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es hijo legítimo de Mango Ynga, sino bastardo y apóstata. Antes tienen por legítimo á otro, questá con el mesmo Tito, llamado Amaro Topa, que es incapaz, á lo que los "incios llaman uti'' (11). El capitán Baltasar de Ocampo Conejeros dice, también, que Titu Cusi era bastardo, y que usurpó el señorío y mando á Túpac Amaru, al cual tuvo "opreso y encarcelado con las acllas y mamaconas en la casa del Sol'' (12). Diego Rodríguez de Figueroa dice en la "Relación" citada: ".......... le dixe yo (á Titu Cusi) que acá "en el Pirú se dezia que no era el señor heredero de los yn"gas en este reino, sino los hijos e nietos de Atagualpa; por"que al tiempo que los españoles entraron en esta tierra le "hallaron en la posesión del reino. Y a esto dixo que avia sido tirano e que era bastardo e que avia muerto a Guas“car Ynga que hera el lexitimo eredero; e que despues dél lo "era su padre Mango Yuga. Y a esto le dixe que taubien se dezia quél era hijo bastardo de Mango Ynga. Y a esto dijo que entre ellos era vsança que no aviendo hijo lexitimo, "eredava el que era bastardo; e que asi el era sumo sacerdo"te en lo que llamamos nosotros aca espiritual; y esto era a falta de otro hermano que fuese a lo menos mas biejo "que el; e asi mismo que eredava el señorio temporal; e que "el estava en la posesión, e por tal le obedecian; e que en lo "demas el tanbien lo queria averigüar por armas e no por * razones; e que todos le entrauan a engañar: e que yo me "bolviese a otro dia; e que el escreviria al oydor Matienço, "que dandole el muy bien de comer, que el saldria de paz; y que se espantaua de mi aver tenido tanto animo en averle dicho" (13). Pues bien, con el correr del tiempo y com prendiendo el ladino inca que los españoles lo que deseaban era verse libres de ataques sorpresivos, quiso hacer méritos para obtener mayores ventajas. Entonces dicta á fray Marcos García (14) que era él el legítimo heredero de Manco, con prioridad á Sairi Túpac; que el Marqués de Cañete le envió á la tierra á Melchor de los Reyes, para que tratase de sacarle de paz, pero que él acordándose del tratamiento he cho á su padre Manco envió ciertos capitanes donde el virrey para que "le truxiesen la certinidad del negocio" y que

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después de un año volvieron los capitanes, junto con el padre Reyes, trayéndole "la çertinidad de todo". Ya entonces, "viendo que una persona como aquella (fray Melchor) se lo rogaron tanto y que le dava tan cierta çertificascion de que le darian de comer enbio al dicho su hermano Saire Topa al qual dio yndustria de como se avia de aver y dada se fue con el dicho padre al visorrey el qual le resçivio muy bien y le dio de comer en el valle de Yucay, e otros repartimientos, a donde murio cristiano". Cuando supo la muerte de su hermano tuvo gran pena "pensando que los españoles le avian muerto como mataron á su padre, con la qual pena estuvo algunos dias hasta que del Cuzco le enbio el licenciado Polo con Martin de Pando su notario que hasta oy dia le guarda con Juan de Betanços la çertinidad de como su hermano don Diego Saire Topa avia muerto su muerte natural'. Esta es una historia convencional, á la que nos inclinamos á creer no serían extraños el buen fray Marcos García y aún el licenciado Castro. Lo principal era salvar aquella alma y limpiar la tierra de alzamientos de indios. Bien se podrían, pues, aceptar como ciertos aquellos relatos novelescos que, al fin de cuentas, no perjudicaban á nadie: Sairi Túpac descansaba en paz y la hija, doña Beatriz Coya era inmensamente rica. Pues lo más práctico era acceder á los deseos de Titu Cusi, concediendo el permiso para el matrimonio de la Coya con don Felipe Quispe Titu. Así el Inca y los suyos saldrían de paz y se tornarían cristianos. Pero Titu Cusi que ría, además de los ricos repartimientos y señoríos de su sobrina doña Beatriz (15), llevar á su hijo, al que había desig. nado como sucesor y heredero del reino de Vilcabamba, otra dote mejor (16): el legítimamiento de su señorío. Doña Beatriz Clara Coya era la hija única de don Diego Sairi Túpac y de su esposa y hermana doña María Cusi Huarcai. Casada con don Felipe Quispe Titu, bien podía ceñirse éste el llautu imperial sin temor á que el útic encerrado con las ocllas y mamaconas diese voces de alarma ......... Desgraciadamente para los ensueños del usurpador don Diego, la licencia del Rey y la dispensa del Pontífice para el matrimonio de los primos hermanos llegó cuando don Diego de Castro había

muerto. Si él hubiera sido el verdadero Inca, á su muerte, su hijo don Felipe se habría sentado en el trono de Manco y de Sairi Túpac; pero como, en puridad de verdad, no había sido sino un tirano usurpador, "Topa Amaro Ynga, el muchacho falto de govierno y experiencia" había recuperado el trono que le usurpó su hermano bastardo Titu Cusi.

