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>ron en busca de él, y se escapó. Notóse gran calor en »los ánimos de algunos asistentes: parecia preparado

el concurso de tantos religiosos, cuando eran tan contados y raros los que asistian á las sesiones. > Del convento de los Descalzos supe que la víspera > fueron convocando á los religiosos para asistir, aña» diendo que se trataba de la Inquisicion, y que el padre Guardian contestó con enojo, diciendo que por »su dictámen debia quitarse: de esto último no respondo, porque no me lo contó quien se lo hubiese »oido. De Capuchinos no asistió ninguno (").»

Comenzó el debate por una mocion del señor Riesco para que se presentára y discutiera un dictámen de comision que habia sobre reponer en el ejercicio de sus funciones al Consejo de la Suprema Inquisicion. El dictámen en efecto se habia presentado aquella misma mañana en la secretaría, y era favorable al restablecimiento del Santo Oficio. Mas no le habia suscrito el señor Muñoz Torrero, individuo de la comision, y pedia tiempo para estender su voto particular contrario al de aquella, el cual habia sido de mala manera y como á hurtadillas amañado. Reclamaban tambien otros diputados que se señalára dia para la discusion, pues siendo asunto tan grave necesitaba estudiarse con madurez. Pero insistian los inquisitoriales en que se discutiera en el acto, alegando que, como asunto de reli

(4) Villanueva, Viaje á las Córtes,

gion, era de toda urgencia y debia anteponerse á todos los demás. El vice-presidente, que no era de los de este partido, propuso tambien que se suspendiera la discusion de este asunto para dar lugar á que los diputados meditáran sobre negocio tan grave. Mas esta misma proposicion sirvió de motivo á los amigos de la Inquisicion para ensalzar la conveniencia de su restablecimiento, haciendo elogios de aquel tribunal, con grande aplauso de las galerías, llenas de la gente que hemos dicho, propasándose á demostraciones impropias de su hábito, que enardecían los ánimos y obligaron muchas veces al presidente á llamar al órden.

Pero los desafectos á aquella institucion, sin dejar de contestar á los discursos de sus contrarios, viendo el obstinado empeño de éstos, y lo preparados que iban para dar la batalla y ganarla por sorpresa, tentaron por su parte dos medios, el uno para probar ser cuestion ya resuelta, el otro para aplazarla. Alegó para lo primero don Juan Nicasio Gallego que en el decreto de creacion del Tribunal supremo de Justicia se habia dicho: «Quedan suprimidos los tribunales conocidos con el nombre de Consejos:» y que en éstos estaba comprendido el de la Inquisicion. Y como esta doctrina se impugnase y negase, el mismo diputado apeló á otro recurso, que fué el segundo medio, á saber: que en el acuerdo de las Córtes de 13 de diciembre último, al discutirse la segunda parte del proyecto de Constitucion, se habia dicho: «Que ninguna pro

>posicion que tuviese relacion con los asuntos com>prendidos en aquella ley fundamental fuese admitida »á discusion, sin que examinada préviamente por la > comision que habia formado el proyecto, se viese » que no era de modo alguno contraria á ninguno de «sus artículos aprobados.» Y como muchos diputados creian que la existencia del tribunal de la Inquicion era incompatible con los artículos constitucionales, pedia que pasára el proyecto ó dictámen al exámen de la comision de Constitucion.

Al fin, despues de acalorados debates se procedió á votar la primera proposicion del vice-presidente, á saber, que se suspendiera por ahora la discusion de este asunto, y quedó aprobada. Púsose después á votacion si pasaria el dictámen á la comision de Constitucion conforme al acuerdo de la sesion de 13 de diciembre, y tambien se resolvió afirmativamente por mayoría ""). De este modo quedaron frustrados en la célebre sesion de aquel dia los trabajos y esfuerzos de los enemigos del sistema constitucional para reponer solemnemente al tribunal del Santo Oficio en el ejercicio de sus antiguas funciones, hasta entonces mas suspendidas de hecho que espresamente abolidas por ninguna ley, y tomaron tiempo los adversarios de la institucion para preparar su abolicion legal, que, como veremos, no tardó en ser decretada.

(4) Diario de las Sesiones de 22 de mayo de 1812. Córtes, tomo XIII.-Sesion del

CAPITULO XX.

WELLINGTON-LOS ARAPILES.

LOS ALIADOS EN MADRID.

1811.

(De junio á fin de diciembre.)

Desobediencia de los generales franceses al rey José.-Jusias quejas del mayor general Jourdan sobre este punto.-Realivanse sus temores.-Levanta Wellington sus reales de Fuenteguinaldo.Toma los fuertes de Salamanca.-Movimientos del ejército francés de Portugal: Marmont.-Célebre triunfo de los aliados en Arapiles.-Premio de las Córtes á Wellington: el Toison de oro.Retirada de los franceses.-Marmont herido.-Clausel general en gefe.-Va José con ejército de Madrid á Castilla.-Llega tarde.Regresa por Segovia á Madrid.-Huye el ejército francés al Ebro. -José y los franceses evacuan la capital.-Entran en Madrid Wellington y los aliados.-Alegría y festejos en la poblacion.-Publícase la Constitucion de la monarquía.-Toman los aliados el Retiro.-Bando del general Alava.-Penosa retirada de José á Valencia.-Rinde el Empecinado la guarnicion de Guadalajara.-Recogen los franceses las guarniciones de Castilla la Vieja.-Pierden la de Astorga.-Parte Wellington de Madrid á Búrgos.-Cerca y combate el castillo.-Brillante defensa de los franceses.-Levanta Wellington el sitio con pérdida, y se retira de Búrgos.-Fatal ocasion en que lo hizo: cuando las Córtes le acababan de nombrar Generalísimo de todos los ejércitos de España.-Resiéntese el general Ballesteros de este nombramiento.-Es separado del mando

de Andalucía.-Repónese el ejército francés de Portugal, y es reforzado.-Vuelve sobre Búrgos.-Persigue á Wellington y á los aliados.-Evoluciones de unos y otros en Castilla la Vieja.-Retírase Wellington á Salamanca -Destruccion de puentes.-Síguele el francés. Retrocede el general británico á Portugal.-Pasa el 6.o ejército español á Galicia.-Distribucion del ejército francés y regreso de José á Madrid.-Va Wellington á Cádiz.-Obsequios que recibe. Se presenta en las Córtes.-Le dan asiento entre los diputados. Su discurso.-Contestacion del presidente.-Pasa Wellington á Lisboa.

Indicamos al final del penúltimo capítulo el pensamiento de lord Wellington de lanzarse con el ejército aliado sobre Castilla la Vieja, aprovechando la circunstancia de ver á Napoleon enredado ya en la guerra con Rusia, y mermado de una parte de sus mejores tropas el ejército francés de España. Bien penetraron ó previeron el proyecto del general británico, asi el duque de Ragusa (Marmont) que mandaba el ejército francés de Portugal, como el rey José y el mayor general Jourdan, y con tiempo procuraron prevenirse para el golpe que por Castilla veian amenazar. Mas para esto necesitaban de la cooperacion y auxilio de los ejércitos de Andalucía, de Extremadura, y aun del Norte, y pronto comenzó á esperimentar el rey José en la conducta de sus generales cuán acostumbrados estaban á no obedecer sus órdenes, y cuán poco le servia el mando supremo de que últimamente le habia investido el emperador su hermano. El duque de Dalmacia singularmente, fuese re

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