega. El aparato de lactacion se compone de los pechos ó mamas, glándulas situadas en el centro de una masa de tejido celular, y en la parte superior y anterior del torax, o sea en los órganos llamados pechos. El número de mamas en los animales, se halla generalmente en ra

zon del de hijuelos que nacen en cada parto. Debemos limitarnos en el presente artículo á indicar simplemente los elementos que constituyeu el pecho, á saber; 4.o Una glándula llamada mamaria ocupa el centro del pecho, cuya masa adiposa la rodea, representando una especie de panal de superficie convexa muy desigual, que se apoya en el músculo gran pectoral. El tejido de esta glándula resulta del conjunto de muchos lóbulos, reunidos entre si por un tejido celular bastante denso, y formados por lóbulos mas pequeños, que á su vez pueden dividirse en granulaciones redondeadas, de un color blanco rosado y del volúmen de un grano de adormidera. Estos granos glandulosos dan origen á los conductos secretores llamados aqui lactiferos ó galactóferos, los cuales, siendo flexuosos, estensibles y trasparentes, van engruesando por reunirse entre sí; pero, siu embargo, de tal suerte, que los correspondientes á cada lóbulo permanecen aislados sin comunicacion con los de ningun otro lóbulo. Por fin, todos avocan á senos situados cerca de la base del pezon de la mama, y en número de quince á diez y ocho se abren á su alrededor y en su vértice sin comunicar entre sí. Forman los elementos de esta glándula varias arterias y venas, muchisimos vasos linfáticos y un sistema vascular secretor juntamente con los nervios; pero Haller pretende que este sistema vascular secretor, no solo comunica en su origen con las últimas ramificaciones de las arterias, sino que tambien penetra en el tejido adiposo inmediato á la glándula.

2. Una masa de tejido celular adiposo, en el cual se halla como sumergida la glándula, es el elemento al cual debe especialmente la mama su volúmen y su forma.

3. Por fin, hay esteriormente una capa de piel muy fina y muy suave, mas delicada y mas blanca que en los demas puntos, y sin arrugas ni pliegues. De la parte media del pecho nace un tubérculo que se llama pezon, y que no es mas que una masa de tejido esponjoso y eréctil, alrededor del cual se hallan distribuidos los orificios de los conductos escretores. La piel del pezon tiene ya otro color y otro carácter, pues forma alrededor una aréola de color rosáceo en la juventud, y de color mas oscuro en una edad mas avanzada, y cuyo sistema capilar es tan delicado que se pone encendido, lo mismo que el rostro, cuando dominan el pudor y las pasiones. Muchísimos vasos linfáticos, y sobre todo un gran número de nervios, entran en la estructura de dicho pezon; y su piel presenta un aspecto sebáceo que depende de la presencia de cierto número de folículos sebáceos destinados á segregar una mucosidad adecuada para defender al pezon de la accion de la saliva de la criatura que mama.

En el hombre hay un rudimento de este aparato, pero solo se encuentran vestigios de la glándula mamaria, que es muy pequeña, y ademas, la aréola del pezon es de color menos

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