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Diego Rodríguez retrata así al Inca don Diego de Castro: venia delante de todos con vnas coracinas de plumas "de muchos colores y con vna patena de plata delante de los pechos e vna rodela de oro en sus manos e vna media · lança con el hierro e unas cintas que bolteaban la lança, e vnos garavatos e todo de oro. Traia unos cinojiles de pluma en las pantorrillas y en los tovillos, colgado dellos "ynos cascabeles de palo. Traia en la cabeça vna diadema de muchas plumas y asi mesmo en el pescueço otra. Traia un puñal dorado en la mano de la rodela de Castilla y venia enmascarado de un mandul colorado que ellos se ponen, e a cabos verde e a cabos morado de diferentes colores, · echando los pasos en horden”..... .. “El Ynga no come con "manteles, sino encima de muchos juncos verdes, e los de"mas en el suelo. Sera hombre de asta quarenta años, de "mediana estatura, moreno y con vnas pecas de viruelas en "la cara, el gesto algo cevero y rebusto. El qual tenia vestido una camiseta de damasco azul e vna manta de toca de lino muy delgada. Sirvese con plata e tiene siempre jun"to detras de si como hasta veynte o treynta mugeres de "razonable parecer (17)”.

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Lima, abril de 1913.

C. A. Mackehenie.

(1) Tercero Libro de las Guerras civiles del Peru, el cual se llama la guerra de Quito", por Pedro de Cieza de León, publicado por Marcos Jiménez de la Espada. - Madrid, 1877.—Apéndice N.o 18.

(2) R. Pietschmann.-Bericht des Diego Rodriguez de Figueroa über seine Verhandlungen mit dem Inka Titu Cusi Yupanqui in den Anden von Villeapampa (Aus den Nachrichten der K. Gessellschaft der Wissenschaften zu Cöttingen. Philologisch-historisch Klasse. Berlin, 1910).

(3) La Florida del Inca", prólogo de González Barcia.-Ed. Peñuela, tomo VI.-Madrid, 1829.

(4)

Instruccion del Ynga don Diego de Castro Titu Cusi Yupangui para el muy ilustre señor licenciado Lope Garcia de Castro". M. S.

(5) Corónica Moralizada del Orden de San Augustin en el Perú. -Bar. celona, 1639.-Lib, III, Cap. XXIX, § 8.

(6) "La Florida del Inca”, pról. cit. (7) "La Guerra de Quito", ap. cit.

(8) Revista Histórica (Lima).

(9) Geschichte des Inkareiches von Pedro Sarmiento de Camboa. Herausgegeben von Richard Pietschmann.-Berlin 1906, pág. 128.

(10) Despacho del virrey (sic) Dn. Franco. Pizarro para prender á Mango Ynga Yupangue qe. andava alzado infestando los caminos.—Año de 1541.-M. S.

(11) Sarmiento de Camboa, ob. cit., pag. 128.

(12) Descripción y sucesos históricos de la provincia de Vilcabamba, por Baltasar de Ocampo".-Juicio de Límites entre el Perú y Bolivia.-To. mo VII.-Vilcabamba.-Barcelona, 1906.-pag. 310 y 313.

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(13) Diego Rodríguez de Figueroa. ob, cit., pag. 109 y 110.

(14) Titu Cusi Yupanqui, Inst. cit.

(15) "e que porquesta pobre e no podia salir conforme a la calidad de su persona, que salga su hijo Tito, y se haga el casamiento con doña Beatriz su sobrina; con que en el entretanto se queden dos frailes o clerigos en rehenes hasta que le entreguen a doña Beatriz su sobrina en su poder; porque teme no la cassen con otro y se quede el y su hijo sin el repar"timiento de los vndios que en Saire Topa su hermano fueron encomenda"dos; e que despues de ay vn año o dos el saldria de paz, despues de aver "coxido una o dos tassas para poder comprar las cosas necesarias que "vbiese menester; e que sustentaria la vezindad en Guamanga o en el Cuzco o donde el mas quisiese". (Rel. de D. Rodríguez de Figueroa, pag. 113 y 114). Véase el cap. 18 del Gobierno del Perú, por el Liedo. Juan Matienzo.-Buenos Aires, 1910., que se reprodujo íntegramente en la primera parte de estos apuntes.

(16) "Inédito sobre el primer Túpac Amaru", pub. por Carlos A. Romero en la "Revista Histórica" (Lima), Tomo II.

(17) Rel. de D. Rodríguez de Figueroa, pag. 102 y 103,

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS

RELACIÓN DEL PRIMER DESCUBRIMIENTO DEL RÍO DE LAS AMAZONAS, POR OTRO NOMBRE, DEL MARAÑÓN, HECHO POR LA RELIGIÓN DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO, POR MEDIO DE LOS RELIGIOSOS DE LA PROVINCIA DE SAN FRANCISCO DE QUITO.

Sapient c 8 Attingit ergo a fine, usque ad finem fortiter et disponit omnia suaviter.

S. Pablo, I ad Cor. c. I. Infirma mundi elegit Deus, ut confundat fortia.

Señor:

Con fortaleza y suavidad dispone Dios las cosas de su providencia, y en los tiempos oportunos descubre su santísima voluntad, para cuya execución se vale (como lo dice San Pablo) de los instrumentos más flacos, para que assí campee más su sabiduría y omnipotencia; y no aya corazón humano que pueda gloriarse, presumiendo de sabio, poderoso y fuerte. La consideración de esto me ha obligado á suspender la pluma para que hallándome con el Oficio de Comisario General de todas las Indias Occidentales, de que V. M. (Dios le guarde) me ha hecho merced, no me determiné á corregir la Provincia de S. Francisco de Quito, por no aver embiado Religiosos graves y doctos á esta Corte, para que postrados á los pies de V. Magestad, y besando su real ma no, informasen y diesen quenta á V. Magestad y su Real Con

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