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el uso libre de todo culto en la España? ¡Ah! los franceses no se atrevieron á tanto: prometieron respetar nuestra religion, y el intruso José mandó en su constitucion que la reconocia sin mezcla de alguna otra (1).

El 16 de setiembre publicó su número 12, y dió principio á rebatir los papeles públicos que no entraban en el plan de hacer cambiar la opinion pública. El 20 volvió al ataque contra el Diario mercantil: el 22 zahirió á los demas periodistas, y el 28 adulando á los señores diputados, les exorta, » cierren los oidos á la supersticiosa » ignorancia, y descargen el rayo de su poderosa justi»cia contra el sórdido interes, el ominoso egoismo, y » la solapada hipocresia. Esperamos, (continua) el es» terminio de las preocupaciones, del fanatismo, del "error con un código de leyes que contenga costumbres puras, ideas liberales. »

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Hemos visto ser este el estilo adoptado por los rege. neradores de la Europa. Público es el sentido de las voces supersticion, ignorancia, preocupaciones, fanatismo. Las costumbres puras equivaldrán á sin mezcla de piedad, prácticas religiosas, devocion. Las ideas liberales no se sabia el 28 de setiembre del año de 10 por qué supo. nian; mas por desgracia ya ha conocido la España qué ideas eran éstas. Las nuevas instituciones debian estinguir las antiguas, y la España regenerada á la moderna, gusto de la Francia y de su filosofia, deberia entrar entonces en el goce de su primacia entre las potencias de Europa (2). Españoles, hablo despues de los hechos mas públicos; y no hago mas que con ellos esplicar los planes, y las ideas de nuestros reformadores. De este modo no yerro, ni me espongo al resentimiento y crítica.

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En el número 37 da ya por supuesto que las córtes iban á regenerar la nacion, y pasa á esponer la necesidad que teniamos de la reforma, los medios que debian adoptarse, y la resistencia que habia de hacerse á los que

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sintiesen del plan. Sus proyectos no miran solo al Estado; incluyen tambien la religion. » Urge demasiado, dice, ,,que los hombres que tienen su alma en sus carnes, y su ,,conciencia limpia opongan sus luces á las tinieblas que se ,,esparcen por algunos sobre los espíritus apocados, y los ,,entendimientos poco instruidos... Tengo por cierto que ,,solo la lei y el rigor, tan necesario para el buen órden ,,la salvacion de la patria, podrán contener los males que ,,con su fanatismo pueden causarla. Estas son las prime. ras chis pas que encendieron á poco la guerra de opinion, que nos dividió: por algunos años durará este fuego: él está al parecer estinguido: un leve soplo le podrá revivir.... Los que no respondan (conforme él dice) son pro»tectores del despotismo, enemigos de la nación, y de sí » mismos, fomentadores de la discordia, y podrán con su » resistencia, ó con sus escrúpulos y opiniones conducirnos » á los males de la revolucion francesa, que cabalmente "tuvieron principio en la resistencia que los fanáticos » hicieron á reconocer la soberania de la nacion, é irritados asi los ánimos, cansados ya de sufrir como noso», tros, causaron la esplosion. »

» La nacion española necesita reformas, y remedios » radicales y enérgicos; y no abusará sino á impulsos de » la resistencia, que al procurar el bien halle su repre» sentacion en el fanatismo. Religion pura; constitucion » que asegure nuestros derechos; rei y nunca déspota; » concordia en los pareceres, esto es lo que necesitamos...

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De este modo se acometia á la vez al trono de nuestros reyes, y á los altares de la religion. Asi se ponia á la España en combustion. Aun no habia un partido conocique hiciese resistencia á las reformas que se publicaban ya; pero era indispensable que se resintiera la España de las inovaciones que se iban á hacer; y entraba en la precaucion de los reformadores suponerse enemigos, y principiarlos á impugnar al tiempo que insinuaban las nuevas doctrinas. Esta es la comun táctica de todo reforma. dor, alhagar para seducir, seducir para introducir el error.

Estamos en los principios de las reformas del altar, y hallo necesario advertir desde las primeras pruebas la identidad de planes de nuestros reformadores, con los de los jacobinos y conspiradores de Francia; la conformidad absoluta de los medios que aquellos usaron para destruir la Iglesia de Jesucristo; el estilo, frases, voces, que usurparon para alucinar al pueblo, y sublevarlo contra los obispos, sacerdotes y demas ministros de la religion; y cómo se adoptó este plan por algunos diputados publicistas. Todos usan de unos mismos términos: unas solas ideas se estienden en Paris y Cádiz desde el señor C... hasta G... desde el Semanario, hasta el Duende de los cafés: en los tres años que duró la regeneracion de la España, no se oyó mas que unos mismos planes propuestos de un solo modo, repetidos con los propios términos, y todos, todos copiados servilmente de los conspiradores. de la Francia. Unos coloridos mas bajos son los que han servido por acá; pero el pincel es uno solo, unos los maestros, la escuela es toda una; á lo menos los cuadros. que se presentan, asi lo dan á entender..

