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Con esto últimamente los obispos que se juntaban en Trento dieron principio al Concilio y le abrieron al fin deste año. Promulgóse la primera sesion á 13 de diciembre; presidian en todo tres legados del Pontífice, que fueron los cardenales Juan María de Monte, Marcelo Cervino y Reginaldo Polo. Los principales entre los teólogos españoles fueron los padres Diego Lainez y Alonso Salmeron, de la compañía de Jesus; de la órden de Santo Domingo los maestros fray Domingo de Soto y fray Melchor Cano; de la de San Francisco fray Alonso de Castro y fray Andrés Vega, porque el maestro Francisco Vitoria y el doctor Juan de Medina, catedráticos de prima en Salamanca y Alcalá, excelentes teólogos, ya por este tiempo eran pasados desta vida.

AÑO 1546.

Martin Lutero, en Islebio, pueblo de Sajonia, donde nació, fué hallado muerto en la cama á 18 de hebrero. Lo mucho que habia comido y bebido le ahogó en edad que era de sesenta y tres años. Su cuerpo fué enterrado en Witemberga, donde hizo lo mas del tiempo su residencia.

En Viguen falleció de enfermedad don Alonso Davalos, marqués del Vasto, y á la sazon gobernador de Milan. En el gobierno le sucedió Hernando Gonzaga.

Túvose dieta imperial en Ratisbona, donde hubo disputa entre los católicos y los herejes; por los católicos se señalaron Malvenda, español, y Juan Cochleo; por los herejes Bucero y Brencio. Fué el Emperador á Ja dieta por el mes de mayo; no se sacó mas provecho con esta diligencia que otras veces, antes fué mayor el desabrimiento, porque los teólogos herejes se partieron á tiempo que apenas se habia comenzado la disputa y los negocios. Los mas de los príncipes, aunque los convidaron, no quisieron venir; los que mas se señalaron fueron el duque de Sajonia Federico y el Landgrave, por nombre Filipe. Pareció al Emperador era necesario acudir á las armas; mandó á Maximiliano, conde de Bura, que en Flándes hiciese las mayores levas de gente que pudiese; en Alemaña hicieron lo mismo por el Emperador los marqueses de Brandemburg, Alberto y Juan, dado que ellos tambien eran herejes. Hicieron venir á los españoles de Italia juntamente á 17 de junio; escribió el Emperador sus cartas á las ciudades de Alemaña, en que les amonestaba no se dejasen engañar, que muchos sin tener respeto á lo que debian, usaban mal de su paciencia; por tanto, le era forzado acudir á las armas. Escritas estas cartas, . partió el Emperador de Ratisbona para Baviera; asentó sus reales cerca de un pueblo, llamado Lansbust, donde habia llegado buen número de gente que el Pontífice enviaba en su socorro debajo de la conducta de sus nietos Octavio y el cardenal Alejandro Farnesio; poco despues llegaron los españoles en número de hasta seis mil. Nombró por general de todo el ejército á don Fernando de Toledo, duque de Alba. Los contrarios con un grueso ejército acudieron á Ingolstadio; eran los principales caudillos el de Sajonia y el Landgrave, á los cuales otros muchos príncipes y ciudades favorecian ó claramente ó de secreto. Asentaron sus reales en un collado ó ribazo, desde donde dispararon su

