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seria mal recibida la heroica resolucion de V. M., y hemos visto todo to contrario. Porque, qué provincia ha aplaudido con mayor entusiasmo que aquella la absoluta extincion de los bárbaros restos del dominio feudal Aquellos pueblos, Señor, estan bien persuadidos de que V. M. no acordará providencia que no sea justa, benéfica, religiosa, y útil al bien del estado. La fuerte y heroica Cataluña ha dado siempre las mas relevantes pruebas de su íntima adhesion al Congreso, y no podrá menos que admitir con aplauso las sabias y prudentes reformas que V. M. continúa haciendo en beneficio de la nación. La nacion entera quiere conservar con firmeza la religion.de sus mayores, y V. M. les propone los tribunales legítimos que deben proteger este don precioso de la fe, que es el patrimonio predilecto de los españoles. Los enemigos del órden, del estado, del rey y de la misma religion, que tanto vociferan, sin entender ni sus principios, ni sus fundamentos, ni sus máximas, estan encarnizados y empeñados en dominar los pueblos so pretexto de la religion santa que profesamos. Se les hace creer por papeluchos indecentes, atestados de embustes y falacias, que la conservacion de la fe estriba en la subsistencia de esta malhadada Inquisicion. ¡Qué horrible y vergonzosa estratagema! Dígaseles con toda franqueza y claridad:,,pueblos quereis por jueces de la fe á los mismos que estableció Jesucristo?" Seguramente responderán que si. Mas qué sucede? Que por miras puramente humanas y detestables, condenadas por esta misma religion, quieren hacer.del pueblo un instrumento ciego de sus caprichos, de sus pasiones, de su ambicion, de su interes y de su malvada política. Quisieran que el pueblo se insurreccionase por la Inquisicion: que hubiese un platero Demetrio, que con otros codiciosos y fanáticos saliese gritando por Jas calles en favor de la Santa: Magna Diana Ephesiorum, Magna Diana Ephesiorum. No seria este proyecto muy propio de los ministros del

-santuario?

,, Pero la mayor parte del clero español es muy prudente, muy sabie y religioso para sostener este fanatismo. El pueblo de España es muy circunspecto y sensato para dar crédito á los enemigos declarados de su ilustracion. Aun quando al presente por las críticas circunstancias de esta guerra cruel no se halle perfectamente penetrado de las benéficas intenciones del Congreso, ya se desengañará quando lea con detenimiento y reflexion el diario de Córtes; monumento eterno de la prudencia y sabiduría de V. M. En él verá el pueblo español las sabias medidas y desvelos infatigables que han tomado las Córtes para el alivio y cultura de la nacion, particularamente si llega á abolirse el denominado Santo Oficio.

,,Pero me replicarán, como ya se ha hecho al Congreso, que muchos reverendos obispos reclaman por él. Sin duda. Yo respeto el alto carácter y dignidad de los supremos pastores de la iglesia; mas debo responderles sin agraviar á su piedad y sabiduría, que si piden la Inquisicion es porque no la conocen, ni era posible conocerla facilmente; pues siempre ha estado cubierta de un velo tenebrosa. Nadie podrá negar el talento y vasta erudicion del Señor Abad y la Sierra; sin embargo, yo le oí decir, que ni habia conocido la Inquisicion, ni la habia temido hasta que fué nombrado inquisidor general. Entonces fué quando le parecio formidable, horrible, espantosa, crael. Esta conversacion se suscitó en casa del señor nuncio Hipólito Vinsenti quando fuí á tratar de la silla episcopal que debia establecerse en los

Estados Unidos de América, asegurando yo que allí abrazarian gustosos la comunion de la iglesia romana, con tal que no oyesen ni el nombre de Inquisicion. ¡Qué embarazos, qué obstáculos no ha opuesto al catolicismo este miserable tribunal! ¿Y es posible que esta sola reflexîon no ha de abrir los ojos á tantos alucinados?

,,Por otra parte si se les dixera á estos respetables prelados:,,obispos, ¿quereis ser los jueces de la fe, con cuya atribucion os estableció Jesucristo?" ó por mejor decir,,;quereis ser obispos con todo el rigor de la significacion, entrando en la plenitud de vuestros derechos, y no ser obispos á medias?" ¿Que podrán responder á esto? Si por acaso se hallase alguno que respondiese no; que renuncie. Los obispos, así como son los pastores, los doctores y padres de la iglesia, son tambien los jueces legítimos de Israel, y esta es una de sus divinas prerogativas. Son humanos, prudentes, compasivos, caritativos, ¿qué mas podemos desear? Ellos serán responsables de la fe de su grey: sabrán doctrinarla, istrarla, y si alguna oveja se extravía, sabrán cargarla sobre sus hombros, instruirla y corregirla, pero con la mansedumbre y caridad que prescribe el evangelio, como sucedia antes del establecimiento de la Iuquisicion.

