Biblioteca selecta de literatura española o modelos de elocuencia y poesia: tomados de los escritores mas célebres desde el siglo XIV hasta nuestros dias, y que pueden servir de lecciones prácticas á los que se dedican al conocimiento y estudio de esta lengua, Volumen3en la imprenta de Lawalle joven y sobrino, 1819 |
Dentro del libro
Resultados 1-5 de 62
Página xvi
... seno los Reinaldos , los Tan- credos y los Coucis . Su colorido es en el principio poco animado y vivo . El estilo es puramente narrativo y sencillo : degenera las mas vezes en trivial y humilde : pinta el estado de la lengua , y esta ...
... seno los Reinaldos , los Tan- credos y los Coucis . Su colorido es en el principio poco animado y vivo . El estilo es puramente narrativo y sencillo : degenera las mas vezes en trivial y humilde : pinta el estado de la lengua , y esta ...
Página xxiii
... seno los Teócritos y Virgilios , los Horacios y los Píndaros , los Petrarcas y los Fracastores y ( 1 ) Así lo dice el mismo Castillejo en aquel soneto del lib . 2o . con que termina su invectiva contra los que dejan los metros castella ...
... seno los Teócritos y Virgilios , los Horacios y los Píndaros , los Petrarcas y los Fracastores y ( 1 ) Así lo dice el mismo Castillejo en aquel soneto del lib . 2o . con que termina su invectiva contra los que dejan los metros castella ...
Página lxxxix
... seno de la nada , de la impotencia y de la degradacion misma , para asombrar al universo ; y todo esto , abandonándonos á movimientos sin cálculo , sin ninguna razon de utilidad , acaso alguna vez para forjar nuestras propias cadenas y ...
... seno de la nada , de la impotencia y de la degradacion misma , para asombrar al universo ; y todo esto , abandonándonos á movimientos sin cálculo , sin ninguna razon de utilidad , acaso alguna vez para forjar nuestras propias cadenas y ...
Página 11
... Dulce la saludaba , Y halagos mil la hacia . Ya en su halda se ponia , Ya de ella se apartaba ; A su seno volvia , Y en su mano posaba ; Ya esforzando su acento ANACREONTICO . II José Iglesias de la Casa Los Ojos de su Amante,
... Dulce la saludaba , Y halagos mil la hacia . Ya en su halda se ponia , Ya de ella se apartaba ; A su seno volvia , Y en su mano posaba ; Ya esforzando su acento ANACREONTICO . II José Iglesias de la Casa Los Ojos de su Amante,
Página 17
... seno . Emperò mis amores Donosa sonriendo , ¡ Ay ! dijo : no en mis ojos Está el Amor ¡ o necio ! Sino en mi boca : y blanda , Los labios entreabiertos De rosa , de armonía Llenó su voz el viento . Yo al oirla , encantado Corrí loco á ...
... seno . Emperò mis amores Donosa sonriendo , ¡ Ay ! dijo : no en mis ojos Está el Amor ¡ o necio ! Sino en mi boca : y blanda , Los labios entreabiertos De rosa , de armonía Llenó su voz el viento . Yo al oirla , encantado Corrí loco á ...
Contenido
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Términos y frases comunes
abrasado agena agora agua aire alegre alma altiva amante Amarilis amor Apolo aquesta árboles ARCADIO ARCISIO ardiente Aurora azero beldad bella belleza Betis blando brazos cabello campo canto ciego cielo conozido contento corazon corona corriendo cruel deja despues dichoso divino dolor dulce dura égloga engaño envidia espanto esperanza eterna favonio feliz fiero Filis flores Francisco de Rioja frio fuego furor gloria gozo gusto halla haze hermosa hermosura Huye jamas lágrimas lengua llanto llena llorar Lope Lope de Vega Magüer mano Melisa mira Molière monte Moro mudanza muero muerte mundo néctar nieve Ninfa noche ojos ondas Paraque pareze paso pastor pecho pena piélago Pindaro poesía poeta prado quejas quiero rayos reyno ribera Rodrigo Cota rosas selva soberbia sombra suelo sueño suspiros tambien tierno tierra Tirsi torno triste umbrosa valle Vega ventura verde viento vivir vuelo vuelve vueso zagales Zéfiro zelos
Pasajes populares
Página 170 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 171 - Que no le enturbia el pecho De los soberbios grandes el estado, Ni del dorado techo Se admira fabricado Del sabio moro, en jaspes sustentado ; No cura si la fama Canta con voz su nombre pregonera, Ni cura si encarama La lengua lisonjera Lo que condena la verdad sincera.
Página 171 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido, y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!
Página 340 - Siempre de nueva leche en el verano y en el invierno abundo; en mi majada la manteca y el queso está sobrado; de mi cantar, pues, yo te vi agradada, tanto, que no pudiera el mantuano Títiro ser de ti más alabado. No soy, pues, bien mirado, tan disforme ni feo; que aun agora me veo en esta agua que corre clara y pura, y cierto no trocara mi figura con ese que de mí se está riendo; ¡trocara mi ventura!
Página 347 - Nunca pusieran fin al triste lloro los pastores, ni fueran acabadas las canciones que solo el monte oía, si mirando las nubes coloradas, al tramontar del sol bordadas de oro, no vieran que era ya pasado el día.
Página 190 - LA TEMPESTAD Y LA CALMA Yo vi del rojo sol la luz serena turbarse, y que en un punto desparece su alegre faz, y en torno se oscurece el cielo con tiniebla de horror llena. El austro proceloso airado suena, crece su furia, y la tormenta crece, y en los hombros de Atlante se estre[mece el alto olimpo y con espanto truena; mas luego vi romperse el negro velo deshecho en agua, ya su luz primera restituirse alegre el claro día, y de nuevo esplendor ornado el cielo miré, y dije: ¿Quién sabe si le espera...
Página 303 - Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando...
Página 303 - Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir: allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos; allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos.
Página 346 - Divina Elisa, pues agora el cielo Con inmortales pies pisas y mides, Y su mudanza ves, estando queda, ¿Por qué de mí te olvidas, y no pides Que se apresure el tiempo en que este velo Rompa del cuerpo, y verme libre pueda, Y en la tercera rueda Contigo mano a mano...
Página 174 - Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado; el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente...