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pieza a influir en las interpretaciones más recientes del conquistador, en las biografías españolas del padre Tena y de los más modernos Ballesteros, Manrique y Gonzáles Ruiz y en las peruanas de Cúneo y de Rosa Arciniega. En muchas de éstas subsisten, todavía, estratificaciones de la leyenda anterior, que no han sido aún totalmente removidas y que demuestran que la información de 1529 debe ser leída con atento cuidado y servir no de remate, sino de punto de partida para nuevas deducciones e investigaciones.

Como dato que ilustra la eficacia y perseverancia del esfuerzo histórico investigador, que es siempre múltiple y solidario, cabe señalar algunos antecedentes del hallazgo y difusión de este documento. El primer dato revelador parece Corresponder al ya citado Boletín de la Academia de la Historia bajo el nombre del padre Fidel Fita. El mismo expediente aparece catalogado en el Indice de pruebas de los caballeros que han vestido el hábito de Santiago desde el año 1501 hasta la fecha, por Vicente Vignau y Francisco R. de Uhagón, publicado en Madrid en 1901. En la página 277 de este Indice aparece la siguiente mención: "Pizarro y Mateos (Francisco de). Trujillo (Cáceres), 1529".

No obstante estas referencias de 1892 y de 1901 el hallazgo documental no trasciende a las historias y biografías. La fuerza sedimentadora de la leyenda es poderosísima y sólo en 1924, y 1925 aparecen las primeras obras históricas influídas por el fundamental documento. Estas son: el bien intencicnado escarceo biográfico del padre Tena en Trujillo de Extremadura y la biografía de Pizarro del peruano don Rómulo Cuneo Vidal, que es quien traslada verdaderamente a la historiografía peruana el nuevo y trascendental aporte. El padre Tena resumió la información y trascribió en su obra la declaración del testigo Nuño García de Chávez (págs. 192 y 193). Cúneo reprodujo el mandato real (págs. 23 y 24), el interro gatorio (pág. 25) y extractos de las respuestas de algunos testigos, principalmente de la freila Catalina de Mena y de Inés Alonso, la barragana. En la trascripción de los nombres

de los testigos y en la dilucidación de los testigos ofrecidos y los que realmente declararon, hay algunos deslices en la trascripción de Cúneo. Sin embargo, es de Cúneo, y no directamente del documento original, de donde provienen todas las referencias de las modernas biografías a la información de 1529. De ahí el interés histórico de dar el texto íntegro y exacto del fundamental documento biográfico sobre el conquistador del Perú.

Los testigos.

La información de 1529 ofrece interés, no solo por los datos concretos ofrecidos por los declarantes sobre la procedencia y antecedentes de Francisco Pizarro, sino por las múltiples derivaciones que surgen de la calidad y de las características sociales y personales de los testigos. Trujillo era una ciudad medieval en la que convivían nobles, hidalgos y villanos y en la que, a la superposición vertical de las clases sociales, se añadía la pugna interna de los bandos y rivalidades feudales. Los testigos, aún sin declararlo, tienen que ofrecer un reflejo de esas luchas y traslucir en sus dichos o con su simple, presencia, la posición social de los Pizarro y la estimación de que éstos gozaban en la ciudad de Trujillo. Por esto, decía, que la información es un punto de partida para nuevas investigaciones.

Es muy difícil, sin embargo, rastrear la personalidad de doce o quince personas del siglo XVI, la mayor parte de ellas pacíficos y discretos moradores de Trujillo, sin figuración pública que perdure en documentos, convocados únicamente por el azar de una relación doméstica y particular con los Pizarro o con los humildes parientes maternos del conquistador. La primera línea de separación, que brota del documento, es la de los hidalgos y villanos, que no necesita hacerse constar expresamente, porque se deduce de la simple circunstancia de la firma: los vecinos nobles suscriben su su declaración, en tanto que los labradores y mujeres del pueblo declaran que no

saben firmar, lo que según el cronista Agustín de Zárate es indicio de "bajeza de linaje". Los primeros son los parientes. paternos, los segundos los vecinos del arrabal, junto al campo en que vivía la madre. El documento cobra así, por sus reservas vitales inexhaustas, un renovado y permanente interés.

Una segunda inducción, que puede obtenerse de la simple lista de los declarantés, es la que se refiere a la vinculación política y social de los Pizarro. Los vecinos nobles que declaran Hinojosa, Chávez, Ramiro, Mena, Carvajal, y aún los que se evaden o no pueden declarar a última hora por diversas circunstancias - pertenecen, todos, al bando de los Chávez, de cuyo jefe, Luis de Chávez, y particularmente de su nieto Martín de Chávez, fué conmilitón inseparable, el padre del conquistador, don Gonzalo Pizarro el Largo. Otra parte de los testigos, pertenece a la clase media de los hidalgos, escribanos o letrados que vivían en la plaza de Trujillo, lugar intermedio entre la villa señorial y almenada, en que vivían los nobles, y el arrabal de los villanos. En la plaza, residía don Gonzalo Pizarro y en ella comenzaban a radicarse nobles como los Chávez y los Orellana. Estos alternan con la nueva clase social, que se enriquece o prospera, y a la que iba a beneficiar, principalmente, la conquista del Perú.