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artillería contra los reales del Emperador, que estaban puestos en lugar mas bajo; fué mayor el espanto que el daño. El Landgrave pretendia pasar adelante y dar asalto á los reales del César, porque no estaban bien fortificados. No lo ejecutó, que los otros le fueron á la mano; cosa en que estuvo el remedio y vida de los nuestros por no ser en fuerzas iguales á los contrarios ni llegadas las gentes de Flandes. Luego que llegaron, el Emperador fué marchando con su campo la vuelta de Nerlingo con el enemigo, que siempre le iba á las espaldas. A la misma sazon Mauricio, duque de Sajonia, con ayuda de gente que el rey don Fernando le envió, se apoderaba de las tierras del duque Federico, su primo, como las que estaban dadas en prenda; fuera de que por tener los estados mezclados, le convenia dar órden como no fuese comun el daño ni sus vasallos maltratados por sus malos vecinos. Los herejes por acudir á este daño y por estar muy faltos de bastimentos, dieron la vuelta á Sajonia. El Landgra-. ve se partió para su estado y se fué á la ciudad de Francfordia. La guerra se hacia muy brava por todas partes; muchos, así príncipes como ciudades, caian en la cuenta de su engaño. En particular el conde palatino Federico, perdida la esperanza que los rebeldes venciesen, tuvo manera para que el Emperador le perdonase de haber ayudado á sus enemigos. Y á su ejemplo, el duque de Witemberga y las ciudades de Ulma, Francfordia y Augusta hicieron lo mismo, pero á costa de dinero gran que les mandaron pagar para los gastos de la guerra, con otras seguridades que dieron. AÑO 1547.

Estas cosas se ejecutaban entrante el año siguiente de 47 al mismo tiempo que Federico, duque de Sajonia, recobró fácilmente las plazas que el duque Mauricio le tomara, fuera de Lipsia, que della no se pudo apoderar.

Murieron tres príncipes este año, es á saber, la mujer del rey don Fernando, llamada Ana, el rey Francisco de Francia, que falleció á 21 de marzo; vivió cincuenta y dos años, reinó los treinta y dos años; sucedióle su hijo el rey don Enrique. Al tanto el rey de Inglaterra Enrique pasó desta vida, infame por la scisma que levantó y puerta que abrió en su reino para las herejías; vivió años cincuenta y siete, reinó los treinta y siete y nueve meses. Sucedióle Eduardo, su hijo, niño de nueve años, conforme á lo que su padre dejó ordenado en su testamento, donde sustituia á María, Isabel, sus hijas, para que sucediesen en el reino caso que su hermano muriese sin hijos. En tiempo de este Rey el duque de Sumerset, su tio, hermano de su madre, y gobernador que era del reino, introdujo en Inglaterra las herejías luteranas. En Paris en un mismo dia, 16 de marzo, fallecieron Francisco Vatablo y Jacobo Tusano, muy doctos, el primero en hebreo, el otro en griego.

El Emperador, luego que hubo penado la ciudad de Argentina en grande cantidad de dinero y que su hermano el rey don Fernando se juntó con él, porque hasta este tiempo se detuvo en Bohemia, marchó con su gente la vuelta de Sajonia. Llegó á Misna y al rio Albis,

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EL PADRE JUAN que pasa por aquellas partes, á 24 de abril. Estaban los enemigos de la otra parte del rio apoderados de la ribera, por lo cual y por ser el rio hondo era dificultosa la pasada. Fué grande el esfuerzo de ciertos soldados españoles, que con las espadas desnudas en las bocas se echaron á nado y ganaron ciertas barcas á propósito de hacer un puente. Con este órden y por el vado, luego que los nuestros pasaron el rio, siguieron á los contrarios, que se retiraban con intento de meterse en Witemberga. Fué tanta la priesa en el seguillos, que forzosamente se vino á las manos; duró la batalla hasta la noche, cuando preso el duque de Sajonia y pasados á cuchillo muchos de los enemigos, los demás se pusieron en huida; quedó el campo y la victoria por el Emperador. Poco despues el Landgrave vino de su voluntad á ponerse en sus manos. Con la prision destos dos príncipes los demás se sosegaron; envió el Emperador para muestra y menoria desta grande victoria la artillería que les ganó, parte á Milan, parte á Flándes, y parte tambien á España; hecho esto, dió la vuelta á Flandes.

