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A confirmar esta sospecha viene el hecho evidente, saltante, de esa ligera inclinación de los ojos que podemos observar en gran parte de nuestros indígenas y hasta localizarla en varios pueblos de la costa. Los dravidianos, raza resultante de chinos y tibetanos, que por cierto no son Arios, ni los regnícolas del nor-indostano, sino del sur, invadido por la raza amarilla, debieron heredar ese signo característico de sus progenitores y llevarlo donde quiera que fueran. Yo los escuentro en Eten y Catacaos, en las cabeceras de Lima, en Huaras y Huari y en muchos cuzqueños y arequipeños, apesar de ser ya mestizos.

Sería también otra confirmación, el hecho de hallarse en las costas de Cholo--Mandalon (Coromandel) un puerto Chilea y una serranía Chota nagpore, como los tenemos aquí. Bautizar las colonias con los nombres de la patria abandonada, es un modo natural y sugestivo de rememorar la tierra querida; así lo hicieron ingleses y españoles al ocupar la América, así lo hizo Manco Cápac al fundar los pueblos de Chincha y Rímac en los alrededores del Cuzco, y así siguiremos haciéndolo en cada colonia nueva, porque es casi un deber hacerlo.

No acepto que sea casual la semejanza de nuestra raza indígena de la costa, con las efigies de las divinidades indianas que nos copia Le Bon en sus fotograbados. Si se parecieran á los actuales indostanos yo diría casualidad, porque estos vienen sufriendo la influencia de variadas razas ya conquistadoras, ya inmigradas que han diferenciado su fisonomía de la nuestra en el transcurso de cinco milaños ó más; ¿Pero por qué esos etanos que se conservan puros, se semejan á aquella raza casi perdida, que fabricó en la India efigies, á su imagen y semejanza desde luego? ¿Por qué el parecido de chinchanos, chorrillanos y catacaos con las antiguas estatuas y relieves de los templos indostanos que han per manecido inalterables? ¿Por qué no serían ellos los que trajeron el Intra ó Inti, el Vishnu, el encarnado Viraj-tza, el creador desconocido Patza-Cámac, el cultivo de la tierra, la labranza de la piedra y su colocación sin mezcla en los edificios? Afirmarlo sería demasiada audacia, negarlo en abso

luto, un empecinamiento. Mas, si los kichuas y aimaraes no fueron los inventores de una teogonía, de raíces claras en el Dekan, ni los creadores de aquellas industrias que no supie. ron conservar, forzoso es rastrear la cuna de ese progreso entre naciones que ofrezcan analogía de carácter, raza, y costumbres, que lo hubiesen alcanzado y podido trasmitir en tiempos pre-históricos.

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Menos casual encuentro que se partan los campos en épocas fijas-que cada familia posea particular y completamente su lote-que los obreros y artesanos contribuyan "con su trabajo personal en vez de cuota, etc., (Civilización de la India) costumbres que en el Perú vienen desde los incas y en las cuales persisten los indígenas á pesar de la autoriza. ción legal de vender cada cual su lote, y de estar prohibido el trabajo sin remuneración.

¿Será una simple coincidencia que sólo en la India y en el Perú se encuentren desde fecha inmemorial extensos canales, caminos espaciosos y estaciones cómodas, desaparecidos hoy, que protegían la agricultura y auxiliaban al viajero? El criterio más exigente no puede negarse á reconocer la coexistencia, el paralelismo de estas dos civilizaciones, sin admitir relaciones é influencias entre ambos pueblos, por más que se ignoren el tiempo y la forma en que se realizaron.

Tampoco parece un caso fortuito que entre los discos pre-históricos hallados por Le Bon se encuentre el copiado á f. 281 t. II de las Civilizaciones de la India, en último término. En él se diseñan un guanacu á todas luces, un montón de piedras símbolo de la plegaria del viajero,y la figura del Sol, el dios del Cielo, á quien probablemente iba dirijida. Mi interpretación puede no ser la verdadera; pero no resisto á la idea de haber en todo esto una chispa favorable á la investigación de que me ocupo.

El animal diseñado no es un caballo, ni un elefante, un camello, un tigre; los indostanos sabían dibujarlos demasiado bien para que se atribuya esa forma singular á ignorancia del grabador.

por

En el reverso del mismo disco se nota un signo formado líneas angulares entrecruzadas, el cual es un adorno, tal

vez un símbolo, muy usado en las vasijas extraídas de los sepulcros de nuestra costa, así como en cornizas de barro y en tallados. Si todo esto es cierto, no es verdad que aquél deseo sería una remembranza del Tahuantinsuyo?

Voy á permitirme recordar un monumento muy conocido entre nosotros, de nombre, pero muy poco ó mal estudiado, á pesar de sus admirables ruinas. Me refiero al titulado vulgarmente Castillo de Chavin, de arquitectura que sorprende por su semejanza con la Indostana antigua. El plano de una de sus secciones tomado por Raimondi, Durfeli, y el que ésto escribe, muestra su construcción original en cruz ó algo parecido; la galería que allí se vé, donde todavía existe una columna triangular en un ensanche, está cruzada por varias galerías menores que se extienden á derecha é izquierda de la principal, formando pequeñas habitaciones comunicadas entre sí por estrechos conductos cuadrangulares destinados, á mi ver, á la circulación del aire tan necesario en un edificio completamente cubierto. Tanto en las galerías como en los cuartos se ven los techos formados por piedras salientes; la columna triangular tiene en relieve la figura de una culebra, de algunas aves, al parecer desfiguradas ó maltratadas por la humedad; esta columna creo que sirve para sostener la parte central del techo, débil seguramente.

