Biblioteca selecta de literatura española o modelos de elocuencia y poesia: tomados de los escritores mas célebres desde el siglo XIV hasta nuestros dias, y que pueden servir de lecciones prácticas á los que se dedican al conocimiento y estudio de esta lengua, Volumen3en la imprenta de Lawalle joven y sobrino, 1819 |
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Resultados 1-5 de 9
Página xcvii
... temer un buen padre de la reunion de sus hijos ? ¿ Pueden acaso hazer otra cosa que hablar con entusiasmo de sus bondades , estrechar entre sí sus fraternales vínculos , y fortificarse mutuamente en las ideas de amor filial y de respeto ...
... temer un buen padre de la reunion de sus hijos ? ¿ Pueden acaso hazer otra cosa que hablar con entusiasmo de sus bondades , estrechar entre sí sus fraternales vínculos , y fortificarse mutuamente en las ideas de amor filial y de respeto ...
Página 31
... temer que allí podria Haber pesares ni enojos , Cuanto mas dentro me via , Tanto mas me parecia Que se gozaban mis ojos . Entre las rosas y flores Cantaban los ruiseñores , Las calandrias y otras aves Con sones dulces süaves ...
... temer que allí podria Haber pesares ni enojos , Cuanto mas dentro me via , Tanto mas me parecia Que se gozaban mis ojos . Entre las rosas y flores Cantaban los ruiseñores , Las calandrias y otras aves Con sones dulces süaves ...
Página 66
... temer los brazos Que han visto en mil pedazos Burlar tanto escuadron entre los tiros De la pólvora fiera , Que vence el fuego de su misma esfera ? Yo al duro helado invierno , Y al verano abrasado De iguales armas y valor vestido ...
... temer los brazos Que han visto en mil pedazos Burlar tanto escuadron entre los tiros De la pólvora fiera , Que vence el fuego de su misma esfera ? Yo al duro helado invierno , Y al verano abrasado De iguales armas y valor vestido ...
Página 98
... Con blando susurro Llegad sin temer , Pues leda reposa , Su altivo desden . Llegad y piadosos , De un triste os doled ; Así os dé su seno La flor del Zurguen . D. José Mor de Fuentes . LA COMPLACENCIA . Idolatrada 98 LIRIÇO.
... Con blando susurro Llegad sin temer , Pues leda reposa , Su altivo desden . Llegad y piadosos , De un triste os doled ; Así os dé su seno La flor del Zurguen . D. José Mor de Fuentes . LA COMPLACENCIA . Idolatrada 98 LIRIÇO.
Página 221
... obedeciendo inalterable . i O vida ! ¡ o sazonado Fruto de la virtud !; de la del cielo Remedo acá empezado ! i Cuando el hombre en el suelo Podrá seguirte con derecho vuelo ! ¡ Cuando será que deje El suspirar , temer y Y SAGRADO . 221.
... obedeciendo inalterable . i O vida ! ¡ o sazonado Fruto de la virtud !; de la del cielo Remedo acá empezado ! i Cuando el hombre en el suelo Podrá seguirte con derecho vuelo ! ¡ Cuando será que deje El suspirar , temer y Y SAGRADO . 221.
Contenido
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Términos y frases comunes
abrasado agena agora agua aire alegre alma altiva amante Amarilis amor Apolo aquesta árboles ARCADIO ARCISIO ardiente Aurora azero beldad bella belleza Betis blando brazos cabello campo canto ciego cielo conozido contento corazon corona corriendo cruel deja despues dichoso divino dolor dulce dura égloga engaño envidia espanto esperanza eterna favonio feliz fiero Filis flores Francisco de Rioja frio fuego furor gloria gozo gusto halla haze hermosa hermosura Huye jamas lágrimas lengua llanto llena llorar Lope Lope de Vega Magüer mano Melisa mira Molière monte Moro mudanza muero muerte mundo néctar nieve Ninfa noche ojos ondas Paraque pareze paso pastor pecho pena piélago Pindaro poesía poeta prado quejas quiero rayos reyno ribera Rodrigo Cota rosas selva soberbia sombra suelo sueño suspiros tambien tierno tierra Tirsi torno triste umbrosa valle Vega ventura verde viento vivir vuelo vuelve vueso zagales Zéfiro zelos
Pasajes populares
Página 170 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 171 - Que no le enturbia el pecho De los soberbios grandes el estado, Ni del dorado techo Se admira fabricado Del sabio moro, en jaspes sustentado ; No cura si la fama Canta con voz su nombre pregonera, Ni cura si encarama La lengua lisonjera Lo que condena la verdad sincera.
Página 171 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido, y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!
Página 340 - Siempre de nueva leche en el verano y en el invierno abundo; en mi majada la manteca y el queso está sobrado; de mi cantar, pues, yo te vi agradada, tanto, que no pudiera el mantuano Títiro ser de ti más alabado. No soy, pues, bien mirado, tan disforme ni feo; que aun agora me veo en esta agua que corre clara y pura, y cierto no trocara mi figura con ese que de mí se está riendo; ¡trocara mi ventura!
Página 347 - Nunca pusieran fin al triste lloro los pastores, ni fueran acabadas las canciones que solo el monte oía, si mirando las nubes coloradas, al tramontar del sol bordadas de oro, no vieran que era ya pasado el día.
Página 190 - LA TEMPESTAD Y LA CALMA Yo vi del rojo sol la luz serena turbarse, y que en un punto desparece su alegre faz, y en torno se oscurece el cielo con tiniebla de horror llena. El austro proceloso airado suena, crece su furia, y la tormenta crece, y en los hombros de Atlante se estre[mece el alto olimpo y con espanto truena; mas luego vi romperse el negro velo deshecho en agua, ya su luz primera restituirse alegre el claro día, y de nuevo esplendor ornado el cielo miré, y dije: ¿Quién sabe si le espera...
Página 303 - Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando...
Página 303 - Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir: allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos; allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos.
Página 346 - Divina Elisa, pues agora el cielo Con inmortales pies pisas y mides, Y su mudanza ves, estando queda, ¿Por qué de mí te olvidas, y no pides Que se apresure el tiempo en que este velo Rompa del cuerpo, y verme libre pueda, Y en la tercera rueda Contigo mano a mano...
Página 174 - Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado; el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente...