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cion que se haria despues para todos los eclesiásticos, segun se vociferaba.

La constitucion política, usurpado el poder soberano, habia transmitido la corona á las sienes de un pueblo siempre súbdito, siempre vasallo. Se trastornó el gobierno por decretos formales, por leyes discutidas, por constitucion jurada: dejó de existir la monarquia, se atacó al trono de nuestros soberanos, mudóse toda la nacion; ¿quedó una sola cosa que no se variase?... Este es, españoles, el camine trazado ya para esperimentar la religion los primeros tiros y asaltos en las materias que acabo de citar: todo era de temer: ¡tal era la situacion de la España!

Las líneas tiradas en el diseño son como los planes de la constitucion política: cada uno aislado, cada punto visto de por sí no presenta la revolucion general contra la monarquia, contra los reyes, contra los pueblos, ni descubren verdadero plan de ataque; pero reunidas estas líneas, puestas en escala, forman ya un plan solo. ¡Ah! En todo el bosquejo no aparece sino la destruccion del estado. Esto es lo que advierto en todas las materias indica das para la reforma de la Iglesia en España.

Se pretendia innovar los puntos señalados de la disciplina de la Iglesia: cada uno tenia mil dificultades que superar para ponerlas al arbitrio de un concilio nacional; pero todo el plan como se ve detallado, no está á las faculta des de nuestros obispos reunidos ni separados. Él escede la jurisdiccion ordinaria de los obispos... En el hecho solo de tratar de innovar ó reformar muchos de los artículos dichos se hacen sospechosos de cisma.... Voi á esplicarme mas claro.

CAPITULO XVIII.

Conformidad de algunos de estos planes con las máximas de los jansenistas y Sinodo de Pistoya.

Tengo

engo á la vista multitud de papeles, en los que se arguye á un señor diputado de las cortes de estar iniciado del jansenismo. Me abstengo de citarlos por estar mui lejos de mi modo de pensar una acriminacion tan odiosa. Hablo de los planes de una y otra comision, y apunto las palabras de este señor, que estan conformes con el dictámen. Mis observaciones tienen por objeto, no tanto convencer a muchos de nuestros españoles, que niegan no haber jansenismo en España, de que efectivamente lo hai en alguno otro, aunque no pueda señalarlo, como el de refutar sus doctrinas esparcidas entre nosotros ya mui de antemano. Apuntemos primero hechos indudables; pasemos despues á las doctrinas: contraigámoslas por úl timo á nuestros planes de reforma eclesiástica.

a

De la estada de Jansenio en nuestra peninsula, y de su correspondencia con algunos de nuestros sábios, tenemos los documentos en su correspondencia epistolar con Verger (ó san Ciran), impresa en Lovaina, un tomo en 8. año de 1654. La 1.a carta fecha en Madrid á 2 de julio de 1626 da á entender á san Ciran lo que está obran do en el pais, y lo que estudia en su Seraphia. (san Agustin). En la 2.a le insta á que venga á Madrid á verse con él, porque no saldria de aquella ciudad tan pronto; añadiéndole,, por mi mismo he recibido el escrito que ,,me envias. Sobre su impresion veré lo que convendrá ,,hacer: aqui hai muchas formalidades para imprimir la

,,menor hoja de papel, y dificilmente se puede huir de ,,las manos de Pacubio (el jesuitismo).,, En la 3.a 4 de febrero de 1627, le vuelve á hablar de la imposibilidad de imprimir el escrito de san Ciran en Madrid, y de que para su impresion seria necesario reformarlo de tab modo que el perderia su fuerza.

Á su vuelta á Lovaina, hecha con precipitacion (porque la Inquisicion iba á prenderle), le repite otra carta a últimos de abril de 1627, avisándole que él habia trasladado de su letra algunos egemplares de su escrito, y que los habia repartido en España. „, He sido recibido, ,,dice, por todos con placer; no ostante, proseguiremos ,,enlazandonos mas fuertemente con las personas de Espana. El 16 de julio de 1627 escribio otra ca ta desde ,,Bruselas. Esta es, dice, cosa que ciertamente se escribe ,,desde España, para tomar informacion de las calidades ,,de este personage (Jansenio), porque toda la tempestad ,,de España (que no es pequeña), se le ha atribuid.. El ,,no tiene duda alguna de que se le haria afrenta en Es,,paña (si aun estuviera en ella) metiéndolo de repente, ,,é injustamente en la Inquisicion.... Y esto es mui gran,,de motivo para no volver jamas á España.,,

En Lovaina á 31 de diciembre del mismo año, dice, ya de cierto, que la Inquisicion de España le iba á echar mano, y que el mismo Jansenio habia ido á Salamanca, y hospedadose casa de un doctor de aquella universidad llamado Basilio de Leon. En 11 de febrero del siguiente en Lovaina escribio otra, y se ratifica mas en que lo hubieran preso en Madrid. No ostante, á 7 de diciembre de 1629 escribe desde la misma ciudad á san Ciran haber recibido una carta mui cortés de un general de Roma, que le ofrece todo su poder, para ayudarle en todas sus cosas, y que los de España habian dado motivo á esto (1).