,,Poco tengo que añadir á lo que se ha dicho en el Congreso sobre la actual existencia del tribunal. V. M. debe estar perfectamente persuadido que solo existe una vana sombra de él. Lo primero, porque es notorio que el actual inquisidor general, que es el Sr. Arce, se pasó á los enemigos, y está declarado por la voz pública traydor á la patria para honra y gloria inmortal de la Santa Inquisicion. Lo segundo, que los señores diputados, que aseguraron repetidas veces que existia una bula que concede à la Supreina las mismas facultades que al gefe, quando este llega á faltar, no la han exhibido, porque no la encuentran: y á fe que no ha sido por falta de diligencias, pues bien notorios son los apuros en que se han visto, los desvelos y vigilias continuas que han sufrido, las vueltas y revueltas que han dado sin dexar piedra por mover. Y en esta incertidumbre, que equivale á una evidencia contra la tal bula, querrá V. M. exponer las conciencias del religioso pueblo español? Los que se cacarean defensores de la fe no forman escrúpulo de esto? ¿Tanto rigor por una parte y por otra tanta laxîtud? ¿Es esto proceder de buena fe y por zelo de la religion? Júzguelo V. M. mientras voy á contestar á otro señor diputado por muchos títulos respetable, que ha preguntado al Congreso que quien podrá absolver ahora de la heregía mixta sino la Inquisicion? Y esto se pregunta delante de un Congreso católico, y ante el trono de las leyes? Yo respondo á este señor á la faz de toda la iglesia: que los obispos deben absolver; los obispos, que son los que recibieron de Jesucristo inmediatamente la plenitud de la potestad, como tengo ya demostrado hasta la evidencia, y me avergonzaria de apurar mas este punto. ¿Y con qué facultad habia de absolver la Suprema, si no consta que esté autorizada para ello por ninguna bula?

,,Pero yo doy ahora por supuesto que existiese real y verdaderamente todo este cuerpo inquisitorial apoyado en sus bulas, con su gefe al frente, con todo el aparato de sus atavíos, y con toda la pompa y esplendor de su poder. ¿Quien podrá disputar á V. M. el derecho inconcuso de extinguirlo enteramente aun quando tuviera mas bulas que los jesuitas? La ereccion de este tribunal en Castilla fué un privilegio que desconcertó el plan del derecho

Aaa

comun eclesiástico para substanciar las causas de fe. Llegó el tiempo en que V. M. no tiene por conveniente usar del tal privilegio. ¿Quien, pues, podrá obligarlo á que lo continúe? ¿Y qué diria si me pusiera á demostrar que este tribunal es ilegítimo, é ilegal desde su orígen? No habia cosa mas fácil que probarlo hasta la evidencia; mas esta demostracion seria algo prolixa. El rey de Sicilia abolió la Inquisicion en sus estados á pesar de las fuertes reclamaciones de sus obispos. Qualquiera otro príncipe puede hacer lo mismo, como es regular que lo haga el príncipe regente de Portugal. Y no han de tener las Cortes, donde reside esencialmente la soberanía nacional, facultad para extinguirlo? ¡Que inconseqüencia! Los jesuitas presentaban bulas á miÎlares, y sin embargo el piadoso Cárlos I los expelió justísimamente de todos los dominios españoles. Se sabe que pensó abolir la Inquisicion, lo que no llegó á verificarse por las ocultas intrigas y poderosos manejos de que abundó siempre la corte de nuestros reyes. Es bien sabido que ninguna bula tiene fuerza en España sin el regio exêquatur, in quando encerrase decretos de un concilio general, para exâminar si se opone ó no á las regalías de la nacion. ¿ Pues á qué tanto ruido ahora por una bula que nada nos importa que exista ó que dexe de existir? Señor, si qualquiera de nuestros reyes hubiera abolido la Inquisicion, como pudieron y debieron hacerlo, ¿y que digo yo nuestros reyes? si Godoy la hubiera abolido en su tiempo, se habria guardado de replicarle ninguno de los protectores del tribunal; pero como lo trata de hacer V. M. por justas y poderosas razones, de aquí viene todo el empeño en defenderlo. Sus defensores no contaron que esta Santa ha perdido mas que ha ganado en la defensa imitil y extravagante que han hecho de ella. Hubiéranla dexado morir en paz y con honor como la sinagoga, y no publicaríamos ahora á la faz del mundo una parte de su vida y milagros, que tanto la desacreditan, y la hacen el ludribio y oprobio de los pueblos, de quienes hasta ahora habia sido el espanto y el terror.

