Aquí dió fin al llanto ya la vida el sin ventura triste malogrado, el dulce pecho de cruel herida con agudo cuchillo atravesado, queriendo antes de sí ser homicida que sufrir el furor de su cuidado; la verde yerba por allí sembrada tiñó su roja... Poesias de Francisco de Figueroa: llamado el divino - Página 35 por Francisco de Figueroa - 1785 - 92 páginas Vista completa -
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