resa, la mayor de sus hijas y su heredera presuntiva, á Francisco, duque de Lorena; matrimonio que se verificó despues. El cardenal Dubois, primer ministro del duque de Orleans, murió el seis de agosto, y el dos de diciembre le siguió aquel príncipe, hombre estraordinario por sus talentos, vicios y virtudes, y cuyo gobierno tuvo una influencia grande en la suerte futura de la Francia, de la Europa y del mundo. Dominó con un poder absoluto, al cual Luis XIV habia acostumbrado aquella nacion; pero al mismo tiempo favoreció con su ejemplo la depravacion de costumbres, encubierta antes con el velo de la decencia; sumergió á la Francia por el establecimiento y bancarrota de la compañía del Missisipi en el peligroso abismo de la codicia; quitó su fuerza á los sentimientos morales; y en fin, dejando libre curso á la escesiva licencia de escribir, bizo que sucediese al gran siglo literario de Luis XIV un siglo filosófico, amigo de novedades y de empresas contrarias al sosiego público. Entonces empezaron á ser de moda los libros irreligiosos; y en vano la autoridad eclesiástica y los parlamentos levantaban un grito favorable á las antiguas instituciones. El impulso estaba dado, y solo un grande escarmiento podria corregir el espíritu de in novacion. En cuanto a la política esterior la administracion del duque de Orleans fue bastante prudente, porque conoció que la primera necesidad de la Francia era entonces la quietud, y le conservó este bien a pesar de las sugestiones belicosas de Alberoni. La indisposicion moral de Felipe V continuaba; su fastidio á los negocios del gobierno era insuperable; por eso resolvió renunciar la corona en su hijo y retirarse á vivir en la soledad de San Ildefonso con su esposa. Mas la renuncia no se formalizó hasta el diez de enero del año siguiente. Algunos atribuyeron su abdicacion, y no sin probables fundamentos, á dos causas. Primera: Felipe creia que la corona de España no le pertenecia de derecho, y sí la de Francia. Segunda Luis XV estaba enfermo de peligro, y su débil complexion le amenazaba la muerte. El rey de España abdicando su corona satisfacia á los estímulos de su conciencia, y se ponia en estado de sostener sus derechos al trono de Francia si Luis XV moria; pues en virtud de su renuncia cesaba el peligro de que ambas coronas se reuniesen en una sola persona. En este año afligió los reinos de España y Portugal una cruel sequedad, y tras ella la carestía, la hambre, y una epidemia de fiebres malignas que dejaron despobladas muchas villas. Se dice en solo Lisboa perecieron cuarenta mil personas. que REINADO DEL S.R D. LUIS I... CAPÍTULO X X VII. Reinado J muerte de Luis I. INTERVALO DESDE FEBRERO Á AGOSTO DE La renuncia de Felipe V fue tan sincera, que no 1724. solo dejó el trono a su hijo primogénito, mas previno el caso de la muerte de éste sin sucesion en la menor edad de su hermano el infante don Fernando, y nombré un consejo de regencia que gobernase durante esta menor edad. El nueve de febrero subió al trono don Luis I, despues de aceptada la renuncia de su padre, por cuyos consejos se gobernó durante su corto reinado; y como el marques de Grimaldo se habia retirado al palacio de San Ildefonso, él y la reina madre continuaron dirigiendo los negocios de la monarquía. Algunos cortesanos poco espertos del nuevo rey trataron de inclinar su animo a la independencia, y le aconsejaron que gobernase por sí mismo; y es evidente que á la larga estas sugestiones. hubieran roto la buena inteligencia de los dos palacios. Desgraciadamente para estos consejeros sus planes no produjeron mas efecto que ocasionar algunos leves disgustos, y esponerlos á ellos al resentimiento de Grimaldo cuando volvió al destino de primer ministro. |