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»Adulfo, obispo de Oviedo, siéndolo entonces Hermene»gildo. Añádese el Apéndice del mismo Ferreras à la His»toria de España, p. 30» y dejemos el cotejo, y las pruebas de estas firmas para tiempo de menos ocupacion, bastando añadir y advertir de paso, que la noticia de este concilio, que se halla en el Cronicon de Sampiro, obispo de Astorga, es interpelada por Don Pelayo, obispo de Oviedo, como tambien la otra noticia de la consagracion de la iglesia de Santiago, de la cual escribo en mi prefacion à la era española del marqués de Mondejar, número 149. Y la razon de la interpelacion se colige de que habiendo el monge de Silos, compilador de mucho juicio, trasladado á la letra el Cronicon de Sampiro, como se puede ver en las Antigüedades de España de Berganza, tomo II, p. 533, no se halla en su traslado, ni la noticia de este Cronicon, ni la de la consagracion de la iglesia de Santiago, siendo dos cosas tan memorables. He apuntado esto para que sea notorio el medio de restituir á su pureza y entereza el Cronicon de Sampiro, cosa muy deseada de los criticos mas doctos y perspicaces. Continuando el progreso del patronato real, en la era 1061, año del nacimiento del Señor 1022, tuvo cortes en Pamplona el rey Don Sancho de Navarra el mayor, en las cuales concurrieron los dos brazos eclesiásticos y seculares, y en ellas se resolvió que se eligiesen obispos de santisima vida, interviniendo decreto real Regali decreto, de lo cual se autorizó la escritura intitulada Privillegium regale, simul et Pontificale en 29 de setiembre del referido año. Conservó este privilegio el obispo Sandoval, en su catálogo de los obispos de Pamplona, folio 36, y lo reimprimieron Don Juan Tamayo de Salazar, en su martirologio español, dia 7 de abril, p. 535, y el cardenal de Aguirre, tomo 3 de los concilios de España, p. 195,

y en este privilegio es cosa muy notable, que entonces aun no se pedia en España la confirmacion de los obispos al sumo pontifice, sino al metropolitano, folio 37, p. 2 del catálogo de Sandoval.

En el año 1180 ó muy poco despues, manifestó el rey Don Alonso VI al sumo pontifice Gregorio VII, qué persona tenia pensada para que fuese metropolitano, y pareciendo al papa que debia ser de mayor mérito, pidió al rey, que aconsejándose de su legado Ricardo, abad de Marsella, y de otras personas religiosas, eligiese otro que se aventajase en religion y doctrina. La carta de Gregorio VII se halla en la Coleccion de concilios del cardenal de Aguirre, tomo 3, p. 256. Es congetura verosimil, que el metropolitano que se eligió fué Don Bernardo, que despues rigió la silla de Toledo, habiéndole elegido el rey y sus cortes segun el doctor Francisco de Pisa en su historia de Toledo, libro 3, capitulo 30, y el padre Juan de Mariana, libro 9, capitulo 17. Dicho Don Bernardo, monge cluniacense, fué electo abad de Sahagun en la era 1118, hallándose presente Ricardo Cardenal, segun consta del archivo de Sahagun; y el arzobispo Don Rodrigo, libro 6, capitulo 25, dice, que despues de poco tiempo fué elegido arzobispo, y asi con poca diferenci fué el año 1080.

En tiempo del pontifice Pascual II, que rigió la Iglesia desde el dia 12 de agosto del año 1099 hasta el dia 22 de enero del año 1118, sucedió, que en conformidad del parecer de Don Bernardo, arzobispo de Toledo, pero sin saberlo el rey Don Alonso I de Aragon, y tambien ignorándolo el pueblo, fué electo obispo de Burgos el arcediano Pascual, despues de cuya eleccion el rey quiso poner å su hermano Don Ramiro, monge, abad de Sahagun, repugnándolo el pueblo y todo el clero, en cuyo

caso, por ser propio de cisma, se recurrió al papa, que mandó al arzobispo de Toledo, vicario de la sede apostólica, que convocase concilio provincial, en el cual se definiese canónicamente quien debia preferirse. La epistola de Pascual II se halla impresa en el tomo 10 de los concilios de Labbe, y el tercero de los de España, que imprimio Aguirre, p. 316. Fué preferido Don Pascual á Don Ramiro, quizá porque los castellanos no querian reconocer por rey de Castilla á Don Alonso. Véanse Don Alonso de Cartagena en su Anacefaleosis, capitulo 97, Sandoval en los Cinco reyes, folio 46, y Berganza en las Antigüedades de España, libro 5, capitulo 3.