En el Conciso, que acabo de citar se exorta á los señores diputados á que purifiquen la Religion, para que el estado eclesiástico no haga la oposicion, que se temia, y que efectivamente sucedió: les hace presente el estrago de la Francia; y su esplosion, suscitada por los fanáticos, porque no reconocieron la soberania de la nacion. Irritaron, dice, con su resistencia los ánimos, y éstos, ,,cansados de sufrir como nosotros, causaron la esplosion. ,,La nacion española necesita reformas, y no abusará del poder, sino á proporcion de la resistencia que hallen al ,,bien los fanáticos: religion pura es lo que necesita la ,,España.,, ¿Y quién va á depurarla? ¡Unos seglares, unos hombres sin autoridad, sin instruccion algunos :::::!

El clero de la Francia hizo oposicion al partido de los jacobinos, porque éstos iban á destruir el trono y el altar. Atribuyeron su resistencia á no querer perder sus riquezas; todas las dejaron por conservar su honor. El

impío Mirabeau á pesar suyo confesó esta verdad en la asamblea de Paris (1). El clero de Francia se sometió al fin á reconocer la soberania de la asamblea, por tal de impedir con su sumision el que se les atribuyese lo que el Conciso les imputa, despues que la esperiencia mas dolorosa ha dicho que era á lo que se aspiraba por los facciosos de la Francia. El clero se allanó á todo hasta que tocaron á su fe, á su divina religion: vió que á ésta se dirigian los tiros de la filosofia, queriéndola reformar á su antojo, é intentándola destruir, entonces en la Consergeria, en el Carmen, en las plazas públicas dieron el testimonio de su fe con su sangre, murieron mas de treinta mil, renovando los siglos de oro de la religion cristiana. Estos son los fanáticos del Conciso: á estos se les atribuye la esplosion de la Francia::: ¡Mártires del señor, abogad por los mismos que insultan vuestras cenizas! ::::

Un clero pintado hasta alli por los filósofos de avaro, de sensual:::: con los colores mas denigrativos aparece en el público; todo lo sacrifica menos su fe. El mas relaja. do como el mas virtuoso; el egemplar obispo Beaupol, como el cura Fournetz, luego que conocen que la guerra es á la religion, vieron la hora de su martirio: muramos to. dos, dijeron, muramos por Dios. Yo, dijo el último, seguiré á mi obispo como el diácono san Lorenzo á san Sisto: yo, dijo el primero, tengo setenta años, y no quiero deshonrar mi vejez: no juro; voi á morir. (2):::::

¿No sabia esto el Conciso? ¿acaso no habian ya pasa do diez y ocho años de estas escenas crueles? ¿ no es público en todo el mundo, por qué se resistió el clero de Francia á las reformas de los jacobinos? ::: ¿No edificó aquel santo clero á toda la Iglesia con su resistencia, y su muerte? Ah! Su sangre derramada ha pedido vengan, ¡ za al cielo, y éste la concedió, haciendo morir á sus ene migos en los filos de las guillotinas mismas, que éstos in

(1) Ellos han conservado su honor, dijo, pero nosotros tenemos sus riquezas.

(2) Hervas, revolucion francesa, tom. 1. pág. 63 y 64.

ventaron para matar mas eclesiásticos en un dia::: ¿Y aun se atreve el Conciso á poner á aquel clero de fanático, y atribuirle que por su resistencia á las reformas útiles se hizo la esplosion?::: ¡Ah! El Conciso queria que los eclesiásticos de España fuesen como los profetas de Israel. Pax, pax, et non erat pax. (1). Paz de los pecadores, de los inicuos, de los impíos que dan este nombre á la desolacion (2).

Clero de España, esto era avisar la suerte que ibas á seguir, si hacias la resistencia que el clero de Francia. Españoles, esto era preveniros para que no asintieseis á la oposicion de los eclesiásticos: esto era alhagaros, y para que entráseis á purificar la religion, bajo el dato cierto que jamas abusariais de vuestro poder, sino á impulso de los eclesiásticos por su resistencia al bien: esto era en fin decir al clero, que si se resistia á el pueblo, abusaria de su poder. Mas claro: esto era señalarle á los revoltosos el camino que habian de tomar para oponerse al estado eclesiástico.

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Resistióse no solo el clero, sino la España toda: se opusieron á la reforma los españoles todos, escepto los pocos de la faccion: el choque de ideas empeñó á los reformadores cada vez mas; sus esfuerzos estuvieron siempre en razon de la resistencia que hacia el español, porque no saliesen con sus planes adelante; pero suplieron la malicia, la intriga, la seduccion y el poder de los reformadores, que la justicia y la verdad no podian hacer de los españoles... La guerra principió por los papeles públicos: los periódicos exasperaron los ánimos: la oposicion se fomentó un partido venció, y ufano del triunfo, ansioso de someter á toda la España á sus maquinaciones, principió á seducir á los pueblos prevalido de su usurpada autoridad. Sigamos sus pasos, y al fin veremos qué era lo que se pretendia hacer con los proyectos de reformas con que tanto alborotaron á la nacion.

(1) Ecequiel. cap. 3. v. 10.

(2) Cum desolationem faciunt, pacem appellant. Tácito.

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