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y asiste a la batalla de Zepita. Hállase en la desastrosa retirada de Islay y se embarcó al Callao en el navío "Monteagudo", en el cual, desobedeciendo órdenes se amotinó en la travesía. En su continuo guerrear, figura entre los peruanos vencedores de Ayacucho. En 1825 ingresa en el Alto Perú con las huestes patriotas; en 1827 lo tenemos en Piura con el contingente que va a luchar con la Gran Colombia. En ese momento es ya capitán graduado y contaba tan solo 21 años.

En esa época ya se hace visible lo que sería una de las notas más saltantes de su carácter: su fatuidad enseñada en sus pomposos decretos y en otras risibles fanfarronadas. Mendiburu señala muchas anécdotas que lo prueban, entre varias cuenta: "Vivanco con su vanidad sin limites y supliendo su falta de instrucción cientifica con una constante lectura, que utilizó con su clara inteligencia, se hizo en su circulo de oficiales que le admiraban y ante el cual era el paladin de las ideas democráticas exageradas que en tono dogmático propagaba dañando a la austeridad de la disciplina". En esa misma época cuenta que odió a Gamarra con virulencia y publicó un periódico en donde hasta lo acusaba de traidor. Mas, a poco sería su ferviente partidario, tanto, que participó en la conjura, que impuso a Bermudez contra Orbegozo.

Pormenoriza su acción que revela ser un continuo esfuerzo para alcanzar el poder, valiéndose siempre de intrigas y conspiraciones, en algunas de las cuales tropieza y fricciona con la oposición de Mendiburu. Aquel su enardecido afán de mando, lo alcanzó en los años turbulentos de la Anarquía, cuando impuso a su régimen que nominó el "Directorio" desde marzo de 1843 hasta su fracaso, en la batalla del Carmen Alto, en donde es batido por Castilla el 17 de junio de 1844.

No cejó nunca en el empeño de mandar. Terció en las elecciones cuando Castilla concluía su período y trató de arrebatar a Echenique la victoria lograda en los comicios. Lo inquietó en su gobierno, más ayudándolo a la postre cayó con él en La Palma. A consecuencia de esa derrota se refugió en Chile, desde cuyo retiro volvió a encender revoluciones. Tuvo mal éxito en la del norte del país, análoga desgracia lo acompañó en el ataque al Callao en abril de 1857 y tras de encastillarse en Arequipa, no la abandonó, hasta que fué tomada en marzo de 1858, con la que finalizaría esa sangrienta guerra civil.

Al producirse la querella con España, intervino en las negociaciones de arreglo y firmó el poco feliz tratado Vivanco-Pareja, de enero de 1865. Sirvió al gobierno de Peze y producida su caída emigró de nuevo a Chile. Durante el mandato de José Balta, fué senador de la República por Arequipa e intervino en las obras de ornato que este mandatario hiciera. Sería poco afecto a su sucesor: Manuel Pardo y conspirando en su contra, en una de las que fraguara fué descubierto y como era de costumbre en su peregrinaje político, retornó a Chile, mas esta

vez hallándose en Valparaíso le llegó la muerte en el mes de setimbre de 1873.

Mendiburu, hombre de orden, no le disimula marcada antipatia, bien lo demuestra, cuando cierra el bosquejo de esta vida con frases como las siguientes: falleció menos por el poder material de una enfermedad, que por una pasión de ánimo exacerbada con sus mismos infortunios y con los desengaños que siempre habian castigado a su ambición. Los venenosos frutos de ésta, fueron siempre: la desmoralización popular y la del ejército, la ruina del erario, el derramamiento inútil de sangre enlutando parte de la sociedad y el atraso de todos los ramos; que no pueden progresar sino a la sombra benéfica de la paz.

Le impidió ver los lados favorables de la compleja figura de Vivanco, la tirria que le inspirara sus posturas de fatua y pomposa vanidad. Fué hombre de salón y de academia y escritor brillante. Se inspiró en ideales tanto que tomó por lema de gobierno el de "la Regeneracin" que debían de llevar a cabo" los capaces y los cultos" aferrados al orden y a la autoridad vigorosa siguiendo la línea reformista y juvenil que Salaverry trató de imponer y cuyo modelo más eficaz lo daba en Chile: Diego Portales, a quien conoció de cerca en los años de ostracismo vividos en la vecina del sur y en compañía del notable grupo de intelectuales peruanos como Felipe Pardo y Aliaga y Andrés Martinez. Jorge Basadre expresa que simbolizó el vivanquismo, una reacción de las clases altas y educadas, frente al descontento que inspiraba veinte años de caudillaje "estéril, mestizo e ignorante".

