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» buen nombre, y hasta su misma vida está espuesta á "ser sacrificada por la mano de algun fanático. Hablo » á V. M. de don Bartolomé Gallardo. Este es el ciuda» dano español, cuya existencia corre gran riesgo de ser » víctima del fanatismo....... Trátese, pues cuanto antes » acerca de la proposicion del señor Lopez, y véase y sé» pase la justicia en que apoya la persecucion, que con »ella intenta contra el inocente Gallardo, movido tal » vez por la malicia é intriga de los que para el logro de » sus miras siniestras, abusan de su candor, y buena fe, » de que dicho señor ha dado á V. M. tantas pruebas..... » Esto es, lo que yo creo: y sepa V. M. y persuádase de » una vez, que no es Gallardo á quien se persigue..... »Se persigue si á las saludables instituciones y reformas » sancionadas, y hechas por V. M. Se persigue á V. M. » mismo, y se defiende el antiguo sistema de la arbitra"riedad, despotismo y tirania...... Es menester descorrer » de una vez la máscara con que algunos pérfidos, indig»nos del nombre español, intentan encubrir sus desig

» nios...

ΕΙ que oyera llamar inocente al diccionarista despues de haber comparado el Sacramento adorable de nuestros altares con unas ventosas sajadas: despues de haberse burlado de la confesion sacramental: despues de haber ajado al papa llamándolo obispo in partibus: y dicho que se ahorcase un obispo para que echase bendiciones con los pies: despues de haber llamado á todos los eclesiásticos como los perros de Zurita, que en no teniendo que morder, se mordian unos á otros: despues de haber llevado del ridículo contra todas las religiones hasta el estremo, que ni Volter, ni Federico llegaron: despues de manifestarse enemigo de la religion, obsceno en sumo grado, y mofador público de cuanto santo y sagrado reconoce la Iglesia de Dios...... El que oyera llamar inocen te á este infeliz hombre, reclamar á su favor los derechos de ciudadano, y poner al nivel de la conservacion de su vida, la de la nacion y del estado ¿qué diria? ¡Ah!........

Diria que ya no habia religion en los que asi hablaban: diria que ellos pensaban como el autor del Diccionario: diria que el fin de su apologia y del escrito era batir en brecha sin temores de nuevos ostáculos la religion. divina, su Iglesia santa. ¡Ai! La irreligion se presentaba á cara descubierta cerca del seno de las córtes, erguida levantaba su entandarte, batia marcha contra la Iglesia y contra sus ministros, y hacia derramar lágrimas á los españoles y diputados que no podian adelantar una línea en la oposicion que se hacia contra las reformas.

Otro señor diputado entró á reforzar á su preopinante don Simon Lopez, satisfizo completamente á la razón con que se le queria eludir su proposicion. Ponunció uno de los mejores dicursos que se oyeron en el congreso; se valió de la divina escritura, de los concilios, de la autoridad de nuestros obispos, y trajo á la constitucion para que salvase á la religion ultrajada; el que no oye á la Igle"sia, dijo, y obedece á sus leyes, téngase por gentil ó » pecador público, dice Jesucristo. El amor de la » tria es una de las principales obligaciones de todos los » españoles; (constit. art, 6.) el que ofende á la religion »es enemigo de la patria y de la constitucion; obedecer

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sus leyes y respetar las autoridades establecidas, es el "deber de todo ciudadano. (constit. art. 7.) Don B........ » ha quebrantado todas estas sagradas obligaciones de un » modo escandaloso....... El mismo se ha difamado en toda » la nacion....... Espero que retratará sus errores, reconci»liándose con la Iglesia; pero entretanto parecerá bien » que V. M. mantenga al autor notoriamente irreligioso » en el empleo de bibliotecario que le ha confiado?,

Un discurso tan enérgico, tan sólido, tan penetrante no hizo mella en el corazon de los contrarios. El señor..... salió á la defensa de Gallardo por el mismo estilo, que su compañero y amigo íntimo-y por los mismos medios con que quedó impune la triple alianza: esto es, declamar contra los eclesiásticos, atribuirles que distraian la atencion de las cortes con necedades, impertinencias, con

asuntos exóticos al poder legislativo: que S. M. tenia otros asuntos mas interesantes, y que no debia entromemeterse en las atribuciones del poder judicial.... Que se preguntase si estaba discutido ya el asunto, y que se pasase á otra cosa, se dijo al fin. Al instante se levantaron multitud de diputados á apoyar la propuesta: dè esta indicacion se hizo mérito con el pretesto de pacificar los ánimos. El señor don Simon se levantó á hablar de nue. vo; pero el murmullo de las galerias y las voces de los diputados desordenaron el congreso; se votó la proposicion del amigo del diccionarista, y por pluralidad de votos se decidió no haber lugar á votar.

Asi terminó una causa en que tanto se interesaba la religion y el estado, como los mismos señores de las córtes decian. De este modo triunfó públicamente el Diccionario de todos sus enemigos. Su autor se vió proclamado inocente, y los que le impugnaron principiaron á pade cer, y sufrir la persecucion mas decidida.