Interesa, pués, para estimar la verdadera proyección y valor del documento, analizar la personalidad y situación social de cada uno de los testigos, en la medida que lo permiten las pocas fuentes disponibles, obtenidas por mí durante mi estancia en Trujillo de Extremadura, en que revisé los libros de Cabildo, los libros parroquiales de la Iglesia de Santa María y los restos de los viejos archivos notariales, así como otros datos recogidos en pleitos genealógicos que se conservan en el Archivo Histórico de Madrid y en el Archivo de Indias.

Los testigos que declaran son los siguientes:

1.-Alonso de Hinojosa.

2.-Nuño García de Cháves.

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Los testigos ofrecidos que no llegaron a declarar fueron:

a)-Francisco de Loaysa, el Viejo.

b).-Andrés Calderón.

c).-Gonzalo de Ocampo.

d). La madre de Rodrigo Cervantes.

e). Francisco Sanchez, que vive en el Chorrillo.

LOS TESTIGOS NOBLES E HIDALGOS.

Alonso de Hinojosa, 1er. testigo.

El primer testigo que declara en la información es un anciano de 80 años, Alonso de Hinojosa. Este declara que es primo del abuelo de Francisco Pizarro, Hernando Alonso Pizarro, pués eran "hijos de primos hermanos". Tres notas distinguen a este testigo: su nobleza, pués era de los más rancios linajes de Trujillo, su parentesco cercano con los Pizarro, que define la situación social de éstos y su ancianidad, que contribuye acaso a alguna confusión en los nombres y recuerdos.

Los Hinojosa eran de los linajes que ganaron Trujillo de los moros, según el genealogista de Trujillo padre Clodoaldo Naranjo Alonso. Venían del fonsado de Placencia y se incorporaron al linaje Altamirano al que correspondían la mitad de los regidores del Consejo de Trujillo. En el siglo XIV

gura Lope Alonso de Hinojosa como regidor. En 1418 vivía Ferrán Alonso de Hinojosa, cuyos hijos fueron Alvaro de Hinojosa, Sancho de Hinojosa y Juan de Hinojosa. El solar principal de los Hinojosa estuvo en el centro de la villa, frente a la alberca, lindante con casas de los Orellanas y de los Tapias, y hubo otro solar, en lo alto de la villa, en una calleja que parte del lado del solar llamado de los Pizarro quizás de los Pizarro Carbajal vecino del solar de los Vargas, sobre el que aún se ostenta el escudo en piedra de los Hinojosas: un ramo de hinojos con raíces al aire en campo de plata.

En la familia de los Hinojosa abundan los Franciscos, los Juanes y los Alvaros, que son los patronímicos usuales del linaje. El nombre preferido es el de Alvaro, cuya grafía antigua A es idéntica a la de Alonso, que es también A. Habría que aclarar si el testigo de 1529 fué Alvaro o Alonso. Alvaro de Hinojosa fué uno de los mayorazgos notables de Trujillo, en la época de Pizarro. Los Hinojosa estaban vinculados con el famoso linaje de los Cháves de tanta importancia en la época de los Reyes Católicos, por los servicios prestados a estos por Luis de Cháves. Francisco de Hinojosa, que testó en 1490, fué casado con Juana de Sotomayor, hija de Luis de Cháves. El hijo de éstos se llamó Alvaro de Hinojosa y se casó con Juana de Sotomayor, hija de Aldonza Vásquez y tuvieron por hijos: a Juan de Hinojosa, casado con Teresa Calderón, difunto en 1548; a Francisco de Hinojosa, María, Juana de Solís, y Aldonza de Orellana. Hijos de Juan de Hinojosa eran en 1539: Alvaro de Hinojosa, Pedro Calderón y Francisco de Hinojosa. Este Alvaro de Hinojosa, hijo de Juan de Hinojosa fué después de 1529, casado con Graciana Pizarro, hermana del conquistador don Francisco. Inés Pizarro, hija de Gonzalo Pizarro el del Perú, se casó con Francisco de Hinojosa. El nombre de Alonso de Hinojosa no aparece, por lo general, en estas genealogías. Las únicas menciones de este nombre las hallo, con la duda señalada de si son Alvaros 0 Alonsos, en los libros de Cabildo de Trujillo. En 1494 aparece, entre los nombres propuestos para regimientos y fielatos: A' de Hino

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