El Concilio se trasladó de Trento á Boloña, y poco despues se disolvió con gran disgusto de los católicos. Alegaban que la ciudad de Trento estaba muy enferma y no era lícito resistir á la voluntad del Pontífice; cuyo hijo Pero Luis en la ciudad de Plasencia fué muerto dentro de su misina casa por los ciudadanos de aquella ciudad; á cuya persuasion, aun cuando el negocio estaba fresco, no se pudo averiguar. Lo cierto es que Fernando Gonzaga, gobernador de Milan, se apoderó de Plasencia con guarnicion que en ella puso. El Pontifice fortificó á Parma y puso en ella á Camilo Ursino para que la defendiese. Verdad es que despues aquel estado fué entregado á Octavio Farnesio, duque de Parma, hijo de dicho Pero Luis.

AÑO 1548.

Tanto mayor pena dió la disolucion del Concilio, que
el Emperador entre las demás condiciones de la paz
hizo venir á los mas príncipes y ciudades de Alemaña
en que en lo tocante á la religion se sujetasen al pare-
cer de los padres de Trento. Perdida esta esperanza,
en la dieta de Augusta para concertar las diferencias se
publicó un librillo en que se aprueba la doctrina cató-
lica, dado que se permite la comunion sub utraque
specie á los que quisiesen, y á los sacerdotes que se
pudiesen casar. Llamóse interim, que es lo mismo que
entre tanto, porque pretendian durase esta concordia
hasta que el Concilio se convocase otra vez y determi-
nase lo que se debia hacer. Compusiéronle Julio Plug
y Micael Sidonia y Islebio Agrícola. En Sajonia asi-
mismo á instancia del duque Mauricio los herejes pu-
blicaron otro libro, cuyo título era de Adiaphoris, que
quiere decir cosas indiferentes. Su autor fué Filipo
Melancton; pretendia que por el deseo de la paz se de-
bian tolerar muchas cosas, señaladamente casi las mis-
mas que en el otro libro sobredicho se señalaban. Es-
cribieron contra este libro Matía Illirico y Nicolao Ga-
llo, que eran tambien herejes y mas rigurosos que los
demás.

Por el mismo tiempo Mulease llegó á Augusta, des

DE MARIANA.

pojado por un su hijo del reino de Túnez y privado de
la vista.

Maximiliano, hijo del rey don Fernando, vino á Es-
paña á casarse con la infanta doña María, su prima
hermana, y para quedar en España por gobernador á
causa que el príncipe don Filipe queria partir para
Flandes, como lo hizo por el mes de noviembre en la
misma armada que Maximiliano vino. Llegó á Génova,
pasó por Milan y Mantua, y últimamente el año siguien-
te llegó á Bruselas, ciudad de Flandes, ya que el Em,
perador, su padre, era partido para Alemaña.

A instancia del arzobispo de Toledo Siliceo y por bula del Pontífice se asentó en aquella iglesia Catedral que ningun descendiente de moros, judíos ó herejes pudiese tener en ella parte. Resistió á este estatuto el dean don Diego de Castilla y algunos del cabildo con él, pero prevaleció la parte mayor y mas poderosa.

Juana, hija de Enrique de Labrit, estuvo desposada con el duque de Cleves, pero estos desposorios no se efectuaron; y así, por este tiempo casó con Antonio de Borbon, duque de Vandoma, de la casa real de Francia.

AÑO 1519.

El año siguiente falleció Margarita, madre desta señora Juana, reina que se dijo de Navarra.

Tuviéronse en Alemaña algunos concilios, en particular en Tréveris, en Maguncia y en Colonia, todo á instancia del Emperador y á propósito de reducir los pueblos que estaban tan estragados.

En Africa un hombre llamado Jerife, hijo de un mercader y que por sí mismo fué maestro de escuela, con muestra de santidad hizo que gran número de gente tomase las armas, con que despojó de sus reinos á los reyes de Marruecos y al de Fez y al de Vélez. El de Vélez se fué á amparar al Emperador y despues al rey de Portugal; pero todo fué buenas palabras que le dieron, y con todo esto por estas diferencias se abrian las zanjas para una guerra larga y muy perjudicial en Africa.

En Inglaterra Pedro Mártir en Oxonio comenzó á enseñar públicamente la herejía de los sacramentarios; levantáronse alborotos por la mudanza de la religion; con todo esto hicieron paces con el rey de Francia, que les habia movido guerra por la parte de Picardía, con restituille la ciudad de Boloña, que los años pasados le tomaron en aquella comarca.

En la villa de Cigales nació á 1.o de noviembre doйa Ana, hija de Maximiliano de Austria y de la infanta doña María, su mujer; casó despues con su tio y fué reina de España.

En Roma falleció el pontifice Paulo á 10 de noviembre.

AÑO 1550.

Sucedióle el cardenal Juan María de Monte & 7 dias del mes de hebrero; vivió despues de su eleccion cinco años y un mes y diez y seis dias; llamóse Julio III.

Juan de Vega, virey de Sicilia, en las riberás de Africa se apoderó por fuerza de la ciudad de Africa, que antiguamente se llamó Leptis, á 9 de setiembre, con echar della al cosario Dragut, que apoderado de

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la armada turquesca, que se apoderó en las marinas de Sicilia del pueblo y castillo de Augusta, puesto mas allá de la ciudad de Čatani. Desde allí pasó á la isla de Malta, y como no hiciese efecto, pasó adelante, y en las riberas de Africa se apoderó de Trípoli, que se la entregaron los caballeros de Malta que estaban en ella de guarnicion y la tenian á su cargo despues que Rodas se perdió. Los mas culpados en esta traicion fueron dos de aquellos caballeros, franceses de nacion. A los españoles costó caro su lealtad, porque fueron pasados á cuchillo hasta cuatrocientos. La voz era que querian los turcos vengar la toma de la ciudad de Africa; lo cierto que á persuasion del rey de Francia los turcos

andaban en la misma armada.

AÑO 1552.

se hiciese guerra á los melburgenses, porque no que-bajaron y tomaron aquella empresa, cuyos embajadores rian recebir en su ciudad y distrito la religion católica. Lo uno y lo otro era muy pesado al duque Mauricio de Sajonia, dado que estaba nombrado por general de aquella guerra, y lo que mas le aquejaba era ver que el Emperador no ponia en libertad á su suegro Filipe, lantgrave; que fueron los principios de la guerra que emprendió este Duque y con que puso al Emperador por estar desapercebido y le redujo á punto de perderse.

Fué este año señalado por ser año de jubileo, y por la mucha gente que para ganalle concurrió á la santa ciudad de Roma.

AÑO 1551.

Al principio deste año murió en Pavía, en edad de cincuenta y ocho años, Andrés Alciato, gran jurista y humanista, natural de Milan. Leyó los derechos, primero en Francia, despues en Italia."

El papa Julio por el mes pasado de diciembre convocó por sus edictos los obispos para que volviesen á Trento; estos edictos hizo el Emperador publicar en la dieta de Augusta. Dado que el duque Octavio Farnesio muy fuera de sazon se puso debajo la proteccion de Francia, acudió Ferrante Gonzaga con gentes para atajar estos intentos, y tuvo al Duque cercado dentro de Parma. Fué esta guerra ocasion que el Concilio se dilatase algun tanto, pero abrióse por el mes de mayo. Presidió en él el cardenal Crecencio, legado del Papa. Halláronse presentes los arzobispos electores y otros prelados de Alemaña, España é Italia en buen número. El rey de Francia por su embajador el abad de Losana protestó de nulidad y que no se procedia legítimamente. Acudieron embajadores de algunos príncipes de Alemaña y de algunas ciudades á pedir salvoconducto para sus ministros herejes y teólogos; pero pedian tales condiciones, que los padres las tuvieron por indignas de la autoridad y majestad del Concilio.

