Me quedo; 830 me quedo, señor, contigo. ROGER. ¡Tú, en un palacio nacida y a la corte acostumbrada !.. MARÍA. ¿Y qué! ¿No soy aquí amada? ROGER. ¡Eso sí! Con alma y vida. MARÍA. ¿Tanto como tú? ROGER. Quizás: tú eres todo mi embeleso. MARÍA. Pues bien: quiéreme, y con eso no temas que pida más. ROGER. -¿Qué me falta? La sombría grandeza de tu palacio. MARÍA. Aquí tengo más espacio. ROGER. ¿Y tus doncellas, María? Y ¿quién de ti cuidará? ¿quién de tu gala, amor mío? -La que aceptó por compaña 835 840 845 850 855 860 865 870 875 880 no necesita doncellas de las fuertes amazonas. ROGER. Permíteme que lo extrañe. MARÍA. No diré tanto, no sea que me engañe y que te engañe. Será que como es mi esposo será que en altos reclamos del hombre a quien adoramos. del emperador Miguel. ROGER. A los hidalgos da entrada BERENG. (Al fin cede.) ROGER. Y más tarde, cuando quede de alanos desocupada, mañana tal vez, serán en su interior alojados BERENG. (No sé si se alegrarán.) 885 También, como vuestro porte (A María.) 89° pide y elevada esfera, os envía una litera con séquito de la corte. ROGER. Anunciadlo al campamento y que cada cual se apronte a seguirnos. Tú disponte (Vase María. Berenguer se dirige al campamento.) ESCENA XIV ROGER, y un instante después ALEJO. ROGER. Dios quiera que me reporte de Gircón en la presencia. ALEJO. ¡Señor! ¿Es cierto? ¿Hay licencia y entramos hoy en la corte? ROGER. Los hidalgos nada más. ALEJO. ¿Y a mi la excepción no alcanza? desde hoy a mi lado estás. ALEJO. ¡Gracias, señor! (Vase Roger.) 895 900 905 ALEJO. 915 Escucha! -¡ Temblando estoy! decirlo quiero y no puedo. IRENE. ¿Qué te altera? 9°0 925 yo tu clemencia bendigo! IRENE. No puedo decirte tanto. ALEJO. Explícate y mi tormento no aumentes, ¡ hermana mía! IRENE. Sólo sé que llegó un día en que abandonó el convento. Entonces perdí su huella. ALEJO. Y has vuelto a hallarla? IRENE. No ha mucho. ALEJO. Habla: ¿no ves que te escucho? IRENE. Segura estoy de que es ella. ALEJO. ¿Está aquí? como en la risueña edad de la infancia; no es verdad? IRENE. No, Alejo. ALEJO. Yo en su inocencia confío. Si del tiempo y la distancia IRENE. Vive en esa fe. 'ALEJO. IRENE. tu calma! Di... ¡Me aterra ¡Pobre hermano! ApEJO. Di; ¿qué misterioso arcano en tus palabras se encierra? IRENE. ¡Has dado en terrible empeño! 930 935 940 945 950 |