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Lescar, ciudad de Bearne, en la iglesia de Santa María, dado que ellos en sus testamentos se mandaron enterrar en Pamplona como reyes de Navarra y como en continuacion de su derecho, que era pequeño alivio del estado que les quitaban. Enrique de Labrit, hijo y heredero destos príncipes, así en sus estados como tambien en la pretension de recobrar por las armas aquel reino, les sucedió.

En Lisboa por el mes de marzo falleció doña María, reina de Portugal, en la flor de su edad; su muerte fué de parto; el cuerpo sepultaron en el monasterio de la Madre de Dios de aquella ciudad. Dejó estos hijos: don Juan, el mayor, doña Isabel, doña Beatriz, don Luis, don Fernando, don Alonso, que fué cardenal, don Enrique, cardenal y rey, don Duarte, sin otros dos que murieron niños.

Adriano Florencio, natural de Utrech, ciudad en los estados de Flandes, dean que era de Lovaina y obispo de Tortosa en España, fué en Roma criado cardenal á los 27 de junio.

El nuevo rey don Cárlos de Austria aportó, á 19 de setiembre, con la armada en que venia á Villaviciosa, pueblo de las Astúrias. Salióle al encuentro el cardenal de España; pero llegado que hubo á Roa, pasó desta vida veinte y nueve dias adelante. Su cuerpo fué sepultado en el colegio de San Ilefonso de Alcalá de Henáres, el cual edificó á su costa desde los cimientos, y dotó de gruesas rentas como albergo de las letras y de toda suerte de erudicion; la traza fué la de la Universidad de Paris; sea lícito comparar las cosas medianas á las muy grandes; el provecho á lo menos ha sido muy colmado por la muchia juventud que á aquella escuela concurre y por las personas señaladas que de ella siempre han salido. Fué arzobispo veinte y dos años. Sucedióle en el arzobispado el cardenal Guillelmo de Croy, flamenco.

comanos, que compró de los scitas, y con su ayuda acabó así muchas otras cosas, como tambien prendió dentro de Damiata al rey Luis santo de Francia. Estos esclavos, dado que hubieron la muerte á Melechsala, su señor, se apoderaron del reino, y nombraron de entre ellos mismos por rey uno, llamado Turquemenio, con condicion que ni él dejase el imperio á sus decendientes, ni los demás esclavos el oficio de soldados á sus hijos, sino que fuesen soldados los que, siendo hijos de padres cristianos, hubiesen renegado de nuestra santa fe, que llamaron mamelucos, y que estos de entre sí eligiesen el que hubiese de ser rey. Continuóse esta manera de gobierno por espacio de muchos años hasta tanto que Caietbeio, esclarecido por muchas victorias que ganó de los turcos, gobernó aquel imperio en tiempo del rey católico don Fernando. Campson, sucesor suyo, despues que los turcos vencieron á los persianos cerca de la ciudad de Tarvisio, por recelo que tenia no acometiesen lo de Siria, el año pasado, como hiciese guerra en la Asia, en una batalla que se dió cerca de Damasco, fué vencido y muerto por el gran turco Selin. Pusieron en su lugar los soldados á Tomumbeio, el cual junto al Cairo en una nueva batalla que se dió fué vencido; y tomada la ciudad por los turcos, le pusieron en un palo; con esto el gran Turco, quedando vencedor sin resistencia, acabadas cosas tan grandes, se apoderó de las provincias de Siria y Egipto, y acrecentó con esto en gran manera el poder de su nacion y su estado.