Concluida la dieta de Augusta, el príncipe don Filipe dió vuelta á España. Hízole compañía su primo Maximiliano hasta Génova, donde halló su mujer la infanta doña María y sus hijos, que eran allí aportados de España, con los cuales por el mes de diciembre llegó á Inspruch, donde el Emperador estaba con intento de dar desde aquel pueblo, que está cerca,mas calor á las cosas del Concilio.

El rey Enrique de Francia de repente movió guerra por la parte de Flandes y estado de Milan; ayudóse de

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Vinieron á Trento cuatro teólogos ó ministros de Witemberga, cuya cabeza era Brencio. Presentaron á los padres un libro que contenia la confesion witembergense; todo esto era apariencias, porque lo que de verdad pretendian era entretener el Concilio hasta tanto que el duque Mauricio se apercibiese de gente de armas. Así, á 2 de abril llegó á Trento nueva que el Duque se habia apoderado de la ciudad de Augusta, y que el Emperador en Inspruch, donde estaba, corria grande peligro; que fué ocasion que los padres á grande priesa se partiesen y se desbaratase el Concilio. Por otra parte, Alberto, marqués de Brandemburg, se apoderó de la ciudad de Tréveris y proseguia en hacer mal y daño á los lugares comarcanos; junto con esto, el Francés se apoderó de Verdun, de Lorena y de Metz, y redujo en su poder al mismo duque de Lorena. Hallóse el Emperador en gran perplejidad por no poder acudir á tantas partes; resolvióse en poner en libertad al duque de Sajonia y al Lantgrave, con que sosegó al duque Mauricio. A la raya de Italia, donde por el miedo se retirara, le acudieron gentes de diversas partes; sin embargo, perdonó al marqués de Brandemburg porque pretendia servirse dél contra los intentos del rey de Francia. Hecho esto, púsose sobre Metz, á 20 de octubre, con un grueso ejército, que la mayor parte pereció por la aspereza del invierno, tanto, que sin hacer efecto fué forzado partirse del cerco.

Este año, á 2 de diciembre, el beato padre Francisco Javier pasó desta vida á la entrada de la China; fué navarro de nacion, uno de los diez primeros compañeros del santo padre Ignacio. Predicó el Evangelio entre aquellas naciones fieras y bárbaras de la India y de Japon y de otras partes. Fué varon sin duda admirable y santo; su cuerpo se conserva entero en Goa en la iglesia de su misma órden de la compañía de Jesus; ya está canonizado.

Era virey de Nápoles don Pedro de Toledo al tiempo que Hernando de Sanseverino, príncipe de Salerno, hizo bajar la armada turquesca debajo la conducta de Rusten Bajá contra aquella ciudad. Descubierta la traicion, se declaró del todo por enemigo y se fué huyendo á Venecia; que fué causa que la armada, descubierto el engaño, sin hacer efecto dió vuelta á Constantinopla; solo cerca de la isla de Ponza tuvo un

EL PADRE JUAN DE MARIANA.

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encuentro con Andrea Doria, y le venció y le ganó siete
galeras. El de Salerno, como estaba declarado, partió
para el gran Turco á solicitar que para el año siguiente
enviase otra nueva armada.

habia nombrado por rey de Nápoles y duque de Milan.
Hechos los conciertos, pasó el Príncipe á Inglaterra,
donde se celebraron las bodas en la ciudad de Vintonia,
á 25 de julio, el mismo dia de Santiago. Hallóse presen-
te el cardenal Reginaldo Polo, enviado por legado del
Pontífice por ser de la real sangre de Inglaterra y de
vida muy santa, con pretension de reducir, como lo
hizo, y reconciliar aquel reino con la Iglesia romana.

Tenia el Emperador puesta guarnicion de soldados
en Sena, ciudad de Toscana, debajo del gobierno de
don Diego de Mendoza, y esto á causa de las revuel-
tas y bandos de aquella ciudad, de que se temia no
se entregase á Francia. Don Diego para mas asegu-
rarse levantó una fuerza donde los soldados estuvie-
sen; los de aquella ciudad, por entender se ende-
rezaba esto á quitalles la libertad, acudieron prime-rentin, al cual el Francés enviaba con gentes para
ro á Francia para que los tomase debajo su protec-
cion, y luego con las armas que tomaron echaron fuera
la guarnicion y desbarataron desde los cimientos la for-
taleza que estaba comenzada, por donde les fué forzoso
a percebirse para la guerra que se siguió luego y para
el cerco que por mandado del Emperador les puso don
Pedro de Toledo. Este año en Florencia falleció Paulo
Jovio, en Ferrara Lilio Gregorio Giraldo, en Salamanca
Hernando Pinciano, comendador griego.

Volvieron los nuestros al cerco de Sena, y el marqués de Mariñano, general del Emperador, venció en batalla cerca de aquella ciudad á Pedro Strozi, forajido flo

mana,

AÑO 1553.

El rey Eduardo de Inglaterra pasó desta vida á 16 de julio; fué puesta en su lugar la reina María, su herdado que muchos hicieron contradiccion. Ella, puesta en la silla y mando, restituyó la religion católica en aquel reino y castigó á gran número de herejes.

Estaba don Pedro de Toledo sobre Sena, cuando le sobrevino la muerte en casa de su yerno el duque de Florencia Cosme de Médices. Sus gentes dieron la vuelta á Nápoles por una nueva que llegó de la armada turquesca, que venia sobre aquella ciudad, debajo la conducta del príncipe de Salerno, ya nombrado. Púsose la armada junto á Nápoles; pero como los ciudadanos no se alterasen, pasó adelante á Córcega, donde los turcos se apoderaron de buena parte de aquella isla, que era de la jurisdiccion de ginoveses.

Este año don Juan, príncipe de Portugal, casó con doña Juana, hija del Emperador; las bodas fueron muy regocijadas, el alegría duró poco;

AÑO 1554.

Porque aun no era pasado un año entero despues que
se efectuó este casamiento, cuando el Príncipe falle-
ció en Lisboa á 2 de enero. Su cuerpo fué sepultado
en el monasterio de Belen, que está junto á aquella
ciudad; su mujer quedó preñada, y á 20 de enero parió
en la misma ciudad un hijo, que del dia de su naci-
miento se llamó don Sebastian. Fué de condicion muy
noble y real; la vida le duró poco. Su madre partió
Castilla á ser gobernadora de aquellos reinos, por
para
ser necesario que el príncipe don Filipe, su hermano,
partiese de España para casarse de nuevo.

Fué así, que la nueva reina de Inglaterra estaba de-
seosa de asegurar aquel reino, y para esto tomar por
marido persona de valor y fuerzas; pareció que ningu-
no podia ser mas á propósito para lo que pretendia que
el príncipe de España don Filipe, al cual el Empera-
dor, su padre, á postrero de octubre del año pasado

dar

socorro á los cercados y echar de Toscana á los impe-
riales.

AÑO 1555.

El Pontífice Julio falleció en Roma á 23 de marzo; sucedióle, á 10 de abril, el cardenal Marcelo Cervino, natural de Montepulchano, sin mudar el nombre que antes tenia. Fué pontifice solos veinte y dos dias, por cuya muerte fué puesto en la silla de san Pedro, á 23 de mayo, el cardenal Juan Pedro Garrafa, natural de Nápoles, persona muy noble y de ánimo muy grande. Llamóse Paulo IV; gobernó la Iglesia cuatro años y dos meses y veinte y siete dias.

