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13. DON JUAN SALAZAR Y CARRILLO *

Nació en Lima y su familia fue una de las más ilustres. Era caballero de la Orden de Calatrava y poseyó, después de la Independencia, el mavorazgo de Munatones, por muerte de su hermano el coronel don Andrés Salazar, de la Orden de Carlos 3o, y el general don Fran. cisco Salazar, de la Orden de Santiago.

El Virrey Abascal nombró a don Juan Salazar capitán del regimiento Voluntarios Distinguidos de la Concordia Española del Perú, en cuvo cuerpo, era el año de 1821, 2o teniente coronel, presidente de la diputación y encargado del detall. Presentó al general San Martin en Lima, los restos del regimiento disminuido y desorganizado con motivo de la reitrada del Virrey La Serna al interior y de haber llevado los españoles una parte de él al castillo del Callao, en dicho año.

San Martín le nombró, a principios de agosto, teniente coronel y mayor de la infantería cívica, que fue la primera guardia nacional que hubo en Lima después de jurada la Independencia, siendo coronel general de ella el Inspector General marqués de Torre Tagle y teniente coronel el coronel conde de Casa Saavedra. Consideróle también entre los asociados a la Orden del Sol y ascendió a coronel en 1822, año en que sirvió unos meses la sub-inspección y en que se le nombró cónsul del Tribunal del Consulado. A fines de dicho año pasó de presidente al departamento de La Libertad, donde prestó distinguidos ser

vicios.

Nombrósele en 1823 coronel de ejército y el presidente Riva Agüero, por el mes de junio, le envió a Chile de Ministro Plenipotenciario sólo por creerlo desafecto a su administración. Así lo dijo a Santa Cruz, en carta particular que recibió en el Sur, en julio.

A fines de dicho año formóse en Lima un batallón cívico con el título de Guardia de Honor del Congreso, de que fue coronel el Presidente Torre Tagle y teniente coronel el inspector general de milicias, Tristán. El sargento mayor elegido para este cuerpo fue el coronel don Juan Salazar, sin embargo de su ausencia.

Como en el caso de su hermano el general don Francisco Salazar y Carrillo, Mendiburu reescribió su biografia, condensándola en un artículo biográfico que aparece en el Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. Epoca de la Dominación Española, Tomo VII, Lima, 1887, pág. 170. No obstante en dicho artículo se encontrará algún dato complementario a la actuación de Salazar. Debemos señalar que fue hijo D. José Rafael Salazar y doña María Josefa Carrillo de Córdova,

En 1825 regresó de Chile, en cuya Legación prestó muchos servicios y entendió en ciertos arreglos de intereses y cuentas relativas al empréstito de Chile, procedente del que levantó esa república en Inglaterra 1.

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Le encargó el gobierno, por el mes de mayo, del ministerio de Hacienda, y en julio, del de Guerra. Después, por renuncia del general Heres, fue miembro del Consejo de Gobierno hasta que se reunió el número completo de los vocales nombrados y entonces siguió sólo de mi

nistro.

Formóse, en noviembre de dicho año, la Legión de Comercio y se le eligió coronel general de este cuerpo, cuyo destino tocaba al ministro de Guerra. Cesó en el dseempeño del ministerio cuando Bolivar, al reorganizar el Consejo de Gobierno en 28 de junio de 1826, se reservó el despacho de los ramos de Guerra y Marina.

Como tres meses después fue nombrado inspector general de todas armas, cuyo cargo sirvió hasta que se extinguió la inspección a fin de 1826 y se le destinó de jefe del Estado Mayor General. En enero de 1827, a consecuencia de la revolución que el día 26 de dicho mes hizo en Lima la 3a división del ejército de Colombia y por separación del general Heres, le nombró ministro de Guerra y Marina el general Santa Cruz, presidente del Consejo.

El general Salazar fue muy partidario de este cambiamiento y prestó buenos servicios en la época azarosa que siguió hasta la reunión del Congreso. Instalado este y habiéndose nombrado Presidente de la República al Gran Mariscal La Mar, que estaba ausente, tomó el mando el vice-presidente en Junio de 1827 y continuó de ministro el general Salazar. El general Santa Cruz, que no fue considerado entonces para la presidencia, se mostró en sus quejas privadas muy agraviado de Salazar. Aquella fue época de juegos de partido y de torcidos manejos de los liberales con quienes Salazar se unió; no sería extraño que aquél tuviera motivos de resentimiento. Posesionado La Mar del mando supremo en agosto, el general Salazar siguió en el ministerio, mas en junio de 1828 se retiró de él, haciendo dimisión.