La ocasion que Lutero tuvo para su malvado intento fué esta: el pontífice Julio comenzó la fábrica nobilísima del templo Vaticano. Leon X, que le sucedió, para llevar adelante lo comenzado, hizo publicar por todo el mundo un jubileo para todos los que acudiesen con cierta limosna para aquella fábrica. Alberto, arzobispo de Maguncia, que tenia á su cargo el publicalle en Alemaña, dió este cuidado á Tezelio, fraile de Santo Domingo. Fué así, que en Witemberga, ciudad de Sajonia, el duque Federico poco antes fundó una universidad. Martin Lutero, fraile de San Agustin, á la sazon catedrático allí de escritura, desde el púlpito amonestó al pueblo no se dejasen burlar de los engaños de los bulderos; que la mercadería de Roma no era de tanto valor que no se pudiesen los dineros emplear en otra cosa con mas ganancia. Destos principios, como muchos le oyesen de buena gana, su locura se aumentó de tal suerte, que por su medio se emprendió casi en todo el mundo tal fuego, que en muchos años no se podrá apagar. El acudir muchos al remedio, por ventura no con tanta prudencia, fué ocasion que el mal sc enconase; que si le despreciaran, por ventura se cayera y no pasara adelante; pero las cosas pasadas mas fácilmente se reprehenden que se mudan. De años atrás estaba aquella gente preñada por los abusos y vicios que se vian donde y en quien menos fuera razon. Brotó el mal humor con esta ocasion y por medio deste fraile. La virtud todo lo asegura, el vicio lo desbarata. No prestan armas ni repuesto cuando el pueblo se le◄

Pero este año fue señalado, y su mediers de graci fuera especial por dos cosas que en él sucedieron. Estas fueron haberse acabado el imperio de los soldanes de Egipto, y levantado la herejía perjudicial de Martin Lutero. Estuvo Egipto sujeto al imperio de los romanos hasta el emperador Heraclio, en cuyo tiempo el falso profeta Malioma sujetó aquella provincia por las armas, despues de cuya muerte tuvieron el señorío los califas, que, como él lo dejó ordenado, juntamente gobernaban las cosas sagradas y la república. Duró esto hasta la guerra de la Tierra-Santa cuando el rey de Jerusalein Amalarico, apoderado de la ciudad de Damiata, que antiguamente llamaron Pelusio, puso en tanta apretura al Califa, que le fué necesario pedir gente de ayuda al soldan de Siria. Fué por capitan destos socorros y por caudillo un hombre llamado Saracon. Este en premio de su trabajo se apoderó del imperio de Egipto con dejar á los califas solamente el cuidado de las cosas sagradas. Hijo de Saracon fué Saladino, soldan de Egipto y de Siria, el cual con las muchas victorias que ganó y con apoderarse de Jerusalem, redujo en Siria las cosas de los cristianos á grande apretura. No mucho despues Melechsala, que sucedió en aquel impe-. rio, por hallarse falto de fuerzas para resistir á los nuestros y á sus intentos, se ayudó de muchos esclavos

vanta.

AÑO 1518. Doña Leonor, hermana del rey don Cárlos, casó con don Manuel, rey de Portugal; las bodas se celebraron al fin deste año en Ocrato, pueblo de Portugal, con grandes regocijos y aparato. Nacieron deste matrimonio don Carlos, que vivió poco, y doña María, que vivió muchos años, y murió sin tomar estado.

Tratóse de dividir el arzobispado de Toledo en muchas partes por ser tan grande, y en particular de poner obispos propios en Madrid y en Talavera; sobre lo cual el pontífice Leon expidió su bula á 23 de julio, en que cometia al cardenal Adriano y al obispo de Cosencia, su nuncio en Castilla, y á don Alonso Manrique, obispo de Ciudad-Rodrigo, que hiciesen informacion para ver lo que convenia. Halláronse muchas dificultades, tanto, que fué necesario desistir desta plática.

AÑO 1519.

El emperador Maximiliano en Belsio, pueblo de Baviera, pasó desta vida á 12 del mes de enero. Juntáronse los electores en Francfordia para nombrar sucesor, y dado que muchos pretendian ser elegidos con grandes negociaciones, principalmente de parte de Francisco, rey de Francia, por voto de los electores fué antepuesto á todos don Cárlos, rey de España, á 28 de junio; mas por cuanto los reyes de Nápoles no podian aceptar el imperio por prohibicion que dello tenian de los pontifices romanos, alcanzó dispensacion del Papa con condicion que cada un año, por el reino de Nápoles, fuese obligado á pagar siete mil escudos y una hacanea blanca, como se hace. No parece se efectuó esto enteramente hasta el tiempo de algunos años mas adelante.

AÑO 1520.

Tuvo nueva de su eleccion en la ciudad de Barcelona, desde donde atravesada toda España, por el mes de marzo se hizo á la vela en la Coruña, y llegado á Flandes, en Aquisgran tomó la primera corona del imperio á 22 de octubre de mano del arzobispo de Colonia, como se acostumbra. Juntamente hizo de su voluntad donacion á don Fernando, su hermano, de Austria y de los demás estados de su abuelo el eniperador Maximiliano. Quedaron por gobernadores de Castilla el cardenal Adriano y el condustable Iñigo de Velasco y el almirante don Enrique Enriquez. No les faltó diligencia para sosegar la gente popular, que andaba alterada; pero con todo su cuidado no fueron parte para que no acudiesen á las armas, de donde resultaron las Comunidades, guerra muy nombrada en España. Quejábanse que por la avaricia de los flamencos todo el oro de España se habia desaparecido, y con su gobierno muy pesado y riguroso la libertad del reino estaba oprimida, los fueros y leyes quebrantadas. Era así, que Cárlos de Gevres, ayo del nuevo Rey, no contento con hacer despues de la muerte del cardenal don fray Francisco Jimenez á su sobrino, hijo de su hermana, Guillermo de Croy arzobispo de Toledo, con diferentes mañas rebañara la moneda de oro y doblones de dos caras, muy subidos de ley. Los mas princi

pales caudillos de las Comunidades fueron Juan de Padilla, uno de los mas principales caballeros de Toledo, ! don Antonio de Acuña, obispo de Zamora. Juntáronse con ellos muchas villas y ciudades. Vinieron á las manos los comuneros y los reales en muchas partes sin declararse del todo la victoria por la una ni por la otra parte, hasta tauto que por fin deste año los reales ganaron á Tordesillas, donde los comuneros estaban fortificados, y tenian en su poder á la reina doña Juana, y poco adelante, á 23 de abril del año siguiente, se dió la batalla del Villalar, donde los comuneros fueron vencidos y presos sus caudillos principales, es á saber, Juan de Padilla, Bravo y Maldonado, de los cuales se hizo justicia, y aun al mismo obispo de Zamora dieron garrote en Simancas, donde le tenian preso. Con esto en gran parte se dió fin á esta guerra y se sosegaron estas alteraciones, mediante la gran prudencia y autoridad del Consejo real, á quien en todo se remitia el Emperador. Y doña María Pacheco, mujer de Juan de Padilla, con ánimo varonil, en lugar de su marido, se hizo como caudillo de los comuneros en aquella demanda, y siempre los animaba, pero sin hacer efecto que sea de contar. Y tambien el duque de Segorve venció otra batalla á los germanats de Valencia junto á Morvedre. Así se llamaron las comunidades que tambien en aquella parte se levantaron.

AÑO 1521.

Guillermo de Croy, arzobispo de Toledo, falleció á 11 de enero en Alemaña antes de venir á España, sin dejar en vida ni en muerte hecha cosa alguna señalada. Sucedióle don Alonso de Fonseca, persona de pensamientos muy altos; de arzobispo que era de Santiago, fué trasladado al arzobispado de Toledo. El arzobispado de Santiago se dió al licenciado Juan Tavera, sobrino de fray Diego Deza, arzobispo de Sevilla, obispo que era de Ciudad-Rodrigo y de Osma y del consejo de la Inquisicion.