Ultimamente, la ciudad de Sena, cansada con los trabajos de un largo cerco, se rindió al Emperador. Fué enviado desde Roma el cardenal de Búrgos don Francisco de Mendoza para dar asiento en las cosas y en el gobierno de aquella ciudad. Junto con esto, á instancia y por intercesion del cardenal Alejandro Farnesio, dió el Emperador perdon al duque Octavio, su hermano, con retencion de la fortaleza de Plasencia, donde quedaron soldados españoles de guarnicion, mas el rey don Filipe II los años adelante las quitó.

Era á la sazon virey de Nápoles el duque de Alba, don Fernando de Toledo; fuéle mandado pasase á lo de Milan para hacer rostro al señor de Brisac, que por aquella parte por órden del rey de Francia hacia la guerra, aunque no con mucho calor y brio.

El príncipe don Filipe el verano bien adelante partió de Inglaterra, y llegó á Bruselas, donde el Emperador, su padre, le renunció y entregó de su mano todos sus estados, con deseo que tenia de descansar, como lo puso en ejecucion luego el año siguiente, cuando renunciando tambien el imperio en Ferdinando, su hermano, por mar con sus dos hermanas las reinas doña Leonor y doña María pasó á España; y en la Vera de Plasencia para su retiramiento escogió el monasterio de Yuste, de la órden de San Jerónimo, do murió dos años despues de su llegada, mas dichoso y mayor por menospreciar el imperio que por alcanzalle y tenelle.

Falleció este año Enrique de Labrit, rey que se decia de Navarra ; quedó por heredera su hija madama Juana, hereje muy obstinada.

AÑO 1556.

A los 5 de hebrero se concertaron entre Francia y España treguas por espacio de cinco años con esperanza que la concordia seria muy larga por estar ya

los unos y los otros muy cansados y gastados; pero todo esto se desbarató por la guerra que el Pontifice romano movió muy fuera de tiempo. Fué así, que el principio deste año comenzó á perseguir los señores de casa Colona; prendió unos, otros huyeron, de cuyos estados se apoderó luego el Papa. El rey Católico mandó al duque de Alba no permitiese se les hiciese ningun agravio. Al contrario, el rey de Francia, á persuasion del Pontífice, hecha liga con él, envió un grueso ejército en Italia debajo de la conducta del duque de Guisa. Pasaron estas gentes por Lombardía, y llegadas á Roma, despues que se detuvieron en aquella ciudad mucho tiempo, pasaron al reino de Nápoles; no hicieron cosa de momento, antes la mayor parte pereció de enfermedades, y los demás dieron la vuelta á Francia. Entretanto el duque de Alba, despues que se hubo apoderado de casi todo el estado del Papa cerca de Roma, llegó con su campo á ponerse sobre aquella ciudad. Pudiérala saquear otra vez con mucha facilidad, pero fué tanta su devocion y miramiento, que no lo quiso hacer, antes se concertó y hizo paz con el Pontífice con condiciones muy honestas; pero esto sucedió al fin del año siguiente.

Al principio desta guerra Cosme, duque de Florencia, alcanzó del rey Católico que le entregase la ciudad de Sena; alegaba para esto los gastos que hizo en la guerra de Sena y que se le habia dado intencion de dalle en recompensa aquella ciudad. Húbose el Rey de acomodar al tiempo y á la necesidad, que tiene gran fuerza ; entrególe la ciudad con que diese cierto dinero de presente y la tuviese como feudatario de España.

AÑO 1557.

No sosegó por esto la guerra entre españoles y franceses, antes en un mismo tiempo estaba el fuego emprendido por diversas partes. Variaban las cosas de manera, que poca ventaja se reconocian entre sí las partes.

El cardenal don Juan Siliceo falleció á postrero de mayo; fué puesto por su muerte en la iglesia de Toledo fray Bartolomé de Miranda, de la órden de Santo Domingo; parece subió tan alto para que la caida fuese tan grave.

