La Cartera Cubana, Volumen4

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Impr. Literaria, a Cargo de D. Domingo Patiño, 1840

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Pasajes populares

Página 100 - Gobernador y Capitán General de la isla de Cuba y ciudad de San Cristóbal de La Habana, ya otros cualesquiera Ministros, Jueces y Justicias de ella, y ruego y encargo al Rdo.
Página 100 - Y visto lo referido en mi Consejo de las Indias .con lo que en su inteligencia y de lo informado por la contaduría general de él...
Página 52 - Y las flores mecieran blandamente sus pétalos de aromas perfumados y los cisnes bañáranse en la fuente: Dos vegueros de Cuba, enamorados, en prez cantaron de sus ninfas bellas sobre la verde yerba recostados. Al fluir de su numen las centellas que llegaran al cielo cristalino, pararon en su marcha las estrellas.
Página 54 - ELINO. ¿Ves, Plácido, en mitad del arroyuelo La vespertina estrella retratada? En vano hallarla intentas en el cielo, Que aun no es su hora de salir llegada: Debes buscarla en el florido suelo, En mi adorada Evena, que sentada Está en las gramas de la opuesta orilla, Y entre las ondas como Venus brilla.
Página 308 - ... suyo, también por su mudez parecían querer respetar aquella pereza y aquel grave silencio del sueño: y en consecuencia el barrio dormía. A la parte de la bahía, por el lado de la Alameda, frontero al oriente, hay una casa de balcón con romanas verdes, de elegante y moderna arquitectura, que a la hora que repetimos de la limpia y fresca mañana, estaba, como las demás del barrio, sumida en un profundo silencio. Quebrábanse los primeros rayos del sol en los vidrios de algunos postigos,...
Página 53 - Felá con ceño mira airada, Turbado bate el mar la arena muda, La pradera de flores salpicada El bravo cierzo con furor desnuda, Y el sol tras nube densa y dilatada Su carro esconde y su camino duda: Pero si luego ríe, en el momento Brilla el sol, calma el mar, serena el viento.
Página 53 - Y las aves dejaron las canciones Por tomar de su cántico lecciones. ELINO. Cuanta flor en botón el campo tiene Y áspera fruta verde y sin dulzura Y hoja seca en el árbol se sostiene, Se abre y revive y tórnase madura Si mi veguera con su tiple viene La voz alzando que le dio natura; La dulce voz, que da con su armonía Alma a los prados y esplendor al día.
Página 309 - ... abrieron sutilmente las puertas del salón; corrieron un poco las romanas y se pusieron a mirar por entre los listoncitos la escena que se ofrecía de golpe en suave y prolongada lontananza. Pero sin duda aquel mirar a medias ya escondidas no satisfizo en nada al curioso; puesto que desprendiéndose a un lado y otro de repente las hojas de la romana, apareció en el balcón, en cuya baranda se echó de bruces, una mulata joven y de lánguido ademán. — Vestía un traje sencillo de muselina...
Página 100 - Religiones ya otros cualesquier jueces eclesiásticos de aquellos mis dominios, que cada uno en la parte que respectivamente le tocare, guarden, cumplan y ejecuten y hagan guardar, cumplir y ejecutar puntual y efectivamente la enunciada mi Real resolución, disponiendo que desde luego' se pongan en práctica y observen los medios que van espresados y ha propuesto el mencionado muy Rdo.
Página 100 - Aranjuez, a veintidós de junio de mil setecientos sesenta y seis. — • Yo, el Rey. — Por mandado del Rey nuestro señor, D.

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