De las comunidades de Castilla resultó una nueva guerra en Navarra; la ocasion fué que los nuestros habian echado por tierra los años pasados casi todos los castillos de aquel reino, y el año antes deste, para acudir á las comunidades, despojado aquel reino de ar. tillería y de soldados. El rey Francisco de Francia con desco que tenia de restituir á Enrique de Labrit en el reino de sus antepasados, y por no dejar pasar la buena ocasion que para esto se ofrecia, envió un grueso ejército por aquella parte, y por su caudillo á Andrés Esparroso, hermano menor de Odeto, señor de Lotrech. Entrado que hubo, todo lo halló fácil y llano; hasta la misma ciudad de Pamplona, cabeza del reino, por haberla desamparado el virey don Antonio Manrique, sin dilacion la redujo en su poder. Quedaba por España el castillo, batíanle los franceses; Iñigo de Loyola, persona noble y principal en Guipúzcoa, á la sazon soldado, y despues fundador de la compañía de Jesus, que allí estaba, fué herido; una bala arrancó una piedra que le quebró una pierna y le hirió la otra, de que llegó á lo postrero de la vida; herido que fué Iñigo, el castillo se rindió á partido. El capitan francés ensoberbecido con la prosperidad y no contento de reco

desto avisado.

AÑO 1522

brar aquel reino, se metió por tierras de Castilla y es- tio el papa Clemente le dió el capelo. Bastará haber tuvo muchos dias sobre Logroño. Acudieron los nuestros, y con su venida le forzaron á levantar el cerco; y demás desto, cerca de Pamplona, en un lugar llamado Noain, no léjos del puerto de Reniega, le vencieron y prendieron en una batalla que le dieron. Resultó que desbaratado el ejército francés, el reino de Navarra con la misma ciudad de Pamplona volvió y se redujo al poder y señorío de España.

Grande fué la pesadumbre que por este mal suceso recibió el rey de Francia. Determinó de vengarse con enviar otro ejército por la parte de Vizcaya debajo de la conducta de su almirante, que se apoderó de FuenteRabía, villa muy fuerte en la frontera de Francia. Sucedieron grandes trances en estos encuentros; vínose muchas veces á las manos, y en conclusion la villa se recobró por los nuestros.

Doña Beatriz, hija menor del rey de Portugal, concertada con Carlos, duque de Saboya, en una armada por mar fué adonde su esposo estaba. La alegría de este casamiento no duró mucho á causa que el mismo rey de Portugal pasó desta vida por el mes de diciembre. Su cuerpo enterraron en el monasterio de Belen, que él mismo edificó junto á Lisboa, y dedicó para las sepulturas de los reyes. Sucedióle su hijo don Juan, tercero deste nombre.

Por el mismo tiempo, á 2 de diciembre, falleció en Roma el pontífice Leon, cuya memoria fué entonces y adelante agradable por haber restituido la paz á Italia, por el favor que dió á los estudios de las letras, y en particular reparado la Universidad de Roma con catedráticos de las artes liberales y de las sciencias, que con grandes premios hizo buscar y traer de todas partes. Con todo esto le tachan de ser dado á sus deportes mas de lo que aquel lugar pedia y de haber pretendido aumentar sus parientes, primero á su herniano Juliano, y despues de él muerto á Lorenzo, su sobrino, hijo de otro hermano suyo, llamado Pedro. Para efectuallo intentó despojar al duque de Urbino Francisco María de aquel estado; pero la muerte del uno y del otro, conviene á saber, del hermano y sobrino, desbarató sus trazas. La genealogía de esta familia de Médices quiero poner en este lugar.

El gran Cosme de Médices, que vivió en Florencia cien años antes deste tiempo en que vamos, tuvo un hijo, llamado Pedro, y dél por nietos á Lorenzo y á Juliano. Hijos de Lorenzo fueron Pedro y Juan, que fué el papa Leon, y el tercero por nombre Julian. El primer Julian, hermano de Lorenzo, tuvo un hijo natural, y que nació despues de muerto su padre, que se llamó Julio, que tambien poco adelante fué pontifice, y se llamó Clemente VII. Pedro, hermano del mismo Leon, tuvo un hijo, que se llamó Lorenzo, el mas mozo, y como lugarteniente de su tio el pontífice Leon fué general de sus gentes. Este de una concubina tuvo á Alejandro, duque de Florencia los años adelante, y de su mujer Madalena de Boloña dejó á madama Catalina, que vino á ser reina de Francia, por donde la familia de los Médices ha emparentado con muchas familias reales. El segundo Julian, hermano del papa Leon, tuvo un hijo, por nombre Hipólito, que adelante fué cardenal. Su

