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¡ con qué ostentacion iban estas al deguello! ¡qué religiosidad en los sacrificios! ¡ cómo se ofrecian antes de las batallas! ¡qué sumision á los misterios, á sus supersticiones

ritos!...

y La iliada de Homero, y la teogonia de su contemporáneo Hesiodo dan las ideas mas grandiosas de un culto el mas costoso, aunque falso, y de unos dioses que recibian de toda Grecia la religion mas respetuosa, aunque eran unos ídolos. Aun existe la circunstanciada estructura del famoso templo de Diana en Efeso. Dígame el señor C... si era rústico, si era humilde. Sabidas son las famosas estátuas de Minerva, de oro y de marfil, de veinte y seis codos de alto, y la de Júpiter Olímpico, que trabajó Fidias con los mismos materiales. Eran pobres, toscas, rústicas?

Numa, sucesor en el imperio que fundó Rómulo, erigió altares y templos, dividió en clases los ministros del culto, y puso la primera dignidad en un sumo pontífice que vinculó á la persona del rei. El consagró vírgenes y sacerdotes, y dió á estos la autoridad de decidir de la paz y de la guerra, haciéndolos árbitros de la suerte del imperio. Los templos de los romanos se ven en una gran parte del mundo: sus primeros materiales, su estructura, sus adornos, dicen si son ó no rústicos. Su magnífico pan-: teon existe aun en Roma. Consúltese, en el ínterin hablo de la institucion del cristianismo.

ya

Nuestro adorable Redentor, el fundador de la Iglesia, la religion cristiana van á hablar ya á los hombres, sobre los altares, templos, cultos, sacerdotes, ritos. Esta es la única religion verdadera, la sola divina: Dios la ha plantado: Dios la consolida : sus egemplos y su doctrina decidirán la disputa.

No ostante que Jesus nace pobre en un albergue de brutos; sin embargo de vivir toda su vida humilde, laborioso, y morir en una cruz sin tener donde reclinar la cabeza; aunque predicó con doctrina y con egemplo, que nada queria del mundo; luego que trató de quedarse con

65 los hombres, y de que sus hijos ofreciesen al Eterno Padre el incruento sacrificio de su carne y de su sangre, busca para celebrar tan divinos misterios habitacion espaciosa, adornada, rica (1), cuanto podia haber en casa de un hombre bien acomodado. Id, les dice á sus discípulos, preparad la cena: en el camino hallareis un hombre que lleva un cántaro de agua, seguidlo, y al amo de la casa en que entre, decidle que yo tengo necesidad de su estrado. El os lo franqueará al instante 2).

Señores filósofos, éstas son las primeras lecciones que dió Jesucristo á sus discípulos de los templos y altares en que queria ser adorado por los hombres. Consiguien-. te el hijo de Dios á lo que antes habia hecho en sombra ó figura con el arca del testamento, y con el templo de Salomon, no deja al arbitrio de los hombres el que le den' éste, ó aquel culto. El mismo Dios inspira el modo de hacerle el arca y templo, con toda la riqueza y magnificencia de un pueblo inmenso, solo porque aquel altar y templo eran los bosquejos de los verdaderos templos y altores del cristianismo. A preparar el camino de éste estaba únicamente reducido todo el testamento antiguo (3).

Jesus quiere celebrar la pascua, é instituir el único sacrificio, que habia de reunir todas las víctimas: lo hace efectivamente el penúltimo dia de su vida, y el templo que elige, ó el altar en que se consagra, es la sala mas adornada y magnífica que pudo haberse. He aqui, amadores de la pobreza para los templos y ministros; he aqui el modelo primero de un templo de cristianos: éste es el primer altar en que adoro por la primera vez la humanidad á su Dios, encarnado y hecho victima por sus delitos, con un culto verdadero, cual debia tributarse, y del que solo era digno. La Iglesia está naciendo: tendrá sus incrementos: llegará á su robustez; no la perdamos de vista.

(1) Ipse ostendet vobis coenaculum magnum, stratum, et ibi parate. S. Lucas, cap. 22. v. 12.

(2) S. Lucas, cap. 22. v. 8. 9. 10. y 11. (3) Sanctus Paulus ad hebreos

cap. 10.

Luego que el cristianismo se vió libre de sus perseguidores y tiranos; luego que él aprobó á fuerza de tormentos, de egemplos, de virtudes y desprecio del mundo, que su religion era la verdadera, la única, la sola divina; los emperadores mismos le labraron los primeros altares y templos (1). Existen los de san Pedro y Salvador en Roma, los de santa Sofia en Constantinopla, una multitud de iglesias suntuosas y magníficas llaman la curiosidad de todos los sabios, y la admiracion de todo el gusto.

Aun los sarracenos, enemigos del cristianismo, adoptaron el sistema de suntuosidad, de la mayor ostentacion en las fábricas de sus mezquitas. Véase la catedral de Córdoba. ¿Es humilde ?... ¿quieren mas pruebas las filósofos, ર los deistas?... me dilato demasiado.

