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ficios hechos por los frailes á la religion, al soberano, al estado, á los pueblos de nada sirvieron. Ellos espiran entre horrores por, salvar la religion y su patria de la esclavitud , y de la impiedad, y luego que con su sangre ayudan á libertarla de un monstruo, principian sus hermanos á sufrir. Nadie pudo esperar tanta ingratitud.

Para remediar en la apariencia sus males, se manda señalar una pension de reis reales á los religiosos, sacada de los bienes que eran suyos (1). Pero ni esta pension se pagó á los mas de los individuos, ni menos se les oia en sus reclamaciones. Asi estaban en combustion los ánimos; crecia el general disgusto; los pueblos por sí pasaron á entregar los cláustros á sus religiosos, y aun amenazaron con la fuerza á los ayuntamientos, á los intendentes, y á los gefes políticos. La mayor parte de los conventos se entregan por estos medios, cayendo en la indignacion del gobierno los gefes políticos que no lo impedian. He visto las señales de desagrado dirigidas por el gobierno al señor Corregidor de mi pueblo, luego que él manifestó que los religiosos habian tomado sus conventos. ¡Cuánto sentimiento hubo en las córtes por lo sucedido en Sevilla con los frailes! El descontento se generalizó en la península por la conducta del gobierno con los regulares.

Las quejas á las córtes eran diarias; mas insistiendo la faccion dominante en que se estinguiesen, ó se acabasen á fuerza de miserias, postergaban la tal reforma, daban éstas aquellas medidas, diciendo, mientras se arreglaba el espediente general, y esto nunca se hizo. Á no haber los pueblos, ó los gefes políticos é intendentes por sí procedido á entregar los conventos y algunas propie. dades, los religiosos hubieran perecido en gran número. En Madrid al acercarse el gobierno, mandó éste la entrega de algunos conventos para ganarse el afecto de aquella córte. La crítica mas mordaz se suscitó por los

(1) Decreto del 16 de agosto de 813, t. 4. de los Decret. p. 173.

que

enemigos de los frailes. El Universal (1) se atrevió á censurar la conducta de los capuchinos de Madrid en el dia llevados de un santo regocijo, convidaron á los fieles á acompañar á Jesus Sacramentado, trasladándolo desde la parroquia á su Iglesia. ¡Ah! ¿Está ya demostrado cuál era el ánimo de los regeneradores? Ibamos á perecer si se insistia en la reforma que tanto se proclamaba.

La vuelta de nuestro amado saberano calmó la tempestad. Su presencia nos restituyó la vida. Sus primeras atenciones tuvieron por objeto mirar por esta porcion escogida de sus vasallos é hijos. El 20 de mayo de 814 dió su soberano decreto para remediar tantos males como sufriamos. Sus palabras dicen la persecucion que se nos habia hecho. Yo no podré dar una prueba mas terminante sobre el argumento de mi capítulo. Ellas cerrarán el número de mis citas : sus palabras nos fueron como las de Ciro á los judios. Ellas nos volvieron á nuestro templo, al lugar de nuestros sacrificios.

,, Informado de que la miseria y abandono en que ,,han quedado los regulares por el injusto despojo que han ,,sufrido de todos sus bienes, los tiene errantes y fuera de ,,sus cláustros con escándalo del pueblo, y sin poder lle,,nar los deberes de su instituto, y no pudiendo por otra parte desentenderse de las ventajas que resultarán al es,,tado y á la Iglesia de que se reunan en sus respectivas ,,comunidades, ha resuelto S. M. ha resuelto S. M. que se les entreguen ,,todos los conventos con sus propiedades y cuanto les ,,corresponda para atender á su subsistencia (2), &c. »

La piedad de nuestro soberano, el celo de los señores arzobispos y óbispos, el amor de todos los españoles por su religion y por sus ministros, han reparado como por milagro las ruinas de nuestros enemigos. Dos años cumplen hoi mismo dia en que escribo de la vuelta de

(1) N. 2.

(2) Otra órden se publicó el 23 de mayo para los conventos de religiones, principia asi: informado S. M. de que la escandalosa persecucion que han sufrido las órdenes religiosas, &c.

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nuestro soberano. Los cláustros casi todos estan reparados sus religiosos se ocupan en la salvacion de las almas, en la instruccion del público, en la edificacion de los fieles. La España es el pais mas hermoso de la Iglesia de Jesucristo.