El caracter de Jansenio, que se hacia acomodar á todos los papeles, y que por la persecucion que sufrió en (1) Véase al Hervas citado tomo 11 desde la pág. 326. hasta la 346 incluida y en el tomo las páginas 454, 455, y 456.

Paris, tenia un ódio mortal á la familia reinante, le sugi. rió la idea de ganarse la voluntad del rei católico, componiendo y dando á luz su Marte frances. La guerra declarada á la Francia por Felipe IV... hizo en España mui apreciable el escrito de Jansenio, y aun se mereció el obispado de Ipres en 1635: su correspondencia debia estenderse mucho mas siendo ya obispo, que cuando era solo un mero doctor. La union de Flandes á la corona de España hacia de uno y otro pais una sola dominacion.

Los resultados del jansenismo no se notaron entre nosotros; pero las reformas insinuadas en tiempo de las llamadas cortes, y las doctrinas que con anterioridad de su instalacion comenzaron á divulgarse, dan á entender que el pus jansénico se introdujo en la península. Sus horrorosos efectos se han visto despues, y aun los palpamos en el dia. Vamos á los documentos.

Públicos son los proyectos de Bourg fontaine y el de Port-royal para estender la doctrina de Jansenio por toda la Iglesia, viciando los autores mas ortodoxos é ingiriendo en ellos las máximas del obispo de Ipres. Por las pruebas jurídicas hechas en Francia para destruir una liga tan criminal, es notorio el avocamiento de Jansenio y Arnauld Andilly en 8 de agosto de 1621 tenido en la casa de Berger en Paris. Por los mismos documentos consta, que en la Cartuja llamada de Bourgfontaine á 16 leguas de Paris, y en el desierto de Port-royal, seis leguas de aquella córte, se trazaron los planes para la rebelion general contra la Iglesia... Esta abadia fue destruida en 1709 por haberse trabajado en ella el horroroso sistema de destruir la religion. Arnauld, Tillemont, Nicole, L'Maitre fueron los mas célebres escritores de Port-royal. Sùs doctrinas se estendieron con rapidez por toda la Europa. El proyecto era reformar la Iglesia, haciendo á todos los obispos casi iguales al papa, y dando á los príncipes el gobierno de la religion en todo lo esterior. Con esto atraian á los obis pos y á los reyes á su favor, y con quejas amargas con

tra la relajacion, embaucaban la multitud (1), creyéndo. los unos justos enviados por Dios para restituir en la Igle. sia su antigua disciplina.

Bajo de estos datos ciertos, entremos ahora á ver los indicantes del jansenismo en nuestra España. Las obras de Nicole, traidas de la Francia, se estendieron en todos los pueblos. Consumidas las remesas venidas de aquella nacion, se trató de reimprimirlas en Madrid. La Inquisi. cion las prohibió, pero un empeño el mas decidido, unas apologias las mas acaloradas, ó unas tramas las mas ocul tas hicieron que las obras de Nicole tuvieran la licencia de publicarse. Ellas se ven en las manos de todos; ¿quién de sus lectores se eximirá de su contagio? Un meloso es. tilo, una locucion penetrante, la uncion devota, las citas frecuentes de escritura, el artificio con que ellos esparcen sus doctrinas aparece en todos sus escritos.

Notorio es el trabajo que se tomó el jansenismo en corromper las obras mas piadosas (2). El V. Kempis en su apreciable obra de la Imitacion de Cristo al capítulo 55. lib. 3. pág. 319. tiene esta proposicion terminante, afianzada primero en el testo de S. Pablo (3), como si de él fuese su seqüela inmediata. Velle bonum mihi adjacet, perfi cere autem non invenio. Hinc sæpe multa bona propono; sed quia gratia deest ad adjuvandam infirmitatem meam, ex levi resistentia resilio et deficio (4). En la teologia escolástica del P. Tomas de Charmes se han ingerido tambien doctrinas contrarias á las que publicó un autor tan católico. En las últimas impresiones se han mudado las cuestiones de la gracia haciéndolas propender al jansenismo (5).

(1) Véase en el Hervas las máximas del jansenismo tom. I. p. 143. (2) Hervas citado. (3) Ep. ad Rom. c. 7. v. 18.

(4) Aliqua Dei precepta hominibus justis volentibus, et conan tibus secundum praesentes, quas habent vires, sunt imposibilia: deest quoque illis gratia, qua posibilia fiant. Obsérvese con atencion la identidad.

(5) Las impresiones que le han mudado tienen á la portada. Secundum D. Agustini principia. Basani.

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