A 10 de enero, el cardenal Adriano, aunque flamenco de nacion y ausente, fué elegido en el conclave por pontifice. Estaba á la sazon ocupado en el gobierno de España; tomóle la nueva de su eleccion en la ciudad de Victoria, donde estaba con intento de dar calor á la guerra contra Francia y recobrar á Fuente-Rabía; pero sabida su eleccion, luego se apresuró para pasar á Italia, dado que no llegó á Roma hasta estar ya delante el verano. Su pontificado fué breve, porque no pasó de veinte meses; su erudicion, virtud y prudencia fueron muy grandes; no mudó el nombre que antes tenia, y así se llamó Adriano VI; canonizó á san Autonino, arzobispo de Florencia, y á Benon, obispo que fué antiguamente de Misna. A 3 de hebrero, lúnes, dia de San Blas, los reales, debajo la conducta del arzobispo de Bari, vencieron en Toledo á los comuneros que tenian tiranizada aquella ciudad, con la cual victoria se puso fin á las comunidades.

El emperador don Cárlos, dejando en Alemaña á su hermano don Fernando con nombre de vicario del imperio, se partió para España con intento de sosegar estos reinos y dar en todo órden. Llegó con su armada á Santander á 16 del mes de julio.

Cristierno, rey de Dinamarca, estaba casado con dona Isabel, hermana del nuevo Emperador; privóle de su reino Federico, tio suyo, por donde fué forzado recogerse á Flandes, donde estuvo desterrado por tiempo de diez años, que fué todo lo que le duró la vida. Dejó dos hijas legítimas, Isabel y Cristierna; la primera casó con Alonso, duque de Lorena; la segunda con el duque de Milan Francisco Sforcia.

AÑO 1323.

El pontifice Adriano concedió á los reyes de España don Carlos y sus sucesores autoridad de nombrar y presentar los que hubiesen de ser obispos en aquellos reinos. Expidióse la bula á 6 del mes de setiembre. Concedió otrosí que perpetuamente pudiesen tener en administracion los maestrazgos de las tres órdenes militares, cosa que los pontifices pasados habian concedido, pero por tiempo limitado. Falleció el Pontifice en Roma, á 12 del mismo mes de setiembre, cargado de cuidados y pesadumbre, en particular por haberse los turcos apoderado el año pasado de la isla de Rodas con un cerco muy apretado, que duró ocho meses. En esta vacante falleció en Roma, á 16 de diciembre, el cardenal don Bernardino de Carvajal, obispo que fuera primero de Astorga, despues de Badajoz, de Cartagede Sigüenza y de Plasencia. Sobrino deste cardenal fué el obispo de Plasencia don Gutierre de Carvajal, el cual hubo aquel obispado por regreso y renunciacion del dicho su tio. Padres del obispo don Gutierre fueron el licenciado Francisco de Vargas, tesorero del rey, y doña Inés de Carvajal. Falleció otrosí este año don fray Diego de Deza, natural de Toro, y maestro del príncipe don Juan; fué obispo sucesivamente de Salamanca y de Jaen y de Sevilla, inquisidor general y

na,

no llevar cadenas, que fué grande descuido; el caballo desapoderado le metió en medio de los enemigos, donde el mismo rey de Francia del golpe de una lanza le mató. Dióse la batalla á 24 de hebrero, viernes, fiesta del apóstol san Matías.

electo de Toledo. Publicó en su nombre los escritos de Capreolo sobre el maestro de las sentencias, añadidas pocas cosas. Pusieron en lugar de Adriano, á 20 de diciembre, el cardenal Julio de Médices, primo hermano que era del papa Leon X; llamóse en el pontificado Clemente VII; gobernó la Iglesia diez años, diez meses y siete dias. Confirmó la órden de los teatinos con nombre de la Congregacion del divino Amor; fundáronla Pedro Garrafa, obispo teatino, y otras personas pias; no traen hábito diferente de los demás sacerdotes, ocúpanse en cantar las horas canónicas; el género de vida es retirado; huyen ocupaciones exteriores y cuidados.

