Moros le reciben por la seña ganar. Dánle grandes colpes, mas no l' pueden falsar. Á grandes voces llama el que en buen hora nació: É tanta loriga falsa desmanchar: Tantos pendones blancos salir vermejos en sangre: Los moros llaman Mafómat, los cristianos Sanctiague. Moros muertos mil é trescientos hi ha. . . . Tantos moros yacen muertos, pocos vivos ha dexados; Ya s' tornan los del que en buen ora násco. ANÓNIMO. Y SIGLO XIII Prado deleitoso. o maestro Gonzalvo de Berceo nomnado Verde é bien sencido, de flores bien poblado: Daban olor sobeio las flores bien olientes, Refrescaban en omne las caras é las mientes, Manaban cada canto fuentes claras corrientes, En verano bien frías, en ivierno calientes. Avíe hy grant abondo de buenas arboledas, Milgranos é figueras, peros e mazanedas, É muchas otras fructas de diversas monedas, Mas non avíe ningunas podridas nin acedas. La verdura del prado, la olor de las flores, Las sombras de los árbores de temprados sabores Refrescáronme todo é perdí los sudores: Podríe vevir el omne con aquellos olores. Nunqua trobé en sieglo logar tan deleitoso, Nin sombra tan temprada, nin olor tan sabroso, Descargué mi ropiella por yacer más vicioso: Poséme á la sombra de un árbor fermoso. Yaciendo á la sombra perdí todos cuidados, Odí sonos de aves dulces é modulados : Nunqua udieron omnes órganos más temprados, El prado que vos digo avíe otra bondat: Manamano que fuí en tierra acostado, Los omnes é las aves quantas acaecíen GONZALO DE Berceo. Luciana. (Libro de Apolonio.) El Rey Architra stres por la corte más pagar, Á su fija Luciana mandóla hi venir. La duenya vino luego, non lo quiso tardar, Entró por el palacio la infante bien adobada, Besó al Rey manos commo bien ensenyada, Saluó a los ricos omnes é á toda su mesnada, Fué la corte desta cosa alegre é pagada. Fincó entre los otros oío al pelegrino, Sirvióme en el juego onde so su pagado, Fija, si vos queredes buscarme grant placer, Que vos yo siempre aya mucho que gradecer, Sabet de su fazienda quanto pudierdes saber, Contra éll que sepamos cómo nos captener. Aguisóse la duenya de toda voluntat, ANÓNIMO. Apolonio halla á su hija. (Libro de Apolonio.) Vió bien Apolonio que andava carrera, Entendió bien sen es falla que la su fija era, Salló fuera del lecho luego de la primera, Diziendo: ¡Valme, Dios, que eres vertut vera! Prísola en sus braços con muy grant alegría, Diziendo: ¡Ay, mi fija, que yo por vos muría! Agora he perdido la cuita que avía, Fija, no amanesció pora mí tan buen día. Nunqua este día no lo cuydé veyer, Nunqua en los míos braços yo vos cuydé tener, Que por vos tristicia, agora he placer, Siempre avré por ello á Dios que gradecer. Començó a llamar: Venit los míos vasallos, Sano es Apolonio, ferit palmas é cantos, Echat las coberteras, corret vuestros cavallos, Alçat tablados muchos, penssat de quebrantar-los. Penssat cómo fagades fiesta grant é complida, Cobrada he la fija que havía perdida, Buena fué la tempestá, de Dios fué permetida, ANÓNIMO. Darío se pone en marcha. (Libro de Alexandre.) Ya quería en todesto apuntar el alvor, Queríe tornar el cielo en vermeja color; Mandó mover las huestes el bon emperador, Ca non podíe de sy partir el mal sabor. Las trompas é los cuernos allí fueron tannidos, Fueron los atambores de cada parte feridos: Tanto eran grandes é fieros los roydos, Semejaban las tierras é los cielos movidos. Ordenaron su fazienda por yr más acordados, Que se les aveníes fuessen aparejados: Mandó que de tal guisa fuessen todos armados Cuemo se de la fazienda fuessen certificados. |