En el año de 1137 la ciudad y clero de Salamanca pidieron al emperador y rey Don Alonso VII que les diese por obispo al arcediano Berengario, su canciller,

y

el rey se le envió acompañado del arzobispo de Toledo, y de los obispos de Segovia y Zamora, y en conformidad de su permiso le eligieron canónicamente, y le presentaron al arzobispo de Santiago, para que le ordenase y consagrase. Y asimismo escribieron al rey, y al mismo electo y arzobispo de Santiago, cuyas cartas debemos á las diligencias del maestro Gil Gonzalez Dávila, que las conservó en la Historia de Salamanca, libro 2, p. 126 y siguientes, que son muy dignas de leerse.

En el mismo año 1137, en que se concertó el casamiento de la reina Doña Petronila con el conde Don Ramon Berenguer, refiere Gerónimo Zurita en el libro 1 de los Anales de Aragon, capítulo último, que en el dia 11 de agosto se otorgó una escritura de dote, en que el rey Don Ramiro puso esta escepcion: «Y con todo eso me re>> tengo el dominio real sobre todas las iglesias de mi reino.» Debemos la conservacion de esta escritura à Lucio Marineo Siculo de primis Aragoniæ Regibus, libro 2, fo

lio 9, et 10: á nadie parezca impropia esta expresion, el dominio, porque el sinodo romano celebrado en tiempo de Eugenio II, año 826, y otro en tiempo de Leon IV, año 853, llamaron dominio al derecho del patronato en el cánon Monasterium 33, Caus. 16, quæst. 7, y este mismo nombre le dió Doña Munia, hija de Fruela, en la fundacion de la iglesia de Pedrosa, èra 1019, año del nacimiento de Cristo 980. El sumo pontifice Alejan❤ dro III supone la práctica de las présentaciones réales para las elecciones de los obispos, tratando del dé Osma en su Breve dirigido al arzobispo de Toledo, que se llamaba Juan, año 1180, cap. 11, de Simonia, donde en lugar de Episcopus Oxoniensis tengo yo observado años há que debe leerse Episcopus Oxomensis.

El rey D. Pedro II de Aragon en el año 10 de su reinado, que fué el de 1206, cedió al arzobispo de Tarragona y á todos los obispos y abades, y á los demas prelados de las iglesias, y á los conventos situados en su reino y dominio, la facultad de elegir prelados sin su consentimiento y asenso, reservándose solamente que el electo libre y canónicamente en señal de la fidelidad real se le presentase. Véase la epistola 6, segun otras impresiones 144 de Inocencio III, y el tomo III de los Concilios de España, del cardenal de Aguirre, påg. 443. Pero todos los nobles de Aragon y del Principado de Cataluña se opusieron á esta renuncia segun Lucio Marineo Siculo. No hay pues que admirar que Inocencio III, que hacia hacer tales cosas á aquel rey, y que segun Mateb de París solia ser muy libre en la manera de explicarse, llamase malísima à la costumbre que por el largo espacio de tantos siglos vamos probando; pero su dicho no impidió que se continuase, manteniéndola constantemente todos los reyes de España

Otro caso muy parecido al antecedente sucedió en el año 1204 de la Encarnacion. El pontifice Inocencio III coronó en Roma al mismo rey D. Pedro II con gran solemnidad, y agradeciéndolo el rey, le ofreció pagar un tributo anual de 250 maosmedines, que eran maravedises de oro, moneda entonces corriente en España: cada uno de los cuales maosmedines valia 3 rs. de plata, y se llamaban asi del rey de Córdoba Juzef Mahozemut que los hizo batir; y la escritura que de esto se otorgó, se lee en las Coronaciones de los reyes de Aragon, de Gerónimo de Blancas, pág. 6, donde cita á Zurita que la vió original; pero luego que los aragoneses supieron esto del rey D. Pedro, se quejaron diciéndole que no habia podido hacerlo sin su consentimiento, y lo protestaron, dándoles el rey la satisfaccion aparente de que solo habia renunciado su derecho y no el de su reino. Zurita, lib. 2 de los Anales de Aragon, cap. 50 y 51, lib. 3, cap. 86; Blancas, en las Coronaciones de los reyes de Aragon, pág. 8, y Escolano, Historia de Valencia, libro 3, cap. 7, n. 8.

En el año 1227 el santo rey D. Fernando III de este nombre mandó salir de la diócesis de Segovia al obispo Bernaldo, y le ocupó las temporalidades por haber sido electo sin su licencia, segun consta del cap. 5, Compilatiola.

El rey D. Alonso el Sábio, hijo de aquel santo rey, por cuyo mandado se compuso la grande y célebre obra de las Siete Partidas, acabada en el año 1262, en la ley 18 del tit. 5, part. 1, dice asi: «Antigua costum»>bre fué de España, é duró todavia, é dura hoy dia, >>que quando fina el obispo de algun lugar, que lo facen »saber el dean é los canónigos al rey por sus mensageros >>de la Iglesia con carta del dean ó del cabildo, como es

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