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dice que esta Constitucion »preparaba el camino para un horroroso plan, de díscolos novadores. Alli el P. predicador "vió en ella retratada la grandeza de alma de los Alfonsos, Jaimes, Fernandos, Isabelas y Felipes." Aqui el P. Atalayista descubre en la Constitucion el designio secreto de hacer desaparecer de nuestro suelo la fé y la monarquía. Allí el P. predicador la elogia por tributarse en ella "al Dios de nuestros padres lo que es suyo, y no negarle al César nada de lo que le pertenece." En la Atalaya "es escandalosa la Constitucion": en el sermon es codigo santo" En la Atalaya son los autores de ella plagiários é impíos: en el sermon "sabios y religiosos". En la Atalaya bendice el P. Castro la noche en que fueron presos los autores de la Constitucion, diciendo: "¡Noche del 10 de mayo! ¡ah! tú serás contada entre los dias mas solemnes que vió el mundo. ¡Noche del 10 de mayo! Españoles, alabemos y ensalcemos al Señor.» En el púlpito el mismo P. Castro, bendiciendo el dia en que fue publicada esta Constitucion formada por los presos, exclama: »!Oh dia grande, dia suspirado de todas las naciones, y solo concedido á los españoles! tú eres el que restituyes á este pueblo magnánimo la augusta dignidad que en tiempos mas venturosos le concilió el respeto del universo.'

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¿Qué diremos, pues, de este P. Castro? de este monge del Escorial, sacerdote, predicador y atalayista de la mancha? Que tiene el don de lenguas, no venido del cielo, sino inspirado ¿quién sabe de dónde? Que en aquel sermon, porque creyó sin razor adular á la nacion generosa, olvidando hasta el nombre de Fernando VII. cuyo amor toma ahora por escudo, dijo que sin "Constitucion política no puede haber sociedad verdaderamente feliz: que no puede llamarse ciudadano el que se ve privada de sus derechos, ni libre el que pénde de los caprichos del que admistra la fuerza, (esto es, del Rey) ni dichoso el que no tiene otra representacion que la de contribuir á aumentar la fortuna del déspota que le degrada" (esto es, de un monarca absoluto, como dice alli mismo haberlo sido el inepto Cárlos.) Si serian estas las proposiciones á que aludió el mismo padre Castro, cuando dijo como gacetero: (gaceta de la Mancha 27 de febrero de 1813 página 88.)

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Fernando vendrá á acibarar un buen número de proposiciones que andan en boga...." Y usó en esta sola ocasion de lenguage profético? ¿No annnció tambien en su sermon la suerte de los presos, cuya persecucion forma ahora todas sus delicias? ¿Quiénes son sino estos presos las "víctimas" de quienes dijo tener sobre la cerviz el cuchillo que amenaza á su existencia? Víctimas" para quienes ya desde el púlpito veia preparados "destierros, sentencias apasionadas, despojo de propiedades, y cuantos males inventó la tiranía?" Sin duda debió aprovecharse de esta profecía del P. Castro cierto predicador atalayista de otra especie que en la gaceta intrusa de 5 de mayo de 1813, estampó la siguiente apóstrofe: "liberales... os habeis empeñado en el quimérico proyecto de sostener el ideal trono de Fernando. Si no os unis á nosotros, tarde ó temprano volvereis á arrastrar las mismas cadenas que en tiempos pasados. ¡ "Qué gloria para el P. Castro haber sido el original de esta copia!" Y luego dirán que les calumniadores de los presos fueron plagiarios! Y ¿no divisó el P. Castro algun preservativo de esta borrasca...? ¿No le habia de divisar...? Y se aprovechó de él. ¡Qué mudanza de opiniones nos espera!" decia (en la citada gaceta de 27 de febrero de 1813.) "¡Qué manada de aduladores esperamos ver!" He aqui como el P. Castro transformándose de predicador de la Constitucion, en perseguidor de sus autores, allanó el camino á los consabidos..... O astrologo político digno de ser llamado por la posteridad, observador de los tiempos! Pasemos á la lista de los traidores.

§. VI.

Lista de los traidores de la atalaya. Exactitud legal del P. Castro. Su fariseismo. Observacion sobre aquel catálogo. Impresion de este papel autorizada. Frutos del zelo del P. Castro.

Prólogo de ella son las siguientes palabras: "Los principales cabezas de esta rebelion estan ya presos. Rebelion" calificada de tal antes de ser probada. «Cabezas de ella dedesignados antes de ser convencidos en juicio. Pero, P. Castro, de quién eran "cabezas? De ocho mil jacobinos,

dice, que estaban ya subscriptos, que tenian las armas preparadas." ¡Habrá malvados! ¡Qué extraño es que el P. Castro presentase su "prision" como un singular beneficio del cielo! Y ¿por qué? "Ya no habia remedio, prosigue: todas las medidas estaban perfectamente tomadas: el golpe fatal estaba ya amagando sobre la nacion, que iba á ver en su santo trono á los mónstruos de la impiedad y del despotismo." Asi habló un monge? y al pueblo español? á un pueblo acostumbrado a venerar como oráculos las palabras de los sacerdotes...?; Desventurado...! tú si que eras "cabeza” de la verdadera "rebelion,' " de la rebelion de los inicuos contra las víctimas preparadas por su furor. Y ¿quiénes eran estas víctimas? El P. Castro las señala.

