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se hizo, la de Fernando del Castillo, es del siglo XVI. Sin em→ bargo, los partidaries de la remota antigüedad de las poesías nationales, esplican la circunstancia de la rima asonante de un mode á lo menos ingenioso. Los primeros romances, dicen, se han compuesto en rimas del mismo modo que los cánticos de Alfonso X y de Berceo. Pero cuando llegó á ser moda la aso nante antes de haberse recogido en los libros de los antiguos romances rimados, todos se han traducido en ese nuevo ritmo por el mismo trabajo popular que sirvió para su primitiva composicion. Esta esplicacion la fortifica el testimonio de Juan de la Encina, quien al anunciar la adopcion de la rima asonante para los romances, dice: «é aun los del tiempo viejo no van por verdaderos consonantes."

La numerosa familia de los romances se divide en muchos géneros. Los mas antiguos se llaman históricos (romances históricos); contienen las historias tradicionales del Cid y de Bernardo del Carpio, lo que podria llamarse los siglos heróicos de España. Son unas especies de rapsodias que se recitaban y cantaban en Castilla, como las de Homero en la Grecia, y quizá no ha faltado mas que un Pisistrato para formar con la reunion inteligente de esos cánticos populares, una Iliada Española. Cuando algun tiempo despues los hidalgos de la Córte de Juan II asistieron á las fiestas caballerescas de Granada, y sobre todo cuando los Reyes Católicos establecieron su Córte en la Alhambra conquistada, entonces habiendo cambiado el romance de objeto y de estilo, cambió tambien de nombre y se llamó morisco (romances moriscos.) En vez de antiguas tradiciones nacionales, se recitaba la pompa de los torneos y las aventuras de la galanteria. Sus héroes ya no fueron Españoles sino Arabes, No fué tan fuerte ni tan natural, pero adquirió mas donaire, mejor tono y mayor adorno. Posteriormente, despues de las eglogas de Garcilaso, de Jauregui y de Montemayor, el romance tambien dejó la lanza de las batallas y el baston de las justas, para tomar el cayado. Se hizo pastoral y cantó romances pastoriles. Esa fué su decadencia, despues de la cual, solo le faltaba ir á parar á las licenciosas bufonadas de los Quevedos y de los Góngoras. El romance se convirtió por un momento en burlesco, y esa fué su tercera y última trasformacion. no

Apesar de la suma dificultad que ofrece la version de toda

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poesía y con especialidad la popular, creo indispensable hacer la de algunos fragmentos para que se pueda venir en conocimiento de la naturaleza y forma del romance. Para manifestar al mismo tiempo la diferencia de los géneros, elegiré dos objetos análogos tanto en los históricos como en los moriscos, el desafío del Cid y el del Moro Farfe. El primero es uno de los mas antiguos que se han recojido:

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Lo será; pues su furor
Os movió á desaguisado,
Privandovos de razon..
Mano en mi padre pusisteis
Delante el rey con furor;
Cuidá que lo denodasteis
Y que soy su fijo yo..
Mal fecho ficisteis, Conde,
Yo vos reto de traidor
Y catad si vos atiendo,
Si me causareis pavor,
Diego Lainez. me fizo

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Bien cendrado en su crisol
Yo probaré en vos mis fuerzas
Y en vuesa mala intencion,
Non vos valdrá el ardimiento
De mañero lidiador,
Pues para me combatir
Traigo mi espada y troton."
Aquesto al Conde lozano
Dixo el buen Cid campeador
Que despues por sus fazañas
Este nombre mereció..
Dióle la muerte y vengóse;
La cabeza le cortó,

Y con ella ante su padre
Contento se afinojó.

DESAFIO DE TARFE.

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El cuerpo, como en las zambras; Si eres tan diestro en la guerra

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Como en pasear la plaza, Y como á fiestas te aplicas, Te aplicas á las batallas; Si como el galan ornato Usas la lucida malla, Yoies el son de la trompa Como el son de la dulzaina; Si como en el regocijo Tiras gallardo las cañas, En el campo al enemigo Le atropellas y maltratas; Si respondes en presencia, Como en ausencia te alabas; Sal á ver si te defiendes Como en el Alhambra agravias. Y si no osas salir solo, Como lo está el que te aguarda, Algunos de tus amigos Para que te ayuden saca. Que los buenos cavalleros No en palacio ni entre damas Se aprovechan de la lengua, Que es donde las manos callan; Pero aqui que hablan las manos, Ven, y verás como habla El que delante del rey Por su respeto callaba." Esto el Moro Tarfe escribe Con tanta cólera y rabia Que donde pone la pluma El delgado papel rasga. Y llamando á un page suyo, Le dijo: «Vete al Alhambra, Y en scoreto al Moro Zaidé Dá de mi parte esta carta ; Y dirásle que le espero Donde las corrientes aguas Del cristalino Genil Al Generalife bañan,"

La tercera época literaria de España se abre, como la prime ra, en medio de grandes acontecimientos, de estrepitosos sucesos, de paz doméstica y de gloria esterior. Las coronas de Aragon y Castilla se habian unido con el enlace de los Reyes Católicos, y el heredero de ambos reinaba en toda la Península, á escepcion de Portugal, que no tardó en ser una Provincia de la Monarquía. Granada habia sucumbido, y los últimos descendientes de los conquistadores Arabes, hechos violentamente cristianos, espiaban su pasada grandeza en la vergüenza y miserias de un linage envilecido. En fin, el nuevo mundo estaba descubierto, Cortés podia decir á Cárlos V que le habia conquis→ tado mas terreno del que le habian dejado sus antepasados, y el sol siempre se hallaba sobre el horizonte de los dominios del Rey de España. Despues del glorioso, pero inútil esfuerzo de los comuneros, los Españoles aceptaron el despotismo Austriaco. Despojados de sus antiguas libertades, olvidaban la esclavitud de la patria en las espediciones militares de Flandes, Italia y Africa, en sus arriesgados viages por medio de las grandes Indias y en fin con la cultura de las artes y de las letras. E 1 movimiento era general; y la España conquistando con la pluma y con la espada su influencia y su gloria, estendia á la vez en los dos mundos su lengua y sus armas.

Sin embargo, el carácter original y distintivo de su tercera época literaria fué todavía una imitacion: no ya índigena y doméstica, como en cierto modo la de los Arabes, en la prime ra; sino enteramente exóctica y extrangera, pues esta vez la imitacion fué de los Italianos. Los primeros Españoles conducidos á Nápoles, Roma, Florencia y Venecia, por los acontecimientos políticos, se encantaron con razon de esas deliciosas. poesías de Dante, Petrarca y de Bocacio, que se podian apren der sin necesidad de leer sus obras, porque el pueblo recitaba en las plazas públicas lo mas selecto de sus fragmentos. Despues de su regreso, repitieron á sus compatriotas esas canciones estrangeras, que en una lengua gemela parecian hermanas de las suyas las tradujeron y despues las imitaren. Tomaron de los Italianos lo substancial y la forma, los argumentos y los ritmos poéticos, los diversos géneros de literatura, y las distintas especies de prosodia. El poeta Boscano que al principio emprendió la carrera militar, y que fué despues preceptor:

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