Al predicador de san Lorenzo se le zahirió hasta en las mismas córtes (1), y en seguida por los publicistas de la faccion. (2) A don Guillelmo Xaramillo se le impu tó estar loco, publicando á los pocos dias se habia retra tado, persuadidos de que su prision le haria desmentirse: luego que vieron se mantenia en su parecer, redoblaron su prision y se negaron á cuantas súplicas hizo. La cau-sa de este hombre se puso bajo el inmediato influjo de su competidor. El le mandó á decir varias veces, que interin no se retratase por escrito, y lo publicase, no sal-> dria de su prision. Por último viendo la realidad de sus amenazas, que estaba 149 dias padeciendo, y que acaso le mandarian á un presidio, sino hacia lo que le pedia, vino el infeliz en firmar sin mudar una coma (como le dijo el escribano que le intimó la órden) la retractacion puesta por el mismo Gallardo. De este modo logró

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(1) Véase esta sesion, tom. 16. 166. hasta la 72.

pag

(2) Tomo 14. pág. 218. Conciso 30. de julio. Diarió mercantil 19. de abril y 28. de julio y Redact. del 29.

su libertad (1) y se restituyó al seno de su familia mandándosele salir de Cadiz en el término de 15 dias, y apercibido para no volver á esta ciudad so pena de ser castigado de lo contrario con el mayor rigor.

Ål señor vicario capitular se le criticó su representacion, y principió á ser notado en los papeles públicos. Desde esta época comenzó á padecer hasta que por lo ocurrido con la demora de leer en la catedral el edicto contra la Inquisicion, se le desaforó por las córtes, se le entregó al juzgado secular, se le tuvo sin comunicacion 46 dias, en prision mas de 6 meses, y á todo este padecer jactándose el diccionarista de que aun no le habia puesto sino un dedo suyo encima; pero que le pondria toda la

mano.

Al señor don Simon Lopez se le denigró publicamente, poniéndolo de seducido, pintándolo con los colores mas humillantes, diciéndole en los papeles públicos, el bendito del P. don Simon, injuriándolo á su presencia con risas, burlas infames, no atendiendo cuando hablaba y mofándose públicamente de sus discursos: sermone's de cian ellos con el mayor descaro. A don Andres Estevan que hizo en las córtes la mocion contra el Diccionario se le persiguió desde aquel dia, y no se paró hasta que se le arrojó fuera del congreso, saliendo de las córtes el mismo dia que fue restituido Gallardo á la biblioteca (1).

No quedó solo en esto los resentimientos de los reformadores. Cuantos diputados votaron por la privacion del empleo del bibliotecario, principiaron á padecer los mayores insultos, las sátiras mas picantes, la mordacidad mas refinada. La Abeja no hizo en todo un año mas que zaherirlos. El Redactor imitó su egemplo, el Conciso, el Diario Mercantil, casi todos los papeles del partido es

(1) Véase el papel que el señor Xaramillo publicó luego que salió de la cárcel, titulado Inversion oportuna. El cuenta el pormenor de su causa; pero tuvo que fugarse al instante.

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(1) El Redactor 29 de julio de 812 publicó el triunfo, notando esta particularidad.

tan llenos de nombres ridículos puestos á los diputados contrarios á la permanencia del diccionarista con tanta inmediacion al congreso nacional. Falta dar otra prueba del triunfo de la irreligion en el seno de las córtes.

El señor Ros quiso dar á su provincia y á toda la España un testimonio de que él y otros muchos diputados hacian cuanto estaba de su parte para defender la religion. ultrajada. Con este objeto dió al público la lista de los diputados que habian estado por la proposicion de don Simon Lopez, añadiendo los votos que faltaban á las actas de córtes, que eran los de otros nueve diputados. El señor Ros imprimió lo mismo que públicamente se habia decretado: solamente añadió los nueve votos que habia suprimido el acta. El impreso del señor Ros no hacia mas que suplir la falta de fidelidad en las actas, ó lo mas, manifestar al público el delito comun de los redactores de los discursos, de que estan acordes todas las sesiones.

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De esto no se le hizo cargo: solo sí de haber publicado tal lista, dando á entender con esto (decian los contrarios) que los demas que disintieron eran unos hereges, é impios. Ellos lo decian: ellos fueron los que lo publicaban. Juzgo no tenian otro impulso, para declararse, que. el remordimiento perpétuo que devoraba sus almas, y les hacia desahogar su veneno eructándolo en lo público, para que se creyese lo contrario.

Un señor diputado....... se valió de este motivo para pedir se formase una comision, que investigase el autor de la carta misiva. Habia libertad de imprenta, era notorio lo que la carta publicaba, pero no acomodaba á la faccion. Resuelven acudir á que se pesquisase por todos medios posibles el autor de este escrito. ¿Podia darse ma, yor injusticia, contradiccion mas manifiesta, estado mas lamentable? Toda pesquisa se prohibia por la constitu cion: y sus autores mandan indagar por todos los arbitrios imaginables al autor de la carta Libertad! Libertad tan decantada por los labios de los diputados, y en rea lidad un verdadero despotismo en la práctica. Tal es la

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