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te en alabanza de la Santísima Vírgen. No solo le hizo justicia y permitió componer estas obras, sino que le franqueó los utensilios y bros que pidió y creyó necesarios para desempeñar dichas obras. No solo le hizo justica en quanto á su opinion y fama, sino que mandó que lo acompañasen hasta Salaman+ ca un Comisario de los mas condecorados, y otros varios familiares, donde fueron recibidos con el mayor aplauso. No solo le hizo justi cia la Inquisicion de Valladolid, sino que pasó oficio á la universidad de Salamanca para que le reintegra se en todos sus honores, sueldos y cátedra. No solo le hizo justicia, sino que la misma universidad, por cumplir sus órdenes, creó con el mayor regocijo una nueva cátedra

de escritura para el P. Fr. Luis de Leon, mediante hallarse provista la de Durando, que antes obtenia, y no querer él que privasen de ella al que la poseía. ¿Y á vista de esto podrá decirse justamente, respecto de este grande hombre, que sufrió la mas cruel persecucion por el tribunal de la Inquisicion? Por tanto pasemos á dar tambien una idea de la causa del célebre, sábio y piadoso escritor Fr. José de Sigüenza, monge Gerónimo del monasterio del Escorial, puesto que, segun el manifiesto, fue otro de los cruelmente perseguidos por la Inquisicion.

El continuador de la historia de la misma órden, Fr. Francisco de los Santos, cuenta muy por menor el principio, medio y fin de la causa por qué fue delatado y llevado á y

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la Inquisicion de Toledo. Asi dicé, que habiendo sucedido el P. Sigüens za al célebre Benito Arias Monta no, en el encargo de formar y ar reglar la biblioteca del Escorial, y de explicar la sagrada Escritura; lỏ hacia con tanta autoridad, magisterio y espíritu, que parecia otrò San Gerónimo; que por esto, y observar que cada vez era mas es→ timado del Rey Felipe II. se acar→ reó la envidia de sus enemigos, los que pensando desacreditarle y perderle, le delataron á la Inquisicion de Toledo, por haber escrito unos discursos sobre los 12 capítulos del Eclesiastés de Salomon, y la histo→ ria del Rey de los Reyes: obras doctísimas en el concepto del mismo historiador, y llenas de erudicion;

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pero no en el de los delatores del

P. Sigüenza que creyeron hallar en ellas y en algunos sermones suyos motivos y proposiciones suficientes para desacreditarle.

Luego continúa diciendo que llevado al tribunal de Toledo, como en él se miran con tanto cuidado las cosas son palabras del mismo historiador), le mandaron estar en el monasterio de Sisla de Toledo, de la misma órden de San Géróni mo, hasta que se hicieron las informaciones, que tardaron mas de medio año: que hechas estas informaciones respondió á los cargos tan justificadamente, y con términos tan llenos de modestia y espíritu, que el Santo Tribunal le dión por libre, honrándole mucho en la sentencia; por lo que los mismos Inquisidores le animaron á continuar

sus tan útiles trabajos, y á que predicase un sermon en la misma catedral, lo qual hizo tan á satisfaccion que toda la iglesia y ciudad quedaron con mucha alegría y edificacion. Y por último concluye diciendo que vuelto á su monasterio del Escorial siguió cada vez mas estimado de los Reyes Felipe II. y III. y de todos los buenos hasta su exemplar muerte acaecida el 22 de Ma→ yo de 1606.

Aqui tenemos ya la razón é idea de las causas célebres de estos très grandes sábios y virtuosos hom bres, á saber del Venerable Juan de Avila, de Fr. Luis de Leon y del P. Fr. José de Sigüenza: y en su vista permítaseme repetir y preguntar, ¿si podrá decirse con razón y justicia que estos tres grandes hombres Tomo II. K

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