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perdon tan vergonzoso para el que lo otorgaba como para el que lo recibia, su sumision al valido, envalentonado con el nuevo favor de la fortuna, su correspondencia con Napoleon en la que mendigaba el honor de unirse en matrimonio á una princesa de la estirpe imperial, sometiendo á su voluntad su corazon y su suerte, todo esto contuvo al pueblo, que volvió á llorar en secreto las faltas de sus soberanos y á devorar en el silencio del họgar doméstico sus interminables desgracias.

Las consecuencias de la causa del Escorial hubieran sido, á no dudarlo, mas terribles y escandalosas, si el miedo á Napoleon no hubiese contenido á la corte.

Su participacion en aquella trama y el destronamiento de las dinastías de Portugal y Nápoles, con la entrada de varios cuerpos franceses en España, que ponian de manifiesto las insidiosas intenciones del emperador, amedrentaron al rey y á su valido, que le escribieron adulándole y casi nombrándole juez en las discordias de palacio.

Merced á las indicaciones y amenazas de Napoleon, Fernando fué perdonado por el rey, y la causa terminada con menos saña de la que al empezarla mostró la corte.

Aumentado el tribunal que debia sustanciar tan célebre proceso con ocho consejeros mas, fueron absueltos los reos de todo cargo, cuya sentencia honra sobremanera á aquellos jueces, porque revela su prevision, su cordura y su independencia.

Como medida de precaucion, mas bien que de castigo, fueron gubernativamente confinados el canónigo Escoiquiz y el duque del Infantado, jefes del complot, al monasterio del Tardon el primero, y á la ciudad de Granada el último. Los demas reos salieron al mismo tiempo desterrados de la corte.

Hé aquí ahora las pueriles cartas que por conducto de Godoy, segun afirma este en sus Memorias, dirigió el arrepentido prínciре á sus padres, cuyo perdon se publicó por medio de un decreto, de igual manera que lo habia sido la acusacion, siendo su Contesto y el de las referidas cartas el siguiente:

« La voz de la naturaleza desarma el brazo de la venganza, y cuando la inadvertencia reclama la piedad, no puede negarse á ello un padre

TOMO I.

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amoroso. Mi hijo ha declarado ya los autores del plan horrible que le habian hecho concebir unos malvados; todo lo ha manifestado en forma de derecho, y todo consta con la escrupulosidad que exige la ley en tales pruebas; su arrepentimiento y asombro le han dictado las representaciones que me ha dirigido y siguen.»

<< Señor. »

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Papá mio: he delinquido, he faltado á V. M. como rey y como padre; pero me arrepiento y ofrezco á V. M. la obediencia mas humilde. Nada debia hacer sin noticia de V. M., pero fuí sorprendido. He declarado á los culpables y pido á V. M. me perdone por haberle mentido la otra noche, permitiendo besar sus reales pies á su reconocido hijo-Fernando.»> «<< Señora. »

« Mamá mia: estoy muy arrepentido del grandísimo delito que he cometido contra mis padres y reyes, y así con la mayor humildad le pido á V. M. se digne interceder con papá, para que permita ir á besar sus reales pies á su reconocido hijo-Fernando. »

«En vista de ellas, y á ruego de la reina mi amada esposa, perdono á mi hijo, y le volveré á mi gracia cuando con su conducta me dé pruebas de una verdadera reforma en su frágil manejo; y mando que los mismos jueces que han entendido en la causa desde su principio, la sigan, permitiéndoles asociados si los necesitaren, y que concluida, me consulten la sentencia, ajustada á la ley, segun fueren la gravedad de los delitos y las personas en quien recaigan; teniendo por principio, para formacion de cargos, las respuestas dadas por el príncipe á las demandas que se le han hecho, pues todas están rubricadas y firmadas de mi puño, así como los papeles aprehendidos en sus mesas, escritos por su mano; y esta providencia se comunique á mis Consejos y Tribunales, circulándola á mis pueblos para que reconozcan en ella mi piedad y justicia, y alivien la afliccion y cuidado en que les puso mi primer decreto, cuando por él vieron el riesgo de su soberano y padre, que como á hijos los ama y así le corresponden. Tendréislo entendido para su cumplimiento. -San Lorenzo 5 de noviembre de 1807. »*