Pasó de vocal al tribunal militar de 3a instancia, en que sirvió hasta mediados de 1829; pasó a presidente del mismo tribunal. Electo senador suplente por Lima, obtuvo esta investidura desde 1830 hasta 1833. En 1831 volvió al anterior puesto de vocal, dejando la presiden

1 Muy interesante es el artículo de Alberto Wagner de Reyna, La Misión de den Juan de Salazar en Chile, publicado en el Boletín de la Academia Chilena de la Historia, No 62, Santiago de Chile, Primer Semestre de 1960, pág. 31-39, en donde Wagner estudia la misión de Salazar a través de los archivos chilenos y nos da una serie de informaciones de indole biográfica sumamente útiles.

cia al general Miller, por su mayor graduación. Nombrósele en dicho año vocal de la suprema corte marcial, de cuyo cargo fue relevado meses después, volviendo a ser vocal de 3 instancia. Desde 14 de noviembre de 1832 hasta 31 de diciembre desempeñó el cargo de ministro de Guerra y Marina.

Por el mes de octubre de 1833 fue elegido constitucionalmente prefecto de Lima. Ocupaba esta colocación cuando, en enero de 1834, usurpó el supremo mando el general Bermúdez. Confirióle éste el ministerio de Guerra y el haberlo aceptado y servido, ocasionó luego al general Salazar amargas consecuencias. Bermúdez se retiró a junín el 28 de dicho mes, obligado por un alzamiento que contra él hubo en Lima; y el Presidente Orbegoso, que estaba refugiado en el castillo del Callao, se reestableció el 29 en la capital, donde había quedado el general Salazar.

Impúsosele arresto y fue sometido a juicio, que después de varios meses tuvo término por un fallo en que se le absolvió bien a pesar de los deseos de Orbegoso, cuyo encono subsistió siempre. Consiguientemente, el general Salazar estuvo sin colocación el año de 1834.

En junio de 1835 el general Salaverry le nombró ministro de Guerra cuyo destino desempeñó sólo un mes, pues hizo renuncia de él.

Permaneció en Lima durante la guerra de ese año y cuando las convulsiones populares de enero de 1836 hicieron ver el desenfreno de las pasiones a que se entregó la capital con motivo del regreso de Orbegoso a ella, la casa del general Salazar fue asaltada y varias veces como otras; su familia pasó por graves peligros y sufrió insultos de la torpe plebe, que por cierto era halagada y no contenida por las autoridades, incluso Orbegoso. Salazar, que en uno de esos ataques tuvo que fugar por los techos de su casa, llevando cargado a uno de sus nietos, padeció tanto en su ánimo que su razón se trastornó y quedó sumamente enfermo, no habiéndose nunca restablecido enteramente. Daban por razón de sus atentados los cabecillas de aquellos desafueros, la de que siendo el general Salazar suegro del coronel Coloma, los hijos de éste, él y la familia toda debían ser sacrificados en desagravio de la muerte del general Valle Riestra. Era falso que la hubiese causado el coronel Coloma; pero, aún siendo así, no tenía por qué pagar su culpa el general Salazar, ni menos su inocente familia 2.

2 El general Juan Salazar fue un hombre muy respetado por su integridad pública y privada, por eso reproduciremos una anécdota que es reveladora: "En un remate de la testamenteria de don Miguel García, compró un armario viejo que hizo conducir a su casa. Lo destinó a guardar su correspondencia. Un día que buscaba un cajoncito pequeño para guardar una joya, saltó la secreta descubriendo a su vis

Salazar, en todo el tiempo de la Confederación Perú-Boliviana permaneció borrado de la lista militar, sin que mereciesen sus antiguos servicios y méritos la menor consideración.

Destruída ia Confederación en 1839, el general Salazar fue repuesto a su rango militar y desde 1840 se le consideró de vocal de la Suprema Corte Marcial, hasta 1843.

