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LA VOZ DE LA RELIGION.

Todo español tiene derecho de imprimir y publicar sus pen

șamientos, sin necesidad de prévia censura.

Se esceptúan solamente de esta disposicion general los escritos que versen sobre la Sagrada Escritura y sobre los dogmas de nuestra sagrada Religion, los cuales no podrán imprimirse sin licencia del Ordinario. Artículos 1.o y 2.o de la ley vigente de imprentas.

AL PÚBLICO.

En vista de estos dos artículos, los Escritores de la Voz de la Religion se ven en la necesidad de hacer presente, que cuantos tratados hayan de insertar en la obra que versen sobre los dos puntos espresados en el 2.°, cuidarán de presentarlos á la autoridad eclesiástica para su aprobacion, sin la que no estamparán una sola línea; pero garantizados por el 1.o, escribirán lo que juzguen oportuno, y lo imprimirán bajo su responsabilidad sin censura alguna.

El que suponga que por haber adoptado un título religioso para darla á luz, obliga á presentar cuanto contenga á censura prévia, se equivoca. Defender la pureza de la Religion santa, única verdadera, es nuestro objeto, de una Religion que profesan en España sus augustas Reinas, los cuerpos Colegisladores, el Gobierno, el Ejército, las Milicias Nacionales, las ciudades todas y todos los pueblos. Podremos equivocarnos alguna vez, pero nuestras equivocaciones nada deben suponer, atendido nuestro deseo. Si hubiese quien intente detener nuestra marcha, siendo asi que no sea contraria ni al Trono, ni al Senado, ni á las Córtes, ni al Gobierno, ni á la menor autoridad, en este mismo Trono, en estos mismos cuerpos Colegisladores, en el mismo

los

Gobierno y en las mismas autoridades buscaremos el apoyo de la ley, y reclamaremos los daños, perjuicios que se nos irrogan y estan irrogando.

Esta fue sin duda alguna la línea de conducta que nos trazamos á nosotros mismos, al empezar á escribir los cuatro tomos que hemos dado á luz en ocho meses, la que hemos seguido derechamente, y la que seguiremos impávidos en adelante; predicar la observancia de la ley, y no cumplirla, habria sido el crimen mas atroz contra nuestra misma conciencia; nosotros la hemos cumplido, cual la hemos predicado. Invocar la Religion, esponer su doctrina, defenderla de los ataques de la impiedad, de la inmoralidad y del espíritu filosófico-ateo-reformador, y á la vez viciarla y corromperla, habria sido, sobre contradiccion é inconsecuencia, la mas hipócrita y horrenda falsía.

Hemos sido, somos y seremos, Dios mediante, católicos lo primero, consecuentes lo segundo; somos hombres de honor. Los males de nuestra querida y desventurada patria, nos duelen como á nadie; de la irreligion dependen, la irreligion los alimenta y sostiene. Creemos, pues, haber hecho y seguir haciendo un servicio importante á la causa nacional; si nuestra débil Voz fuese oida, aquellos terminarian, y la España recobraria su felicidad perdida, y á la que es acreedora por tantos títulos.

No cesaremos de clamar, á no ser que el despotismo cruel é intolerante para la verdad, se empeñe en taparnos la boca, en nombre de la libertad: pero aun entonces, el Gobierno y el público hará justicia á cada cual. Somos españoles católicos, y en prueba de ello copiamos á la letra nuestra profesion de fé esplícita, y la repetimos públicamente, segun que la hemos hecho cuando la ley nos lo ha mandado, y como la hemos jurado en las universidades del reino.

III

Prótestacion de fe católica mandada hacer por el santo Concilio de Trento (está en el Pontifical Romano), en los casos y á las personas que el derecho previene.

Nosotros los escritores de la obra titulada Voz de la Religion, creemos y confesamos todas y cada una de las cosas contenidas en el Símbolo de la fe, de que usa la santa romana Iglesia, á saber: Creemos en un solo Dios Padre Omnipotente, Criador del cielo y de la tierra, de las cosas visibles é invisibles; y en un Señor Jesucristo Unigénito Hijo de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no hecho, consustancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas. Que por nosotros los hombres, y por nuestra salud descendió de los cielos. Y encarnó por el Espíritu Santo de la Vírgen María, y se hizo hombre: fue tambien por nosotros crucificado bajo Poncio Pilato, padeció y fue sepultado. Y resucitó al tercer dia, segun las Escrituras, y subió al cielo: y está sentado á la diestra del Padre. Y de alli ha de venir otra vez con gloria á juzgar vivos y muertos: cuyo reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo Dios y vivificador: que procede del Padre y del Hijo. Que con el Padre y el Hijo, es adorado y glorificado juntamente: que habló por medio de los Profetas. Y en una, santa, católica y apostólica Iglesia. Confesamos un Bautismo para la remision de los pecados. Y esperamos la resurreccion de los muertos. Y la vida del siglo venidero. Amen.