,,A pesar de la sinceridad con que me he explicado en la augusta presencia del Congreso, estoy viendo ya salir pasquines contra mis opiniones. Debo creer que se estan ya preparando tornillos para torcer mis expresiones ortodoxâs, y hacerlas por fuerza declinar en heréticas y jansenísticas, segun tienen de uso y costumbre nuestros hermanos los folletistas, por el tierno afecto que profesan á su Santa Inquisicion. Esta treta, Señor, aunque vergonzosa y contraria enteramente al espíritu del evangelio que afectan defender, es ya muy rancia. La aprendieron de sus maestros y predecesores los jesuitas, que á todo el que no era amigo de su Compañía lo calificaban al instante de jansenista, aunque fuera el mismo Papa. Es verdad que nuestros folletistas han dado tales pruebas de estolidez, que no nos han explicado aun que es lo que entienden por jansenismo; pues estoy persuadido que ni ellos mismos lo saben. Tambien es verdad que viendo su causa desesperada, y faltos de ciencia y de razon para defenderla, echan mano de su abundante almacen de calumnias y dicterios para desacreditarnos con el cándido y religioso pueblo español. ¿Se me dirá que tengo por que temer, pues que me explico así? No tengo por que temer; pero me asisten motivos poderosos para esperar que me denigren y calumnien. Aquí (sacó un papel impreso), aquí está la censura del gran Procurador general y su pandilla, que han encontrado en el dictámen de la comision proposiciones erróneas, malsonantes, cismáticas, formalmente heréticas... Los señores de la comision

no me necesitan para defender su reputacion, ni su piedad y sabiduría, que tienen bien acreditadas; pero mientras lo hacen quiero presentar á V. M. la primera proposicion censurada. Dice el dictámen al folio 4, línea y, que nuestra religion es la mas santa y sociable, la única verdadera. Ahora va la censura. " Esta proposicion, dice nuestro Procurador, es sospechosa y mal sonante: porque siendo la expresion mas santa un comparativo entre las religiones falsas, ó verdaderamente sectas, y la católica, se entiende existir. algun principio de santidad en las que son realmente sendas del error." ¡Que digan ahora que el Procurador general y su pandilla no saben cazar eriores ▼ heregías! Son tan astutos y tan linces que manejando bien sus tornillos son capaces de encontrar heregías en la misma sagrada escritura.

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V

,, La comparacion solo puede caer entre la religion católica y las comu➡‹ niones protestantes ó el mahometismo. En las primeras, quien puede negar que es santo lo que abrazan de mancomun con nosotros, como son el credo, los mandamientos, el bautismo....? Luego puede haber alguna comparacion entre estas sectas y la religion católica en quanto á santi. dad. Pero me dirán, ¿qué relacion de santidad puede tener el mahometismo con nuestra religion? Respondo lo primero, que los mahometanos creen la unidad de Dios como nosotros, y nadie negará que este misterio de la unidad de Dios es santo. Lo segundo, que la comision en su comparacion no solo hace precisamente referencia á aquellas religiones, sino á la creencia en que estan, así los protestantes como los mahometanos, de que sus respectivas sectas son santas. Pondré un exemplo de la sagrada escritura. Dice el salmo 94: Quoniam Deus magnus Dominus, et rex magnus super omnes deos.to es, que nuestro Dios es mas grande que todos los dioses. Pregunto a a á nuestro folletista: hay aquí comparacion ó no? Claro es que la hay. Pregúntole mas: hay muchos dioses verdaderos ó no Claro es que no hay mas de uno; pues ya David nos dice que simulacra gentium argentum et aurum. Pues no habiendo, ni pudiendo haber mas de un Dios verdadero, y haciendo el texto comparacion entre muchos dioses, luego aquí hay heregía formal. Luego el Procurador general y su pandilla, quando echan mano á sus tornillos, son capaces de encontrar heregías en la misma sagrada escritura. ¡Qué horrible impiedad seria esto! ¿Y quien no ve que el santo Profeta no podia hacer comparacion entre el Dios de Israel y los dioses falsos, sino que solo la hace con relacion á la falsa creencia en que estaban los gentiles de que sus ídolos Chamos, Moloch, Baal.... eran dioses? De suerte que la idea que presenta el dictámen de la comision seria ortodoxâ en boca del folletista y sus seqüaces; pues que es muy familiar decir: nuestra religion es la mejor, nuestra religion es la mas santa...; sin que á ninguno le ocurra el extravagante pensamiento de que estas expresiones son mal sonantes ni erróneas; pero en boca de los señores de la comision deben ser heréticas... porque este Procurador y los suyos andan atisbando y procurando heregías en todos los escritos de los que impugnan el Tribunal para engañar al inocente pueblo. ¡O miserables! No encuentran otras armas con que de'ender á su Santa Inquisicion? Han dado hasta ahora muy débiles pruebas de crítica, eru dicion y doctrina para hacer de maestros en Israel. Aténganse á su almacen bien provisto de las voces denigrativas de hereges, cismáticos, francmasones, jansenistas...., que ya el pueblo sabe lo que significan en sus bo

