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J.C.

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de España.

Años glés llamado Gilberto: fundó el monasterio de Era Alcobaza para que fuera sepultura de los Reyes de Portugal. No cesó de hacer la guerra à 1148 los infieles, y consiguió de Alexandro III que le 1186 confirmase el título de Rey, libre del homenage y dependencia de los Reyes de Leon: procuró poblar el pais que conquistaba admitiendo à todos los extrangeros que querian establecerse en él; y así muchos de los que iban à la conquista de Jerusalen se quedáron en su reyno,] donde habia un gobierno sábio y moderado, y el Rey hacia gloria de proteger las armas y las letras. Las guerras que tuvo con el de Leon le fuéron fatales, pues en la plaza de Badajoz se rompió una pierna y fué hecho prisionero, y no recobró su libertad sino reconociéndose su vasallo, y obligándose à venir à su llamamiento con los socorros estipulados. Siendo viejo conservó el espíritu guerrero y el amor de la gloria como quando era jóven: llevaba con impaciencia la obligacion que el Rey de Leon le habia impuesto, y deseando librarse de ella se unió con 1178 el de Castilla para hacerle la guerra. D. Sancho 1216 su hijo acometió à Ciudad-Rodrigo, mas habiéndole salido al encuentro el exército Castellano, le derrotó y se vió precisado à hacer la paz con el de Leon. Libre yá por esta parte levantó un exército, atacó à los Moros tan gloriosamente que llegó hasta Triana arrabal de Sevilla. Los enemigos juntáron gente y le acometiéron en su retirada con grande impetu resueltos à vengar sus injurias: se peleó con el mayor furor por una y otra parte: los Moros fuéron derrotados; y el Rey se volvió à la capital triunfante y lleno de riquezas. Los años siguientes no se vén sinò guerras de poca consideracion entre Moros y Portugueses haciendo unos y otros incursiones, y siendo unas veces vencidos y otras vencedores, no sɛcando de ellas otra cosa que talas, destrucciones de pueblos, robos, asesinatos y cautivos. Sel dice que Juzeph Rey de Marruecos atacó la plaza de Santarén con un exército muy numerosc, y que no habiéndola podido tomar, despues de algunos asaltos en que perdió mucha gente, se retiró abandonando su bagage, y que de tristeza

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Años murió en el camino. Los Portugueses quedáron Era libres y tranquilos en muchos años, reparáron sus pérdidas, y fortificáron las fronteras para la seguridad de su reyno. Murió con gran sentimiento de sus pueblos despues de un reynado de cincuenta y siete años à los setenta y seis 1185 de su edad. Su cuerpo se enterró en Santa Cruz 1223 de Coimbra con la mayor pompa y solemnidad, habiendo pasado en la misma ciudad los últimos años de su vida. Brandaon Crón. de Portug., Faria y Sousa, Lucas de Tuy, y D. Rodrigo de Toledo.

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Subió al trono su hijo mayor D. Sancho, Príncipe que habia dado muchas pruebas de valor y prudencia, el qual luego que tomó las riendas del gobierno se aplicó à reedificar los pueblos, hacer administrar la justicia con la mayor exâctitud, y conservar en paz y tranquilidad su reyno. Tenia un corazon benéfico compasivo, y no perdonaba trabajo para aliviar las miserias de sus súbditos, con lo qual se grangeó la estimacion y el amor de todos ellos, y el título glorioso de Padre de la patria. Con la ayuda de los Cruzados que llegáron al puerto de Lisboa conquistó la plaza de Silves en los Algarves, y abandonó el botin de ella à las tropas auxiliares. Se casó con Doña Dulce hija de Raymundo Conde de Barcelona y Rey de Aragon. Casó su hija mayor Doña Teresa con el 1189 Rey de Leon. Jacob-Abén-Juzeph pasó à Es-1227 paña, y habiendo reunido un exército podero

So,

atacó con todas sus fuerzas las plazas de Silves y Santarén, pero no las pudo tomar, y con la ayuda de dichas tropas extrangeras y las del Rey de Leon batió à los Moros y los echó 1190 de sus estados. El año siguiente volvió el de 1228 Marruccos con mayores fuerzas y conquistó todas las fortalezas, teniendo que retirarse D. Sancho à los lugares escabrosos porque sus fuerzas eran muy inferiores à las de sus enemigos. La guerra que se encendió en Castilla contra los Moros les obligó à salir de Portugal. D. Sancho envió al Rey de Castilla un cuerpo de tropas auxiliares que pereció todo en la desgra1195 ciada batalla de Alarcos. Pocos años despues re- 12331

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Años conquistó à Silves con el auxilio de otros Cru- Era zados que llegáron à sus puertos, pero destruyó la plaza porque no podia defenderla. El matrimonio de su hija con el Rey de Leon se disolvió porque eran parientes muy cercanos, y aunque los dos Reyes se resistieron algun tiempo à la disolucion de este matrimonio, las censuras les obligáron à obedecer, y la Princesa se volvió à Portugal. En todo el discurso de su vida mostró una gran piedad, y procuró corregir todos los abusos que se habian introducido por la comunicacion y trato con los Moros. En todas sus conquistas el primer cuidado era restablecer la religion. La última que hizo fué la de la plaza de Elvas que los Moros le habian quitado en la última invasion. Este Príncipe supo gobernar tan bien la hacienda pública, que sin ser gravoso à los pueblos ni aumentar los impuestos, tuvo rentas suficientes para todas sus expediciones, para las obras públicas que mandó construir en las ciudades, y para recompensar los hombres de mérito por los buenos servicios que hacian al estado. En su muerte dexó en sus cofres setecientos mil escudos, en moneda de plata mil y quatrocientos marcos, y otros ciento en bagilla de oro; de todo lo qual dispuso en su testamento. Tanto puede una buena economía aun quando la renta pública sea limitada, pues hace al Príncipe rico, y feliz al pueblo. Murió 1212 en el mes de Marzo de 1212 à los cincuenta y 1250 siete años de su edad, y veinte y seis de su reynado, con gran sentimiento de sus súbditos que le lloráron como padre. Su cuerpo fué enterrado en la Iglesia de Santa Cruz de Coimbra.— Brandaon Crón. de Portug. Faria y Sousa Compend. de su Hist. D. Rodrigo de Toledo de Rebus Hisp. Le Quien, Nuñez de Leon, y La Cled.

