Imágenes de páginas
PDF
EPUB

DE

TROZOS Y MODELOS

DE

LITERATURA ESPAÑOLA

POR EL DOCTOR

D. ANGEL MARÍA TERRADILLOS

CATEDRÁTICO QUE FUÉ DEL INSTITUTO DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL
ABOGADÓ DEL ILUSTRE COLEGIO DE MADRID

TOMO I.-PROSA.

NOVENA EDICIÓN

BELA DE JOSE MARIA

EL CAMPO
CAMPANA 12

SEVILLA

MADRID

LIBRERÍA DE D. GREGORIO HERNANDO

calle del Arenal, núm. 11

1883

954

LiMerry1on

KD 44526

HARVARD

UNIVERSITY
LIBRARY

Esta obra se halla aprobada por el Consejo de Instrucción pública, é incluída por el Gobierno en la lista de textos para la segunda enseñanza.

Harvard University
Lowell Memorial Library.

SIENDO PROPIEDAD EXCLUSIVA DE LOS HEREDEROS DE D. ÁNGEL MARÍA
TERRADILLOS, VA CONTRASEÑADA PARA LOS EFECTOS DE LA LEY.

[merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][ocr errors]

Imprenta de D. Gregorio Hernando, calle de Ferraz, núm. 13.

PRÓLOGO.

Los bellísimos trozos y variados modelos que esta Colección contiene, son una gloriosa muestra con que nuestros Granadas y Leones, Cervantes y Marianas, Herreras, Mendozas, Saavedras y otros cien hablistas de reconocido mérito manejaron y enriquecieron la majestuosa, abundante y sonora lengua de Castilla.

Selectas y hermosas flores del vasto cuanto amenísimo campo de nuestra literatura, encierran una exquisita, aunque reducida, porción del tesoro de la Elocuencia y Poesía españolas.

Su estudio, si no ya su lectura sola, bastarán á demostrar que para ningún género de composición literaria necesitamos mendigar de los extranjeros preciosos y acabados modelos.

Que los jóvenes, á quienes se consagra esta obra, saboreen y analicen los delicados cuadros é inspiradas concepciones que comprende, y, á no dudarlo, se lanzarán connoble emulación á estudiar é imitar concienzudamente los escritores clásicos de nuestro siglo de oro.

Contribuyamos á ello todos los consagrados á la enseñanza, despertando en los jóvenes un eficaz deseo de cultivar nuestra envidiada lengua; descubrámosles las verdaras fuentes del buen gusto, desentrañando las bellezas sin

gulares de nuestros escritores; inspirémosles una justa aversión contra ese vértigo de traducir y de imitar indiscretamente á los extranjeros; contengamos sobre todo esa fatal irrupción de galicismos, que va concluyendo con los graciosos giros, la majestad y la armonía de nuestra lengua, y repitamos incesantemente que hay ricos veneros enterrados entre el polvo de las bibliotecas, cuya riqueza explotan con mengua nuestra los extranjeros.

Demos, en fin, unidos, dignísimos compañeros, un generoso grito en pro de una restauración literaria, y en ella.... seamos españoles, hablemos el español, y cooperemos á sostener la dignidad de la literatura española y las glorias de nuestros ilustres escritores.

TROZOS SELECTOS.

FORMAS LITERARIAS.

NARRACIONES.

PRECEPTOS DEL GÉNERO.

NARRACIÓN, según la define Cicerón, y con él casi todos los preceptistas, es «la exposición de los hechos.»

Se distinguen tres clases de narraciones, á saber: histórica, oratoria y poética, para cuya composición se establecen generalmente casi iguales doctrinas y preceptos. Las dotes de la narración histórica (además de la verdad ó verosimilitud, en su fondo) pueden reducirse á cuatro en cuanto a sus formas, que son: claridad, brevedad, ornato y dignidad.

La claridad consiste en que los hechos se refieran con orden, y de modo que se vea su conexión, sin equivocar ni fechas, ni lugares, ni otras circunstancias que sea con veniente distinguir.

La brevedad exige que el historiador pase rápidamente por los sucesos menos interesantes, y hasta en los que sean de mayor consideración por sí mismos, ó más fecundos en circunstancias, debe escoger solo los más relevantes, y presentarlos por el lado más luminoso, á lo que se llama pintura histórica.

La historia admite el ornato y la elegancia en un grado bastante elevado; pero los adornos con que quiere ser engalanada, han de ser sólidos y de buen gusto. La narración ha de ser rápida; las descripciones y pinturas animadas y vivas: aquélla pide cláusulas cortas y sueltas; éstas las admiten largas y periódicas, porque el que describe ó pinta puede reunir más ideas en un solo grupo que el que narra sencillamente. La dignidad, que es el carácter esencial de la historia, no comporta los adornos frívolos, la excesiva brillantez, los juegos de palabras ni los conceptos enigmáticos. El estilo de la historia no ha de ser vulgar, las expresiones no han de ser bajas, y no vienen bien en ella agudezas, chistes, ni chocarrerías.

Un estilo burlesco y satírico que hiciere reir, es incompatible con la dignidad ó gravedad de la historia. El que la escribe debe sostener siempre el carácter de un sabio que habla con la posteridad, y nunca ha de hacer el papel del gracioso ó bufón. Esto no quiere decir que el historiador no pueda variar alguna vez el tono de seriedad para hacer sentir, si conviene, las miserias, debilidades y aun ridiculeces de algunos personajes, pero no ha de abusar de esta libertad.

(Doctrinas de HERMOSILLA.)

« AnteriorContinuar »