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eas; y al mismo tiempo nos vienen predicande religion, paz, caridad.....
¡ qué contradiccion de principios!

,,Aun suponiendo que en el dictámen de la comision se hallase alguna
expresion ambigua, no deberia interpretarse en buen sentido como exige
la caridad cristiana, y enseña San Agustin? Pero esto es pedir demasiado
á nuestro Procurador general, que solo se ocupa en atisbar palabras que
su bue-
y
puedan admitir doble sentido, para con el auxilio de su tornillo
erróneas, cismáticas, heréticas.., que
na intencion, forzarlas á que suenen
gusta. ¡Qué oficio tan vil y detestable! Lo mas admirable es
que al fin de la censura de la quarta proposicion, arrebatado de furor, nos
da la importante noticia (ley) de que no quiere vivir mas. Dice así:
¡Ah! Ya no quiero vivir: Cupio dissolvi." Buen viage le dé Dios.

es

lo

que

le

„Por otra parte, ¿quién habrá dado facultad á este Procurador general y su pandilla, no digo para denigrar y calumniar, sino para erigirse en tribunal supremo, y calificar proposiciones, ora de erróneas, ora de cismáticas, ora de heréticas....? ¿No nos ha dicho que esto es propio y privativo de los pastores de la iglesia, como es cierto? Pues por qué se mete en mies agena? ¡Qué inconsequencias! Si ha creido que estas proposiciones son heréticas, debia como católico delatarlas al juez eclesiástico ó tribunal de censura. Y por qué no lo hizo? No lo hizo, Señor, porque temia justamente que lo calificaran á él mismo de ridículo, embustero y artificioso calumniador. Le era mas fácil tiznar las esquinas de las calles con cartelones denigrativos á los individuos de la comision de V. M., y que corran por las provincias, para prevenir la impresion que hará en las gentes sensatas y religiosas el dictámen de la comision. Todos los artificios mas pueriles, las tretas mas vergonzosas se emp yn en todas partes por los tiernos amantes de esta santa y, malhadada Inquisicion. Tal es, pues, la censura que contiene el famoso suplemento al Procurador general del jueves 7 de enero de 1813 dia, que no deberá olvidarse en la historia para debo esperar dentro de pocos lo que por consuelo de todos los fanáticos: dias verme tiznado con las notas de cismático, ó herege, ó jansenista.... escritas con letras gordas, para que todo el mundo lo vea con la mayor claridad. ¿Y quien le dirá á este Procurador y su pandilla, que aun quando con el calor, de la disputa se me escapase alguna palabra equívoca ó exprey firsion menos correcta, no estoy pronto á sujetarme al juicio y correcion de la santa madre iglesia, que es á quien reconozco por única columna mamento de la verdad, y no al capricho de esa estúpida y miserable Inquisicion?

,,He hablado con esta franqueza, porque no puedo persuadirme á que el autor y compañeros de este folleto despreciable é incendiario sean individuos del soberano Congresó. Mas sea lo que fuere, si desean de buena fe la proteccion de esta religion santa que profesamos, la comision presená toda la nacion un dictámen sólido, sábio, profundo y ta á V. M. y concluyente, indicando los tribunales competentes de la Fe con los mismos jueces que estableció Jesucristo, y ademas un proyecto de decreto que si los apaV. M. con su prudencia y sabiduría sabrá alterar, modificar, aprobar cono mas convenga al bien de la religion y del estado. Ahora, sionados de la Inquisicion quieren un régulo eclesiástico, clavado en medio de la nacion, que escudado con sus bulas, y amparado del poder arbitra

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