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tro centurias, permitirá apreciar la constitución médica del país, y formar juicio sobre la falta de higiene y otras causas de despoblación. Servirá también para conocer el estado entre nosotros de la medicina en las diversas épocas; y acredita la vida del pueblo, al buscar en procesiones, rogativas y plegarias, el remedio contra males, que estaba en su mano disminuir, siquiera en parte, empleando para ello los recursos á su alcance, y sin pretender una exclusiva intervención providencial contra el flagelo de que era víctima.

De tiempo muy atrás, y generalmente, se han considerado las epidemias como castigos divinos, que exigían de los culpables arrepentimiento, penitencia y preces. Esto lo confirma la liturgia de la iglesia, supuesta la fe profundamente arraigada y la piedad fervorosa. Hoy, apesar de la tibieza de esa misma fe, y del escepticismo que parece dominarlo todo, en las calamidades públicas, los ojos enturbiados por las lágrimas, y los corazones desfallecidos y sin humana esperanza, oprimidos por la naturaleza, se vuelven á Dios, pidiéndole el alivio y el consuelo, para que desaparezcan esas plagas. De allí en muchos casos, en medio de ellas, la creencia en milagros no bastante comprobados, pero que la historia no puede desmentir.

A fin de autorizar el relato y darle interés, limítome á reproducir, en los más casos, los testimonios de que me sirvo; poniendo al fin algunos documentos ilustrativos, de cierto valor y poco conocidos.

Marco con un asterisco, antes de la fecha del epígrafe, las epidemias que no se concretan al territorio del Perú.

1525.

Según el testimonio de los antiguos cronistas españoles, la viruela, "este azote del género humano", que pasó del Asia á Europa, y de ésta al Nuevo Mundo, la importó en México, en 1520, un negro esclavo de Pánfilo de Narváez, trasmitiéndola á los Campoaleses. Después de hacer allí grandes estragos, hasta arrebatar al rey Cuitlahuatzin, se

propagó luego en Santo Domingo, en las Antillas, y por fin en Tierra-firme (1).

Es probable que fuera esta la epidemia de viruelas y sarampión que se experimentara en el Ecuador, en 1525, ó uno ó dos años antes, y de la que murió Huaina Cápac.

Primero que en Quito apareció en el Cusco, dice Sarmiento de Gamboa, una gran pestilencia de la que murieron los gobernadores del Inca, Apo Illaquita, su tio; Lloqui Tópac Inca, su hermano; Mama Coca, su hermana, y otros muchos de sus parientes. Al llegar el Inca á Quito, después de estar en la costa entre los Huancavillcas y en la Puná, diole una enfermedad de calenturas, aunque otros dicen que de virgüelas y sarampión (2).

Cuenta Garcilaso: que Huaina Cápac, toda vez que se bañó por su recreación y deleite en un lago, salió con el frio ó temblor (Chucchu), y le sobrevino la calentura (rupa), de que murió (3), después de varios días en que estuvo peor y peor.

En concepto de González Suárez, que se apoya en esta cita de Garcilaso, murió el Inca de fiebres intermitentes (4).

El Padre Lizarraga habla de una epidemia que hubo en el Perú, de romadizo y dolor de costado, pocos años antes que llegaran los españoles, que consumió "la mayor parte de los indios" (5).

Autores los más calificados, y en mayor número, afir

(1) Gillii,-Saggio di Storia Americana.-Roma, 1781: t. II, págs. 68 y 369.

Clavigero.-Historia antigua de Megico.-Londres, 1826: t. II pág. 125. Penna.-Epidemiología. La viruela en la América del sur. Buenos

Aires, 1885.

(2) Historia de los Incas-Berlin, 1906; pág. 111.

(3) Comentarios reales: 1. IX, XV.

(4) Historia del Ecuador: t. 1o pág. 74, nota.

(5) Descripción de las Indias,, en la Nueva Biblioteca de autores españoles: t. XIII: cap. LIV, pág. 516.

man que murió de viruela Huaina Cápac (6); y Anello Oliva supone que fué de bubas (7).

En la Antignalla Peruana, publicada por Jiménez de la Espada, se refiere que, al tiempo que se estaba muriendo (Huaina-Cápac) de la pestilencia de viruelas, que fue el año siguiente, dijo á su hijo Atahualpa que le tenía consigo"

El mismo autor, en las Relaciones geográficas de Indias, copia este trozo, con relación á Tomebamba (Cuenca): "En la cual estuvo (Huaina Cápac) diez años, por ser tierra de mejor habitación que no otra parte; y en este tiempo sobrevino una enfermedad y pestilencia muy grande en que se murieron innumerable gente de un sarampión que se abrian todos de una lepra incurable, de la cual murió este señor Guainacápac, al cual salaron y llevaron al Cuzco á enterrar" (7).

Es de observar, que muru en quechua significa sarampión y viruela, porque el valor propio de la palabra, es cosa de varios colores, con pintas, manchada; alndiendo al aspecto que presenta la enfermedad. Muru es también grano, semilla. Tikti es verruga; y Huanti el nombre que se dió á las bubas.