Le sucedió en el trono su hijo mayor D. Alfonso II de edad de veinte y siete años, llamado el Grueso por la mucha grosura que tenia. Luego que entró à reynar quiso quitar à sus hermanas los pueblos que su padre les habia dado en perjuicio de los derechos de la corona, con cuyo motivo se encendió una guerra civil por

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Años que los Grandes y el Rey de Leon protegiéron Era à las Infantas, y aun el Papa Inocencio III le amenazó con la excomunion si no desistia de su empresa y dexaba las armas de la mano. La paz se hizo por la mediacion del Rey de Leon, pero debió ser de poca duracion, pues el Infante D. Fernando se retiró poco tiempo despues à la corte de Castilla, y D. Pedro imploró la proteccion del Miramamolin. Despues de muchos debates y divisiones representó al Papa las razones que tenia para reunir à la corona los pueblos que tenian sus hermanas, y habiéndolo hallado inflexible tomó el partido de renunciar à su empresa por tener paz con sus súbditos, y fué absuelto públicamente de la excomunion. Restablecida la paz en el reyno volvió las armas contra los infieles que desde la plaza de Alcaráz de la Sal hacian correrías en sus estados, y desde luego resolvió poner sitio à la fortaleza con el socorro de muchos Cruzados que habian llegado à sus costas, de los quales se habian ofrecido muchos ayudarle. La acometió con todas sus fuerzas, pero la guarnicion se defendió con el mayor valor para dar tiempo à los suyos que vinieran à su socorro. Los Moros conocian muy bien la importancia de esta plaza, y así juntando un exército de cincuenta mil hombres fuéron à atacar à los sitiadores. El exército Portugues les salió al encuentro, y se dió una batalla famosa en que unos y otros combatiéron con el mayor furor; mas al fin venciéron los Portugueses y derrotáron enteramente à los Moros, matándoles mucha gente y haciéndoles muchos pri1217 sioneros. Viéndose sin recurso los de la plaza se 1255 rindiéron, y se encomendó su defensa à los caballeros de Santiago. Luego que cesó la guerra se encendiéron de nuevo las turbaciones en el reyno quejándose el pueblo de la severidad del gobierno, y el clero de que no se le guardaban sus privilegios y se les hacia contribuir para la guerra con hombres y dinero. Por este motivo el Arzobispo de Braga excomulgó à los oficiales que por órden del Rey cobraban las contribuciones de los bienes eclesiásticos; y el Rey en castigo lo desterró del reyno y seqüestró todas

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Años sus rentas. El Papa por medio de sus comisarios 3.c. puso entredicho en su reyno, lo que consternó à las gentes, y Alfonso se vió abandonado de todos. Entró en negociacion con sus súbditos para restablecer la calma, y mientras se trabajaba en esto cayó enfermo y murió el 25 de Marzo de 1223 1223.

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Brand. Crón. de Port., Faria y Sousa, 1261 Le Quien, Vasconcelos y Raynaldo.

Le sucedió en el trono D. Sancho II de este nombre su hijo mayor, y desde luego procuró hacer cesar las disensiones reconciliándose con el Arzobispo, y con sus tias las Infantas, determinando las diferencias que tenian los árbitros nombrados por entrámbas partes. Concluido este negocio, y hecha la concordia, visitó sus estados para restablecer el órden haciendo administrar justicia con rectitud por todas partes, y dando muchas pruebas de clemencia y liberalidad. Se unió con el Rey de Leon para hacer la guerra à los Moros, y conquistó al1228 gunas plazas, entre otras Serpa. Inocencio IV 1266 envió un Legado para celebrar un concilio que reformase las costumbres que estaban muy estragadas con motivo de las revueltas de su padre, y el Rey se obligó à hacer executar sus decretos. Restablecido el órden continuó la guerra contra los Moros, entró en los Algarves, y conquistó muchos pueblos. Este Príncipe justo, clemente, bondadoso, amante del pueblo, y de mucho valor, se hizo odioso à sus súbditos por no haber castigado las violencias que los Grandes les hacian, y se empezáron à excitar sediciones por todas partes, que no habiéndolas reprimido desde el principio, llenáron de confusion el reyno y causáron la ruina del Monarca. El Infante D. Pedro unido con los descontentos fomentaba las turbaciones, esperando 1242 por este medio llegar à la regencia. El Rey, vien- 1280 do que no podia continuar la guerra contra los Moros por estas divisiones, nombró General à D. Pelayo Correa Comendador de Santiago, el qual con su valor y prudencia sostuvo la dignidad del trono, y la gloria de la nacion, haciendo muchas conquistas y venciendo en todos los encuentros à los enemigos, con lo qual se adquirió

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