AÑO 1525.

El rey don Juan de Portugal casó con doña Catalina, hermana del emperador don Cárlos; las bodas y fiestas se hicieron en Estremoz á 5 de hebrero, muy señaladas. Procedieron deste matrimonio muchos hijos: sus nombres Alonso, Maria, Catalina, Beatriz, Emanuel, Filipe, Juan, Antonio. De todos solos el príncipe don Juan y la infanta doña María llegaron á edad de poderse casar, y aun ellos misinos murieron al principio de sus casamientos.

AÑO 1526.

Quedó con esto Europa sosegada y libre de los males de la guerra. El rey Francisco de Francia estaba en España preso en el castillo de Madrid. Su madre Aloisia, que gobernaba el reino, con deseo que tenia de ver á su hijo puesto en libertad, envió á su hija madama Margarita, que estuvo casada con Cárlos, duque de Alanzon, para que fuese á España á tratar de algun concierto. Dióse tan buena maña, que á 14 de enero se hizo asiento y confederacion entre aquellos dos príncipes con estas condiciones: que de allí adelante los flamencos no pudiesen apelar para los reyes de Francia; que el Francés desistiese de la pretension de Milan, de Génova y de Asta; que restituyese al Emperador á Borgoña; demás desto, casase con la reina viuda de Portugal doña Leonor, hermana del mismo Emperador, y por dote le señalaron docientos mil ducados; que perdonase á Cárlos de Borbon, y en lo que tocaba á las diferencias que tenian, estuviese con él á derecho.

Era Borbon casado con Susana, nieta de Ludovico XI, rey de Francia, hija de Pedro, duque de Borbon, y de Ana, bija mayor del dicho Rey, al cual Cárlos, el postrero de los duques de Angers, en su testamento dejó los estados que poseia en Francia, y fuera desto, el derecho que pretendia ai reino de Nápoles. El hijo de Ludovico, que fué el rey Carolo, octavo de Francia, no dejó sucesion algura; por esto el de Borbon, dado que desistia de pretender el reino por no ser el deudo mas cercano por línea de varon, pero pretendia que todos los estados que por otros caminos se habian allegado á aquella corona pertenecian á su mujer como á parienta mas cercana de los reyes pasados; y muerta ella sin hijos, queria quedarse con el ducado de Borbon, como el pariente mas cercano de su suegro por via de varon; pero la madre del Rey alegaba ser ella sobrina, hija de hermana del susodicho Pedro de Borbon. Esto prevaleció.

El pontífice Leon el mismo año que falleció hizo liga con el emperador don Cárlos con intento de juntar con él sus fuerzas y echar los franceses de Italia, con condicion que por el reino de Nápoles pagase cada un año dia de San Pedro, no solo la hacanea, como antes solia, sino tambien siete mil escudos, y que el reino de Sicilia reconociese el feudo sin pagar al año mas de quince mil ducados, como antes acostumbraba; fuera desto, que hasta que pagase lo que en la guerra se gastase por el Pontífice, quedasen por él las ciudades de Parma y Plasencia, sin descontar del principal lo que rentasen cada año; lo demás del estado de Milan se diese á Francisco Sforcia. Con esta determinacion Próspero Colona, general de todo el ejército, y Federico, marqués de Mantua, caudillo de las gentes del Papa, vencieron y echaron de aquel estado los franceses, y Francisco Sforcia quedó por duque de Milan. Sucedió un nuevo inconveniente á la parte de Francia, y fué que Carlos de Borbon, hijo de Gilberto, duque de Mompensier, desabrido con el Francés, se pasó á la parte del Emperador, y con sus gentes que le dió se metió por la Francia hasta Marsella. Irritado el rey de Francia por la una y por la otra causa, pasados los Alpes con un grueso ejército, recobró á Milan y casi todo lo demás de aquel Estado. Pero como se pusiese sobre Pavia, donde estaba Antonio de Leiva con buena guarnicion de alemanes, acudieron los capitanes del Enperador, esto es, Cárlos de Lanoy, visorey de Nápoles, y Carlos de Borbon y el marqués de Pescara Hernando Davalos, por cuyo valor fué el Rey vencido en bado de Aragon, duque de Calabria, ya puesto en liber