Ahora bien, Le Bon, describiendo un templo antiguo de la India, se expresa así:

"Resulta que el plano del templo tiene la forma de una "cruz. Como todos los templos indos, las bóvedas están "construídas por la simple superposición de piedras hori"zontales". En seguida agrega: "Que se trate de sostener un

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puente ó techo, los indos usan siempre las bóvedas hori"zontales, es decir, de piedras superpuestas de manera que "la una salga sobre la colocada debajo”.

Si la comparación precedente dejara dudas, pueden verse los pequeños sepulcros esparcidos al pie "del Cedro" (hacienda Urcón, provincia de Pallasca) y los puentes de alguna importancia construídos por los indígenas peruanos y se llegará á la evidencia de ser la misma idea y el mismo estilo el

que dominó en las construcciones de ambos pueblos en épo

ca remota.

¿Quiénes fueron los imitadores, los indostanos ó los peruanos? La disyuntiva es ineludible, pero no insalvable, si se acepta que los Cholos fueron los predecesores del "cholo" actual,

Terminaré con otra cita del mismo autor. A f. 74, primer tomo de Las Civilizaciones de la India, encuentro lo siguiente:

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"A causa del espanto que inspiraba la "Cobra" (ser“piente venenosa) se ha convertido para los indos en ani"mal sagrado por excelencia. Forma uno de los atributos principales de Vishnu, en todas partes, en las escrituras de "los templos está representada, enroscando sus pliegues "tortuosos y erizada de miles de cabezas y de ojos amenazadores".

La serpiente era, pues, el emblema de Vishnu, el dios popular del Indostán, llamado entre los sacerdotes con el secreto nombre de Viray-(Cristo y Chrisma p. 235) “Swagam"bhuva-Viray-Nara sont les noms de la Trinité employés dans le mysteres et dans les hautes speculantions theologi(" ques. Brama-Vishou-Siva sont les noms sous les quels la "trinité est representée et adorée dans les pagodes".

Pues bien, este emblema lo encontramos en el monolito de Tiahuanaco (Raimondi) lo mismo que en el templo de Chavin de Huantar, de cuyo altar central se extrajo el magnífico relieve que hoy existe en el Museo Nacional. Como no sería extraño que personas poco versadas en la materia desviaran su significación, debo recordar que es un rasgo característico de los asiáticos, simbolizar los atributos de sus divinidades. dándoles el aspecto de monstruos aterrorizantes algunas veces, como en este caso. Cabe aquí preguntar de nuevo ¿quién fué imitano? ¿Los peruanos ó los indostanos?

Agregaré, finalmente, que con el nombre de Uchun se designa en el alto Marañón á toda eminencia aislada; las hay que parecen naturales, pero las que se encuentran cerca de poblado son casi todas artificiales. Esta circunstacia me permite suponer que en otro tiempo fueron altares en ho

menage de Vishnu. La semejanza de la palabra, es para mí motivo de sospecha de que el altar tomaba el nombre del sér venerado, á manera de lo que se hace hoy dando á las iglesias el nombre del santo que en ellas se venera.

No olvidemos que se trata de los cholos, de un pueblo abatido por el desastre, detenido en su progreso y obligado probablemente á abandonar la patria.

¿Qué fué de él? ¿Hacia dónde le llevó el destino cuando no le quedaban más que sur incierta mortalidad y sus pavorosos recuerdos? No murió. En los siglos posteriores debió reaccionar, porque Asoka, último rey Ario, que vivió 250 años antes de Cristo, lo cita en las leyes que mandó grabar como una nación pujante y valerosa, viviente todavía en el Sur del Indostán. Aparece después defendiendo su libertad contra poderosos conquistadores que jamás lo dominaron por completo, sin exceptuar los ingleses.

Lo expuesto sobra para establecer la probabilidad, de que si hubo una inmigración asiática bastante inteligente y fuerte para imponer su cultura á quichuas y aimaraes, provino de la nación Chola, aborigen del Dekan.

IV

Una objeción. Los emigrados asiáticos, quienes quiera que fueran, debieron tener consigo los útiles más usuales de su vida social, sus animales domésticos, sus armas, porque no es posible que todo lo dejaran y se limitaran á traer sus gentiles cuerpos, para la difícil lucha de su nueva y anómala existencia. Debieron también, tener un idioma, ¿Qué se hizo?

Sin desconocer la importancia de las reflecciones anunciadas, para mí no tienen más valor que las demás incognitas en que va penetrando nuestra investigación. De ellas me ocuparé en cuanto mis dolencias lo permitan.

Por ahora voy á terminar este escrito, ya demaciado extenso para su carácter de modestísima colaboración á la investigación histórica; debo terminar, digo, con unas pocas consideraciones sobre la lengua y los monumentos citados.

¿Cuál fué el idioma de los Cholos? yo no podría decir más sino que no fué el chino. En el Dekan existen cuatro ó cinco

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