En aimará se llama á la viruela, según Bertonio, Chocoussu ó hanca-ussu, y al sarampión Qhuerqhue-ussu. En Quito se conoce á la verruga con el nombre de Misha, según el Diccionario Quichua Ms. de Cordero.

La verruga ó bubas que sufrieron los conquistadores españoles, hacia 1530, en la costa occidental de Colombia, desde la bahía de San Mateo al sur, hasta Puerto-viejo, no grasó entre los indígenas; ni fué, según está acreditado, la que ocasionó la muerte del conquistador de Quito.

El corto y erudito estudio de mi recordado amigo Pablo Patrón sobre la verruga debe mencionarse aquí; rectificando de paso el error de Mendiburu, que supuso, que el año

(6) Cieza,-Señorío de los Incas: c. LXVIII.
Herrera,-Década V. 1. III, cap. XVII.

Pizarro, Relación del descubrimiento y conquista del Perú, en la Colec. ción de documentos de Salvá y Baranda: t. V. pág. 236,

Sarmiento,-obra citada, pág. 112,

Cobo,-Historia del Nuevo Mundo: t. III, pág. 189.
(7). Cobo-Ib. pág. 158.

1580, fué la primera epidemia de viruelas que hubo en el Perú (8).

1530-1531

Acerca de la plaga de viruelas y bubas, de la bahía de San Mateo á Puertoviejo, en la costa del Pacífico, nos dice Garcilaso:

"Sobre esta pérdida (de esmeraldas y turquesas) se les recreció á los de Piçarro una enfermedad estraña, abominable, y fue, que les nascian por la cabeça, por el rostro, y por todo el cuerpo, vnas como verrugas, que lo parescian al principio, quando se les mostravan; mas despues, iendo cresciendo, se ponian como Brevas prietas, y del tamaño dellas, pendian de un peçon, destilavan de si mucha sangre, causavan grandisimo dolor y horror, no se dejavan tocar, ponian feisimos á los que davan; porque vnas verrugas colgaban de la frente, otras de las cejas, otras del pico de la nariz, de las barbas y orejas, no sabian que les hacer, murieron muchos, otros muchos sanaron, no fue la enfermedad general por todos los Españoles aunque corrió por todo el Perú, que muchos años despues, vi en el Cuzco tres ó quatro Españoles con la misma enfermedad, y sanaron, debió de ser alguna mala influencia que passó, porque despues acá no se sabe que aia avido tan mala plaga” (9).

Con referencia al mes de marzo de 1531 dice el mercenario Fr. Pedro Ruiz Naharro, en su Narración de los hechos de los españoles en el Perú: "En esta bahía de Quaque enfermaron algunos de nuestros españoles de achaque de viruelas y bubas, de que murieron algunos, y otros quedaron hoyosos los rostros y sumamente feos, efecto que causan las viruelas" (10).

(8) Apuntes históricos del Perú.-Lima,1902: pág. 98.

(9) Historia del Perú: parte 2a. l. 1o, cap. XV.

(10) Colección de docum, inéd. por Salvá y Baranda. t. XXVI: pág. 238-Madrid, 155.

* 1539

Cuenta el Cronista Antonio de Herrera, que hubo este año terrible hambruna y peste en Popayán; que pasaron de cincuenta mil los indios á quienes se les devoró por efecto del hambre; y que fueron más de cien mil los muertos por la peste, "cayendo los hombres súpitamente sin remedio" (11). ¿Se trata acaso de fiebres malignas ó tíficas?

1544

Hubo este año y los siguientes una gran epidemia de sarna (caracha), en el ganado mayor y menor, con la que murieron como dos terceras partes de él, inclusos huanacos y vicuñas; y en 1548 dióles esa peste hasta á las zorras.

Oigamos á Garcilaso: "En tiempo del Visorrei Blasco Nuñez Vela, año de mil y quinientos y quarenta y quatro y quarenta y cinco, entre otras plagas, que entonces huvo en el Perú remaneció en este Ganado la que los Indios llaman Carache, que es Sarna. Fue cruelisima enfermedad hasta entonces nunca vista: dávales en la bragada, y en el vientre, de alli cundia por todo el cuerpo, haciendo costras de dos, tres dedos en alto; particularmente en la barriga, donde siempre cargava mas el mal, haciansele grietas de dos y tres dedos en hondo, como era el grueso de las costras hasta llegar á las carnes; corria de ellas sangre y materia, de tal manera que en mui pocos dias se secava y consumia la Res. Fue mal mui contagioso, despachó, con grandisimo asombro, y horror de Indios, y Españoles, las dos tercias partes del Ganado maior, y menor, Paco, y Huanacu. Dellas se les pegó al Ganado bravo,llamado Huanacu y Vicuña, pero no se mostró tan cruel con ellos, por la Region mas fria, en que andan, y por que no andan juntos como el Ganado manso❞ (12).

(11) Década VI, 1. VI, cap. 1°

(12) Comentarios reales: 1. VIII, cap. XVI.

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