talla con gran estrago de su gente, y preso le enviaron á España. Prendieron otrosí al rey de Navarra Enrique Labrit; pero con dádivas que dió al que le guardaba, se escapó del castillo de Pavía, donde estaba. Fué en esta batalla muerto el marqués de Civita de Santangel, por nombre Fernando Castrioto; bisnieto del grande Escanderberquio, señor que fué de Epiro, y de los turcos espanto. Cortáronle las riendas por

Asentada la confederacion, el rey de Francia partió de España con dejar en su lugar, como estaba concertado, en rehenes y para seguridad que cumpliria lo prometido, dos hijos suyos, Francisco, el mayor, que era delfin, y Enrique, el segundo.

Al mismo tiempo en Sevilla, á 3 de marzo, se celebraron las bodas del emperador don Cárlos y de dòña Isabel, hermana mayor del rey de Portugal. Acompañaron à la novia desde la raya de Portugal don Feruan

tad, y el arzobispo de Toledo don Alonso de Fonseca, como queda dicho, puesto en lugar del cardenal GuiHermo de Croy.

Las gentes del César habian echado y despojado de Milan al duque Francisco Sforcia; achacábanle que no guardaba fidelidad y que tenia inteligencias contra el Emperador. El pontifice Clemente, para restituille en aquel estado y ofendido grandemente porque en

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España se decretara por ley que los beneficios no se diesen á extranjeros y que el Consejo real examinase las bulas del Papa, asentó liga con el Francés y venecianos; convidó otrosí al rey de Inglaterra, y aun demás desto, dió intencion al marqués de Pescara don Fernando Davalos, á la sazon gobernador de Milan, si se juntaba con ellos, de hacerle rey de Nápoles, del cual reino pretendia apoderarse por las armas; intentos que acarrearon muchos y grandes males. En medio destas pláticas falleció el de Pescara, y porque no dejó hijos, le sucedió en el estado su primo el marqués del Vasto don Alonso Davalos.

El gran turco Soliman, sucesor de su padre Selim, en una batalla que se dió cerca de la ciudad de Buda, desbarató á Ludovico, rey de Hungría, y por su muerte, que se ahogó en una laguna huyendo despues de la reta, no solo se perdió aquella ciudad, pero por muchas diferencias que resultaron sobre quién debia suceder á aquel rey, toda la república padeció grandes males. Fué así, que parte de la nobleza queria á don Fernando de Austria por estar casado con hermana del Rey muerto, parte á Juan Vaivoda, donde resultaron guerras muy largas. La reina viuda doña María, por quedar sin hijos, dió la vuelta á Flandes.

AÑO 1527.

Por gentes que el cardenal Pompeyo Colona y Vespasiano Colona levantaron en la campaña de Roma, y con acudirles desde Nápoles don Hugo de Moncada, visorey que era en aquella ciudad, puso al papa Clemente los meses pasados dentro de Roma en tanto aprieto, que apenas pudo poner su persona en cobro, sin ser parte para que los soldados no saqueasen el sacro palacio. Despues este año Cárlos de Borbon, con parte del ejército imperial, partió de Lombardía la vuelta de Roma, con intento de dar á saco aquella santa ciudad. Saliéronle al encuentro el duque de Urbino y Janetin de Médices, padre de Cosme, que adelante fué duque de Florencia; pero venciólos al pasar el rio Mincio, donde tambien Janetin de Médices fué muerto. El mismo Borbon, á la entrada de Roma, de un arcabuzazo que del muro le tiraron murió; y sin embargo, los soldados siguieron su intento y-saquearon la ciudad de Roma; juntamente pusieron cerco al castillo de Santangel, donde el Pontífice y los cardenales se retiraron.