Sin embargo de aquel contratiempo, que aumentó la influencia de Bonaparte en nuestra política interior, y que enfrió algo el espíritu nacional, iban despertándose naturalmente los bélicos instintos del pueblo, demostrados ya en algunas provincias y en la capital, que obligaron á la corte á salir de su inaccion y abatimiento y á fijarse en la suerte de España.

En medio de su apatía tuvo aun valor el monarca de negar su reconocimiento al hermano de Napoleon, nuevo rey de Ná

poles; y Godoy, para adquirir popularidad, dió una proclama á la nacion anunciando aprestos de guerra, pero sin indicar el enemigo.

Empero no eran medios á propósito para salvar al reino de la catástrofe que le amagaba, el valor ficticio del rey y la vanidad del privado.

Cuando la Providencia coloca á un pueblo á los bordes de un abismo, si quiere precipitarlo, pone á su lado un rey inepto que lo arrastre en su caida. Eso hizo en 1807. Si por el contrario, quiere salvarlo, coloca en sus manos una espada, enciende en su corazon la llama de la fe, y agita en su mente los recuerdos de su gloria. Eso hizo en 1808.

Las amenazas de Napoleon, sus continuos y asombrosos triunfos, la falta de medios para resistirle, enfriaron el patriótico ardor de la corte que, sin presumirlo ni desearlo, presentó á la España encadenada á los pies del afortunado guerrero.

Pero los pueblos que son dignos de su nacionalidad é independencia, se salvan ellos solos cuando se ven abandonados, así como los déspotas se hunden en el abismo de la nada, de donde salieron, cuando son indignos de la gloria que los circunda, y fundan su dominacion en la injusticia, en el capricho y en la tiranía.

Napoleon y España son elocuentes ejemplos de esta verdad, y así nos lo enseña la historia, como veremos en los capítulos siguientes.

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CAPÍTULO VI.

Abdicacion del rey y caida de Godoy.

SUMARIO.

Sigue conspirando el príncipe de Asturias. Funestas consecuencias del tratado de Fontainebleau. Murat, jefe del ejército invasor, se establece en Madrid.-Necia confianza del pueblo.-Godoy fué mas ignorante que traidor. -Las circunstancias trazaron la conducta de Bonaparte.-Alarma de la corte y desengaño de la nacion.-Proyectan los reyes su viaje á América.Sintomas de sublevacion en Madrid.-Motin de Aranjuez.-Exoneracion del príncipe de la Paz.-Su prision y padecimientos.-Abdicacion de Carlos IV.Imprudente y peligrosa protesta.-El motin de Aranjuez fué el origen de las revueltas posteriores.-Resúmen de la administracion de Godoy.

Mientras el príncipe de la Paz se adormecía con el triunfo de la causa del Escorial, el de Asturias volvia á anudar el roto hilo de su trama con mas cautela que antes, aparentando una sumision estremada á sus padres y una engañosa reconciliacion con el favorito, á quien dió la mano á presencia de aquellos en prenda de completo olvido y sincera estimacion.

En virtud del tratado de Fontainebleau, por el que se ofrecia á Carlos IV el reino de Etruria y á Godoy la soberanía de los Algarbes y el Alentejo, las tropas francesas, retiradas de la Gironda, establecieron su cuartel general en Bayona y fueron penetrando insensiblemente en España; segun ya indicamos, y apòderándose de las principales plazas fuertes á título de amigos y aliados.

Murat, principal instrumento de los embozados planes de Bonaparte, fué nombrado jefe del ejército invasor, y se constituyó en Madrid como punto mas á propósito para la ejecucion de aquellos proyectos.

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