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"Regentes: " Agar y Ciscar. "ministros ó secretarios:" Alvarez guerra, García Herreros, Cano Manuel, "diputados y ex-diputados:" Zumalacarregui, Capaz, don Agustin Argüelles el divino, Villanueva, Oliveros, don Diego Muñoz Torrero, Cepero, Larrazabal, Ramos Arispe, Martinez de la Rosa, conde de Noblejas y su hermano, Narciso Rubio, Canga Argüelles, Calatrava, Gutierrez de Teran. Concluye con el apéndice de los particulares. Observaciones." Entre estos últimos, coloca el atalayista al teniente general don "Juan O-Donojú," que habia sido ministro y entre los ministros al señor don "Antonio Cano Manuel, que estaba en el caso de "O-Donojú. Llama diputados al señor "conde de Noblejas, y á su hermano, y á (don) "Narciso Rubio," que no lo fueron. A "Argüe¬ lles" le pone por burla el epíteto de "divino, " añadiendo á la opresion el vilipendio. A todos los despoja de la cortesía que les era debida siquiera por urbanidadad, tratándolos con el insulto que pudieran temer de la vil inhumanidad los mas execrables malhechores. Tal fue el modelo que presentó el P. Castro á la venganza y al furor. Modelo de que se sacaron "copias escandalosas" de varias clases, esparcidas para hacer general la seduccion en el reino, Este papel incendiario fue impreso en el dia primero en que se proscribió la libertad de imprenta, y con licencia del excelentísimo señor capitan general de Madrid,” don Francisco Eguia.

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Aunque el P. Castro no logró el fruto de su ençono,

logró una pension eclesiástica de 100 reales. Esta es la pitanza del autor de la Atalaya, dijo mas adelante en 3 de abril de 1815 el P. frai José del Salvador, carmelita descalzo, ó cualquier otro que sea autor del papel intitulado "clamor de la justicia contra los agravios de la atalaya del 24 de marzo de 1815."

S. VII.

Soñado distintivo de la soñada república: orígen de este sueño: medulla concedida á don Narciso Rubio por la junta de Valencia. Nuevas habilidades del P. Castro y sus ami gos. Norzagaray, Aguilar y su burbero. Sepultura de la atalaya y del procurador general.

A los miembros de la conspiracion del P. Castro, autores de la Constitucion secreta de la nueva república, ¿ cómo habia de faltarles su distintivo? ¿Quién creyera que se hallase éste muy pronto? ¡Cómo se celebraria el hallazgo! Con algazara, como suele el lobo al hincarle las uñas á la oveja. Es caso digno de apuntarse para que no se pierda su memoria. Habia sido preso en la cárcel de la corona con los diputados en 10 de mayo el comisario de guerra don Narciso Rubio. En la media noche del domingo próximo, le hizo levantar de la cama el alcaide para llevarle á otra habitacion donde estaba don Ignacio Martinez de Villela, acompañado del escribano de policía don Miguel de Casas. Conducido Rubio á su presencia con imponente aparato, le habló Villela en esta sustancia. "Siéntese V. Rubio, y no se asuste. Esta operacion lejos de producirle á V. ningun mal, puede proporcionarle su fortuna: pues Jos grandes crímenes en su misma magnitud tienen el perdon. Sabe V. que hace muchos años que nos conocemos, y que le he dado pruebas de mi estimacion. Sea docil confesando cuanto sepa declare los cómplices, y esté seguro de que por este medio obtendrá la gracia de S. M., el cual está aguardando el resultado de estas diligencias."

Despues de un preámbulo aterrador, y de hacer á Rubio varias indicaciones relativas à una descubierta conspiracion, sacó Villela una cajita con una medalla de oro esmaltada, un sello de plata, y un diseño que contenian un

mismo dibujo. Preguntóle si todo aquello le pertenecia. La medalla contenia una estátua esmaltada en oro, que representaba la monarquía española con corona de castillos, y otra de laurel en la mano, y un leon á los pies con trofeos militares. En la orla tenia este lema: "Benemérito de la patria en grado heróico." En el pedestal: "ser libre ó morir."

Al ver Rubio la medalla, y el gran misterio con que se le preguntaba acerca de ella, no pudo contener la risa. ¿Cómo no habia de sorprender á Villela esta inesperada serenidad? Contestóle Rubio serle muy estraño que una cosa tan insignificante para el estado, ocupase á los ministros de S. M.; que aquella era una distincion que en 1808 le concedió la junta de Valencia, declarándole "benemérito de la patria," en premio de los extraordinarios servicios que en aquella época habia hecho á España, y especialmente á Valencia, cuando fue atacada por el mariscal Moncey y que de este hecho aprobado por la regencia del reino en mayo de 1813 á consecuencia de un expediente actuado en el juzgado de primera instancia de Cadiz, sehallarian los documentos originales entre sus papeles, y copia certificada de ellos en la secretaría de la guerra. Nada tuvo que replicar Villela, confundido de tan clásica equivocacion. ¿Quién sabe si compararia entonces la conducta patriotica de este "benemerito" preso, con la que al mismo tiempo habia observado él en Zaragoza? Despidióse, y no volvió á hacérsele á Rubio sobre ello nueva reconvencion. Ahora diré la ocasion de este suceso. Habiendo caido estas prendas en manos del alcaide de la cárcel, las presentó al capitan general, y éste dió cuenta de ello á los jueces de las causas de estado. Los cuales, ó creyeron que por este medio tenian descubierto el plan de la soñada república del famcso Audinot, ó que habian hallado un apoyo con que dorar las imposturas forjadas contra los que se suponian atentadores del trono.

Dando grande importancia á este descubrimiento, le pusieron en noticia del Rey, exponiendo á S. M. que el sello era de la supuesta república, y que la medalla debia de ser el distintivo de los cónsules. En la misma hora se estaba haciendo en casa de Rubio un escrupuloso registro en bus

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