Grande daño fué este y afrenta muy grave del nombre cristiano. Estaba el Emperador en Valladolid cuando le llegó la nueva de este desastre; hizo allí parar los regocijos y fiestas que se hacian por haberle nacido el príncipe don Filipe en aquella villa á 20 del mes de mayo, que fue muestra de su grande religion y de que aquel tan grande desórden no sucedió por su voluntad. Al contrario, los florentines, por el odio que tenian al Pontifice y por verle apretado, echaron de su ciudad la casa de Médices, principalmente á Hipólito y á Alejandro, que eran las cabezas de aquel linaje, que fué ocasion, trocadas adelante las cosas, que perdiesen la libertad, y tambien de que Enrique, rey de Inglaterra, movido de la nueva de aquel caso, se declarase por el Pontifice y por la liga de que se hizo mencion; el Francés envió por su general á Odeto, señor de Lotrech,

el cual, pasado en Italia con sus gentes y las de los venecianos, se apoderó en el estado de Milan de Alejandría y de Pavía, ciudades harto principales.

Con Enrique de Labrit, rey que se decia de Navarra, casó Margarita, hermana del rey Francés; deste matrimonio nació Juana, que heredó los estados de su padre á falta de hijo varon. Fué grande la pertinacia que esta hembra tuvo en la herejía, creo yo por ocasion que los pontifices romanos quitaron el reino de Navarra á sus antepasados.

AÑO 1528.

En Madrid los estados del reino juraron al niño don Filipe por príncipe y heredero de aquellos reinos de su padre. Quejábase el emperador don Carlos por sus cartas que el Francés no guardaba su palabra ni cumpliera lo que prometió tan de propósito al tiempo que estuvo preso en España. Envió el Francés un rey de armas á desmentille y desafialle á hacer con él campo de persona á persona. Comunicóse el negocio con los grandes. Respondió el Emperador á 24 de junio con sus cartas, en que aceptaba el desafío y señalaba lugar; pero el Francés fué mas recatado, que ni quiso abrir las cartas ni dar audiencia al rey de armas que para este efecto iba desde España, por razones que no le debieron faltar.

Entre tanto el señor de Lotrech, despues que con sus gentes invernó en Bolonia, marchó la vuelta de Nápoles. Púsose sobre aquella ciudad con grande esperanza de apoderarse de todo aquel reino, cuando de repente tal peste sobrevino en sus reales, que pereció gran parte de su ejército, hasta el mismo general; otros fueron presos, entre los cuales uno fué el conde Pedro Navarro, y lo que le quedó de la vida le hicieron pasar en una dura prision.

Movido de este desastre y desgracia Andrea de Oria, ginovés de nacion y que era general de la armada francesa, se pasó á la parte del César, y adelante puso en libertad á su patria, vencidos y echados della los fregosos, por lo cual y por sus muchas victorias ganó renombre inmortal.

AÑO 1529.

Deseaba el emperador don Cárlos pasar por mar en Italia para tomar la corona del imperio de mano del Pontífice. Con este intento se reconcilió con él, aunque despues de tantos agravios y desabrimientos; prometió de dar por mujer á su hija madama Margarita, habida fuera de matrimonio, á Alejandro de Médices, sobrino del Papa; demás de esto, que haria tanto, que la casa de Médices volviese á su patria. Junto con esto renovó la confederacion con el rey de Francia por sus embajadores, que para esto fueron á Cambray, ciudad en la frontera de Flandes y de Francia. Envió los hijos á su padre por dos millones de oro que pagó el Francés por su libertad; con ellos partió tambien su hermana dona Leonor para casar con el rey de Francia. Desde este tiempo los estados de Flandes quedaron del todo libres y exemptos de la jurisdiccion y señorío de Francia, y al contrario, los franceses se quedaron con el ducado de i Borgoña.

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