A la misma sazon, es á saber, á 13 de junio, falleció en Lisboa el rey de Portugal don Juan el Tercero, principe dado al culto de la religion y muy esclarecido por las cosas que hizo. Su cuerpo fué sepultado en el monasterio de Belen; quedó por su heredero su nieto el rey don Sebastian. En tiempo del rey don Juan se introdujo la Inquisicion en Portugal á propósito que los herejes y apóstatas fuesen castigados. Fundó la Universidad de Coimbra con gruesas rentas que le dió, y para dar principio hizo venir de todas partes profesores de todas las ciencias muy señalados con grandes salarios que les señaló. Movido por el ejemplo del Rey, su hermano, el cardenal don Enrique fundó algun tiempo despues la nueva Universidad de Ebora, la cual toda, y parte de la Universidad de Coimbra entregaron aquellos príncipes á los padres de la compañía de Jesus para que las gobernasen; carga sin duda pesada, pero el provecho es muy grande.

Tenia el rey Católico puesto sitio sobre San Quintin, pueblo á la frontera de Flandes, muy fuerte y que está junto al rio de Soma, que antiguamente se llamó Augusta de los Veromanduos; acudieron los franceses á dar socorro, pero fueron vencidos y desbaratados por Filiberto, duque de Saboya, principal caudillo, con gran matanza que en ellos hizo; muchos señores franceses fueron presos; acudió en persona el rey Católico. El daño y espanto de los franceses fué tal y tan grande el ánimo de los nuestros, que el cuarto dia adelante entraron por asalto aquel pueblo. Dentro dél prendieron otros, en particular al almirante de Francia Gaspar Colini, á cuyo cargo estaba la defensa de la ciudad, y que poco despues fué el reclamo y trompeta de las guerras civiles de Francia. Hubo grandes crecientes de rios; principalmente en Italia por el mes de setiembre el rio Arno salió de madre y hizo grande daño en Florencia y toda aquella campaña. El Tibre se hinchó de tal suerte, que cubrió casi toda Roma otro dia despues que se asentó la paz con el duque de Alba, que fué á 14 de setiembre. En Palermo, ciudad de Sicilia, con las muchas aguas y lluvias muchas casas cayeron por tierra, perecieron hombres y mujeres sin número; el vulgo dice que fueron cuatro mil casas las que con aquella avenida cayeron por tierra.

Fué grande la carestía que este año padeció casi toda España.

AÑO 1558.

Luego el siguiente perecieron de peste muchas personas. Comenzó este mal en Murcia, y desde allí saltó á la ciudad de Valencia, y no mucho adelante trabajó tambien á la ciudad de Búrgos; duró algunos años sin que se apagase del todo.

El rey de Francia, movido por el daño que recibió en San Quintin, como estuviese muy apretado, hizo que el duque de Guisa, dejado lo de Milan donde estaba, volviese á Francia. Por el mes de enero juntó el Duque grandes gentes, con que se apoderó por fuerza de la ciudad de Cales; con esto ninguna cosa quedó por los ingleses en Francia.

En el mismo mes la reina doña Leonor, hermana del Emperador, falleció en Valladolid; mandó en su testamento ciertos pueblos que tenia en Borgoña, por via de dote, á la infanta doña María, su hija y del rey de Portugal don Manuel.

A 18 de abril Francisco, delfin de Francia, casó con María Stuarda, reina que era de Escocia. ¡Cuán grandes desventuras pasará adelante esta pobre doncelia! La infeccion de la herejía se extendió en el un reino y en el otro, es á saber, en Francia y en Escocia; muchos de la gente noble estaban inficionados.

Hacíase la guerra á las fronteras de Flandes con gran calor. Entre otros encuentros la batalla de Gravelingas fué muy notable; los franceses quedaron vencidos y tan mal parados, que luego trataron de paces, cuando el emperador don Carlos en el lugar de su recogimiento pasó desta vida á 21 de setiembre. Su cuerpo fué depositado en aquel monasterio, de donde los años adelante por mandado del rey Católico, su hijo, fué trasladado á San Lorenzo el Real.

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