BIOGRAFIAS CORTAS Y TRUNCAS

Incluyo en este apartado, las ocho biografías cortas que Mendiburu dejó incluídas en el grupo de las republicanas y además, las páginas no terminadas que redactó sobre el General Felipe Santiago Salaverry. Les formuló observaciones muy pequeñas y las dispongo siguiendo su orden alfabético.

1) Juan de Berindoaga Palomares.- Es la continuación de la que escribiera sobre este personaje en su "Diccionario Colonial". Agrega en forma breve pero con claridad, sus procederes durante la Independencia, hasta su fusilamiento que atribuye -como muchos historiadores a presiones ejercidas por Bolivar. Oponiéndose, a esta generalizada acusación, Luis Antonio Eguiguren, ha escrito un libro sobre el proceso seguido al Conde de San Donás, en donde muy largamente trata de probar, lo poco fundada que es esta opinión.

2) Tomás de Heres y Rivero Morin.- Contiene datos útiles sobre este general venezolano, llegado al Perú en 1819, entre los militares que formaban el Regimiento Numancia, el cual defeccionó del servicio del Rey de España, pasándose a San Martín. Heres hizo cabeza de esta entrega en el cuartel general de los patriotas y allí fue designado como su Coronel. Estando en Guayaquil se enlazó con Bolívar y Sucre, actuando luego, como secretario de éste y hallándose en Lima. intrigó a favor de los colombianos y sus maquinaciones contribuyeron altamente en la caída de Riva-Agüero. Sirvió por un tiempo de secretario interino de Bolívar y durante su predominio en el Perú, desempeñó elevados cargos y misiones, una de las cuales se desarrolló en Chile. A la caída del Libertador cesó en todas sus funciones públicas y retornó a su patria y en Agostura, su ciudad natal murió asesinado en abril de 1842.

En Caracas, en 1942. se publicó una inportante biografia sobre este personaje escrita por R.A. Rondón Márques, con el título de "Heres, el Adusto”. Entre las referencias genealógicas indica: que nació en Angostura, el 18 de Setiembre de 1795 del matrimonio de José Fernández de Heres con María Josefa Rivero Morín, ambos de familias destacadas, pues su padre fué gobernador de la Guayana en 1810 y la madre, hija de Antonio Rivero, Teniente del Real Cuerpo de Artillería de la provincia.

3) Miguel del Llano Nájera.- Nos informa muy de ligera sobre este Brigadier oriundo de Guatemala, que Torre-Tagle lo admitió al servicio del Perú. Contribuyó a la entrega de las fragatas "Prueba y Venganza". Se le encomendó una misión diplomática a la República de Guatemala y ejerciéndola le llegó la muerte en el año de 1822.

4) Manuel María Martinez de Aparicio y Zantalla.- Natural de Santa Marta. Fué amigo del General Santa Cruz, quién lo introdujo al Perú y se halló en la batalla de Zepita. Disgustado con éste, se une luego a La Mar. Se batió en las célebres batallas de Junín y de Ayacucho. Fué representante por el departamento de Puno. Confabuló al servicio de la Confederación. Estuvo sucesivamente con Salaverry, Bermudez y Orbegoso. Bajo el régimen de Santa Cruz, fué Prefecto de Lima en 1836 y luciéndose en el espionaje, no dió reposo a los militares peruanos, desafectos al boliviano. Organizó una verdadera inquisición, utilizando todos los medios a su alcance para lograr delaciones. Tras la derrota de Yungay, huyó de Lima y se refugió en Chile, mas en 1841, pudo retornar valido de un salvoconducto. Larga explicación se da en torno a las maniobras y amaños que utilizó el abogado Tirado, en favor del reconocimiento de los servicios militares de Aparicio, que había sido borrado del escalafón. Este proceso fué muy sonado en el época y

Mendiburu, a propósito de este intrigante militar extranjero, inserta reflexiones y se duele que las leyes en el Perú -en muchos casos se expiden con finalidad única de provechos particulares y no del bien público.

5) Domingo Nieto Marqués. Rememorando el primer aniversario de la muerte de este célebre militar, salió en El Comercio de Lima, con fecha 17 de febrero de 1845, un artículo sin firma en su elogio, que sabemos fué redactado por Mendiburu pues así lo consignan sus "Memorias" aún inéditas. En este escrito de ocasión, recuerda bien a la ligera, su vida y acciones destacadas, mas lo hace con pobreza de estilo. Lo mejor que ofrece, es la silueta moral de Nieto de quien afirma fue: "valiente, buen soldado, franco y generoso. Adornado de muchas cualidades personales, que habrían brillado mucho más en tiempos de orden, de sosiego, de estabilidad, porque los trastornos políticos y las pasiones de los partidos, oscurecen indispensablemente los hechos, turban el curso natural de las cosas y no dejan conocer el verdadero carácter y espíritu de los hombres".