Juzgo una verdad demostrada, que jamas adoró la humanidad á un Dios verdadero ú fingido en altares de césped, en templos rústicos, humildes: por el contrario, éstos fueron siempre los mas suntuosos y magníficos. Asi como no hubo jamas pueblo alguno que no tuviese sus templos y sus ídolos, asi tampoco se me mostrará uno de estos templos, altares ó ídolos en que no hubiese lo mas precioso, lo que mas estimaban sus adoradores. La idea de que á Dios se le ofrece lo mejor es la base primera de todo culto esterior, el principio mas inegable en la religion, y en la idolatria. La supersticion no dió ser á esta idea: el fanatismo no la generalizó á los pueblos: la razon la lleva á todos los paises.

Las artes y las ciencias consagraron sus primicias al Dios de la adoracion de sus, inventores. La religion perfeccionó sus obras, y el culto público le dió la estimacion, el estímulo. La pintura y la poesia, la escultura, música y arquitectura parece se inventaron para hacer palpa-. ble á los hombres los atributos de la divinidad, y á que por unos objetos visibles, los mas admirables en toda lí

(1) Selvagio antiquitatum cristianarum institutiones. Libro 2. cap. 1. § 18. pag. 10.

nea, se arrebatase su atencion á otro objeto mas digno::: á la divinidad que adoraban. Homero cantó las glorias, de su Júpiter. Praxiteles puso al público su Venus. Polinoto pinta sobre un pórtico de Aténas á los dioses que pelearon por Troya. La lira de Orféo encantó á los dioses y los órdenes dórico, jónico y corintio, adornaron sus templos. Jamblico, Proclo, Mercurio, Trimegisto, Platon, Pitágoras, los sabios mas antiguos ocuparon sus talentos en dar á conocer á los mortales los dioses de sus cultos.

Lo mas sublime, lo mas esquisito, lo de mayor gusto se consagró siempre á la religion, porque el hombre material y sensible no concibe á un Dios grande, criador de cielo y tierra, dueño de todo, sino por cosas grandes y magníficas (1). Estas son las que le hablan al corazon, las que le mueven y le elevan. Los templos rústicos, los altares de césped solo recordarán las cebollas, ó los ajos de Egipto, las cuevas de Dodona en Grecia, los subterráneos de Júpiter Picthio, donde se escondian, no los ídolos, sino los infames ministros para hablar como adivinos... Sigamos el plan que rebatimos.

"Se trata de borrar las equivocaciones de veinte si»glos, dice el señor C... y esto no es obra de un instan "te (97). Seria tan poderoso el error sino tuviera de»fensores acérrimos, y en caso necesario mártires? Nues"tros pueblos embrutecidos y contagiados por la opre»sion y el error, no son susceptibles de ninguna refor "ma pacífica, mientras no se les cure, y como esta cu"ración debe tenerse por desesperada, es preciso dirigir» se á la generacion naciente. Tal debe ser el objeto de la educacion nacional (71). La luz triunfa de todos los » obstáculos, se introduce por todos los resquicios: si el "gobierno no prepara los ánimos, será víctima de la lu» cha sangrienta (76). Impidamos que se degrade la razon de los hombres: apartemos los errores, y enseñemos solo cosas precisas, útiles, exactas (77).

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(1) A magnitudine speciei creator horum videri potest, sempiterna quoque ejus virtus, et divinitas. S. Paul. ad Rom. c.10. v. 20.

Llegamos al término del plan del señor C... Que no haya religion cristiana: ¿ésto es á lo que se aspira? ¿Las equivocaciones de veinte siglos que exige del gobierno se borren, serán la doctrina de la religion que Jesucristo es tableció mil ochocientos diez y ocho años? Si no son estas las equivocaciones, no hallo en la historia otras, á queatribuirlas, viniéndonos desde aquel tiempo. Nuestra razon se manifiesta degradada: los errores son los que la degradan; propone que se aparten. ¿Y estos errores cuáles son? por las señales con que se descifran son los dogmas de nuestra fe divina. Ellos son los que únicamente (1) han tenido defensores acérrimos que los han defendido con el martirio. Estos son los que hace veinte siglos que se publicaron, y los que en el lenguage de la filosofia tienen embrutecidos nuestros pueblos, y degradada la razon. He aqui puntualmente lo que desde el tiempo en que se publicó nuestra religion, se le atribuye por los filóso fos, lo que se le repitió en nuestros dias por Rousseau, Vol. ter, Federico, Helvecio, y por todos los filósofos. Todos impugnaron la fe cristiana, porque degrada la razon, cre: yendo cosas que ella no puede comprender. ¿No ha sido esta doctrina sembrada por toda la Europa en multitud de libros impios? :::

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Y qué no son estas las palabras del señor C...? ¿Ha habido otro sistema en los enemigos de la religion cristiana, que el destruirla, pretestando ser contraria á la filosofia, á la razon natural, á la cultura? ¿S. Pablo no dijo terminantemente que las gentes reputaban por ignorancia la sabiduria de la cruz, la ciencia de la religion (2)? ¿No es esto lo que repitió Celso, Porfirio, Juliano, y en nuestros dias todos los reformadores que se guian por la filosofia, segun ellos han querido entender?

(1) Algun filósofo dió la vida por sostener su opinion. Uno ú otro herege sufrió la muerte en defensa de un error. Un entusiasta no es un mártir, un caso rarísimo en multitud de siglos no forma egemplo, ni menos produce prueba alguna sobre un particular.

(2) Epistola 1. ad Corinthios. cap. 10. v. 18.

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