Admitimos firmísimamente, y abrazamos las tradiciones apostólicas y eclesiásticas, y las demas observaciones y constituciones de la misma Iglesia,

Item. Admitimos la Sagrada Escritura, segun el

sentido que la dá y dió la Santa Madre Iglesia, á la que compete juzgar del verdadero sentido é interpretacion de las sagradas Escrituras; y nunca las recibiremos ni interpretaremos, sino segun el unánime consentimiento de los Padres.

Confesamos tambien que son siete los verdaderos y propios Sacramentos de la nueva Ley, instituidos por Jesucristo nuestro Señor, y que son necesarios para la salvacion del género humano, aunque no todos para cada uno, á saber: Bautismo, Confirmacion, Eucaristía, Penitencia, Extrema-uncion, Orden y Matrimonio; y que confieren gracia; y que de ellos el Bautismo, la Confirmacion y Orden, no se pueden reiterar sin sacrilegio. Recibimos y admitimos los ritos recibidos y aprobados por la Iglesia católica, para la solemne administracion de todos los ante dichos Sacramentos. Abrazamos y recibimos todas y cada una de las cosas que fueron definidas y declaradas en el sacrosanto Concilio Tridentino, acerca del pecado original y de la justificacion. Confesamos igualmente que en la Misa se ofrece á Dios un verdadero, propio y propiciatorio sacrificio por los vivos y difuntos; y que en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía está verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y sangre, juntamente con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y que se hace la conversion de toda la sustancia de pan en su cuerpo, y de toda la sustancia del vino en su sangre, á la cual conversion llama la Iglesia católica transustanciacion.

y

Confesamos tambien, que bajo cualquiera de las dos especies solas se toma á Jesucristo todo entero recibe un verdadero Sacramento. Confesamos constantemente que hay purgatorio, y que las almas allí detenidas son ayudadas con los sufragios de los fieles. Del mismo modo, que deben venerarse y ser invocados los Santos que reinan con Jesucristo, y

que ellos ofrecen à Dios oraciones por nosotros; asimismo, que se deben venerar sus reliquias. Afirmamos firmísimamente, que las Imágenes de Jesucristo y su Madre siempre Vírgen, y ademas las de los otros Santos, deben tenerse y retenerse, y darles el debido honor y veneracion.

Afirmamos que fue dejada tambien por Jesucris to en la Iglesia la potestad de las Indulgencias, y que su uso es muy saludable al pueblo cristiano. Conocemos á la Santa, Católica y Apostólica Iglesia Romana por Madre y maestra de todas las Iglesias, y prometemos y juramos verdadera obediencia al romano Pontífice, sucesor del bienaventurado Pedro, Príncipe de los Apóstoles y Vicario de Jesucristo.

Item. Recibimos y confesamos sin duda alguna todas las demas cosas enseñadas, definidas y declaradas por los sagrados Cánones y Concilios Ecuménicos, principalmente el sacrosanto Sínodo de Trento; y al mismo tiempo todas las cosas en contrario y cualesquiera heregías condenadas, rechazadas y anatematizadas por la Iglesia, nosotros igualmente las condenamos, rechazamos y anatematizamos.

Esta verdadera fe católica, fuera de la cual ninguno puede salvarse, la que al presente profesamos espontáneamente, prometemos, ofrecemos y juramos retener y profesar integra é inviolable, y constantemente hasta el fin de nuestra vida (con el auxilio de Dios), y haberla asi retenido y profesado en toda nuestra obra y cada uno de sus artículos, folios, páginas, líneas, proposiciones, oraciones, dicciones, palabras, sílabas y letras: asi Dios nos ayude y sus santos Evangelios.

Los escritores políticos acostumbran hacer su profesion de fe, y declarar en ella á la comunion política (este es su lenguaje) á que pertenecen. Nosotros hemos escrito de Religion, y seguiremos lo

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