6) Felipe Santiago Salaverry y del Solar.- Nació en Lima el 3 de mayo de 1806. Hijo del vizcaino Felipe Santiago Salaverry, esposo de Micaela del Solar Cueva y Estrada. Las breves páginas del ensayo trunco que sobre este personaje dejó Mendiburu, poco añaden a la extensa obra que sobre este héroe editó en Lima en 1853, el chilenc Manuel Bilbao con el título de "Historia del General Salaverry”.

Rememora su educación, su carácter resuelto y altivo, su imaginación volcánica muy aparte del sereno juicio y reflexión madurada, pese a que le adornaba clara inteligencia. Niño, a los quince años, se enroló en el ejército al lado de San Martín. Actuó en las dos campañas de Intermedios, en las batallas de Junín y de Ayacucho y en las del Alto Perú. Adquiere resonancia en abril de 1828, al destrozar la sublevación que encabezó el Coronel Alejandro Huavique, cuando con extraordinario denuedo le dió muerte en singular duedo. El hecho le valió su ascenso a Teniente Coronel. Pasó a la campaña de Colombia y se bate con arrojo en el Portete de Tarqui. Poco después el Gobierno lo nominó Prefecto en Tacna.

En 1832 se patentiza su ambición de mando; pretendió sublevar al Castillo de la Independencia y denunciado oportunamente, se le confinó después de juicio a Mainas, al año siguiente se adueña de las tropas que lo custodian, las guía a la costa, se subleva en Trujillo contra Gamarra, quien envía en su contra al entonces Coronel Vidal, y éste lo anula en el combate de la "Garita de Moche". El manuscrito de Mendiburu, no pasa del año 1834, en el cual se produjo la revolución del 3 de enero a favor de Bermudez. Salaverry, apoderándose del batallón

Zepita, se declara en el norte su enemigo y a favor de Orbegoso y éste en premio lo gradúa Coronel. Ayudándolo, continuó las operaciones hasta penetrar en el valle de Jauja por Pasco, lo que permitió que Orbegoso lo ocupara. El relato se detiene en el combate de Huaylacucho que perdió Orbegoso y alude al Abrazo de Maquinguayo (24 de mayo de 1834) calificado por la crónica de vergonzoso.

Falta el año esencial de la vida de Salaverry, (1835), desde la sublevación en el Callao (23 de febrero), hasta la trágica derrota en Socabaya (de 7 de febrero de 1836) a consecuencia de la cual, Santa Cruz lo fusila en la plaza de Arequipa, junto con nueve compañeros condenados a muerte y tan solo once días después de aquel desastre.

7) Francisco Salazar y Carrillo. Es un breve apunte del mismo corte de los muchísimos que tejiera para su "Diccionario Colonial". Era Caballero Calatravo, nacido en Lima en noviembre de 1767 e hijo del que fuera Alcalde ordinario en 1756. Don José Rafael Salazar y Traslaviña, casado dos veces, la segunda con María Josefa Carrillo. Desempeñó la Gobernación de Huarochiri y el Virrey Pezuela lo designó Comandante General de la costa. Pasado al bando de los patriotas, San Martín, lo designó como General de Brigada del ejército en 1821. Comisionado a Guayaquil en 1822, allí tramó con éxito el que las fragatas españolas "Prueba y Venganza" capitulasen a favor de los patriotas. Al año siguiente Riva-Agüero lo tuvo a su lado en calidad de su Ministro de Guerra y Marina y diversos otros cargos. Fue amigo del Libertador Bolívar y ejerciendo éste su Dictadura falleció en la capital el 28 de febrero de 1826.

8)

Juan José Salazar y Carrillo.- Hermano del anterior y nacido en Lima en junio de 1772. En su juventud fué Capitán de Milicias en el Regimiento de la Caballería de Cañete. Ganado por la causa Libertadora, se unió a San Martín. Fué Cónsul del Tribunal del Consulado de 1822 a 1825, Ministro de Hacienda durante el régimen Bolivariano, cuando Hipólito Unanue, Vice-Presidente del Consejo de Gobierno, se encargó del mando por viaje de Bolivar al sur y por ausencia del Presidente del Consejo: General La Mar. Fué también Ministro de Guerra y ocupó otros elevados cargos, entre ellos: Prefecto de Lima en octubre de 1833, al producirse en enero del siguiente, la usurpación por el General Bermudez de la primera magistratura y en vez de desligarse de tal proceder se vinculó con el caudillo sirviéndolo como su Ministro de Guerra.

Tal actitud y luego la de plegarse a Salaverry, le ocasionarían gravísimos disgustos. Se vió arrestado, sometido a juicio y a la inquina personal y despiadada de Orbegoso, la que se manifestó en toda su virulencia durante las agitaciones populares de enero de 1836 al adueñar

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