Falleció en Lima, en 30 de setiembre de 1844.

ta muchos brillantes, alhajas y multitud de onzas españolas, tan bien acomodados, que no era extraño que al cargar y conducir el mueble no se hubiese percibido el menor ruido. El General mandó llamar al albacea, don Mariano Tagle, y le entregó las joyas con 11.680 pesos en oro. La originalidad del descubrimiento y la nobleza del rango, fueron el tema por algunos días de las tertulias en toda la ciudad" (M. Nemesio Vargas, Historia del Perú Independiente, Tomo VI, Lima, 1914, pág. 171).

NOTA ACLARATORIA

Aunque en la introducción a las Biografías de los Generales Republicanos de D. Manuel de Mendiburu dijimos que, en el presente volumen de la Revista Histórica, saldrían todas las inéditas que dejó el célebre historiador, razones de espacio nos impiden cumplir con ese ofrecimiento. Dado el texto originario supusimos posible cupiesen todas y era factible, si las notas proyectadas hubiesen sido las imprescindibles de complemento o aclaración, como fue el intento primero de acuerdo con el autor de ellas: Félix Denegri Luna. Mas su saber erudito las he hecho extensas y valiosísimas. Constituyen un aporte novedoso y de incuestionable mérito. Amplían el panorama legado por Mendiburu, rectifican hechos, detallan la cronologia con minuciosidad, abunda er fuentes dispersas y raras de lograr y así, el horizonte se enriquece con holgura en las décadas inmediatas a los sucesos que el General narró.

Si la amplitud de las notas ha impedido que, el texto saliese como se ofreció todo integro en este N° 24 de la Revista y ha sido preciso remitir las seis últimas biografías al No 25 -próximo a aparacer- creo se compensa largamente la demora, por la importancia de las acotaciones que incluye, ciertamente notables. Acarrean un material en extremo útil para dilucidar lo intimo y lo verdadero del período, iluminado por centenares de testimonios desperdigados en folletos, colecciones o libros. Además exhuman los hechos con oportunidad y raro conocimiento, realización sólo posible, en erudito que maneja con acierto una biblioteca llena de los más saneados ejemplares que aporta la literatura históricoamericana del siglo XIX.

M. M. P. S.

LA CIUDAD DE LIMA EN EL AÑO 1630

Por Juan Bromley

Lima, Capital del virreinato peruano .

El Virreinato Peruano, del que era Lima su Capital1, estaba en el año 1630 integrado por 3 Provincias Mayores: la de Tierra Firme (Panamá), la del Perú y la de Chile; ello es, que el virreinato extendía su jurisdicción política y legal sobre los territorios que terminada la dominación española constituyeron las actuales repúblicas de Panamá, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, la Argentina y Uruguay.

El virreinato estaba dividido en 5 Audiencias y Cancillerías Reales: las de Panamá, Quito, Lima, Charcas ó la Plata y Chile.

Se extendía el propio virreinato, según Juan López de Velasco, desde los confines de la gobernación de Popayán y distrito de la Audiencia de Quito hasta el Estrecho de Magallanes, ó sea á lo largo de 54 grados geográficos, correspondientes á 1,000 leguas. De ancho tenía de 100 á 150 leguas 2. Su jurisdicción fué dividida por el Virrey Conde de Chinchón en el año 1633 en 88 corregimientos 3.

La Audiencia de los Reyes ó de Lima se componía á su vez de 6 Partidos: Lima, Villarrica de Oropesa, Cuzco, Arequipa, Trujillo y Huánuco; y de 2 Gobernaciones: Huancavelica y Jauja. Tenía un total de 50 corregimientos *.

Lima, ya como provincia ó cabeza de partido, comprendía los 10 corregimientos siguientes: Cercado de Lima, Villa de Cañete, Villa de Valverde de Ica, los Yauyos, Jauja, Huarochiri, Canta, Cajatambo, Huaylas y Arnedo ó Chancay. Dentro de estos 10 corregimientos había 62 repartimientos de indios, pertenecientes á sus respectivos encomenderos ó señores feudatarios 5.

Sobre todo ese inmenso territorio del virreinato peruano las tres cuartas partes de la América del Sur y algo así como una quinta parte de la América Central- gobernaba el Virrey del Perú, desde su sede de Lima, con los títulos de virrey, gobernador, capitán general y presidente de las audiencias reales.

La ciudad de los Reyes o de Lima.

Lima, "la más linda y famosa ciudad que en lo descubierto ha habido", al decir del cronista Fray Martín de Murúa- era, por la

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