¡Dios mio! benditas sean vuestras misericordias. Nosotros habíamos pecado tal vez con mas criminalidad que

los que estan en el siglo: nos castigó vuestra diestra: nos arrojásteis de vuestra casa y templo; anduvimos errantes; pusistes nuestras miserias á la crítica de nuestros enemigos..... fuimos el oprobio de nuestros contrarios: todo el dia se exacerbaban sus iras contra nosotros.... Llegó el dia de nuestra redencion: nos congregásteis de los pueblos é islas donde su furor nos habia arrojado: mostrásteis á todo filósofo é impio que aun habia Dios en Israel; que Vos mismo cuidábais de vuestros ministros, que no mirábais con indiferencia nuestras privaciones y fatigas, y cuanto la maldad maquinaba contra nuestro pueblo. Nuestros clamores penetraron los cielos: vos descendísteis para salvarnos con el brazo de vuestro poder. En un momento habeis hecho vuestra obra. ¡ Dios mio, seais bendito para siempre!.

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CAPITULO XVI.

Decretan las córtes la celebracion de un concilio nacional. Este debia reformar la disciplina de las Iglesias segun las nuevas doctrinas.

Desde los primeros dias de nuestras córtes se dió á

entender á la nacion que nuestros reformadores estenderian sus planes no solo sobre el estado, sino sobre la religion. Nuestros representantes declarados como los asambleistas de Francia con los poderes ilimitados de constituyentes, ó con las facultades estraordinarias de una indefinida soberania, se abrogaron mui desde el principio la inspeccion de todos los asuntos, la decision de todos los negocios, y aun la resolucion en varias materias, de que se dudaba por los señores obispos por la incomunicacion con el papa. Todo se principió á resolver por la soberania de lo que se decia nacion: nada habia que los contuviese.

La supresion de rentas eclesiásticas, su inversion en otros destinos, que no se proveyesen prebendas, beneficios, y otras materias de este órden ocuparon la atencion de las córtes desde los primeros dias. Todo se reformará, decían los papeles públicos, se acabarán las preocupaciones y el fanatismo, se remediarán los abusos y prácticas religiosas. Las verdades del pozo de Demócrito saldrán al público, las nuevas luces se difundirán desde las columnas de Hércules hasta los mas remotos pai

ses (1). Apareció lo filosofia: entró á reinar la razon; las tinieblas huirán de nuestros horizontes; todo se renovará con un concilio nacional que reforme la Iglesia, y el estado se asegurará con una constitucion firme, y estable. Con tan alhagüeñas voces se preparaba á la España para recibir la reforma general del trono y del altar, de las leyes civiles y religiosas que regularon hasta alli nuestros códigos y la disciplina de la religion.

y

Los egemplos de Constantino (2) y de Carlo Magno (3) en la antigüedad, y la conducta de Napoleon (4) en nuestros dias se ponian á la vista de nuestros nuevos soberanos. Los proyectos de aquellos príncipes bullian en los cerebros de algunos de nuestros diputados. Atender al estado al par que á la religion, convocar concilios formar códigos, regular el imperio y el sacerdocio, teologizar sin principios, decidir como papas, y mandar que se esté à lo decidido (5): vencer con la espada á los enemigos de afuera, y contener con barreras fuertes á los que perturbaban la paz interior con errores y con disputas, organizar las provincias, y cuidar de las iglesias.... ser todo, y decidir en todo; á esto aspiraban nuestras córtes. Nada escluyeron de sus atribuciones, se hicieron téologos, obispos, papas, como fueron constituyentes, sobe. ranos absolutos.

Á poco de la instalacion de córtes se destinaron algunos eclesiásticos para que interviniesen en los asuntos de las iglesias (6). El 22 de abril de 811 se formó una comision eclesiástica al modo de la que se organizó por

(1) Conciso 14 de setiembre de 810.

(2) En el concilio de Nicea, en que precedió á los obispos. (3) En el concilio de Aix-la-chapellet convocado por este emperador, año de 809.

(4) El concilio de Paris convocado por Napoleon año de 97. (5) Hago alusion á la carta dirigida por Carlo Magno al papa Leon III., en que echándola de téologo se metió á probar la procesion del Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, siendo lo particular, que se duda si sabia escribir dicho emperador.

(6) 10 De diciembre de 810. tom. 1. de las sesiones, pág. 116.

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